¡Feliz Año Nuevo 2024!

Es hoy el último día del año 2023. Como todos los años ha incluido hechos felices y sucesos tristes, alegres y trágicos, celebraciones y conflictos.
Para la inmensa mayoría habrán sido meses, semanas, días, horas y minutos que no llamaron la atención de periódicos, radios, televisiones, ni siquiera de los «social media», que anodinos o destacados son ya parte de nuestras vidas y puede que, sin ruido, valiosos y significativos para cada uno de nosotros.
La verdad es que también en esta última semana he visto cosas que podrían recordar lo que a veces olvidamos:
que conviene tomarse las cosas con calma, lo que ayuda a prolongar la vida…

que es bueno mirar el mundo con altura de miras, lo que nos fortalece para afrontar vientos adversos que no faltan…


y que lo que nos hace mejores suele estar cerca de nosotros…

¡Feliz fiesta del Nacimiento de Jesús!

En memoria de Amelia
Esta noche es Nochebuena y mañana Navidad, la ocasión de expresar mi agradecimiento a quienes siguen este blog con mis mejores deseos para su vida y sus trabajos para tantos amigos con los que comparto la conmemoración de aquel humilde evento, inicio de la historia del humanismo cristiano y de una feraz diversidad de ideas y convicciones que nos enriquecen como personas.

Escribo desde las orillas santacruceras del Océano Pacífico californiano a las que dos semanas en familia me han traído, en las que el pelícano, símbolo de amor por sus crías, reina sobre acantilados, playas y cielos.


Santa Cruz es una ciudad de gente acogedora que invita a la convivencia informal

Sin ceremonias pude conversar con Bill, el pintor que en sus ratos de asueto reproduce con su pincel los acantilados y las olas que los erosionan y lo seguirán haciendo durante milenios

Al fondo se perfilaban las montañas de la bahía de Monterrey y frente a los acantilados surfeaban ayer sábado cientos de equilibristas de la tabla

No en vano tiene Santa Cruz un monumento al surfista y a su tabla


Los que corren olas a lomos de una tabla lo hacen enfundados en sus trajes de neopreno, pues las aguas de diciembre son si cabe más gélidas que el resto del año, pero no faltan familias valientes que cuando la tarde cae se bañan a cuerpo limpio en la playa.

Confieso que me daban envidia.

De las hortalizas del campo santacrucero hablaremos quizás otro día.
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Como colofón vuelo casi 4.500 kilómetros hacia el sur del ecuador, hasta la querida ciudad de Lima que tantos recuerdos guarda para mí de los años que viví en ella

Con esta imagen, que me ha facilitado su esposo, vuela mi recuerdo a la entrañable Amelia que nos dejó el año pasado por otros cielos, es otro de los belenes navideños que ella amorosamente coleccionó.
Viejo artista a la búsqueda de galerías

Historia de una pasión
Érase una vez un niño con gafas, estrábico e hipermétrope, con un ojo vago, que con el ojo potable iba observando el mundo que le rodeaba y, desde que los Reyes Magos le trajeron unos lápices de colores, comenzó, como es usual en tiernos infantes, a rayar todo papel que le cayese delante. Mas hete aquí que un buen día, sin haber cumplido los cuatro años, decidió expresar en un dibujo su deseo de tener un haiga (1) donde cupiese toda la familia, como aquellas con tres hileras de asientos que circulaban por las calles de Madrid, posiblemente los taxis con traspontín que eran habituales en los años 40 y 50 del siglo pasado.
Sus papás embelesados decidieron guardar aquella obra de arte, que ha llegado hasta hoy soñando ya con que su hijo sería un día un pintor famoso.

Mucha agua ha pasado bajo los puentes y aquel alevín de artista siguió pintando y dibujando en todos los lugares donde vivió estudió y trabajó, aprovechando los ratos libres e incluso apuntándose a cursos vespertinos de pintura o dibujo cuando ello fue posible. Han sido casi sesenta décadas de práctica amateur y esporádica. Algunas de sus creaciones, pocas, siguen en sus manos y, la mayoría, están en las de familiares y amigos, a quienes el niño ya grande las obsequiaba, mientras seguía guardando para la jubilación la posibilidad de estudiar y adquirir en una facultad de artes las cualificaciones técnicas ansiadas.

Así que, finalmente, aquel niño consiguió ser, ya jubilado y durante dos años, un alumno de la Facultad de Bellas Artes de la Universidad Miguel Hernández en Altea. No le fue tan mal, pues cuando llegó la posibilidad de elegir un año de destino Erasmus estuvo en cabeza para la elección de destino: La Accademia di Belle Arti di Via di Ripetta en Roma.
De modo que en Roma pudo acrecentar su formación en Pintura y en Técnicas de Pintura con excepcionales profesores, artistas con taller y producción activa e internacional, como Giuseppe Modica y Moreno Bondi, así como descubrir, practicar y exponer escultura en travertino, lapis tiburtinus o «piedra de Tívoli», en las clases, talleres y simposios internacionales (2) en plena naturaleza de la profesora Oriana Impei, además de otras asignaturas de Anatomía Artística con el profesor Marco Bussagli y la profesora Cinzia Nardini, y otros cursos de enfoque teórico como la Historia del Dibujo y de la Gráfica con el Profesor Pietro Roccasecca, etc.
Pudo pintar con técnicas mejoradas durante aquellos años no sólo en los talleres académicos, sino también en sus sucesivos talleres, los dos primeros en Benidoleig (Alicante) y en Roma, que, acabados los estudios, trasladó a la ciudad donde ahora reside, Göteborg (Suecia), el tercero, para más tarde mudarlo a Ondara (Alicante), cuarto y actual taller, donde sigue pintando en la actualidad durante los meses de primavera y otoño.
Recientemente, movido por el deseo de exponer sus trabajos, se presentó a concurso para obtener sala municipal en Jávea (Alicante). Pero la respuesta fue un escueto correo electrónico del ayuntamiento diciendo que el jurado no le había sido seleccionado, por lo que no ha podido saber las razones que tuvieron los miembros de ese comité.
En todo caso, como el viejo artista no quisiera dejar un cúmulo de cuadros más bien grandes, para los que sus descendientes no tendrían muros donde colgarlos, el protagonista de esta historia ha optado por lanzar, a modo de mensaje en botella que se lanza al mar, esta presentación de las 16 obras presentadas al citado concurso, si bien hay muchas más que están disponibles en su taller (Ver en el Apéndice final una muestra).
La botella en el mar llega pues hoy al abra acogedora de Ensondeluz, de modo que pudiera ocurrir que flotase hasta la playa de alguna galería donde, a pesar de que este artista pensionista no ha cotizado nunca en el mercado del Arte, piensen que su obra merece ser expuesta.
El mensaje de la botella se organiza (como se hizo en la propuesta al ayuntamiento de Jávea) bajo el título de «Cuatro esquinas» e incluye como entonces un selección de 16 obras, que corresponden a las cuatro etapas de los cuatro talleres en las cuatro localidades donde las obras se realizaron, a lo largo de catorce años, desde setiembre del 2008 hasta hoy.
CUATRO ESQUINAS
1
Altea y Benidoleig (2008 – 2010)

“Desarmamiento”:
En octubre del 2007 estaba en Els Poblets cuando la riada del 12 de ese mes causó enormes daños en los pueblos de la Marina Alta. El agua corría desbordándose por el Carrer 14 del pueblo (donde desde 2001 tengo mi vivienda en España. Aquellas imágenes de como el río Girona desmantelaba la obra de los seres humanos en pocas horas se quedaron grabadas en mi memoria, hasta el punto de que cuando empecé al año siguiente, ya jubilado, a trabajar con el hierro en los talleres de la Facultad de Altea propuse un boceto de lo que sería la obra a la que llamé desarmamiento por como la naturaleza desmonta en pocos instantes la obra del hombre, siendo un cubo perfecto abierto y deformado el símbolo de ese impacto.
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“Ifach antes de la salida del sol”:
Durante el primer año de mis estudios en Altea solíamos bajar a dibujar a la playa del Cap Negret no lejos del puente sobre el río Algar de la N332 en dirección a Calpe. Desde ese puente se tiene una vista privilegiada, que varía sus luces con las horas del día, del morro del Miserat y del Peñón de Ifach. No sólo me dio motivo para ir a dibujar y pintar a diversas horas del día esta visión, sino que por entonces había descubierto la obra del malogrado Emilio Varela (1887 – 1951) extraordinario pintor de paisajes de luz alicantinos, deprimido y olvidado después de la guerra civil. No merezco titular mis visiones del Peñón de Ifach “homenaje a Varela) pero cuando las pinté pensaba en él. Esta primera era un boceto rápido antes del amanecer,
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“Ifach siete de la tarde 6 de mayo 2009”
Como resultado de aquellas pruebas, me instalé en el puente en la fecha y hora que se señala en el título y además de tomar fotografías para captar los colores y sombras del momento, pergeñé el proyecto que finalmente ejecuté al óleo en el cuadro que se presenta.
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“Sala de espera”
Este cuadro nació de un rápido boceto que dibujé en mi carnet durante una espera en la sala de la estación de Xeraco esperando el tren de cercanías a Valencia. El personaje que aparece es real, así como su gorro, así como el periódico o revista que leía en esa postura. La luz entraba así por el ventanal o puerta de la sala de espera. Lo que falta es una señora con gafas sentada en otro banco que había en el muro y que en el cuadro aparece vacío. De este modo estaba queriendo, ¡ay de mí!, emular las obras maestras -esas sí- de Edward Hooper ,en las que su personajes parecen estar inmovilizados en una espera de no se sabe bien qué.
2
Roma (2010 – 2011)

“All’ascolto del acqua”
«A la escucha del agua» es una talla en el hermoso veteado mármol travertino de las canteras de Tívoli que surten gratuitamente a la profesora Oriana Impei de la Accademia de Roma. Fue el boceto que realicé en el Campus de Campo Boario con objeto de lograr ser elegido para el Simposio de escultores al aire libre en el Parco Regionale dei Monti Lucretili en la comuna de Licenza (Lazio). El simposio se denominó “Il Giardino dei Cinque Sensi” (El jardín de los cinco sentidos), y tuvo lugar en la primavera del 2011. El resultado, fue una pieza de cerca de dos toneladas que tuve el placer de tallar, tras ser seleccionado mi proyecto: una oreja que capta el sonido de una cascada junto a la que está instalada y a la que se puede arrimar el oído para escuchar las aguas (2).
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“Autorretrato”
El curso de pintura para el que tuve la suerte de ser seleccionado por el profesor Giuseppe Modica, tras un examen de una muestra impresa de mis obras anteriores, exigía como uno de los primeros ejercicios, la realización en el mismo taller de los cursos y tras la discusión con él de los bocetos previos (al menos tres) de un autorretrato al óleo, para lo cual el taller tenía los apósitos espejos. Este autorretrato es el resultado de aquel ejercicio académico.
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“Lungotevere«
El río de Roma, el Tevere (Tíber), discurre muy cerca de la Accademia (campus de via di Ripetta) flanqueado de elevados murallones (muraglioni), construidos a finales del siglo XIX para contener las cíclicas y destructivas inundaciones causadas por su cauce hinchado en la temporada de lluvias. Los paseos del borde del río bajo estos altos muros llevan el nombre de lungotevere (a lo largo del río) La imagen de espejo calmado que he captado en esta obra es de uno de esos días en que ni siquiera una ligera brisa rizaba sus aguas. Inicialmente había una figura humana bajando las escaleras, pero preferí dejar la escueta imagen de la estaca de amarre como testigo de aquel instante algo metafísico. Por entonces me interesaba por la pintura de los casi despoblados entornos arquitectónicos de De Chirico, más que por, a mi modo de ver, mejorables anatomías y fisionomías humanas.
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“Notte di pioggia a Piazza Cavour”
Noche de lluvia en la Plaza Cavour tiene su origen en que solía a menudo, tras las clases de la tarde en la Accademia, atravesar el cercano Ponte Cavour, no lejos del lungotevere anterior. Paseaba y tomaba una merienda cena por los barrios detrás del Castel Sant’Angelo, antes de volver a la plaza para coger el autobús hacia mi barrio de Ponte Milvio. En una de esas esperas en la parada, ya de noche de invierno, me sorprendió una lluvia violenta. Las fotos que tomé de la plaza bajo la lluvia, con las luces de edificios y del Palacio de Justicia, así como las del tráfico de coches y motos y del pavimento refulgente de los sampietrini (los adoquines romanos) quedaron registrados. A partir de ahí pasé, en mi taller del apartamento que alquilaba en Ponte Milvio, a los bocetos y al lienzo definitivo, que presenté en las clases de Técnicas de Pintura del profesor Moreno Biondi, de las que, a partir de entonces, se nutre mi técnica de trabajar el cuadro en acrílico, para que seque rápido hasta una versión que me complazca, para luego trabajar calmadamente con tres capas de óleo sucesivas.
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En mi cuadro del Pontífice perplejo (galardonado cum laude en el examen final de mi año en la Accademia di Belle Arti de Roma) represento, con anatomía inspirada por el torso de Belvedere (precisamente en los Museos Vaticanos) a un papa que sintió remordimientos por su mala conducta y, siguiendo el consejo de San Pablo, se fue quedando como había venido al mundo (hasta el anillo pontificio se quitó). Pero al llegar a la tiara, símbolo máximo del poder papal, se sentía tan apegado a ella que no era capaz de quitársela. Ya estaba completamente desnudo, pero penaba a la idea de despojarse de su triple corona, pues además es la antena parabólica de su comunicación con el Espíritu Santo, que le suministra la infalibilidad. El edificio que se ve en la ventana es fiel imagen de los aposentos papales sobre el patio interior que crucé varias veces para ir a la Biblioteca Vaticana.
En la tradición de los emperadores romanos, la Ciudad Eterna ha sido pródiga en el arte del desnudo, del ideal de la mujer, del héroe atlético y de los mitos de la Antigüedad, tanto en la Basílica de San Pedro y en otros templos y palacios pontificios de la urbe, como en los Museos Vaticanos. Pero los artistas pontificios fueron parcos en desnudar a cualquier autoridad o mito, sagrado o profano, de los que han dominado el mundo cristiano. Cuando Miguel Ángel lo intentó con Jesucristo, vino el Concilio de Trento y encargaron a Volterra que pusiera bragas a los protagonistas de su Juicio Final.
Los Papas han estado revestidos de varias capas de materia textil, a menudo ornadas con hilos y piedras preciosos, así como coronados con la triple tiara, herencia faraónica. Esta tradición sigue vigente. No es extraño pues que al llegar el papa Julio II (Della Rovere) a las puertas del paraíso, aquel duro guerrero y mecenas financiador (por vía de diezmos, primicias e indulgencias) de tantos desnudos renacentistas, ofendido (como cuenta Erasmo en un libelo famoso) porque no le abría San Pedro cuando reclamaba su derecho a entrar inmediatamente en el cielo, pues no cumplía aquello a lo que San Pablo anima a los primeros cristianos: desnudarse del hombre viejo y revestirse del espíritu evangélico (Ad Efesios, 4, 22).
3
Göteborg (2012 – 2016)

“Niflheim”
El mundo del hielo junto a los otros dos cuadros (“Muspelheim” y “Midgard”) completa la trilogía dedicada a los mundos míticos ideados por los pueblos nórdicos originarios, El mundo oscuro del hielo, por el que los malvados transitan hacia las regiones de la muerte, es inhóspito para los seres humanos, semejante a los parajes del círculo polar ártico en los que esta representación se inspira.
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“Midgard”
El mundo de en medio presenta uno de los tres mundos de la cosmografía nórdica arcaica que define los entornos de la mitología originaria de los pueblos escandinavos. Viviendo y pintando en mi taller por entonces en Gotemburgo mi imaginación, motivada por algunas lecturas al respecto, se fijó en ellos. El mundo de en medio es el único habitable para los seres humanos y en el surge el verde del universo vegetal y los dioses velan sus sueños.
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“Muspelheim”
En este lienzo de el reino del fuego se imagina el mundo del fuego, hábitat imposible para los hombres y sólo habitado por poderosos gigantes. En realidad la imagen estuvo motivada en un atardecer en el que el cielo de Gotemburgo fue extremadamente rojo y las siluetas de algunos edificios parecían inmersas en un incendio.
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“Gotemburgo en la noche”
A dos pasos de mi atelier de Gotemburgo, situado al norte de la ría en el distrito de Hisingen, se halla el embarcadero del transbordador en el que desembarcaba o embarcaba en mi trayecto entre el apartamento en que resido del centro de la ciudad en el sur de la ría y el taller donde pintaba. A menudo se hacía noche a la hora de volver a casa y las luces de la ciudad se reflejaban al otro lado del curso de agua. Este es el origen de este lienzo en que Gotemburgo aparece a lo lejos con un halo de misterio tranquilo y de oscuro silencio.
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“Gran insecto en la ría”
En esa misma orilla norte había un gigantesco dique seco, que poco después de acabar esta pintura se vendió a los astilleros de Dunkerke en Francia. Esa enorme estructura era el último vestigio de los bicentenarios astilleros de Gotemburgo. Sus enormes grúas, que esas sí se han quedado por su valor de patrimonio de la historia industrial de la ciudad, se movían sobre los grandes buques en reparación. La pintura corresponde a una visión del último gran ferry de Stena Line que fue remozado en aquel dique seco. Su apariencia, rodeado de las rojas estructuras de las grúas, se me presentó como un gran insecto asentado sobre sus patas al que retraté.
4
Ondara (2016 – …. )

“Segaria”
Eecreación libre de las muchas veces que he mirado a la montaña del Segaria desde los pueblos de El Verger y Els Poblets.
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Ramón Puig. 2022. Una mañana en Els Poblets, 120 x 100 cm. Acrílico y óleo sobre lienzo.
“Mañana temprano en Els Poblets”
Este lienzo es el más reciente de los terminados, durante mis estancias en Els Poblets durante el año 2022 en mi taller de Ondara. Eran las primeras horas de una mañana cuando el sol ya se alzaba sobre unas nubes plomizas enrojeciendo el cielo y creando reflejos en el agua de la Playa de la Almadrava de Els Poblets vista hacia su punta de levante por la que desemboca en el mar el río Girona. Es la vista desde mi terraza. No hay un solo día que luzca igual en este rincón del cielo, donde la monotonía no cansa jamás la vista.
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Apéndice
Lo anterior, como ya se ha dicho, es sólo la selección de 16 obras presentadas al concurso de Jávea, que obligaba a no superar el número de veinte obras. Por ello a continuación agrego algunas más (3):
Fase de Altea / Benidoleig



Fase de Roma


Fase de Gotemburgo



Fase de Ondara


NOTAS.
(1) Haiga, Diccionario de la RAE: «Automóvil muy grande y ostentoso, normalmente de origen norteamericano». El diccionario explica que el nombre procede de una frase que de chiste se atribuía al nuevo rico poco culto que al ir a comprar un coche y le decía al vendedor: deme el más grande que haiga (por que haya).
(2) Cfr. : https://ensondeluz.com/2011/06/28/fin-de-curso-la-saga-de-la-piedra/ y https://ensondeluz.com/2011/10/01/esculpiendo-por-los-montes-donde-horacio-descansaba/
(3) La razón es que no todas se hallan en España, y no era factible en ese momento pensar en trasportar las que están en Suecia.
Breverías erasmianas (LX): ‘prevaricatio’, ‘adulterare’, ‘improbitas’, ‘protervia’, ‘corruptio’.

Dedicado a Miguel Giusti Hundskopf, filósofo peruano y amigo
Son cinco los perros salvajes de la escultura de Dan Dailey que se expone en estos días en el Museo Nacional de Estocolmo (Beauty and the Unexpected, Modern and Contemporary American Crafts). Pero podrían ser más, si a estos «perros» los viésemos como alegoría de aquellos vicios que, cuando anidan en funcionarios o gobernantes, perjudican a quienes ellos están llamados a servir y llevan las naciones a la división y a la decadencia.
En algunos de los 4.151 adagios de sabiduría antigua que Erasmo recopiló y comentó se habla entre otros de cinco de esos hábitos nefastos (prevaricación, falsedad, improbidad, protervia, corrupción) contrarios a las virtudes que quien tiene responsabilidad de gobierno debería poseer en grado superior a la media de sus gobernados.
I
Prevaricatio
Empecemos con un extracto del comentario de Erasmo sobre la etimología del verbo prevaricar, al que corresponden los substantivos prevaricador o prevaricación, que en su origen latino significa arar un surco torcido y según el Diccionario de la RAE consiste «en que una autoridad, un juez o un funcionario dicte a sabiendas una resolución injusta».
Escribe Erasmo citando textos de Plinio y Virgilio:
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Arator nisi incurvus praevaricatur
El labrador que no se inclina prevarica
Adagio IV, v, 85
Proverbii speciem habet quod refert Plinius lib. XVIII capite XIX : Arator nisi incurvus praevaricatur.. Praecipit ut arator arvum primum rectis sulcis proscindat, mox et obliquis subigat : id fieri vix potest, nisi toto corpore incumbat labori, unde et Virgilio dictus est curvus arator. Caeterum praevaricari est a recto sulco divertere. Unde et in causis praevaricari dicuntur qui causam diversam adjuvant. Videlicet hoc est, quod ait Plinius : Inde translatum hoc crimen in forum.
…
La imagen del proverbio la aporta Plinio (libro XVIII, capítulo XIX): el labrador si no se inclina prevarica. Es necesario que el labrador primero are el campo con surcos rectos y luego los complete con surcos oblicuos, y difícilmente puede lograrlo a menos que ponga toda su fuerza en la labor, de ahí que Virgilio al labrador lo llame ‘encorvado’ y que ‘prevaricar’ signifique desviarse del surco correcto, de modo que en las causas se dice que prevarican quienes sirven a una causa diferente. Es eso lo que significa este delito en la vida pública según esta metáfora de Plinio.
Plinio, Historia Natural, 18, 179. Virgilio, Bucólicas, 3, 42. Texto latino: Les Adages d’Érasme, présentés par les Belles Lettres et le GRAC (UMR 5037), 2010, p.2229 (traducción propia).
II
Adulterare
En el siguiente adagio Erasmo cita al Etymologicum magnum, a Esopo, a Platón y Aristófanes entre otros refiriéndose a la insinceridad, a la corrupción y a la adulteración o falsedad. Y si citamos a la RAE, su diccionario del español define la corrupción del siguiente modo:
«En las organizaciones, especialmente en las públicas, práctica consistente en la utilización indebida o ilícita de las funciones de aquellas en provecho de sus gestores». Y la acción de adulterar como: «Falsear, alterar la naturaleza de algo. Una ideología adulterada«.
A continuación nuestro extracto del adagio erasmiano:
Κίβδηλος, id est adulterinus
Falsificación, es decir adulterado
Adagio III, iv, 5.
Quod simplex non est neque sincerum, id vulgato verbo Graeci κίβδηλον vocant, hinc ducto vocabulo, quod aliud prae se ferant, aliud tegant, παρὰ τὸ 10 κεύθειν τὸ δᾛλον
(…)
Sed proprie nummum subaeratum κίβδηλον appellant et κιβδηλίαν insynceritatem seu corruptelam
(…)
Conveniet igitur in amicitiam insynceram et fictam, aut in hominem blando vultu, sed anima virulento, aut in eum, qui sanctimoniam habitu prae se ferat, cum vita sit impia,
(…)
aut in orationem insynceram, ut Plato libro De legibus quinto : Σὰς δὲ αὖ τιμὰς δεἶ σκοπεἶν, καὶ τούτων τίνες ἀληθεἶς καὶ ὅσαι κίβδηλοι, id est Rursum honores oportet considerare, quinam ex his veri sint, qui adulterini. Rursum eodem in libro : Ὅπως μήτε αὐτὸς κίβδηλός ποτε φανεἶται ὁτᾩοῦν, ἁπλοῦς δὲ καὶ ἀληθὴς ἀεί, id est Ut neque ipse adulterinus aliquando cuiquam appareat, sed simplex et verax semper.
Hoc igitur a nummis traductum, si ad diversas res traducatur, proverbiale fiet.
.,,
Lo que no es puro ni sincero los griegos lo denominan con el término muy usado de falso (κίβδηλον), una palabra que se refiere al hecho de que la gente puede hacer abiertamente una cosa para esconder otra, παρὰ τὸ κεύθειν τὸ δᾛλον: ‘tapar algo que es manifiesto’
(…)
Pero el significado original de κίβδηλον es ‘moneda que encierra cobre’ (κιβδηλίαν) o sea la ‘insinceridad’ o a la ‘corrupción’
(…)
Es pertinente para designar la amistad insincera y fingida, o al hombre de rostro lisonjero pero alma venenosa, o al que se viste de santo pero lleva una vida impía
(…)
o al discurso insincero, como en el libro quinto de «Las Leyes» de Platón: Ὅπως μήτε αὐτὸς κίβδηλός ποτε φανεἶται ὁτᾩοῦν, ἁπλοῦς δὲ καὶ ἀληθὴς ἀεί, es decir ‘Hemos de verificar de nuevo sus títulos, cuál de ellos es verdadero y cuál es falso’. Y de nuevo en ese libro: Ὅπως μήτε αὐτὸς κίβδηλός ποτε φανεἶται ὁτᾩοῦν, ἁπλοῦς δὲ καὶ ἀληθὴς ἀεί», es decir ‘de modo que nadie pueda considerarle adulterado, sino siempre claro y verdadero’.
Así pues, este término que se aplica a las monedas, al volverse proverbio se refiere a cuestiones diferentes.
Platón, Las Leyes, 5728D y 5738. Texto latino: Les Adages d’Érasme, présentés par les Belles Lettres et le GRAC (UMR 5037), 2010, p. 1660, (traducción propia).
Estas glosas de Erasmo me hacen pensar en un dicho popular que se usa popularmente para reprender la doblez, la mentira y la corrupción: eres como la falsa moneda.

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III
Improbitas
El Diccionario de la RAE define la improbidad como la falta de probidad que a su vez significa honradez que a su vez es la rectitud de ánimo y la integridad en el obrar, por lo que concluiríamos diciendo que la improbidad es la ausencia de estos dos atributos de la conducta moral. Es decir que la improbidad se puede entender como equivalente a lo que más vulgarmente se llama inmoralidad.
El texto siguiente de Erasmo parte de un proverbio griego de las Moralia de Plutarco en que se aborda la cuestión de lo fácil que es justificar la propia improbidad y lo trabajoso que puede ser mantenerse probo, es decir honrado,
Compendiaria res improbitas
La inmoralidad ataja
Adagio III ii 97
Σύντομος ἡ πονηρία, βραδεἶα ἡ ἀρετή, id est Compendiaria res improbitas, virtus longa. Qui semel addixit animum vitiis, is quidvis flagitii facile patrabit. At singulae virtutes magno sudore parandae. Fitque nescio qua naturae corruptione ut, quae turpia sunt, vel αὐτοδίδακτοι protinus arripiamus, quae honesta, vix laboribus diutinis inculcentur. Plutarchus in Apophthegmatis tribuit hoc dictum Cleomeni. Cum praedo quispiam in agrum Lacedaemoniorum fecisset incursionem atque, ubi captus esset, dixisset ideo haec se fecisse, quod non esset quo aleret militem, proinde ad eos vertisse sese, quibus superesset nec impartirentur, Cleomenes : Σύντομος, ἔφη, ἡ πονηρία.
…
‘La inmoralidad ataja, la virtud es lenta’. A quien, de una vez por todas, el vicio guía su mente le será fácil cometer cualquier delito, mientras que adquirir la virtud exige gran esfuerzo. No sé en realidad a qué corrupción natural se debe que el autoaprendizaje de la indecencia se logre en seguida, mientras las cosas honestas se inculcan con dificultad y continuo esfuerzo. Plutarco en sus Apotegmas atribuye el presente dicho a Cleómenes, un jefe de una banda de ladrones que incursionó en territorio de Esparta y que al ser capturado dijo que lo había hecho porque no tenía alimentos para sus soldados y que, por eso, se había vuelto contra quienes no compartían lo que les sobraba, pues según Cleómenes, ‘La astucia ha de tomar atajos’.
Plutarco, Moralia 223D. Texto latino: Les Adages d’Érasme, présentés par les Belles Lettres et le GRAC (UMR 5037), 2010, p.1591, (traducción propia).

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IV
Protervia
En la actualidad, en castellano, como lo define el Diccionario de la RAE, el término protervia significa perversidad, obstinación en la maldad. A principios del siglo XVI, a partir de su enorme erudición y de su consulta de manuscritos e incunables (especialmente en su estancia en Venecia) Erasmo de Rotterdam presentaba hasta 5 fuentes interpretativas de los varios sentidos que en la Antigüedad grecolatina tenía el adagio «Proterviam fecit» como expresa en esta glosa en su Adagiorum Collectanea. De este modo este adagio podría traducirsecomo «Hizo ostentación», «Se mostró insolente», «Despilfarró todo», «Fue dispendioso», etc.
De Macrobio extrae la interpretación de que la palabra viene de «propter viam», aludiendo a los sacrificios ofrecidos a Hércules para propiciar una buena jornada de viaje. Es muy interesante también el texto de Athenaeus (6, 227e) en que la protervia latina conecta con la explicación en versos griegos de como las autoridades de Corinto castigaban a los despilfarradores de lo ajeno.
La norma de Moisés, que dice «ninguna cosa dejaréis de él hasta la mañana; y lo que quedare hasta la mañana, lo quemaréis en el fuego» (Exodo, 12, 10), le ofrece a Erasmo una acepción bíblica de protervia en el sentido de que la consumación sacrificial por el fuego del cordero pascual no debe dejar restos. En sentido parecido la edición de Toronto University Press de los «Collected Works of Erasmus» (vol 32, pag. 204) ha traducido al inglés este adagio como He has made a clean sweep, algo así como «Ha barrido con todo».
Por mi parte me inclino con la opción del sentido antiguo de protervia como despilfarro lo que en cierto modo puede acompañarse en bastantes casos con una actitud perversa de obstinación en el dispendio, que nos devuelve al sentido del término en castellano de hoy, sobre todo si se despilfarran los dineros de todos, algo que los corintios castigaban duramente.
Pero vengamos al texto de Erasmo:
Proterviam fecit
Despilfarró todo
Adagio I, ix, 44
Erat hoc religiosum in nonnulis etiam aliis hostiis, ne quid ex sacris epulis relinqueretur, aut si quid reliquum esset, id igni absumeretur, quemadmodum Moyses tradit de agno paschali. Porro id genus sacrificii Romani proterviam appellant. Unde celebratur illud Catonis festiviter dictum in Albidium quendam, qui patrimonium universum luxu absumpserat unis exceptis aedibus, quae incendio conflagrarunt. Proterviam, inquit, fecit, propterea quod ea, quae comesse non potuerit, quasi combussisset. Auctor Macrobius libro Saturnalium secundo. Ad hoc facit quod apud Athenaeum libro VIII, Theocritus Chius Diocli gurgiti, qui devorato pisce calido dixit se coelum exusisse, Unum, inquit, illud tibi superest, ut mare ebibas, atque ita tres res omnium maximas confeceris : terram, mare, coelum.
At quoties sumptus superat quaestum nec morbus decedit jam in naturam versus, quid superest, nisi ut ad malas artes vertant sese, quo luxui semper gliscenti suppeditet pecunia ?
Atque haec est una non minima pestis Germaniae nostrae, praecipve apud eos, qui nobilitatis titulo gloriantur – quanquam sunt in his, qui nobilitatem fingunt, ut haec faciant impunitius, qui subornant, a quibus vocentur Jonckeri – jactant arces paternas, addunt plumam galero, pingunt clypeum, in quo dextra librans macheram dissecet elephantem. Suscribunt epistolis suis tres litteras : Equ. Si quis sit natus viculo quopiam, puta Ornithoplutus dicto Isocomo, non se scribit Isocomensem, nam id plebeium est, sed Ornithoplutus ab Isocomo. Atque tum sibi jus esse putant indicere bellum, cui visum est. Si legum severitas coerceret talium juvenum intemperantiam, non essent tam multi, quibus supplicia vel infligere cogerentur, vel condonare. Per aleam enim, chartas, scorta, compotationes et otium venitur ad aes alienum, mox ad rapinas et sycophantias. Curritur in militiam, redeunt cum praeda non ab hostibus parta. His rudimentis exercitati nullum horrent facinus. Apud veteres erant leges sumptuariae atque adeo Corinthi, quae civitas erat caeteris corruptior, tamen lex erat opposita sumptuosius quam pro rei familiaris modo viventibus. Eam apud Athenaeum libro sexto Diphilus refert hisce versibus :
Σοιοῦτο νόμιμον ἐστί, βέλτιστ’, ἐνθάδε
Κορινθίοις, ἵν’ ἄν τιν’ ὀψωνοῦντ’ αεὶ
Λαμπρὦς ὁρὦμεν, τοῦτον ἀνακρίνειν πόθεν
Ζᾜ καὶ τί ποιὦν· κἅν μὲν οὐσίαν ἔχᾙ,
Ἧς αἱ πρόσοδοι λύουσι τἀναλώματα,
Ἐὰν ἀπολαύειν τοῦτον ἤδη τοῦ βίου.
Ἐὰν δ´ ὑπὲρ τὴν οὐσίαν δαπανὦν τύχᾙ,
Ἀπεἶπον αὐτᾫ τοῦτο μὴ ποιεἶν ἔτι.
Ὃς δ’ ἅν δὲ μὴ πείθητ´, ἐπέβαλον ζημίαν.
Ἐὰν δὲ μηδ´ ὁτιοῦν ἔχων ζᾜ πολυτελὦς,
Σᾫ δημίᾩ παρέδωκαν αὐτόν. Ἡράκλεις,
Οὐκ ἐνδέχεται γὰρ ζᾛν ἄνευ κακοῦ τινος
Σοῦτον, συνιεἶς, ἀλλ´ ἀναγκαίως ἔχει
Ἢ λωποδυτεἶν νυκτὸς ἥ τοιχωρυχεἶν
Ἢ τὦν ποιούντων ταῦτα κοινωνεἶν τισιν
Ἢ συκοφαντεἶν κατ´ ἀγορὰν ἥ μαρτυρεἶν
Χευδᾛ. Σοιοῦτον ἐκκαθαίρομεν γένος, id est
Hoc lege cautum est hic apud Corinthios :
«Si quempiam obsonare semper splendide
Videmus, hunc rogamus, unde vivat et
Quid faciat operis ; si facultates habet,
Ut reditus harum solvere expensas queat,
Perpetimur illum perfrui bonis suis.
Sin forte sumptus superat ea, quae possidet,
Prohibemus huic, ne faciat hoc in posterum.
Ni pareat, jam plectitur mulcta gravi.
Sin sumptuose vivit is, qui nil habet,
Tradunt eum tortoribus.» Proh Hercules,
Nec enim licet vitam absque malo ullo degere
Talem scias, sed est necesse aut noctibus
Abigere praedam aut fore muros aedium
Aut haec patrantum jungier commercio
Aut in foro agere sycophantam aut perfidum
Praebere testem. Nos genus hoc mortalium
Ejicimus haec ex urbe velut purgamina.
.
Esto tenía también un sentido religioso en ciertos tipos de sacrificios, en modo que de las comidas sagradas no quedaba nada, o si quedaba algo, se consumía en el fuego, como relata Moisés sobre el cordero pascual. Además, los romanos llaman a ese tipo de sacrificio protervia. Por eso célebre lo que Catón le dijo bromeando a un tal Albidio, que había consumido en lujos todo su patrimonio, a excepción de algunas casas, que se incendiaron. Le dijo que había cometido protervia porque había quemado las cosas que no podía comer. Lo cuenta Macrobio en el segundo libro de sus Saturnalia. También viene a cuento lo se narra Ateneo (libro octavo) sobre como Theocritus Chius Dioclii, gorgoteando, sintió que al devorar un pescado asado se había comido el cielo, y añadió que sólo faltaba beberse el mar, para ingerir las tres cosas más grandes de todas: la tierra, el mar y el cielo.
Pero cuando el coste es superior a la ganancia y el morbo no desaparece de forma natural ¿que otro queda sino recurrir a las malas artes, con las que el lujo siempre se abastece de dinero?
Y ésta es una de las plagas más importantes de nuestra Alemania, sobre todo entre aquellos que ostentan el título de nobleza (aunque también hay quienes se hacen pasar por nobles para poder hacer estas cosas impunemente), los que sobornan, entre ellos los llamados ‘junkers’ que se jactan de sus castillos paternos, añaden plumas a sus gorras, pintan un escudo en el que, blandiendo un machete en su mano derecha, diseccionan un elefante. Firman con tres letras sus cartas: ‘Equ’[caballero]. Si un hombre nació en un determinado pueblo, por ejemplo en Ornitopluto de Isocomo, no firma como ‘isocomense’, porque sería plebeyo, sino como ’ornitoplutense de Isocomo’. Y además piensan que tienen derecho a declarar la guerra a quien mejor les parezca. Si unas leyes severas controlaran esta intemperancia juvenil, no habría tantos a quienes se tendría que infligir o condonar penas. Porque del juego, de los naipes, de las compañías, del bebercio y la ociosidad, surgen las deudas y, a continuación, las rapiñas y las imposturas. Se enrolan en el ejército y regresan con un botín que no han ha arrebatado al enemigo. Una vez que se han ejercitado en estos rudimentos, ningún crimen les parece horrible. Entre los antiguos había leyes sobre el lujo, incluso en Corinto donde, aun siendo una ciudad más corrupta que las demás, la ley se oponía a los que vivían lujosamente pero no de sus recursos de familia.
Diphilus lo relata así en el libro sexto de Ateneo con estos versos:
‘Así se recoge en esta ley entre los Corintios:
«si los banquetéos espléndidos de alguien
detectamos, le preguntamos dónde vive y
en qué trabaja, si tiene recursos propios.
Y si los ingresos que percibe cubren sus gastos,
le permitimos que siga disfrutando de sus bienes.
Mas si por azar sus dispendios superan sus haberes,
le prohibimos que siga actuando así en el futuro.
Para impedirlo, se le impone una fuerte multa.
Si uno que no posee nada lleva una vida de lujos
es entregado a los torturadores. ¡Por Hércules,
que a nadie se le debe permitir vivir del crimen!»
Pues los tales, como sabes, incluso recurren a la noche
para robar el botín, o entrar por un butrón en una casa,
o participan de las ganancias de quienes así operan,
o intervienen pérfidamente en imposturas del mercado,
o perjuran a cambio de dinero. A este género de mortales
los expulsamos de la ciudad como inmundicias’.
Texto latino : Les Adages d’Érasme, présentés par les Belles Lettres et le GRAC (UMR 5037), 2010 . pp. 733-734 (la traducción es propia)
Como suele a menudo hacer, Erasmo traslada lo citado a la Alemania de sus época, a modo de una moraleja destinada a sus coetáneos. Por ello acaba así su comentario a este adagio:
At hodie Germania in non obscuris civitatibus fert hoc genus nepotes et ganeones, qui non solum nihil habent, verum etiam multis multa debent, neque cuiquam illorum dicitur Heus tu, unde suppetit res tuo luxui ? Quod si fieret, fortasse comperirent esse verum, quod scripsit Diphilus.
…
Pero hoy Alemania, en ciudades bien conocidas, se tolera a esta clase de nepotes y vividores, que no sólo no tienen nada, sino que además deben mucho a muchos; y jamás nadie les dice «¡Oye, tú! ¿de dónde sacas el dinero para tus lujos?” Si así se hiciera, tal vez se descubriría que lo que escribió Diphilus era verdad.
Ibidem
Por nuestra parte no nos es difícil constatar que dilapidar lo ajeno es una forma recurrente de corrupción. Cuando además se produce malversando los dineros de todos (por ejemplo con los recursos del Estado) se califica de malversación, al menos en las naciones civilizadas, lo que equivale a corrupción pública, una plaga bien antigua que se reviste de muchos ropajes y pretextos.

.
V
Corruptio
El término aparece en varios adagios de los recogidos por Erasmo, así como en sus comentarios. En general la colección de Erasmo empieza por el examen de antologías más antiguas, pero en algunas ocasiones extrae el proverbio griego o latino de sus propias lecturas de los autores clásicos. Este es el caso de este quinto adagio, en que se define la corrupción, y que Erasmo ha extraído directamente de Aristófanes, Eurípides y Cicerón, como indica en sus notas R.A.B. Mynors, catedrático de latín de Oxford y Cambridge y traductor al inglés de este y otros adagios erasmianos (1).
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Nihil sanum
No hay nada sano
Adagio Ι, viii, 38.
Summam morum corruptionem et nullum honesti respectum his verbis Graeci significant Οὐδὲν ὑγιές, id est Nihil sanum.
Exempla passim in comoediis tragoediisque Graecorum sunt obvia. Aristophanes in Pluto :
Πευσόμενος εἰ χρὴ μεταβαλόντα τοὺς τρόπους
Εἷναι πανοῦργον, ἄδικον, ὑγιὲς μηδὲ ἕν,
Ὡς τᾫ βίᾩ τοῦτ’ αὐτὸ νομίσας ξυμφέρειν, id est
Scitatum an expediret, ut in contrarium
Verso instituto pristinisque moribus
Iniquus esset, subdolus, sani nihil
Ratus ista vitae commodis conducere.
Andromache in sui nominis tragoedia apud Euripidem ita describit Spartanorum mores :
Ὦ π σιν ἀνθρώποισιν ἔχθιστοι βροτὦν
Σπάρτης ἔνοικοι, δόλια βουλευτήρια,
Χευδὦν ἄνακτες, μηχανορράφοι κακὦν,
Ἑλικτα κοὐδὲν ὑγιές, id est
Heus omnium mortalium invisisimi
Spartam incolentes, fraudulenti consili,
Mendaciorum principes et opifices
Tecti malorum, tortiles, sani nihil.
Aristophanes ἐν Θεσμοφοριαζούσαις, si modo non fallit titulus, de feminis :
Σὰς οἰνοπότιδας, τὰς προδότιδας, τὰς λάλους,
Σὰς οὐδὲν ὑγιές, τὰς μέγ’ ἀνδράσιν κακόν, id est
Vini bibaces, proditrices, garrulas,
Nihilque sanum, maximum viris malum,
ubi plane proverbialiter dixit οὐδὲν ὑγιές pro perditissimis. M. Tullius ad Atticum libro decimoquinto : Quid quaeris ? οὐδὲν ὑγιές, id velut interpretans in epistola, quae praecessit ab hac tertia : Quid quaeris ? nihil sinceri.
…
El colmo de la corrupción de las costumbres públicas y la carencia de todo respeto a la honestidad lo expresaron los Griegos con las palabras Οὐδὲν ὑγιές que significan ‘No hay nada sano’ (2).
Hay ejemplos abundantes en la dramaturgia griega, como en la comedia «Pluto» de Aristófanes (3):
‘El debatir si conviene recuperar las normas
y la moralidad antiguas o hacer lo contrario
es inicuo, falaz y de ningún modo sano,
aunque se crea que hace la vida más fácil’.
Y Andrómaca en la tragedia de Eurípides (4) que lleva su nombre describe así el carácter de los espartanos:
‘Ellos los más odiados de todos los mortales
naturales de Esparta, dolosos consejeros,
eminencias del engaño y artífices de la mentira,
guaridas del mal, retorcidos, donde nada es sano’.
Y Aristófanes en ‘Las Tesmoforiantes’ (5), donde, si el título no engaña, dice de las mujeres:
‘bebedoras de vino, traicioneras, parlanchinas,
nada sano, el mayor mal para los hombres’,
Lo que simplemente se dice con el proverbio οὐδὲν ὑγιές, que significa ‘depravadísimo’. Como cuando Marco Tulio le preguntaba a Ático (6): ‘¿Qué estás buscando? οὐδὲν ὑγιές’;lo que, interpretándolo con la epístola que precedió a esta, es decir: ‘¿Qué buscas? nada sincero’.
Les Adages d’Érasme, présentés par les Belles Lettres et le GRAC (UMR 5037), 2010, p.656. (la traducción es propia).

***
Notas
(1) Collected Works of Erasmus, vol. 32, Adages I vi 1 to I x 100, translated and annotated by R.A,B. Mynors, University of Toronto Press, 1989, p. 336
(2) Mynors, como los otros traductores de los adagios de Erasmo suelen traducir al sentido sobre la base de un grado de conocimientos de las lenguas clásicas y una libertad modernizadora (que a mi nivel no me puedo permitir). En el caso de Οὐδὲν ὑγιές, en latín traducido por Erasmo como Nihil sanum, el profesor inglés traduce al inglés como Rotten to the core, lo que en castellano equivale a nuestro dicho Podrido hasta la médula.
(3) Aristófanes, Pluto, 36-8
(4) Eurípides, Andrómaca, 445-8
(5) Aristófanes, Las Tesmoforiantes, 373-4. La expresión si modo non fallit titulus, de feminis («si el título no engaña, dice de las mujeres») es una aclaración de Erasmo que deja entender que los epítetos misóginos son de Aristófanes y no suyos.
(6) Cicerón. Cartas a Ático, 15,1,3 y 14.21-2.

Sanguina
El otoño cubre de colores los árboles de hoja caduca en los bosques y parques de gran parte de Europa. Es un proceso que a menudo empieza por los amarillos en sus diversas tonalidades, triunfa con los rojos de sangre y culmina con los marrones y los ocres. Progresivamente las hojas en esas tonalidades crean alfombras multicolores sobre las praderas silvestres y los céspedes urbanos.
Cerca de casa hay varios parques. A la entrada de uno de ellos, el de la «Sociedad de los jardines» (Trädgårdsföreningen) hay una escultura de la Primavera que pacientemente acepta al principio del otoño la paulatina invasión de las hojas moribundas.

Sobre los caminos del parque el pantone (*) vegetal va plasmando sus colores.


No muy lejos en el Vasaparken asistimos a la misma evolución y paulatinamente la sanguina se va abriendo paso

.
La técnica de la sanguina
Por esas asociaciones que el recuerdo nos trae, he pensado en los dibujos de Leonardo Da Vinci, de quien en estos días estoy leyendo el estudio biográfico que le dedicó Robert Payne (**) en 1978, libro que ha caído hace poco entre mis manos en la librería de viejo (bok antikvariat) de mi barrio.
Son muchos los artistas que han dibujado a la sanguina pero me voy a limitar a algunos admirables dibujos de Leonardo y a los hallazgos propuestos por Payne a propósito del rostro de aquel hombre que señala con pasión como
el padre de la era moderna: el visionario inventor de máquinas, el estudioso de las corrientes de agua, de la fuerza que proviene de las aguas y de los vientos y del sol y las lentes incendiarias. Aquél que consideró al hombre como el señor de la naturaleza, el conquistador de los recursos de la tierra. El que en el silencio de la noche, escribiendo en sus inacabables cuadernos de notas, invocaba al futuro, hasta el punto de que nosotros seamos simples sueños de su mente desbordante.
(…)
Esa enorme ave extendió sus alas y voló más y más lejos y más arriba de lo que cualquier hombre antes había volado, e incluso hoy nosotros volamos a su sombra.
.
conclusión de la obra de Robert Payne (pág.307) sobre Leonardo Da Vinci
A mi modo de ver lo más sobresaliente de esta obra del escritor inglés, además de la enorme cantidad de fuentes que estudió para su trabajo y de museos que visitó, son las hipótesis que entonces planteó sobre la fisionomía del genio, a quien siempre se había atribuido un rostro que, según Payne, es en realidad el rostro de Piero da Vinci, padre del genio del Renacimiento.

Por varias razones que en la obra se exponen, el famoso retrato de un anciano que muchos siguen pensando es el del artista, no es el suyo, sino que sería el de sus padre. En todo caso la cuestión sobre el rostro verdadero de Leonardo Da Vinci se sigue debatiendo.
Ya en 1978 el historiador ingles se inclinaba por considerar que otro retrato a la sanguina de la Colección del Windsor Castle atribuido a Francesco Melzi o al mismo Leonardo, su maestro, es el el más fidedigno. No obstante, en su libro se reproduce una versión casi idéntica de la Pinacoteca Ambrosiana de Milán.

Siguiendo con sus hipótesis, piensa que Leonardo, a la edad de veintinueve o treinta años, se habría retratado en el lateral inferior derecho de su obra La adoración de los magos.

Y es más, citando una obra sobre los dibujos de Leonardo de Louis Desmonts (***) opina que hay un retrato en la colección de El Louvre que se sospecha sea un autorretrato de Leonardo en su madurez.

Concluyendo las hipótesis barajadas por Robert Payne en 1978, la cuarta posibilidad que reproduce en su obra es un «probable retrato hecho en un cuaderno de notas por uno de sus alumnos».

Sea como sea, hemos comenzado aquí por los colores de las hojas de los árboles de Gotemburgo en otoño, para seguir con los dibujos a la sanguina de Leonardo Da Vinci y finalizar esta entrada con las hipótesis de Robert Payne sobre el verdadero rostro de aquel genio. Esas cuatro hipótesis corresponden respectivamente a retratos a la sanguina, al óleo, al carboncillo y a la tinta negra (de esta última no cita en qué archivo o museo está el cuaderno al que alude).
***
Por mi parte, colorín colorado, mis divagaciones por hoy han acabado y espero no haberme desbocado.

Notas:
(*) En 1963, se desarrolló el sistema Pantone (que significa «todos los colores») que estructuró la definición técnica precisa de los colores. Gracias a este sistema, los diseñadores gráficos pueden ver exactamente, por ejemplo, cómo se vería el “amarillo” u otro color en el papel y así proporcionar al impresor el número Pantone para asegurarse de obtener la tinta deseada.
(**) Robert Payne, Leonardo, London, Robert Hale, 1978, 344 páginas.
Robert Payne (1911-1983) fue historiador prolífico novelista, poeta y biógrafo, en resumidas cuentas un infatigable polímata inglés, al que da gusto leer.
(***) Louis Desmonts, Drawings by Leonardo Da Vinci, Paris, Albert Morancé, 1922 (no he podido encontrar algo sobre este autor)
(****) El «rearing horse» es uno de los bocetos de caballos de la colección del Windsor Castle que Leonardo dibujó para el enorme cuadro, no acabado y hoy desaparecido, de la Batalla de Anghiari.
Las Colecciones Reales británicas albergan 563 dibujos y notas de la mano de Leonardo Da Vinci y 190 documentos, incluidos también notas y dibujos, que se refieren a su obra.
Fuente: Royal Collection Trust.
Breverías erasmianas (LIX): “Tenui vena, divite vena, tenui canale”(«Sutil regato, filón copioso, canal liviano») y el quehacer poético de Louise Glück.

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Tenui vena, divite vena, tenui canale
Sutil regato, filón copioso, canal liviano
Adagio II, vi, 76
Rem eamdem alia reddunt metaphora, cum aiunt paupere vena, benigna vena, divite vena. Venam autem appellant indolem et vim genuinam ingenii, translatione ducta vel a fontibus, quorum alii angustiore vena manant, alii tanta, ut flumen ingens efficiant, vel a metallis, quorum etiam venae non genere tantum, sed et copia differunt.
…
De este modo se transmiten otras metáforas, cuando se dice ‘vena pobre’, ‘vena generosa’, ‘filón copioso’. Por otra parte llaman ‘vena’ a la disposición natural y a la fuerza genuina del genio, que son como los manantiales, pues unos fluyen en vena más bien estrecha, y otros tan ancha que llegan a formar un río, o como los metales, cuyas venas también se diferencian no sólo por su tipo, sino también por su cantidad. (*)
Les Adages d’Érasme, présentés par les Belles Lettres et le GRAC (UMR 5037), 2010, pp. 1252-1253.

Hasta aquí el comentario de Erasmo a un proverbio usado por Cicerón (Defensa de Tito Annio Milón, 31.85) que cita de Quintiliano (11.3.167) quien lo emplea para ilustrar la elocuencia de la expresión oratoria y del fluir del discurso.
La poesía de Louise Glück
Tomando pie de esas metáforas, vengo al siguiente propósito de la entrada de hoy, que es el de mi modesto homenaje a una poeta que admiro por el fluir silente de sus poemas, por su lenguaje llano y su nitidez, irónicamente autobiográfica y a la vez trascendente, donde el espíritu fluye desde la prosa de lo cotidiano, a pesar de que…
It is terrible to survive
as conciousness
buried in the dark earth
.
Terrible es sobrevivir
siendo conciencia
en oscura tierra sepultada
Louise Glück, “The Wild Iris” (1992): Poems 1962-2020, Penguin Books, Modern Classics, Penguin Random House, Dublin, 2021, pag.245 (la traducción de esta cuarta estrofa es mía)
Louise Glück te sorprende por su forma de emerger desde lo cotidiano con una aparente facilidad de la que fluyen los sentidos alternativos de la realidad. Su escritura tersa y austera extrae de la prosa de la vida una poesía en la que lo inesperado se produce, pues posee el amplio poder de transformación que Paul Valéry atribuía a la Poiesis, entendida en su sentido de acción y de desbordamiento de los límites de lo real. Es como si la inspiración poética la asaltase en los momentos más inesperados. No es una poeta de fácil lectura, exige dejarse llegar por las sucesivas oleadas de sus poemas, como ocurre con algunas narrativas de la literatura universal que te exigen persistir tras las primeras impresiones y adentrarte en el universo de lo que no es obvio al que te lleva la autora. Pienso que es eso lo que constituye la obra de algunos destacados poetas: su inspiración revela lo que cada día escapa delante de nosotros.
Louise Glück, premio Nóbel del año 2020 y fallecida hace menos de un mes, logra como sin esfuerzo que de su sobrio rigor expresivo broten los mensajes que se cobijan bajo las realidades más banales, que ella extraes con sus luces y sus sombras, sus conquistas y sus decepciones, sus dolores y sus gratificaciones. En sus versos se entreveran, al modo de la palabra interior que consagró Joyce, los sentimientos, descripciones e ideas que surgen del suceder diario con lo que por dentro habla consigo mismo quien los vive.

De las seiscientas ochenta y nueve páginas del volumen de los poemas que publicó entre 1962 y 2020 he escogido «Village Life», que me parece es ejemplo de lo que aquí intento decir, aunque sin atribuirme ninguna estatura crítica, sino porque en estos versos pueden ver y escuchar a la autora (**) leyendo con su humildad expresiva un poema de una época de su vida, que no fue fácil:
A Village Life
Louise Glück, “A Village life” (2009): Poems 1962-2020, Penguin Books, Modern Classics, Penguin Random House, Dublin, 2021, pp. 625-627 (la traducción es mía).
The death and uncertainty that await me
as they await all men, the shadows evaluating me
because it can take time to destroy a human being,
the element of suspense
needs to be preserved—
On Sundays I walk my neighbor’s dog
so she can go to church to pray for her sick mother.
The dog waits for me in the doorway. Summer and winter
we walk the same road, early morning, at the base of the escarpment.
Sometimes the dog gets away from me—for a moment or two,
I can’t see him behind some trees. He’s very proud of this,
this trick he brings out occasionally, and gives up again
as a favor to me—
Afterward, I go back to my house to gather firewood.
I keep in my mind images from each walk:
monarda growing by the roadside;
in early spring, the dog chasing the little gray mice,
so for a while it seems possible
not to think of the hold of the body weakening, the ratio
of the body to the void shifting,
and the prayers becoming prayers for the dead.
Midday, the church bells finished. Light in excess:
still, fog blankets the meadow, so you can’t see
the mountain in the distance, covered with snow and ice.
When it appears again, my neighbor thinks
her prayers are answered. So much light she can’t control her happiness—
it has to burst out in language. Hello, she yells, as though
that is her best translation.
She believes in the Virgin the way I believe in the mountain,
though in one case the fog never lifts.
But each person stores his hope in a different place.
I make my soup, I pour my glass of wine.
I’m tense, like a child approaching adolescence.
Soon it will be decided for certain what you are,
one thing, a boy or girl. Not both any longer.
And the child thinks: I want to have a say in what happens.
But the child has no say whatsoever.
When I was a child, I did not foresee this.
Later, the sun sets, the shadows gather,
rustling the low bushes like animals just awake for the night.
Inside, there’s only firelight. It fades slowly;
now only the heaviest wood’s still
flickering across the shelves of instruments.
I hear music coming from them sometimes,
even locked in their cases.
When I was a bird, I believed I would be a man.
That’s the flute. And the horn answers,
When I was a man, I cried out to be a bird.
Then the music vanishes. And the secret it confides in me
vanishes also.
In the window, the moon is hanging over the earth,
meaningless but full of messages.
It’s dead, it’s always been dead,
but it pretends to be something else,
burning like a star, and convincingly, so that you feel sometimes
it could actually make something grow on earth.
If there’s an image of the soul, I think that’s what it is.
I move through the dark as though it were natural to me,
as though I were already a factor in it.
Tranquil and still, the day dawns.
On market day, I go to the market with my lettuces.
Una vida de aldea
La muerte y la incertidumbre me esperan.
como esperan a todos los hombres, las sombras me evalúan
ya que puede tomar tiempo destruir a un ser humano,
el elemento de suspense
necesita ser preservado.
Los domingos paseo al perro de mi vecina
para que ella pueda ir a la iglesia a orar por su madre enferma.
El perro me espera en la puerta. Verano e invierno
recorremos el mismo camino, temprano de mañana, al pie del acantilado.
A veces el perro se aleja de mí – durante uno o dos instantes
no puedo verlo detrás de unos árboles. Está muy orgulloso de esto,
este truco lo saca de vez en cuando, y luego se rinde
como para hacerme un favor.
Después, vuelvo a mi casa a recoger leña.
Guardo en mi mente imágenes de cada paseo:
la monarda que crece al borde del camino,
al inicio de la primavera el perro persiguiendo ratoncitos grises;
así que por un rato parece posible
no pensar que el cuerpo se desestabiliza, que la relación
entre el cuerpo y el vacío se altera
y que las oraciones se convierten en oraciones por los muertos.
Al mediodía las campanadas de la iglesia cesaban. Luz excesiva
aunque la niebla cubre el prado, por lo que no puedes ver
la montaña a lo lejos, cubierta de nieve y hielo.
Cuando reaparece, mi vecina piensa que
sus oraciones han tenido respuesta. Hay tanta luz que no puede controlar la alegría
que estalla en su lengua. Hola, grita como
su forma mejor de expresarlo.
Ella cree en la Virgen como yo creo en la montaña,
aunque en un caso la niebla nunca se disipa.
Pero cada cual guarda su esperanza en un lugar diferente.
Me preparo la sopa, me sirvo un copa de vino.
Estoy tensa, como un niño cuando se acerca la adolescencia.
Pronto se va a definir con certeza lo que eres,
una cosa, un niño o una niña. Nunca más serás ambos.
Y la niña piensa: quiero tener voz y voto en lo que haya de suceder.
Pero el niño no tiene nada que decir.
Cuando era niña, yo no lo preví.
Más tarde, el sol se pone, las sombras se acumulan,
murmullan los matorrales como animales que sólo se despiertan de noche.
En el interior solamente la luz del fuego. Se desvanece lentamente;
ahora sólo queda la leña más gruesa
cuyo chisporroteo reverbera sobre la estantería de los instrumentos.
A veces escucho la música que me llega de ellos,
incluso cuando están dentro de sus estuches.
Cuando era pájaro, pensé que sería hombre.
Esa es la flauta. Y el cuerno responde:
cuando era hombre, clamaba por ser pájaro.
Entonces la música desaparece. El secreto que me confía
desaparece también.
En la ventana la luna se cierne sobre la tierra,
sin sentido pero llena de mensajes.
Está muerta, siempre ha estado muerta,
pero pretende que es otra cosa
ardiendo como una estrella, y de manera convincente, de modo que a veces sientes
que podría en realidad hacer que algo crezca sobre la tierra.
Si hay una imagen del alma, creo que eso es lo que es.
Me muevo en la oscuridad como si fuera natural para mí,
como si ya fuera un elemento en eso.
Tranquilo y quieto, amanece el día.
Es día de mercado, voy a ir al mercado con mis lechugas.

NOTAS
(*) Las tres acepciones que Erasmo destacaba en el término latino vena lo recoge siglos después el Diccionario de la RAE entre 10 acepciones del español (que he destacado en negrita):
1. f. Cada uno de los vasos o conductos por donde retorna la sangre al corazón. 2. f. Filón metálico. 3. f. Cada uno de los hacecillos de fibras que sobresalen en el envés de las hojas de las plantas. 4. f. Fibra de la vaina de ciertas legumbres. 5. f. Faja de una materia que por su calidad o su color se distingue de la masa en que se halla interpuesta. 6. f. Conducto natural por donde circula el agua en las entrañas de la tierra. 7. f. Cada una de las listas onduladas o ramificadas y de diversos colores que tienen ciertas piedras y maderas. 8. f. Inspiración poética, facilidad para componer versos. 9. f. Humor, disposición variable del ánimo. 10. f. Zool. Engrosamiento cuticular, más o menos ramificado, de las alas de los insectos.
(**) Louise Gluck reads her poem “A Village Life.” – YouTube
Sobre los santos (y IV): en torno a la canonización como certificado final de santidad (y 2), a modo de conclusión.

Desde hace más de trescientos cincuenta años una sociedad creada por un jesuita belga explora las historias de los santos (la Hagiografía) para aquilatar las narraciones existentes y, como spin-off, también para descubrir que algunos venerados santos nunca existieron, como es el caso de San Jorge, San Cristóbal, San Valentín, Santa Bárbara, Santa Verónica y así hasta treinta y tres que, no obstante que el Concilio Vaticano II, de resultas de estas investigaciones, declaró que no se podía acreditar su existencia, sin embargo no prohibió a los católicos festejarlos.
Esta sociedad es la de los Bolandistas, del nombre de su fundador el jesuita belga Jean Bolland (1596 – 1665), quienes se dedican a verificar las fuentes de información sobre los santos y mártires venerados en la Iglesia Católica. Desde entonces sus Acta Sanctorum, y las Acta Martyrum que son parte hoy en día de las de las actas de los santos, se han ido constituyendo como la fuente fidedigna de la existencia y biografías de de los santos católicos, y están en el origen no sólo de la constatación o aparcamiento de algunos de ellos, sino que han ido motivando al Papado para aquilatar el procedimiento que conduce a la canonización y que aquí estamos sintetizando con ayuda de los ejemplos de santos canonizados que me han sido facilitados y que corresponden a la Iglesia del Perú (1).
Hoy concluiremos con dos de estos santos, los de más reciente canonización.
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San Martín de Porres (1579-1639)
(1962)

Nació en Lima de un padre burgalés y de una madre panameña negra, por lo que es el primer santo mulato del Perú. Con el paso del tiempo su padre le reconoció y le dio su apellido a él y a su hermana y proveyó a sus sustento y formación, aunque según se cuenta no estuvo muy de acuerdo con su vocación de hacerse fraile. No obstante, siguiendo las distintas fases desde terciario dominico, hermano lego y finalmente fraile profeso, consiguió con su dedicación a los más necesitados, además de su capacidad recaudadora y gestora, fundar y mantener un asilo y una escuela para los más desfavorecidos, núcleos de su variada actividad de asistencia a los enfermos, y a los negros y los indios. Su vida frugal y su entrega al prójimo le granjearon tanta fama de santidad que, tras su muerte, la devoción creció reafirmada por numerosos milagros que se le atribuyen.
«En 1660, el arzobispo de Lima, Pedro de Villagómez, inició la recolección de declaraciones de las virtudes y milagros de Martín de Porres para promover su beatificación, pero a pesar de su biografía ejemplar y de haberse convertido en devoción fundamental de mulatos, indios y negros, la sociedad colonial no lo llevó a los altares. Aunque en 1763 el Papa Clemente XIII emitió un decreto que afirmaba el heroísmo de sus virtudes, su proceso de beatificación hubo de durar hasta 1837, cuando fue beatificado por el papa Gregorio XVI en la Basílica de Santa María la Mayor. El papa Juan XXIII que sentía una verdadera devoción por Martín de Porres, lo canonizó en la Ciudad del Vaticano el 6 de mayo de 1962 ante una multitud de 40 000 personas procedentes de varias partes del mundo nombrándolo Santo Patrono de la Justicia Social»
Fuente: Wikipedia
Es ciertamente el santo más celebrado del Perú, el primer santo mulato y afroamericano y muy probablemente el que ha generado más películas y series de televisión.

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San Juan Macías (1585-1645)
(1975)

Tenía treinta y siete años cuando llegó a Lima en 1620, tras la travesía en barco a Cartagena de Indias y cuatro meses y medio de viaje a pie y en canoas por las tierras y los ríos de Colombia, y de ahí a Quito y luego a lomo de mula a Lima. Había sido pastor en su pueblo de Ribera del Fresno (Badajoz), por lo que su primer empleo al llegar al Perú fue en un matadero y en las haciendas de un ganadero.
Pero pide su ingreso en 1622 en el convento Dominico de Santa María Magdalena en donde ejerció como portero, destacando por su humilde dedicación a los pobres y necesitados. Se dice que entabló amistad con San Martin de Porres. Es también muy famoso por sus milagros.
Según declaraciones suyas:
Estuve en este oficio de guardar ganado como dos años y medio. Después de este tiempo fuíme a mi amo un día y díjele: hermano Ximánez, la voluntad de Dios es que yo vaya a servirle a la casa de la Penitente Magdalena de los Predicadores.
Referencia A. Lobato (2) en página web de la Real Academia de la Historia

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A modo de colofón
I
Diferencias entre beatificación y canonización
Entre una beatificación y una canonización hay diferencias, que, aunque pocas, son claras. A rasgos generales, se puede decir que una canonización es un proceso más avanzado que una beatificación. Una beatificación proclama a alguien como beato, una canonización lo proclama como santo. Antes de que alguien sea canonizado, tiene que haber sido antes beatificado.
1. Diferencia entre beato y santo: En una beatificación, lo que se reconoce es que alguien ha entrado en el cielo y puede interceder por aquellos que rezan en su nombre. Al nombrar a alguien beato, la Iglesia reconoce que ha llevado una vida virtuosa y santa. En una canonización, se proclama a alguien como santo y se le incluye en el canon, es decir, entra en una lista oficial de santos.
2. El número de milagros: En una beatificación, se necesita por lo menos un milagro atribuido al candidato, a menos que este haya muerto por martirio. Para una canonización, se necesitan dos milagros. El primero, el que ya se ha contabilizado para la beatificación y el segundo, uno que haya tenido lugar después de que fuera beatificado. Este segundo milagro se toma como una confirmación de que Dios «aprueba» de la proclamación hecha por la Iglesia.
3. Dónde se le venera: La beatificación es un «proceso administrativo» mediante el cual el Papa permite que un candidato a ser santo sea venerado públicamente en lugares asociados a su vida, (en su diócesis, en su congregación religiosa), es decir «a pequeña escala». La canonización implica una mayor formalidad, el Papa establece de forma oficial que una persona es santa y está en el cielo, por lo que se permite el culto al santo por toda la Iglesia. Implica también que se pueden dedicar iglesias al canonizado sin necesidad de un permiso especial. Es decir, la persona considerada «santa» ya lo es a nivel mundial y se le puede venerar en todo el mundo, no sólo en sitios relacionados con su vida.
4. Quién pide el reconocimiento: En una beatificación, es el obispo de la diócesis donde murió el Siervo de Dios quien pide que se le considere ser beatificado. En una canonización, es el Prefecto del Dicasterio para las causas de los Santos quien habla en nombre de la Iglesia entera y quien pide que se le declare santo. Es decir, una beatificación se hace a título personal de la diócesis mientras que una canonización se hace a petición de toda la Iglesia universal.
5. Quién preside la celebración litúrgica: La normativa ha ido cambiando según los Papas. Para una ceremonia de Beatificación quien preside es el Cardenal Prefecto del Dicasterio o algún otro Cardenal delegado. Actualmente para una ceremonia de canonización es el Papa quien preside y en casos especiales, puede el Papa delegar esta responsabilidad a un Cardenal.
Fuente Benjamín Crespo, Nota 2, pp.6 y 7
II
Estadísticas en la Iglesia del Perú
Tenemos los siguientes santos, beatos, venerables y siervos de Dios. Incluyo nombres y fechas de canonización, beatificación. De los Venerables es la fecha del decreto de virtudes heroicas correspondiente. De algunos Siervos de Dios tenemos la fecha de inicio de la Causa. Varias de ellas se iniciaron y se estancaron y algunas continúan su proceso. Sería bueno que promovamos dichas causas de la forma que veamos conveniente.
Santos: (5): Rosa de Lima (1671), Toribio Alfonso de Mogrovejo, Tercer Arzobispo de Lima, (1726), Francisco Solano (1726), Martín de Porres (1962), Juan Macías (1975). Todos confesores.
Beatos: (7): Sor Ana de los Ángeles Monteagudo (1985), P. Luis Tezza (2001), Hna. Ascensión Nicol Goñi, O.P. (2005), PP. Miguel Tomaszek, OFM Conv, Zbigniew Strzalkowski, OFM Conv., Sandro Dordi Negroni (2015), y Sor Agustina Rivas López, RBP (2022). Los tres primeros confesores y los cuatro siguientes mártires, asesinados por Sendero Luminoso.
Venerables: (7): H. Francisco Camacho, Orden de San Juan de Dios (1881), Fray Pedro de Urraca, Mercedario (1981), Hna. Teresa de la Cruz Candamo, Canonesa de la Cruz (2009), Monseñor Octavio Ortiz Arrieta, Salesiano, séptimo Obispo de Chachapoyas (2017), P. Alonso de Barzana, jesuita (2017), Hna. Rafaela de la Pasión Veintemilla, Agustinas Hijas del Santísimo Salvador (2018) y Monseñor Martín Fulgencio Elorza Legaristi, Pasionista, Primer Obispo Prelado de Moyobamba (2022).
Siervos de Dios: (22): Fray Diego de Ortiz, Agustino, P. Luis López de Solís, Agustino, P. Gonzalo Díaz de Amarante, Mercedario, P. Diego Martínez, jesuita, P. Juan Sebastián de la Parra, jesuita, P. Juan de Alloza, jesuita, H. Gonzalo Báez, jesuita, P. Francisco del Castillo, jesuita, (1677), laico Nicolás de Dios Ayllón, Laica Luisa La Torre, Beatita de Humay, Monseñor Fray Alfonso María de la Cruz Sardinas Zavala, segundo Obispo de Huánuco, Fundador Congregación Franciscanas de la Inmaculada Concepción (1964), ), P. Juan J. Mckniff, Agustino, Diócesis de Chulucanas (2002), Monseñor Emilio Lissón Chávez, Vicentino, sexto Obispo de Chachapoyas y trigésimo Arzobispo de Lima, (2003), Laica Melchora Saravia Tasayco, La Melchorita), P. Pío Sarobe Otaño, Orden de Frailes Menores, P. José Álvarez Fernández (Apaktone), dominico (2009), Laico Andrés Aziani, Lima, Carabayllo (2016), Monseñor Federico Kaiser Depel. Misionero del Sagrado Corazón, Primer Obispo Prelado de Caraveli, Fundador Misioneras Jesús, Verbo y Víctima, (2018), Hna. Clara del Corazón de María, Fundadora Congregación Franciscanas de la Inmaculada Concepción (2019), P. Rafael Pascual Salustiano, Trinitario (2021), P. Luiggi Bolla, Salesiano (2022) y P. Serapio Rivero Nicolás, Agustino (2022).
Ibidem, Anexo, pág. 7. El subrayado en negrita de los jesuitas se debe a que este documento se ha redactado como información de los procesos en marcha que atañen a la Compañía de Jesús.
Es sabido que el autor de la Leyenda Aurea, dominico, omitió en el manuscrito de su repertorio a San Francisco de Asís, pues en el siglo XIII había una cierta pica entre las órdenes mendicantes de dominicos y franciscanos (esta ausencia se subsanaría en apéndice en posteriores versiones.) Lejos de mis intenciones fomentar similares concurrencias, aunque sea interesante subrayar que por lo que se refiere a la canonización de santos del Perú, hasta ahora la han obtenido dos santos y una santa de la Orden de Predicadores (Dominicos), un santo de la Orden de los Frailes Menores (Franciscanos) y un santo del clero regular. Que en los niveles siguientes haya seis jesuitas y que el papa actual lo sea no quiere decir que se vaya a modificar mucho el escalafón, pues las candidaturas son cada día más diversas, aunque lo cierto es que, por el momento, entre los aspirantes a la santidad las órdenes religiosas y el clero secular prevalecen sobre los laicos por absoluta goleada, al menos en esta muestra de la Iglesia Peruana.
Por lo que respecta a los papas:
A lo largo de la historia, muchos de los Papas han sido hombres Santos. En efecto, de los 266 Papas hasta el Papa Francisco, 83 son reconocidos como Santos y 9 como Beatos. Incluidos entre estos están los primeros 41 Papas. De los primeros 32 papas, los que reinaron durante la era de la persecución romana (que terminó formalmente en 313), 28 fueron mártires.
Fuente: Red Católica Mundial
Si algún lector del Dicasterio de los Santos quiere contar y clasificar en una estadística universal el número de santos, beatos y venerables, puede conseguirlo con paciencia y calculadora a partir de este enlace de la página del citado organismo vaticano.
Notas:
(1) Benjamín Crespo, S.J. Pasos hacia la santidad: las fases y etapas de los procesos de beatificación y canonización (con anexo relativo a la Iglesia del Perú), Roma, julio del 2023.
(2) A. Lobato, Yo, Juan Macías, el amigo de los pobres, Salamanca, Editorial San Esteban, 1999.

Sobre los santos (III): en torno a la canonización como certificado final de santidad (1)

Esta es la morada de Dios con los hombres; Él habitará con ellos y ellos serán su pueblo: Dios en persona estará con ellos y será su Dios. Él enjugará las lágrimas de sus ojos, ya no habrá muerte ni luto ni llanto ni dolor, pues lo de antes ha pasado (Apocalípsis, 21, 3-4)
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En la versión cristiana de la Biblia el peregrinaje de los seres humanos comienza en un paraíso terrenal, el jardín del Edén, de donde son expulsados, y finaliza en la revelación (ἀποκάλυψις) de un lugar utópico (ou-τόπος), es decir que no tiene localización geográfica, un más allá de la Historia.
En la tradición artística cristiana el Paraíso se ha representado, al menos desde que Dante lo viese estratificado según las nueve esferas del firmamento como entonces se concebía, mediante una sucesión de círculos en cuyo centro está el Empíreo, donde reside el Primer Móvil, Dios Uno y Trino, la esencia del Amor que todo lo mueve: L’amor che move il sole e l’altre stelle (Paradiso, XXXIII, v. 145).
Los círculos del cielo son el lugar donde los santos con los ángeles integran, dentro de esta tradición, el grupo de quienes merecen la contemplación eterna de Dios y a quienes la Teología cristiana otorgará la función de ser nuestros intercesores ante Dios, encabezados por la mayor de ellos, la Virgen María.

No obstante, para llegar a santo y como hemos tratado de explicar en las dos entradas precedentes, hay que tener cuidado de que el honor de ser reconocido como tal esté bien justificado. Por ello el Vicariato de Dios sobre la tierra, es decir el Papa y la Santa Sede, han ido aquilatando a lo largo de los siglos un proceso que culmina con la Canonización, y cuyo paso previo es la Beatificación.
Los textos litúrgicos de la canonización son distintos de la beatificación. Además, es el Papa quien actúa en persona. La petición no la formula un obispo individualmente -es decir, el obispo de la diócesis en la que se ha hecho el proceso canónico, que suele ser la del lugar en el que ha muerto el santo- sino «la Santa Madre Iglesia», y, en su nombre, el prefecto de la Congregación de las Causas de los Santos. El Papa pronuncia la fórmula solemne de la canonización en estos términos: «Para honor de la Santísima Trinidad, para la exaltación de la fe católica y el incremento de la vida cristiana, con la autoridad de Nuestro Señor Jesucristo, de los Santos Apóstoles Pedro y Pablo, y la nuestra, después de haber reflexionado intensamente, y de haber implorado asiduamente el auxilio de Dios, siguiendo el consejo de muchos hermanos nuestros en el episcopado, declaramos y definimos como santo/a el/la beato/a N., y lo/la incluimos en el catálogo de los santos, estableciendo que éste/a ha de ser honrado/a en toda la Iglesia entre los santos con piadosa devoción. En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.»
Fuente Catholic.Net
Pero, demos un paso atrás y, puesto que ya habíamos explicado las dos primeras etapas (Siervo de Dios y Venerable), expliquemos la etapa inmediatamente anterior, es decir la Beatificación:
Si el Siervo de Dios es declarado mártir, inmediatamente se convierte en beato, de lo contrario es necesario que se reconozca un milagro, debido a su intercesión. Este evento milagroso es generalmente una curación considerada científicamente inexplicable, juzgada como tal por una Comisión Médica convocada por el Dicasterio para las Causas de los Santos y compuesta por especialistas, tanto creyentes como no creyentes. Importante, para los propósitos del reconocimiento, es que la curación sea completa y duradera, en muchos casos incluso rápida.
Después de esta aprobación, los Cardenales y Obispos miembros del Dicasterio también se pronuncian sobre el milagro y el Santo Padre, si lo considera oportuno, autoriza el Decreto correspondiente. Así el Venerable puede ser beatificado. Después de este anuncio, el beato es inscrito en el calendario litúrgico de su diócesis o familia religiosa, en el aniversario de su muerte o en un día considerado particularmente significativo.
Para que continúe adelante y llegue a la canonización debe atribuirse la intercesión eficaz en un milagro sucesivo a la beatificación. El Postulador tiene la misión de demostrar la santidad del candidato y la labor del Promotor de la fe es hacer la tarea de “abogado del diablo” como suele decirse. Si el Santo Padre lo estima conveniente, emite un decreto por el que se aprueba el milagro y se ordena la beatificación. Tanto en este caso, como si la beatificación es de un mártir, la fecha de la beatificación se decidirá más adelante en un Consistorio de Cardenales. Después de este anuncio, el nuevo beato es inscrito en el calendario litúrgico de su diócesis o familia religiosa, en el aniversario de su muerte o en un día considerado particularmente significativo. Para la ceremonia litúrgica de la beatificación, el Papa suele designar un Cardenal que la realice en su nombre. El 29 de septiembre de 2005, la Congregación para las Causas de los Santos emitió un comunicado en el que indica que la beatificación, siendo un acto pontificio, será realizada por un Cardenal en nombre del Santo Padre, que normalmente será el Prefecto del Dicasterio. De acuerdo con estas normas, el rito tiene lugar en la diócesis que ha promovido la beatificación o en otro lugar considerado idóneo, aunque a petición de los Obispos puede ser en Roma.
Cfr.: Nota 2, páginas 4 y 5
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Canonización

Una vez beatificado el Venerable o el Siervo de Dios para llegar a la canonización se debe hacer un nuevo proceso. El procedimiento para la canonización es similar para los beatos mártires y los beatos por vía de virtudes heroicas y fama de santidad. En la canonización se espera a la intervención de Dios: es decir, lo que se debe probar es que ha habido un milagro atribuible a la intercesión del beato. Por lo tanto, se requiere un milagro para proceder a la canonización de un beato. El milagro debe ser posterior a la beatificación. Si se da un hecho extraordinario que puede ser milagro, se procede de modo similar al milagro anterior a la beatificación: se inicia un proceso de milagro, que es similar al proceso del milagro para la beatificación. Vale por lo tanto todo lo dicho en su lugar.
Una vez terminado el proceso en el que se prueba que ha habido un milagro, el Santo Padre -si lo estima procedente- promulgará el decreto por el que se ordena la canonización, y la fecha se decide en un Consistorio de Cardenales. Por lo tanto, para proceder a la canonización se ha debido probar en juicio que ha habido dos milagros, uno para ser beato y otro ocurrido siendo ya beato para llegar a ser santo. Sin embargo, si el proceso es por vía de martirio, se debe probar sólo un milagro para su canonización.
Cfr.: Nota 2, página 5
Volviendo al ejemplo que estamos siguiendo con la ayuda del Padre Benjamín Crespo S.J., nos vamos a referir a la iglesia del Perú, en la que los santos canonizados han sido hasta el momento cinco, todos ellos confesores.
Los presentamos por orden de la fecha de su canonización que aparece entre paréntesis.
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Santa Rosa de Lima
(1671)

Santa Rosa de Lima, (1586 – 1617), limeña, cuyo nombre de familia era Isabel Flores de Oliva, fue una religiosa peruana de la orden dominicana y la primera mujer canonizada de América, en 1671.
Tras haber dado signos de una intensa precocidad espiritual, a los veinte años tomó el hábito de terciaria dominica, y consagró su vida a la atención de los enfermos y niños y a las prácticas ascéticas, extendiéndose pronto la fama de su santidad.
Fernández, Tomás y Tamaro, Elena. «Santa Rosa de Lima», Barcelona, 2004,
Colección Biografías y Vidas. La enciclopedia biográfica en línea,
Nunca estuvo recluida en un convento, pues era terciaria dominica. También es importante saber que su infancia y adolescencia transcurrió en localidad de Quives situada en la cuenca del río Chillón, en la provincia de Canta (departamento de Lima), un pueblo serrano a casi 1000 metros sobre el nivel del mar donde se explotaban minas de plata. Como en otros valles costeros suelen producirse avalanchas e inundaciones, los huaycos de las épocas de lluvias.
Actualmente Quives tiene una economía diversificada, uno de los principales productos es la palta, así mismo Santa Rosa de Quives es uno de los distritos productores de chirimoya, melocotón, guanábana, mango, fresa y pacay. Los campesinos santarrosinos suelen cultivar también brócoli, lechuga, culantro, berenjena, zapallito Italiano, betarragas, cebolla china, maíz morado, etc.
Además crían cabras, vacas y también cuyes; y toros de lidia, pues en ese distrito destaca «la ganadería de pura casta El Molle y la plaza de tienta Santos Hurtado ubicados en el cortijo Fundo Santa Rosa De Quives donde se vive con mucha diversión la fiesta de la tauromaquia». (Fuente: Distrito de Quives. Nota bene: la «palta» es lo que en España se denomina «aguacate»)
Ocupándose de la «etapa oscura» en la biografía de Santa Rosa de Lima, que corresponde precisamente a sus años de infancia y primera adolescencia en Quives, Luis Millones ha procurado arrojar nueva luz mediante la interpretación de algunos sueños que recogen los biógrafos de la santa. Opina Millones que ésa pudo ser la etapa más importante para la formación de su personalidad, no obstante el hecho de que los autores han preferido hacer abstracción del entorno económico y de las experiencias culturales que condicionaron la vida de la familia Flores-Oliva en la sierra, en un asiento minero vinculado al meollo de la producción colonial. Probablemente esa vivencia (la visión cotidiana de los sufrimientos que padecían los trabajadores indios) pudo ser la que dio a Rosa la preocupación por remediar las enfermedades y miserias de quienes creerían luego en su virtud.
Fernández, Tomás y Tamaro, Elena, Ibidem.
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Santo Toribio de Mogrovejo
(1726)

Santo Toribio de Mogrovejo (1538 – 1606) aunque su familia era oriunda de Mogrovejo en Cantabria, el futuro santo nació en Mayorga un pueblo de la Tierra de Campos vallisoletana, donde la fiesta más importante del año es el 27 de setiembre, precisamente para celebrar la llegada de algunas reliquias del santo desde el Perú, donde, el que a la sazón era notable profesor de Derecho Civil y Eclesiástico, llegó a la entonces considerable edad de 42 años. Había sido ordenado sacerdote tres años antes y consagrado obispo poco antes de embarcarse en setiembre de 1580 en un viaje por mar y tierra que le llevó a Lima el 11 de mayo de 1581 como el nuevo Arzobispo de la Ciudad de los Reyes, sucediendo a Gerónimo de Loayza.
De su intensa labor podemos destacar que como jurista y organizador nato (*) :
Convocó y presidió el III Concilio Limense (1582-1583), al cual asistieron prelados de toda Hispanoamérica, y en el que se trataron asuntos relativos a la evangelización de los indígenas. De esta asamblea se obtuvieron importantes normas de pastoral, como la predicación en las lenguas nativas, para lo cual fue creada una facultad de lenguas nativas en la Universidad de San Marcos y la catequesis a los esclavos negros, así como la impresión del catecismo en castellano, quechua y aimara que se constituirían en los primeros textos impresos en Sudamérica.
Fuente: Wikipedia
Entre los detalles de su vida, al contrario de la afición taurina que hoy es proverbial en Quives, el pueblo natal de Santa Rosa de Lima, y no obstante su onomástico, Santo Toribio :
Fue, además, uno de los eclesiásticos contrarios a las corridas de toros. Mandaba cerrar las ventanas de su casa cuando había corridas en la plaza, que es donde antes se hacían, y prohibió a su familia asistir a ellas. La Iglesia solía oponerse a estas tanto por el peligro de morir sin confesión al que se exponían los hombres combatientes, como por la promiscuidad pecaminosa que existía entre hombres y mujeres en las gradas, que le escandalizaba.
Fuente: Wikipedia

Fue canonizado el 10 de diciembre de 1726 por el papa Benedicto XIII, mediante la Bula Quoniam Spiritus. En Lima se celebra la Solemnidad de Santo Toribio de Mogrovejo el 27 de abril, día de la traslación de sus reliquias desde Zaña, pueblo de la provincia de Chiclayo donde falleció en el tercero de sus viajes pastorales, pues recorría incansable los pueblos de la costa y valles de las laderas andinas del Virreinato del Perú.
Sus restos son venerados en su capilla de la basílica catedral de Lima. (Fuente: Wikipedia)

(*) Precisamente el nombre Toribio procede del griego «θορυβος» (thoribios), que es un atributo que en griego clásico significa «ruidoso», para caracterizar a alguien dinámico que se hace notar.
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San Francisco Solano
(1726)

San Francisco Solano (1549-1610) era natural de Montilla, provincia de Córdoba en España y franciscano. Desembarcó en el Perú en 1589, donde le precedía su fama de taumaturgo y, tras atravesar los Andes por Ayacucho, Cuzco, Potosí y Salta hasta su destino de misionero en Tucumán, desarrolló una labor pastoral ingente ayudado por su destreza con los instrumentos de cuerda y sus cantos, llegando siempre a pie hasta el Chaco paraguayo y el actual Uruguay.
Los superiores le llamaron a Lima en 1595 donde predicó incansable con el tañido de su rabel, aunque se le represente con un violín.
Fue canonizado en 1726 y es el patrón de Montilla, municipio en que se celebra también su día el 14 de julio mediante la feria local. La Parroquia de San Francisco Solano se construyó en el lugar de la antigua casa en la que nació. También es patrón de Argentina, Bolivia, Chile, Paraguay y Perú.
La primera biografía que he encontrado es de 1643 obra del fraile limeño Diego de Córdoba y Salinas. Ver la referencia completa en nota (4). Obra que fue compuesta para «recoger por escrito los datos necesarios para emprender la beatificación del famoso franciscano, al que se le adjudicaban importantes milagros en el Perú y que mantuvo hasta su muerte (1610) una estrecha relación con la familia Salinas y Córdoba» como se escribe en el perfil del autor de la obra publicado por la Real Academia de la Historia.

Notas:
(1) Jean Habert, Lucia Marabini (eds.) y AA.VV. Tintoretto El Paraíso. Un concurso para el palacio de los Dux, Catálogo de la exposición sucesivamente en los museos de El Louvre, Thyssen-Bornemitzan y Musei Civici, París, Madrid, Venecia, 9 de febrero a 30 de noviembre 2006, 183 págs.
(2) Benjamín Crespo, S.J. Pasos hacia la santidad: las fases y etapas de los procesos de beatificación y canonización (con anexo relativo a la Iglesia del Perú), Roma, julio del 2023.
(3) María Cristina Serventi, En torno a un retrato de Santo Toribio de Mogrovejo, Arzobispo de Lima, en el Museo nacional de Bellas Artes de Buenos Aires, Jornadas de la Facultad de Filosofía y Letras – Universidad de Buenos Aires, sin fecha, 17 páginas.
(4) Diego de Córdoba y Salinas natural de la misma ciudad de Lima, Vida, virtudes y milagros del apóstol del Perú, el venerable p,e Fray Francisco Solano de la Seráfica Orden de los Minores de la regular observancia, patrón de la ciudad de Lima, Madrid Imprenta Real1643, 15 capítulos. 683 páginas. Google Book Search, formato epub: Enlace.
Detalle de la página 678 del libro (*)


Sobre los santos (II): de destacar en el servicio de Dios a la heroicidad de las virtudes

Las etapas de una causa de reconocimiento de la santidad
Tras la introducción del 17 de septiembre pasado, pasamos hoy a los sucesivos pasos hacia el reconocimiento de la santidad de un cristiano.
Por lo general los candidatos a la santidad pueden ser o confesores o mártires. Confesores son aquellos que han sido testigos de la fe, pero sin el sacrificio supremo de la vida. Mártires son aquellos que han sido asesinados por odio a la fe, “in odium fidei”. Además, desde 2017 es posible llegar a la canonización también a través de una tercera vía: el ofrecimiento de la vida, «se trata de personas que han ofrecido voluntaria y libremente la vida por los demás, «perseverando hasta la muerte con este propósito, en un acto supremo de caridad» (2).

De hecho ya tres años antes, en el 2014, se celebró la canonización de los Papas Juan XXIII y Juan Pablo II sin un largo pasaje por todas las etapas habituales, de las que vamos a comenzar a hablar a continuación, recurriendo a algunos ejemplos concretos, gracias sobre todo al material que me ha facilitado el padre Benjamín Crespo S.J., vice-postulador de varias causas de personas que fallecieron en fama de santidad en el Perú.
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Las dos primeras fases: de Siervo de Dios a Venerable
Aunque haya pues dos excepciones en que el proceso se simplifica, los mártires y la tercera vía, el proceso más habitual es el de los confesores, que es el primer peldaño de la Causa y comienza a nivel local, documentando que quienes han conocido a la persona (testigos de visu) o han escuchado hablar de ella o han leído acerca de ella (testigos de auditu) manifiestan que su vida (1):
- fue ejemplar,
- su influencia fue positiva,
- fecunda apostólicamente
- y su muerte edificante.
Es la fase preliminar para entrar en la categoría de Sierva o Siervo de Dios. Un ejemplo es el de la religiosa Clara Álvarez del Corazón de María a quien se le reconocieron esas cuatro características y a la que mencionamos en la entrada del 17 de setiembre pasado.

(Carmen Álvarez Salas)
Nacida en Lima el 15 de julio de 1860, fue «una hermana fraterna, observante, humilde, una madre tierna, dulce, recta y santa», que en 1877 se graduó como preceptora para dedicarse a la educación, un 6 de diciembre de 1883 fundó la Congregación de las Franciscanas de la Inmaculada Concepción y el 18 de marzo de 1884 abrió al servicio de la educación las puertas del Institución Educativa La Inmaculada Concepción.
En Fase preliminar esta religiosa fue declarada por el Arzobispo de Lima sierva de Dios. Lo que significa haber superado con éxito ese primer peldaño en la diócesis o lugar donde nació y haberse presentado a la Santa Sede un informe sobre la vida y las virtudes de la persona, fundamentando el inicio de la causa. Obtenido el Decreto de «Nihil obstat» del Dicasterio vaticano el Obispo diocesano dictaba el Decreto de Introducción de la Causa de la a partir de ese momento Sierva de Dios. El actor de la Causa es el Obispo, la Congregación Religiosa, el Movimiento, grupos de laicos, etc. después de cinco años de la muerte de la persona en cuestión.
A partir de ahí se iniciaba el proceso de beatificación y canonización, comenzando la Fase diocesana en la que el Obispo nombra al Tribunal Diocesano que preside él o su delegado y que conforman el Promotor de Justicia y el Notario. Nombra también al Postulador y dos comisiones: histórica y teológica: examinan documentos y dan su parecer personal y colegiado. El Postulador o Vice Postulador presenta a la comisión una lista de testigos: de visu, de auditu y ex officio.
El Tribunal recoge los testimonios: escritos y orales, en forma presencial que responden a cuestionario sobre la vida, vocación, ministerios, fama de santidad, virtudes teologales, cardinales y otras más sobre vida religiosa, apostólica, aspectos humanos personalidad. El Tribunal diocesano recibe los testimonios de las personas que conocieron a la Sierva de Dios. No da sentencia alguna; ésta queda reservada al Dicasterio de las Causas de los Santos. En paralelo al proceso de declaración de testigos corresponde examinar todos los escritos y documentos a dos comisiones, la histórica y la de censores teólogos, señalados también por el Obispo, que analizan la ortodoxia de todos los escritos de la Sierva o Siervo de Dios o acerca de su persona.
Finalmente el Obispo invita a la sesión de clausura de estos trabajos a todos los que deseen participar en sesión pública, cumpliéndose todos los requisitos canónicos con juramentación de haber cumplido la misión y guardar reserva; a continuación todos los documentos debidamente firmados se envían a Roma, al Dicasterio de las Causas de los Santos en tres sobres sellados y lacrados. El texto original queda en el Archivo diocesano, sellado y lacrado.
La Santa Sede, por medio del Dicasterio de las Causas de los Santos, examina el informe y determina que o bien que nada impide iniciar la Causa o bien solicitando aclarar algunos puntos o dictando que no hay razón para presentarla. Si no hay problema, la Santa Sede concede el Decreto «Nihil obstat“, por lo que la causa se inicia en la diócesis o lugar donde nació (aunque puede trasladarse a otra diócesis con los permisos correspondientes. Obtenido el Decreto de «Nihil obstat», el Obispo diocesano dicta el Decreto de Introducción de la Causa del Siervo o de la Sierva de Dios en el ejemplo que nos ocupa (2).
Así se concluyó la fase diocesana :
El 8 de marzo del 2019 – día internacional de la mujer – la Congregación para la Causa de los Santos otorgó el nihil obstat para la apertura del proceso diocesano de beatificación y canonización de la Sierva de Dios Clara del Corazón de María, apertura que se realizó el 12 de agosto de 2019 en la Basílica Catedral de Lima. El 12 de diciembre del mismo año se clausuró el proceso diocesano de beatificación y canonización, a los 52 años de Aprobación Pontificia y fiesta de Nuestra Señora de Guadalupe, en ambos momentos la catedral estuvo llena y el evento fue seguido por miles de personas a través de las redes sociales.
Fuente: Proceso de Beatificación y Canonización de la Sierva de Dios Clara del Corazón de María
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Fase romana

El Dicasterio, a través de uno de sus Relatores (responsable de la Causa), guiará al Postulador en la preparación de la Positio, con la ayuda del Vice Postulador. La “Positio”, es una tesis, sobre la vida, virtudes teologales y cardinales vividas en grado heroico debidamente probadas a base de declaraciones y testimonios de personas que lo han conocido personalmente “testigos de visu” o que han escuchado hablar del Siervo de Dios “testigos de auditu”, fama de santidad y martirio. Se recogen también si hubiere milagros, gracias y favores concedidos por la intercesión del Siervo de Dios. Existen diversas clases de Positios según sea el caso presentado (virtudes heroicas y fama de santidad, martirio, ofrenda de la vida).
La Positio debe probar con certeza la vida, las virtudes o el martirio y la fama relativa del Siervo de Dios. Será estudiada por un grupo de Consultores Teológicos del Dicasterio y, en el caso de una «Causa Histórica» (la de un candidato que vivió mucho antes y para quien no hay testigos oculares), también por una comisión de Consultores Históricos del Dicasterio. Si estos votos son favorables (al menos por mayoría cualificada), la Positio será sometida a un nuevo juicio de los Obispos y Cardenales Miembros del Dicasterio.
Esta tarea suele tomar su tiempo, incluso muchos años, pues depende de la dedicación a ella, a su valoración e importancia, si cuenta con la devoción de los fieles, y por supuesto y principalmente a la fama de santidad, en vida, en su muerte y después de su muerte hasta la actualidad. Incluye dos informes: uno sobre las virtudes cristianas, teologales y cardinales, vividas heroicamente o bien goza de fama de martirio y otro informe sobre la fama de santidad. En algunos casos estos informes se envían de manera separada y en otros se presentan ambos informes formando parte de la Positio o documento que presenta el Postulador.
Referencia (1) pp. 2 y 3
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Venerable
Es el segundo nivel de la Causa en el proceso hacia el reconocimiento de la condición de Santo o Santa. La categoría de Venerable la gestiona y concede el Dicasterio de las Causas de los Santos de la Santa Sede. Se trata de un adjetivo, el atributo de alguien que merece veneración, cuya cuarta acepción se presenta así en el Diccionario de la RAE:
Primer título que concede la Iglesia católica a quienes mueren con fama de santidad,
y al cual sigue comúnmente el de beato, y por último el de santo.
Si el juicio y parecer del Prefecto del Dicasterio es favorable, lo presenta al Papa, si lo considera oportuno, autoriza la promulgación del Decreto sobre las virtudes heroicas, sobre el martirio o sobre el ofrecimiento de la vida, del Siervo de Dios, que así se convierte en Venerable, es decir, se le reconoce por haber ejercido en grado «heroico» las virtudes cristianas, las teológicas: fe, esperanza y caridad; las cardenales: prudencia, justicia, fortaleza y templanza; y otras virtudes humanas y religiosas: pobreza, castidad, obediencia, humildad, fortaleza, prudencia, etc.), o haber sufrido un verdadero martirio o haber ofrecido la propia vida según las exigencias establecidas por el Dicasterio.
Las normas litúrgicas no permiten dar ningún culto a los siervos de Dios declarados Venerables, pero desde el momento de su declaración han de cesar los sufragios por su alma, puesto que la Santa Sede ha juzgado que ha vivido en grado heroico las virtudes cristianas.
Ibidem, pág. 3
De nuevo procederemos con el ejemplo de uno de los venerables presentados en nuestra entrada anterior

Natural de Belinchón (Cuenca), Maestro en artes y Bachiller en Teología por la Universidad de Baeza, se ordenó sacerdote en 1555 y predicó durante diez años antes de ingresar en el noviciado de la Compañía de Jesús en Sevilla, a los 35 años.
En 1569, partió como misionero a Perú, como era su deseo. Pronto comenzó el estudio de las lenguas indígenas y la predicación en las proximidades de Lima. En 1572, se trasladó a Cuzco donde acompañó, antes de ser ejecutado, al último de los incas de Vilcabamba, Tupac Amaru I. Durante los años siguientes su incesante actividad apostólica le llevará a las regiones del Titicaca, Tucumán, y el Gran Chaco, extensos territorios pertenecientes hoy a Perú, Bolivia, Argentina y Paraguay. Entrando en contacto con multitud de pueblos y lenguas indígenas, cuyos idiomas y culturas estudió.
En 1576, dados sus conocimientos lingüísticos, se le encargó, en el marco de la Congregación Provincial, la redacción de gramáticas y catecismos en quechua y aymara. En diciembre de 1582 fue enviado a Potosí (Bolivia) y pocos meses después la Audiencia de Charcas (Sucre) lo nombró catedrático y examinador diocesano de quechua, aymara y puquina. Dos años después, es enviado con otros compañeros a Santiago del Estero (Argentina). Con Manuel Ortega, SJ, recorrió las tierras de los tobas, mocovíes, diaguitas, y de los chiriguanos y en 1588 acompañó al gobernador de Tucumán, Juan Ramírez de Velasco, a la región de los calchaquíes. Después de misionar entre los lules, viajó a la gobernación de Paraguay. En 1597, enfermo, inició el viaje a Lima para tratarse, falleciendo antes de llegar.
Barzana había llegado a conocer once lenguas amerindias y escrito vocabularios, gramáticas y catecismos, desafortunadamente una parte importante de su trabajo quedó inédito. Entre sus obras publicadas podemos citar: Doctrina christiana y Cathecismo para instrucción de los indios … con un confessionario (Lima, 1583), los curas de Indios (Lima, 1595), Tercero cathecismo y exposicion… por sermones (Lima, 1585), Arte y vocabulario en la lengua general del Perú (Lima, 1586) y Arte de la lengua Toba (La Plata, 1893).
Universidad Pontificia de Comillas: Textos elaborado por un equipo coordinado por José García de Castro S.J. y Blanca Herranz. Fuentes: Soto Antuñedo, W. (2018). Alonso Barzana, SJ (1530-1597), el Javier de las Indias occidentales: vida y obra. Bilbao: Mensajero, 2018 y Fernández, E, Baptista, J. (2001). Barzana, Alonso de. Diccionario Histórico de la Compañía de Jesús, Roma-Madrid: IHSI-Universidad P. Comillas. II, p. 362-363
Este hombre destacó por sus virtudes ejercidas sobre la base de una voluntad, unos talentos lingüísticos extraordinarios y una dedicación fuera de lo común a la causa de los pueblos indígenas, recorriendo incansable sus pueblos y comunidades a pie. Llegó a dominar 12 lenguas originarias desde los Andes al Chaco y contribuyendo al desarrollo gramatical de la lengua quechua y aymara.
En Roma el 18 diciembre de 2017 el Papa Francisco aprobó el Decreto de Virtudes heroicas declarándole Venerable.
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La cuestión de los milagros

El milagro parte de la creencia, predominantemente cristiana, fundada en los Evangelios, y en la Tradición que se inicia con los Hechos de los Apóstoles, de que hay intervenciones sobrenaturales que no tienen explicación natural. El milagro se puede producir a modo de una delegación que Dios o el Hijo de Dios conceden a personas de virtud extraordinaria. Por ello la Iglesia las considera como pruebas a tener en cuenta, en su caso, en los procesos de reconocimiento de la santidad de las mismas
El Diccionario de la RAE define así concisamente lo que significa el vocablo en castellano:
hecho no explicable por las leyes naturales
y que se atribuye a intervención sobrenatural de origen divino.
Su influencia en el proceso de las causas de los santos, a partir de la etapa a la que hemos llegado en esta entrada, nos lo explica así el vice-postulador jesuita padre Benjamín Crespo S.J. al que hemos citado ya en diversos momentos:
Es competencia del Obispo del lugar en que haya ocurrido la investigación del milagro que se atribuye a la intercesión de un Siervo de Dios o de un Venerable o Beato. Se considera milagro un hecho que no es explicable por causas naturales. La mayoría de los milagros son de naturaleza médica, pero es posible investigar milagros de otro tipo; en cualquier caso, el milagro debe ser físico: «la práctica ininterrumpida de la Iglesia establece la necesidad de un milagro físico, pues no basta un milagro moral». Así, un milagro no médico que ha valido para una beatificación ha sido una multiplicación de arroz: a modo semejante a la multiplicación de los panes y los peces, una gran multitud pudo comer con el contenido de un poco de arroz. El hecho ocurrió el 25 de enero de 1949 en Olivenza (Badajoz, España) por intercesión del entonces Beato Juan Macías, y de tres tazas de arroz echados en una olla salieron bastantes ollas de arroz hervido. Fueron testigos todos los habitantes del pueblo. El milagro sirvió para la canonización del santo.
Al igual que en el proceso de virtudes heroicas, el Postulador iniciará el proceso en el tribunal competente y propondrá las pruebas pertinentes. En el caso de milagros médicos, son útiles las pruebas médicas anteriores a la curación y posteriores, así como el testimonio de los médicos. No se debe olvidar demostrar que la curación fue por intercesión del Siervo de Dios, Beato o Santo: deberá testificar, por lo tanto, la persona que haya pedido el favor al Siervo de Dios (que puede ser el beneficiado por el milagro, u otra persona).
Sólo serán relevantes los milagros que bajo ningún aspecto pueda ser explicable por causas naturales. En el caso de las curaciones, por ejemplo, se debe descartar una curación por causas médicas que aún no se explican, pero quizá algún día se conocerán. El postulador deberá buscar asesoramiento de un buen médico con recto criterio antes de iniciar el proceso.
Al igual que en el proceso ordinario, se redacta una Positio y se envían las actas al Dicasterio para las Causas de los Santos. En este caso, sin embargo, no interviene un relator. Los milagros atribuidos se estudian en una Comisión de peritos (que será de médicos, si el favor es una curación), después en un Congreso especial de los teólogos, y por fin en la Congregación de los Cardenales y Obispos. Si los informes de los tres grupos son favorables, se presenta al Papa, que es quien tiene la competencia de determinar lo que sea conveniente.
Ibidem pp. 3 y 4
En cualquier caso, es a partir de la beatificación cuando, salvo dispensa papal se podría necesitar un milagro para la canonización (no en el caso de los mártires).
Por el momento, hoy nos detenemos en la condición de Venerable, que en el caso de Alonso de Barzana le sitúa a las puertas del proceso de Beatificación, como se puede apreciar en la invitación a un acto celebrado en el Cusco (Perú) el pasado mes de junio.

(continuará)
Referencias y notas:
(1) Benjamín Crespo, S.J. Pasos hacia la santidad: las fases y etapas de los procesos de beatificación y canonización (con anexo relativo a la Iglesia del Perú), Roma, julio del 2023.
(2) Dicasterio de las Causas de los Santos: los pasos hacia la santidad
La Causa di beatificazione e canonizzazione riguarda un fedele cattolico che in vita, in morte e dopo morte ha goduto fama di santità o di martirio o di offerta della vita.
Per l’inizio di una Causa di beatificazione è quindi sempre necessaria la “fama di santità” della persona, ovvero l’opinione comune della gente secondo cui la sua vita è stata integra, ricca di virtù cristiane. Questa fama deve durare e può ingrandirsi. Quelli che hanno conosciuto la persona parlano dell’esemplarità della sua vita, della sua influenza positiva, della sua fecondità apostolica, della sua morte edificante.
Fase Diocesana
La canonizzazione è solo l’ultimo gradino di una scala che ne presuppone altri: il candidato, per diventare ufficialmente Santo, deve essere prima Servo di Dio, poi Venerabile, poi Beato.
È chiamato Servo di Dio il fedele cattolico di cui è stata iniziata la Causa di beatificazione e canonizzazione.
Il postulatore, appositamente nominato, raccoglie documenti e testimonianze che possano aiutare a ricostruire la vita e la santità del soggetto. La prima fase inizia quindi con l’apertura ufficiale di una Inchiesta in Diocesi e il candidato viene definito Servo/a di Dio. Obiettivo è spesso quello di verificarne l’eroicità delle virtù, ovvero la disposizione abituale a compiere il bene con fermezza, continuità e senza esitazioni. Occorre cioè dimostrare che il candidato ha praticato le virtù a un livello molto elevato, superiore alla media. In altri casi, l’oggetto della verifica riguarda i requisiti del martirio cristiano oppure l’offerta della vita.
La ricostruzione viene fatta seguendo due piste: ascoltando le testimonianze orali delle persone che hanno conosciuto il Servo di Dio e possono raccontare con precisione fatti, eventi, parole; raccogliendo i documenti e gli scritti riguardanti il Servo di Dio.
Se le condizioni preliminari sembrano concordi, il Vescovo può introdurre la Causa. Il processo di beatificazione, salvo una particolare dispensa papale, non può iniziare prima che siano passati almeno 5 anni dalla morte del candidato. Il Vescovo diocesano nomina un Tribunale composto da un suo Delegato, da un Promotore di Giustizia (a livello del Dicastero ci sarà poi il Promotore della Fede) e da un Notaio Attuario. Una apposita Commissione Storica raccoglie tutti i documenti che riguardano il Servo di Dio e i suoi scritti. Infine due Censori Teologi devono valutare i medesimi scritti, se vi sia qualcosa di contrario alla fede o alla morale. Tutte le informazioni vengono raccolte e poi sigillate nel corso di una sessione di chiusura, presieduta dal Vescovo.
Fase Romana
Terminato questo lavoro, si chiude la fase diocesana dell’Inchiesta e tutto il materiale viene consegnato a Roma al Dicastero delle Cause dei Santi che, tramite un suo Relatore, guiderà il postulatore nella preparazione della Positio, cioè del volume che sintetizza le prove raccolte in Diocesi; è la cosiddetta fase romana del processo.
La Positio deve dimostrare con sicurezza la vita, le virtù o il martirio e la relativa fama del Servo di Dio. Essa sarà studiata da un gruppo di Consultori Teologi del Dicastero e, nel caso di una “Causa storica” (quella che riguarda un candidato vissuto molto tempo prima e per il quale non vi siano testimoni oculari), anche da una commissione di Consultori Storici del Dicastero. Se questi voti saranno favorevoli (almeno in maggioranza qualificata), la Positio sarà sottoposto a un ulteriore giudizio dei Vescovi e Cardinali Membri del Dicastero.
Se il giudizio di questi ultimi è ugualmente favorevole, il Santo Padre, se lo ritiene opportuno, autorizza la Promulgazione del Decreto sull’eroicità delle virtù, sul martirio del Servo di Dio o sull’offerta della vita, che così diviene Venerabile: gli viene riconosciuto cioè di aver esercitato in grado “eroico” le virtù cristiane (teologali: fede, speranza e carità; cardinali: prudenza, giustizia, fortezza e temperanza; altre: povertà, castità, ubbidienza, umiltà, ecc.), o di aver subìto un vero martirio oppure di aver offerto la vita secondo i requisiti previsti dal Dicastero.
I candidati alla santità infatti, possono essere: i martiri, coloro che hanno accolto cristianamente l’uccisione in odio alla fede; i cosiddetti confessori, cioè coloro che sono stati testimoni della fede, ma senza il sacrificio supremo della vita. Inoltre dal 2017 è possibile giungere alla Canonizzazione anche attraverso una terza via: l’offerta della vita, senza uccisione in odio alla fede e senza il prolungato esercizio di virtù eroiche; si tratta di persone che hanno volontariamente e liberamente offerto la loro vita per gli altri, perseverando «fino alla morte in questo proposito, in un supremo atto di carità».
Beatificazione
La beatificazione è la tappa intermedia in vista della canonizzazione. Se il candidato viene dichiarato martire, diventa subito Beato, altrimenti è necessario che venga riconosciuto un miracolo, dovuto alla sua intercessione. Questo evento miracoloso in genere è una guarigione ritenuta scientificamente inspiegabile, giudicata tale da una Commissione Medica convocata dal Dicastero delle Cause dei Santi e composta da specialisti, sia credenti sia non credenti. Importante, ai fini del riconoscimento, è che la guarigione sia completa e duratura, in molti casi anche rapida.
Dopo questa approvazione, anche sul miracolo si pronunciano i Vescovi e i Cardinali Membri del Dicastero e il Santo Padre, sempre se lo ritiene opportuno, autorizza il relativo Decreto. Così il Venerabile può essere Beatificato. In seguito a questa proclamazione, il Beato è iscritto nel calendario liturgico della sua Diocesi o della sua famiglia religiosa, nel giorno anniversario della morte o in un giorno che si ritenga particolarmente significativo.
Canonizzazione
Perché arrivi alla canonizzazione, ossia affinché possa essere dichiarato Santo, si deve attribuire al Beato l’intercessione efficace in un secondo miracolo avvenuto successivamente alla beatificazione.
Per stabilire chi è Santo, quindi, la Chiesa utilizza sempre un accertamento canonico: se una volta si poteva diventare santi semplicemente per acclamazione popolare, ormai da vari secoli la Chiesa ha cominciato a dotarsi di norme specifiche, per evitare confusioni e abusi.
Come in tutti i processi, anche in questo caso ci sono una sorta di accusa e di difesa. L’avvocato difensore, se vogliamo usare questo termine, è il postulatore, incaricato di dimostrare la santità del candidato. Colui che è incaricato di “fare le pulci” a testimonianze e documenti è invece il Promotore della Fede (comunemente noto come “avvocato del diavolo”). Il primo è nominato da chi ha fatto la proposta di istruire la Causa, il secondo è in servizio presso il Dicastero.
Casi particolari
Vi sono casi che procedono per equipollenza, applicata sia ai casi di beatificazione che di canonizzazione; si tratta di una procedura mediante la quale il Papa, dopo le dovute verifiche, approva un culto esistente da tempo, senza attendere il riconoscimento di un miracolo. Si distingue dalle beatificazioni e canonizzazioni formali, per le quali la Chiesa prevede una regolare Inchiesta e il rispettivo miracolo.
Inoltre, il Papa può sempre prendere decisioni particolari. Papa Francesco lo ha fatto nei confronti di Giovanni XXIII, che è diventato Santo per la sua fama di santità, diffusa da decenni in tutto il mondo, senza che gli venisse riconosciuto un secondo miracolo. Una procedura straordinaria è stata seguita anche da Benedetto XVI nei confronti di S. Giovanni Paolo II, la cui Causa di canonizzazione si aprì poche settimane dopo la morte, senza aspettare i cinque anni previsti.
Sólo hay texto en italiano en la página del Dicasterio
NOTA BENE: los dos enlaces al Dicasterio no parecen funcionar bien, por lo que los reproduzco aquí para que quien esté interesado los introduzca en la ventana de su navegador (en el caso comprobado por mí funciona con Google), pues así podrá comprobarlos:
Para los pasos en el camino a a santidad:
Para la página principal del Dicasterio:
Sobre los santos (I): introducción

Dedicado a Benjamín Crespo S.J
Según la Real Academia Española de la Lengua la santidad es un sustantivo que denota la cualidad del santo o de lo santo. Pero cuando la RAE emprende la definición de la palabra santo como atributo la cosa se complica, pues a este adjetivo le da hasta 11 acepciones, que se añaden a las muy abundantes del sustantivo. Si ha eso añadimos todas las locuciones coloquiales, verbales y mixtas de la RAE en las que aparece el vocablo, más sus usos metafóricos, entramos en una floresta que en última instancia, se deriva de una historia interminable, la que fluye de la fuente de todas las santidades: la Divinidad, la Deidad, la esencia del ser de Dios. Los profetas bíblicos ya proclamaban que sólo Yahvéh es santo y fuente de la santidad.
Entre las acepciones de la RAE destacan tres niveles:
(1) Santo o santa: una persona a la que se le reconoce ser perfecto y libre de toda culpa.
Señalemos que para las religiones del libro la perfección sin límites ni culpa alguna sólo es de Yahvéh, Dios o Alá (o quien la reciba de Dios por motivos de parentesco, verbigracia la Virgen María y Jesús Hijo de Dios).
(2) Alguien de especial virtud y ejemplo.
(3) Una persona especialmente dedicada o consagrada a Dios.
Y no tendríamos que restringirnos al imaginario judeocristiano o musulmán, pues el vínculo con una divinidad no es exclusivo de las confesiones de ese ámbito. Pero ampliar tanto el contenido de la cuestión nos llevaría muy lejos en el tiempo y en el espacio. La bibliografía es infinita y nuestro motivo limitado: este blog va a ocuparse de los santos cristianos, como se conciben ahora, y de los procedimientos formales que sigue hoy la Iglesia Católica para declarar la santidad de una persona extinta.
Una visión histórica sucinta se puede leer en un artículo del profesor Guillermo Fatás que además resume bien la cuestión en ámbito cristiano:
Los propósitos de este texto son, por una parte, recordar la procedencia del vocablo «santo», rememorar que la Roma precristiana tenía sus propias formas de veneración ultraterrena a ciertas personas que habían vivido como mortales y resumir los procedimientos formales que el catolicismo fue adoptando para la declaración oficial de santidad de una persona extinta
Cfr. nota 1
No nos remontaremos pues a la época de los faraones, de los Upanishads, de la vida de Buda, o de los cultos del mundo clásico grecolatino y de sus héroes (2). Tampoco de como en los primeros siglos la canonización de un santo cristiano podía ser por coronación por el martirio o por decisión episcopal o papal. Además en aquellos primeros siglos las comunidades de cristianos bajo el Imperio Romano desempeñaban un papel que rondaba la santificación por aclamación
Si alguien quisiera disfrutar de unas narraciones de las vidas de los santos hasta la alta Edad Media, una lectura amena, entre historia y leyenda, que sigue el calendario litúrgico, es la Leyenda Aurea, Leyenda Dorada (3) o Legenda Sanctorum de Jacobo de Vorágine (1230 – 1298), un arzobispo y literato de Liguria. Su libro se basa en una erudita búsqueda de autores precedentes en la que recopila las biografías de casi 180 santos cristianos. Ha sido probablemente la obra con mayor influencia en la iconografía de los mártires y santos del Arte, escultórico, pictórico y vitral, en Occidente.
Por ejemplo a San Juan el Limosnero que vivió en el siglo VII la Leyenda Aurea (c. XXVI) le dedica ocho páginas divididas en trece apartados de apretado texto. Su fiesta la sitúa el 23 de enero.

Pero sigamos con el propósito que nos hemos fijado en el blog.
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La certificación de la santidad en la Iglesia Católica
A partir de ahora me basaré en el documento de los pasos hacia la santidad (4) que me ha facilitado un amigo, el padre Benjamín Crespo S.J, quien trabaja como vice-postulador para el Dicasterio de las Causas de los Santos (5).
Como el nos explica:
La veneración y el culto a los mártires y santos cristianos se encuentran atestiguados desde los primeros siglos de la Iglesia. No obstante, la canonización en cuanto procedimiento eclesiástico no se esbozó sino hasta el siglo XI con el objeto de buscar definir a aquellos cristianos que merecerían el culto universal de la Iglesia, evitando así confusiones entre iglesias locales y buscando que las virtudes vividas en grado heroico estuvieran plenamente comprobadas. Ya durante este tiempo se apelaba a la autoridad del Obispo de Roma o a los Concilios la potestad de determinar dicho culto.
Benjamín Crespo, nota 4

Así pues, aunque el mundo occidental está lleno de las huellas del culto a los santos desde hace dos mil años, la codificación actual del procedimiento es algo en la que sólo algunos son expertos o iniciadores, postuladores y vice postuladores de la Causa.
Las funciones desempeñadas por el postulador y el vice-postulador, que conviene conocer para entender el riguroso proceso, se resumen así:
El Postulador debe ser debidamente nombrado por la autoridad eclesiástica que corresponde. El Vice Postulador es nombrado por el Postulador con un mandato redactado en conformidad con el derecho, previo consentimiento del actor.
El Obispo y el Postulador de la Causa piden iniciar el proceso de beatificación y canonización presentando a la Santa Sede, al Dicasterio correspondiente, un informe sobre la vida y las virtudes de la persona, su fama de santidad, todo debidamente fundamentado en documentos que lo acrediten.
El Postulador con la colaboración del Vice Postulador es quien asume y lleva adelante el desarrollo del procedimiento instructorio en nombre del mismo actor ante las autoridades competentes. El cargo puede ser desempeñado por un sacerdote, un miembro de un instituto de vida consagrada, de una sociedad de vida apostólica, o de una asociación clerical y/o laical, por un laico o una laica. Debe ser experto en teología, derecho canónico e historia, y conocedor de la praxis del Dicasterio de las Causas de los Santos. El Dicasterio sugiere que el Postulador haya participado en el “Curso de Alta formación en las causas de los santos” que ofrece el mismo Dicasterio.
Recogen información escrita (documentos y escritos del Siervo de Dios o acerca del Siervo de Dios) y testimonios orales de personas que han conocido al Siervo de Dios y pueden contar con precisión hechos, acontecimientos, palabras, etc. Quienes han conocido a la persona (testigos de visu) o han escuchado hablar de ella o han leído acerca de ella (testigos de auditu) hablan de la ejemplaridad de su vida, de su influencia positiva, de su fecundidad apostólica, de su muerte edificante. Es necesario añadir toda otra documentación que ayude a fundamentar dicha Causa.
Toda la documentación es enviada al Dicasterio, que la estudia y analiza y puede darse tres situaciones: (1) la aprobación de seguir adelante y concede el decreto “Nihil Obstat”, a partir de este momento se le llama Siervo de Dios; (2) la respuesta comunicando las objeciones a la causa que no permite continuar y (3) diciendo que falta mayor profundización en algunos asuntos que deben ser resueltos. y volver a presentarla habiendo dado respuesta a las objeciones. El Obispo convoca a un proceso supletorio para responder al pedido del Dicasterio y volver a presentar la causa.
Benjamín Crespo, Nota 4
Se siguen cuatro etapas hasta que la Iglesia canoniza a uno de sus miembros y lo incluye en el calendario litúrgico. En ese proceso se verifica que la persona propuesta haya destacado por su especial virtud y ejemplo.
A continuación traigo, en el orden de las cuatro etapas, catorce ejemplos escogidos de entre los cuarenta y uno que me ha facilitado el vice-postulador Benjamín Crespo S.J., todos ellos del Perú.
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SIERVOS DE DIOS
Veintidós (tres mujeres y diecinueve varones).

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VENERABLES
Siete (dos mujeres y cinco varones)

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BEATOS
Seis (tres mujeres y tres varones)

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SANTOS
Cinco (una mujer y cuatro varones)



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De la definición de las etapas del proceso y de sus requisitos hablaremos en la segunda entrega.
Bibliografía y Notas:
(1) Guillermo Fatás, La santidad y sus antecedentes. Santos antiguos y santos anómalos, Universidad de Zaragoza, en DOSSIER: Fábrica de santos: España, siglos XVI-XVII, Eliseo Serrano Martín (coord.), Jerónimo Zurita, 85. 2010: pp.13-38.
(2) Sobre la historia de lo sagrado en diversas culturas hace años estudiábamos en las aulas a un autor ya clásico : Mircea Eliade, Tratado de Historia de las Religiones, Madrid, Ediciones Cristiandad, 1974.
(3) Santiago de Vorágine, La leyenda dorada, traducción del latín José Manuel Macías, Madrid, Alianza Editorial, 1990.
(4) Benjamín Crespo, S.J. Pasos hacia la santidad: las fases y etapas de los procesos de beatificación y canonización (con anexo relativo a la Iglesia del Perú), Roma, julio del 2023, 7 págs.
(5) El término dicasterio tiene origen en la palabra griega que denominaba al Tribunal de los Heliastas de Atenas que era un Tribunal compuesto por seis mil miembros elegidos al azar en todos los distritos de la ciudad. Sus sentencias eran inapelables (Fuente: Docsity.com). Hoy es un término genérico para todos los grandes organismos de la Curia Romana, como sus congregaciones, Tribunales y y Oficinas.








