Senderos de los Midlands (3)
Como amenazaba lluvia, el domingo 5 de junio se decidió que haríamos sólo una parte del «Three Shires Head Walk», ya que queda cerca del cottage que nos hospedó durante cuatro días.
Al otro lado de la vaguada dejábamos a las alpacas en su prado e iniciábamos la subida a los altos pastizales por donde campa el ganado ovino.
Ahora íbamos al encuentro con libres borregos, junto a granjas custodiadas por canes ladradores, a los que no quise retratar para no romper la perspectiva virgiliana.
El objetivo era llegar a la cascada y pozas de baño, uno de los lugares favoritos de este sendero, pero la lluvia se presentó a las tres de la tarde y tuvimos que regresar al cottage.
Dejábamos esta meta (y un posible chapuzón) para un futuro menos lluvioso.
En todo caso por este sendero no faltaban recompensas para la vista.
Apercibimos amplias granjas
y fuimos examinados y seguidos por los los habitantes de estos prados
No todos eran jovencillos retozones, pues no nos faltó un encuentro conmovido con un anciano carnero amputado de una pata, que sin embargo marchaba lentamente por el prado
Que estos lugares han visto siglos de trabajos y de vidas, se siente en la ruina de una casa de sólidos sillares, regularmente tallados, colonizada por árboles centenarios.
***
Para terminar la crónica de este penúltimo día de sendero por los Midlands ingleses, como soy abuelo y me acompañaban mis nietos, les regalo, pues si no son abuelos seguramente serán nietos, esta imagen que tomé cuando iniciábamos el retorno al cottage para esquivar la lluvia.
Ya que hoy hemos sido breves, el próximo domingo les traeré, a modo de colofón, no uno sino dos paseos con los que se concluirá nuestra escapada por los verdes parajes de los Midlands.
Senderos de los Midlands (2).

Nuestro segundo día por los senderos del Peak District nos condujo bordeando pastizales hacia el área del antiguo molino de Gradbach, en dirección al Forest Wood.

Por meta tenemos hoy la Luds Church, llamada así por ser una estrecha garganta entre rocas, un chasm cubierto de musgo, que se puede comparar con el interior de una iglesia milenaria excavada por un curso de agua.
Pero, vamos por partes, primero el mapa…

Luego los habitantes…

algunos de los cuales parecen salidos de las granjas premiadas con el British Farming Award (galardón ganadero que recientemente podría haber ganado un ministro español )

Tras dejar a la derecha la entrada al molino de Gradbach y su moderno hotel de sabor medieval, y más allá el acceso al campamento scout continuamos por el borde del Dane River…

entre robledos


hasta bruscamente descender al interior del chasm de Lud’s Church
El paseo se acabará volviendo por el sendero que retomamos en dirección al café de la Manor House del Molino de Gradbach, donde helados y café nos recomponen, antes de emprender la vuelta por Flash (la aldea más alta de Inglaterra) en la que nos irá sorprendiendo el atardecer de vuelta al cottage en Three Shires.




¿Y mañana? Mañana será otro día y otro sendero.
Lo que sin duda veremos por la mañana, desde la ventana, al despertar, será el rebaño de las alpacas esperando el complemento tempranero a su dieta de hierba…

Senderos de los Midlands (1)

El domingo pasado prometí compartir algunas imágenes y detalles de mi reciente asendereada semana en las tierras medias británicas, es decir en la región de los Midlands de Inglaterra. Lo de asendereado lo digo contraviniendo a la Real Academia de la Lengua Española, que a este adjetivo le atribuye un sentido fatigoso y penoso; si bien, al verbo asenderear el primer significado que le asigna es el de «hacer o abrir sendas o senderos». No obstante, los siguientes sentidos son todos poco recomendables.
Dejémoslo pues en que «hacíamos senderos» y que de ellos les iré hablando. Pero, antes, he pensado en estos días en los millones de británicos que andaban muy asendereados por las colas que afectaban a los viajeros «no comunitarios» en los aeropuertos españoles y europeos. Teniendo en cuenta que el 52 % de los votantes británicos se pronunciaron por «el Brexit» me pregunto cuántos de ellos al ver las lentas filas que les toca sufrir este verano pensarán si mereció la pena.
Lo siento por los que votaron por seguir en la Unión Europea y ahora «pagan justos por pecadores». De este asendereado asunto de las colas extracomunitarias he sido reciente testigo.
La otra cosa sobre la que he reflexionado es sobre por qué, teniendo sitios tan estupendos, verdes y frescos en Inglaterra, optan por apelotonarse para venir a freírse bajo el sol de Benidorm en España.
Pero esta cuestión la dejaremos para otro día.
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Primer día de excursión
El primer día hicimos senderos por las llamadas Roaches o peñascos del Parque Nacional del Peak District en el condado de Staffordshire.


Fue un largo paseo subiendo y bajando, y subiendo de nuevo, a dos agrestes promontorios rocosos.
El que aquí vemos fue el primero…

Desde su cima se divisa un amplísimo panorama de 360 grados.








Animados por la hermosa subida al primer promontorio, descendemos hacia la vaguada para acometer la segunda ascensión, donde nos esperan paredes rocosas a las que se encaraman los escaladores, los habituados y los aprendices.




Y, ya de vuelta, contorneando los roquedales, de este pico…

llegamos a un cottage donación de Audrey la viuda de Don Whillans, un renombrado escalador inglés. En su memoria este lugar de encuentro de escaladores y escuela de escalada se llama…

Es un lugar con mucha historia, gestionado por el British Mountaineering Council. Basta con mirar a su alrededor para constatar que aquí la afición a la escalada se cultiva.
Añorando los años jóvenes en que subía cumbres y glaciares empuñando el piolet, y en cordada con los amigos, me despido por hoy.
Sin olvidar que tendré que explicar qué hacen las alpacas andinas por estas colinas inglesas

El próximo domingo más…
Queens Road
El lector avisado ya habrá comprendido que este bloguero ha emprendido uno de sus periódicos viajes a Inglaterra. En esta ocasión ha sido para celebrar mi cumpleaños en familia, con la particularidad de que los ingleses han decidido que también el jubileo de platino de la Reina Isabel II de Inglaterra coincida con las mismas fechas, de tal modo y manera -dos pájaros de un tiro- que el día de mi aniversario han estado festejando a la monarca y a mí a la vez
¡Todo un honor!

En muchísimos barrios de Inglaterra ha habido celebraciones de ambos acontecimientos
…
Hablando de barrios, me gusta hacer la compra en la Queens Road de Leicester y tomar algún tentempié a la hora del lunch por Allandale Road o la vecina Francis Street

en donde se conservan convertidas en pequeñas tiendas o negocios las casas de finales del XIX, como esta barbería en una vivienda construida en 1850.

Hay de todo…


Para llegar allí desde mi alojamiento suelo pasar junto a Clarendom Park y su iglesia neo-medieval en London Road,

para torcer por Ridgeway, una calle interesante con figuras multiétnicas que señalan el paso de peatones de la escuela pública del barrio,

A lo que se añade la presencia ecléctica de una iglesia metodista situada en una acera frente al templo hinduista en la otra


Leicester no tiene nada que envidiar, por la profusión de templos de confesiones judeocristianas o de confesiones asiáticas y otras, a ninguna de las ciudades de España más salpicadas de lugares de culto.
…
Y volviendo a otro culto importante…
En estos día pasados, los organizadores de los actos del jubileo de platino de la Reina han tenido el detalle de hacer coincidir el Derby de Epsom con mi cumpleaños, lo cual dará envidia a un amigo mío que no se pierde jamás este acontecimiento.
Además, el día anterior me han obsequiado con la parada oficial del jubileo.

Lo que siento es no haber podido asistir a la recepción del día de mi cumpleaños en Buckingham Palace

pues estuve caminando por colinas de los Midlands, lo que es muy recomendable para quienes ya somos viejos.
Pero de esos senderos hablaremos otro día.
Primavera con una esquina herida (III)

Alegrías
Cuando las cosas son como deben ser, cuando un bebé puede disfrutar de su primer baño en una playa de la Costa Blanca y sus padres ser felices por un acontecimiento tan banal, que sin embargo es un canto a la vida. Cuando eso tendría que ser lo normal para cualquier bebé que se acerque a las orillas del mar con papá y mamá.
Eso sí, bien protegido del sol en esta primera navegación sobre las olas.
Con un padre orgulloso del hijo en un mar en calma que pareciera también reír
correspondiendo a la sonrisa del pequeño.
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Amarguras
No obstante, en esta primavera hay un ambicioso paranoide rodeado de su aquelarre que ha decidido matar las sonrisas de todo un pueblo, para ensanchar su poder algunos miles de kilómetros cuadrados y, entre otras formas de hacerlo, cerrando a millones de personas su libre acceso al mar.

El agresor borra del mapa aldeas y pueblos enteros, dejando a miles de personas sin casa y sin servicios ni recursos vitales.

Es la guerra «de la tierra quemada», mientras deporta forzosamente a miles de civiles hacia Rusia desde una Ucrania que ya sufrió este martirio bajo la Unión Soviética.
No, aquí los niños no podrán por mucho tiempo acercarse con papá y mamá a intercambiar sonrisas con el mar.

Hay uno que os quiere muertos, Vladimir Putin el de la mirada hueca.
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La idolatría de las armas
A otros niños se les deja morir en el altar del culto a las armas.

Estas imágenes no necesitan comentarios.


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Esta primavera será recordada por los crímenes contra la humanidad en Ucrania y por la masacre de Uvalde.
Llevará tiempo disolver tanto horror en nuestras memorias olvidadizas que, en expresión del poeta, mezclan todo lo vivido como en un sueño.
***
He pensado acabar esta entrada con otra primavera y otros niños, en cuyas mentes esta estación de salida del invierno suena con diversas notas. Habla Beatriz, la hija de Graciela en «Primavera con una esquina rota» de Mario Benedetti (Editorial Sudamericana, Buenos Aires, 1982, pág. 23):
Qué bueno sería que los niños sólo recordasen la primavera por cosas como las olas del mar, las flores o el monopatín de un amigo…
A las seis y media de la mañana se anuncia un buen día de mayo y ya hay algún pescador que ha plantado su caña esperando que pique alguna lubina.
Un grajo pendenciero, o simplemente un madrugador que llama a su pareja, toma posiciones en una antena frente a mi terraza.

Hay diversas maneras de acercarse al mar…

de festejarle…

de patinarle…

y de pasear a su vera.

Esta costa,

monte y mar, tiene gratas nimiedades, basta con ir mirando.
Por ejemplo, en el hormiguero todas las hormigas tienen su trabajo, no hay desempleo. Por ejemplo existe un puesto de recogedora de pétalos caídos…

y la lista de cualificaciones para esta función incluye tener buenas piernas y mandíbulas firmes.

***
Y colorín colorado…

este día se ha acabado.
La Paz sigue siendo la utopía que, siglo tras siglo, se retrae una y otra vez del alcance de la Humanidad, en cuyo seno surgen repetidamente las mentes criminales con poder dispuestas a impedir su logro. En este cuadro reciente ha expresado Giuseppe Modica ese ansia que la guerra acorrala en el espacio de lo irrealizable.
Al fondo de una galería de espejos el deseo de vivir en paz se aleja fugitivo. En primer plano el poliedro inspirado por la Melancolía de Durero y, tras los muros que nos alejan de la Paz, el azul del mar y los campos natales del pintor. El horizonte en calma de una memoria primigenia figura una época añorada que la voluntad violenta, la malignidad de unos pocos, arrebata desde siempre a las inmensas mayorías.
Este cuadro es una invocación silenciosa con el único grito que el artista tiene, el de su creación pictórica
El cuadro Fiat Pax de Giuseppe Modica fue portada el domingo 17 de abril del 2022 del suplemento La lettura del Corriere de la Sera, que se la encargó al artista. Fue acompañada de una nota biográfica del artista véneto Gianluigi Colin (Pordenone, 1956) que sintetizaba el sentido del cuadro: «estamos en un tiempo en suspenso donde sin embargo el presente adopta la forma de un arco iris en el que están impresas dos palabras que aparecen como admonición y grito colectivo: Fiat Pax» (*)
…
El 10 de abril presenté algunos lienzos que Giuspeppe Modica pintó en los años noventa, así como sus evocaciones de aquellos artistas del pasado que inspiraron algunos de sus cuadros de entonces, así como otros de la segunda década del siglo XXI.
Hoy completo, si es que eso es posible, aquel primer capítulo con algunas obras recientes que nos ayudan a seguir analizando su contribución a la pintura contemporánea italiana y europea.
El taller es un lugar mágico lleno de resonancias, un lugar no sólo de producción sino también y sobre todo de meditación, reflexión y gestación, como suele subrayar el propio Modica, llamándolo labor-oratorium. En el interior, juega un papel fundamental el espejo, ese no lugar fugitivo, pero capaz de multiplicar los puntos de vista y también las diferentes visiones posibles de la realidad, cada una portadora de maravilla y estupor.
Mariastella Margozzi, Directora de los Museos Estatales de la Ciudad de Roma
La pintura es como un espejo y presenta una alternancia y una relación entre la superficie y la profundidad, entre la sensualidad táctil de los primeros planos y la profundidad ilusoria de la lejanía. Y todo sucede en el espacio mágico y el tiempo infinito del Atelier.
El Atelier es también un lugar de encuentro y confluencia de distintas temporalidades: el tiempo de la memoria y la imaginación se combina con el tiempo procesual y constructivo de la larga elaboración ejecutiva. Es el sitio de un entrelazamiento laberíntico de impresiones cotidianas y memorias culturales.
Giuseppe Modica, 2021

Esta es la única obra del pintor, entre las que aparecen en su página web, y que en particular me ha señalado para el blog, en la cual el negro es el protagonista a contraluz. Es un cuadro en el que el pintor por excelencia de la luz mediterránea, en cuyos obras la oscuridad queda siempre restringida a una estancia que se atisba a través de una puerta o al pasaje de un túnel, pero sólo como tránsito hacia la luz del mar, del paisaje o del cielo, el solo cuadro en que la oscuridad embarga el cuadro, y la luz queda circunscrita. Se trata de una cámara oscura, de una estancia agrandada similar a aquellas cajas que Caravaggio o Vermeer dicen que utilizaban para capturar la escena. ¿Es el mar que se percibe en los espacios geométricos del atelier negro de Módica el resultado de una proyección que quiere romper el encierro de este recinto enladrillado de negro? ¿Corresponde este cuadro inhabitual a una meditación en tiempos difíciles?
Un año antes ya había realizado un cuadro en el que una cortina de oscuridad intenta cancelar un cielo luminoso manchándolo de precipitaciones mugrientas, como si una ventana olvidada nos velase el mundo
Creo que todo pintor, llevado por un secreto y a menudo inconsciente anhelo de reordenar el mundo, para lograr su obra pugna con la realidad. Su arma para esta tarea inacabable es la luz, esa materia fugitiva que los pintores tratan de domesticar, capturando algunas de las tonalidades del espectro e identificándose con ese mundo que con su elección nos abren.
Giuseppe Modica es un pintor infatigable, cuya pintura esposa el azul primario, el cian, en todos sus matices. No obstante, también en su laboratorio, el mundo reclama sus derechos, se resiste a ser reordenado, y llegan los días en que el negro surge, ya que incluso un magenta puede teñir el azul y oscurecerlo; incluso el amarillo solar puede arrastrarnos al eclipse, dando paso a las negruras de la realidad con las que el pintor se enfrenta.
…

Concluiré fijándome en un lienzo del año pasado en el que reafirma y renueva su constante meditación sobre el espacio y sus ilusiones especulares, recorriendo los territorios del sueño donde pasamos de un plano de la realidad a otro. Ya no es el poliedro de la melancolía de Durero el que se repite en este lienzo sino la esfera, la forma que Parménides (504 – 450 a.C.) consideraba la representación del Ser, perfecto como una esfera, igual en todas sus direcciones a partir del centro.
Quizás Giuseppe Modica nos esté diciendo que su búsqueda a través de los espejos sea la de un mundo reordenado en la armonía de las esferas y de la luz, una realidad que él investiga con serenidad tenaz en ese atelier en el que elabora sus lienzos, unos pocos cada año, como meditaciones que su pincel destila.
Notas:
(*) Ojalá que este grito no fuese necesario y que no se tuviese que iniciar este segundo capítulo dedicado a mi profesor y amigo, Giuseppe Modica, con esa invocación en la que leo su tácito rechazo a esa sangrienta invasión de Ucrania por el ejército de un dictador que no sólo somete y silencia al propio pueblo ruso, sino que ha decidido asesinar a miles de civiles y destruir la vida de millones de personas.
De abril en Madrid

He pasado una semana en la Comunidad de Madrid, donde la primavera, caprichosa como de costumbre, ha alternado el frío y el calor, la lluvia y el cielo azul.
Azul es también el manto de San Juan Evangelista, quien boquiabierto mira a los cielos, se supone que palestinos, pues la Virgen María, en vez de quedarse a reposar en su sepulcro, ha sido abducida hacia el empíreo, para hacer compañía al Padre Eterno, junto a Jesús, su hijo resucitado.
El rostro de San Juan puebla estos días de grandes carteles las calles de Madrid, pregonando una exposición temporal del Museo del Prado, dedicada a los frescos de la Capilla Herrera en la iglesia de Santiago de los Españoles de Roma, obra que el banquero y mecenas Juan Enríquez de Herrera, que le dio su nombre, encargó a principios del siglo XVII a Annibale Carracci y que éste realizó con el importante concurso de su colaborador Francesco Albani y de algunos otros pintores que ayudaron a aquel maestro, de la familia de artistas boloñeses Carracci, quien gozaba de las preferencias de los papas.
Cuando aquella capilla ya amenazaba ruina, uno de los más destacados extractores de frescos del siglo XIX, Pellegrino Succi, dirigido por el escultor español afincado en Roma Antonio Solá, en 1850 separó de la pared, para fijarlas sobre tela, la serie de escenas dedicada a la vida de San Diego de Alcalá y otros aspectos de la Historia Sagrada.
No abundaré más sobre la historia de estas obras y su regreso a España, pues está detallada abundantemente en internet. En mi caso traté de conseguir entrada para ver la exposición, pero estaba todo vendido para los días de mi estancia y me he tenido que contentar con el catálogo que conseguí en una librería de Chamberí y que estoy leyendo con fruición. La imagen del rostro de San Juan es mi foto de un gran cartel que había en la calle cerca de la fachada del museo.
Volviendo al azul, les obsequio con algún retazo del cielo madrileño, sobre la plaza de Alonso Martínez, cuando la lluvia decidió darnos un descanso.


Y otra imagen de la salida de la carretera de la Coruña en dirección a la sierra de Guadarrama que tomé desde el autobús de línea que asciende hacia Torrelodones, Galapagar y Colmenarejo

No me acerqué esta vez a dar un paseo por Madrid Río, obra pública excelente, debida al tesón de un buen alcalde, que ha mejorado la vida de los ribereños del Manzanares y de todos los madrileños que ahora pasean por ese extenso parque, donde antes imperaba un largo tramo de una ruidosa autopista de circunvalación, la M30, ahora cubierta.
Pero sí que estuve el el Museo de Historia de Madrid, cuya visita me recomendó la Sra. Sonia, quien regenta un castizo quiosco de periódicos en la acera de la calle Génova 16, y sabe mucho de la ciudad que me vio nacer. Así que esta vez no les muestro el Manzanares tal que hoy se ve, pero les puedo sin embargo obsequiar con una escena de nuestro río como lugar de baño y regocijo en el siglo XVII.

Los madrileños ya habían inventado las playas naturistas hace casi cuatro siglos.
De alguna manera La Divina Comedia es un fuga en el sentido literal del término, una forma de huir de las realidades que llevaron al destierro a su autor, entre otras las consecuencias de las continuas guerras que enfrentaron a ciudades y facciones en la Italia de su época donde el poder imperial y el poder pontificio se disputaban las fidelidades de los italianos. A lo largo de La Divina Comedia aparecen personajes que intervinieron, como el mismo Dante, en enfrentamientos que originaron múltiples víctimas y exilios.
Pero, también, cometiendo una anacronía, diré que su estructura es una formidable superposición de líneas y temas de la imaginación histórica y teológica, una fuga en el sentido musical que adquiere el término a partir del siglo XVII dentro de las técnicas del contrapunto y la polifonía. Por lo que me atrevo a decir que La Divina Comedia de Dante, con la poesía invasiva y progresiva de sus cantos y estrofas, es una portentosa fuga literaria.
En estos días en que la guerra ha vuelto a Europa y en que los europeos, sobre todo quienes son sus víctimas a diario, queremos pensar en un futuro en que los causantes hayan sido juzgados y Ucrania vuelva a vivir, si no la bienaventuranza utópica que Dante imaginó, al menos su derecho a vivir en paz. y que se acabe ese infierno que una mente bestial y sus lacayos están recreando.
En el canto XI y XII, en el cielo del sol del Paraíso el poeta imagina los movimientos y los cantos de las almas bienaventuradas agrupadas en coronas, de colores similares a esos que el arco de la diosa Iris reproduce en sus arcos concéntricos, en una entonada y armoniosa polifonía en la que todos concuerdan.
Sì tosto come l’ultima parola
la benedetta fiamma per dir tolse,
a rotar cominciò la santa mola;e nel suo giro tutta non si volse
prima ch’un’altra di cerchio la chiuse,
e moto a moto e canto a canto colse;canto che tanto vince nostre muse,
nostre serene in quelle dolci tube,
quanto primo splendor quel ch’e’ refuse.Come si volgon per tenera nube
due archi paralelli e concolori,
quando Iunone a sua ancella iube,nascendo di quel d’entro quel di fori,
a guisa del parlar di quella vaga
ch’amor consunse come sol vapori,e fanno qui la gente esser presaga,
per lo patto che Dio con Noè puose,
del mondo che già mai più non s’allaga:così di quelle sempiterne rose
volgiensi circa noi le due ghirlande,
e sì l’estrema a l’intima rispuose.***
Tan pronto como su última palabra
la llama bendita terminó de pronunciar,
la corona de santos empezó a girar;
.
y apenas su giro se cumplía
otro círculo ya lo circundaba
y paso a paso su canto acordaba;
.
canto en que nuestras musas triunfan,
sirenas nuestras con sus dulces tubas
que así reflejan el esplendor primero.
.
Como por las sutiles nubes se despliegan
dos arcos paralelos de iguales colores
cuando Juno a Iris su mensajera
.
da a la luz desde dentro hacia fuera,
por hablar de aquella vagabunda ninfa
consumida de amor como del sol los vapores,
.
y hacen que la gente suela presagiar,
por el pacto que Dios con Noé hizo,
que el mundo nunca más se inundará:
.
así fue como aquellas sempiternas rosas
girando ante nosotros en sus dos guirnaldas,
la exterior con la de dentro armonizó.
.
Divina Comedia, Paraíso, canto XII, 1-21
Dante no consigue sostener la mirada ante el brillo del cielo en que brillan los espíritus bienaventurados. La aparición de Beatriz viene a ayudarle a continuar la ascensión.
Los horrores del Infierno y los dolores del Purgatorio han quedado atrás.
En el cielo las almas de aquellos que defendieron la fe, criaturas bienaventuradas, evolucionan ante Dante y Beatriz en inmensas formaciones dibujando letras que el poeta interpreta.
Mostrarsi dunque in cinque volte sette
vocali e consonanti; e io notai
le parti sì, come mi parver dette.‘DILIGITE IUSTITIAM‘, primai
fur verbo e nome di tutto ‘l dipinto;
‘QUI IUDICATIS TERRAM‘, fur sezzai.***
Mostraban pues cinco veces siete
vocales y consonantes; y yo interpreté
por partes lo que me pareció decían.
.
‘AMAD LA JUSTICIA’, lo primero era
el verbo y el nombre de lo allí pintado
‘QUIENES JUZGAIS LA TIERRA’ lo postrero.
.
Divina Comedia, Paraíso, canto XVIII, 86-92
.
Esas miríadas de almas, brillando como rubíes, acaban por formar un águila, símbolo de la justicia divina.
Por hoy nosotros nos despedimos, pero continuaremos con la Divina Comedia y con los grabados que Gustavo Doré creó tratando de plasmar las visiones de Dante Alighieri.
Seguiré seleccionando y traduciendo los pasajes que coinciden con la ekfrasis del artista francés, procurando hacer del mejor modo posible lo que en realidad es imposible: acercarnos al lenguaje de aquel poeta que es considerado como el padre de la lengua italiana.