Dedicado a mis amigos y compañeros peruanos
Hace hoy cinco días, cuando ya se habían apagado las voces de la manifestaciones del Día internacional de la mujer trabajadora, la luna llena seguía pugnando con las nubes para conseguir un espacio en el cielo donde espejarse con el sol.
Aquellas imágenes de los progresivos logros del esfuerzo de la luna por abrirse paso, me han animado a traer a colación otro de los comentarios de Erasmo de Rotterdam a un proverbio de la Antigüedad Clásica, que no está de más recordar. Digamos que este adagio tiene pertinencia, en particular cuando tengamos la tentación de la desesperanza, ya sea por que sintamos que se nos escapa de las manos el rumbo de nuestra vida, ya sea por los acontecimientos que contemplamos con impotencia en la colectividad, en la nación o por el más ancho mundo del que nos sentimos parte.
Me dirán que esta fórmula es demasiado optimista, ciertamente puede serlo para una persona aislada, sola, pero referida a muchos hombres y mujeres juntos, en sociedad y comunidad de esfuerzos, adquiere la sonoridad de un lema y de un grito que merece su pancarta. Es un llamado al esfuerzo, a no tirar la toalla, a hacernos capaces de cambiar las cosas por la práctica, por la insistencia.
Exercitatio potest omnia
La práctica todo lo puede
Adagio II, II, 53
Hay muchas otras formas proverbiales y refranes en diversas lenguas, y por supuesto en griego y latín. Pero es mejor que Erasmo nos las recuerde. Vayamos pues por partes con su comentario, al que añado la voluntariosa traducción que tengo por costumbre ejercitar para no olvidar esta nuestra lengua originaria. De esta manera, la versión en castellano que inicia este artículo se podría completar con otra menos literal y más interpretativa de lo que este proverbio desde hace siglos propone: «La constancia lo puede todo».
Algo así como lo que predican los versos de Virgilio que Erasmo presenta en primer lugar en la glosa de este adagio, o como esa cura, esa atención por la que traduce el griego Μελέτη que literalmente se suele traducir como estudio. Es pues la atención cuidadosa, la practica basada en el estudio serio lo que nos hace capaces de mucho más de lo que pensamos como posible, individual y colectivamente. Porque no sólo las personas individuales llegan a ser presas del desánimo, las comunidades y las naciones pueden también desesperar cuando son asediadas y sus principios puestos en cuestión.
Cuando se presentan esas graves crisis, a menudo aprovechadas por asaltantes de las democracias, me viene también a la memoria esa frase que abría el viejo Assimil francés de mi época estudiantil: «Avec de la patience on arrive à tout», que no deja de ser ambigua, pues la índole de ese «todo» dependerá de quienes sean los más pacientes. En todo caso, lo que enseña la experiencia es que todo lo bueno se construye y se mantiene con esfuerzo.
Pero ¡basta de glosas mías! ¡dejemos paso al texto erasmiano!
Μελέτη πάντα δύναται, id est Cura omnia potest. Laertius hanc sententiam Periandro tribuit, qui Isthmum etiam tentarit perfodere. Significat autem, nihil esse tam arduum, quod diligentia, curaque non efficiatur.
Vergilius in Georgicis :
Labor omnia vincit
Improbus et duris urguens in rebus egestas.
Exstat apud Graecos proverbialis sententia :
Θεσὶ τἀγαθὰ τοἶς πόνοις πωλοῦνται,
id est
Dii bona laboribus vendunt.
Huc allusit Horatius :
Perrupit Acheronta Herculeus labor.
Sophocles in Electra :
Πόνου τοι χωρὶς οὐδὲν εὐτυχεἶ,
id est, Citra laborem nihil bene est.
***
El cuidado puede con todo. Laercio atribuye la sentencia a Periandro *, quien incluso intentó abrir el Istmo de parte a parte. Lo que por tanto significa que nada es tan arduo que con diligencia y dedicación no se consiga.
Virgilio dice en la Geórgicas:
Conquista todo el trabajo
ímprobo y apremiante en caso de necesidad.
Hay una sentencia proverbial entre los Griegos:
Los dioses nos venden bienes por trabajos.
A lo que Horacio aludía así:
Por su trabajo Hércules superó el Aqueronte.
Y Sófocles dice en «Electra»:
Nada prospera sin trabajar.
Diógenes Laercio 1, 99; Virgilio, Geórgicas, 1, 145-6; Jenofonte, Memorabilia, 2.1.20; Stobaeus,3.1.205; Horacio, Odas, 1.3. 36; Sófocles, Electra 845.
Erasmo concluye su comentario acudiendo a una cita de Séneca:
Quamquam autem in praesentia non est neque propositi, neque operis hujus, quidquid ad hujusmodi sententias facit, in unum converrere, tamen haud gravabor, quandoquidem casus obtulit, adscribere verba Senecae ex libro De ira II :
‘Atque nihil est, inquit, tam difficile et arduum, quod non humana mens vincat et in familiaritatem perducat assidua meditatio. Nullique sunt tam feri suique juris affectus, ut non disciplina perdomentur. Quodcunque imperavit animus, obtinuit. Quidam numquam ridere consueti sunt. Vino quidam, alii Venere, quidam omni humore interdixere corporibus. Alius contentus brevi somno vigiliam indefatigabilem extendit. Didicerunt tenuissimis et adversis funibus currere et ingentia vixque humanis toleranda viribus onera portare et in immensam altitudinem mergi ac sine ulla respirandi vice perpeti maria. Mille sunt alia, in quibus pertinacia impedimentum omne transcendit ostenditque nihil esse difficile, cujus sibi ipsa mens patientiam indixerit’.
***
Aunque no sea mi propósito actual, ni le convenga al trabajo que tengo entre manos, resumir todo lo relevante en este tipo de aforismos, no tengo reparo en reproducir aquí lo que Séneca dice en el libro segundo de su “De la ira”:
‘Y todavía nada es tan difícil o tan arduo que no pueda dominarlo el espíritu del hombre y reducirlo a costumbre por una asidua reflexión; ni hay pasión tan fiera y tan independiente, que la disciplina no la dome. Todo aquello que la mente ha exigido, lo ha conseguido. Hay quienes han logrado la costumbre de no sonreír. Hay quienes han prohibido a sus cuerpos el vino, otros el placer sexual y algunos cualquier líquido. Algunos se contentan con dormir lo mínimo y prolongan sus horas de vigilia. Algunos aprendieron a correr sobre finísimas cuerdas cuesta arriba, a llevar enormes cargas casi insoportables para la fuerza humana, a bucear en prodigiosas profundidades afrontando el mar sin instante de respiro. Hay miles de otras cosas en los que la pertinacia ha superado cualquier impedimento mostrando que nada es difícil para aquel a quien su propia mente enseñó paciencia’.
Séneca, Diálogos 4 (De Ira 2), 12, 3-4
El texto del estoico romano pone como ejemplos la tenacidad para conseguir adiestrar al propio cuerpo, mientras que las citas anteriores de poetas y dramaturgos pueden aplicarse tanto a los trabajos individuales como a los colectivos, si bien es verdad que en este último caso la unificación de voluntades para trabajar en la misma dirección hace la tarea más ímproba y demanda inspiraciones compartidas y liderazgos bastante más complicados que aprender a bucear en las profundidades. Y los obstáculos a menudo vendrán de otras mentes y otras voluntades que nos harán el trabajo difícil. Parte del esfuerzo será un trabajo de razonamiento y convencimiento. No obstante, el adagio siempre podrá ser una concisa consigna para que no desesperemos y pongamos manos a la obra en el esfuerzo colectivo por conseguir lo mejor para todos.
Como esa luna llena del otro día que finalmente logró abrir paso a la luz a través, no del curso del infernal Aqueronte del que escribe Horacio, sino de las nubes que se cernían sobre la costa mediterránea.
Notas:
(*) Periandro es un personaje semi-mítico que forma parte de la tradicional lista de los Siete Sabios de Grecia (Tales de Mileto, Solón de Atenas, Bías de Priene, Pítaco de Mitilene, Cleobulo de Lindos, Quilón de Esparta y Periandro de Corinto).
El texto latino y griego de Erasmo procede de Les Adages d’Érasme, présentés par les Belles Lettres et le GRAC (UMR 5037), 2010 pp. 963-964.
La traducción es mía.
De una orilla a otra
En unas horas he pasado hace tres días de las orillas de la ría de Gotemburgo, que enlaza la ciudad con el Kattegat, estrecho que lleva al Skagerrak y de ahí al Mar del Norte, a las orillas del Mediterráneo.
Las últimas imágenes de mi cámara antes de viajar tuvieron como protagonistas a Urrica y Urrico, vecinas mías a las que en mayo de 2021 destruyó el nido, frustrando su crianza, el propietario del inmueble de enfrente.
Habían estado construyéndolo con una habilidad instintiva admirable a comienzos de la primavera de aquel año, cortando con sus afilados picos ramitas de árboles y arbustos, hasta que ocurrió aquello.
Ya me había resignado a no verlas volver, cuando a fines de febrero vi desde la ventana de la cocina que habían empezado de nuevo a construir su nido para esta temporada, en el árbol del patio de un hotel vecino.
No buscan ramas caídas, que pueden estar podridas, ser frágiles, rígidas o con humedades y microrganismos que podrían contaminar el nido. Desgajan con el pico y sujetándolas con las patas ramitas frescas de un árbol o un arbusto, para luego llevarlas al lugar destinado a convertirse en nido y entrelazarlas para construirlo
buscando el ajuste al lugar y a la forma del nido.
En este proceso la pareja revisa en equipo la adecuación de la construcción a su finalidad.
Las dos urracas, hembra y macho, se conjuntan en sus tareas para seguir ampliando el volumen del nido hasta que este listo para su función de reproducción y crianza. Cuando ya esté concluido, las hojas del árbol que habrán brotado y crecido lo ocultarán contra posibles depredadores.
Por mi parte, espero que a mi vuelta a Gotemburgo los polluelos estén listos para iniciar su vuelo.
***
Tras llegar a las orillas del mar en Els Poblets predominan las palmeras. Durante mi primer paseo por el barrio cercano a la playa de la Almadraba he encontrado a otro especialista en el trabajo de cortar ramas, pero no como constructor de nidos, sino como podador. Con ello evita que la copa de la palmera crezca demasiado y así, en caso de fuertes vientos, impedir que caiga sobre la cabeza desprevenida de algún vecino, además de mantener su esbelta figura.
Nuestro amable podador ha aceptado posar para el fotógrafo que casualmente pasaba por ahí. Mientras, a pocos cientos de metros, había también quien demostraba su equilibrio, pero en este caso sobre las olas.

Una joven competía con dos mozos, exhibiendo su equilibrio sobre tabla de surf en la punta de levante de la playa de la Almadrava.
Más sosegado era, sobre la playa de poniente, el deporte de un jubilado que aguardaba con optimismo a que los peces le ofreciesen la cena.

Al otro lado del espigón, una madre animosa juega al fútbol con sus hijos y disfruta, soy testigo, corriendo tras la pelota, quizás recordando la hazaña reciente del equipo de su patria de origen.
A pocos metros, una señora sentada sobre las rocas del espigón, acompañada por su perro, aprovecha el último sol de una tarde fresca.
En mi vuelta a casa descubro una luna en creciente que nos preside a todos por igual.
De paseo por Estocolmo (y 2)
El sábado 18 de febrero nevó en Estocolmo. Desde la ventana del hotel el Berzelii Park ofrecía el aspecto que encabeza esta segunda crónica de los cinco días que pasamos en la capital de Suecia. El nombre se lo debe el parque al científico Jöns Jacob Berzelius (1779–1848), el Padre de la Química Sueca, al que le habría gustado ver su solemne efigie coronada de blanco.
Berzelius, nacido en agosto del 1779 pocos años antes de que estallase la Revolución Francesa y muerto en agosto del 1848, el año de la otra gran revolución, hablaba el francés. Cuando se iniciaba la dinastía de los Bernadotte en la Casa Real de Suecia en 1818, el sabio sueco estaba trabajabando en los laboratorios de Claude Louis Berthollet (1748 – 1822) en París.
Así que he traducido para chicos y grandes una popular poesía de Jacques Prévert, de alegre ritmo, que como podéis aquí comprobar se puede muy bien cantar
y además rima bien con el galope de los patinadores, pequeños y grandes, sobre la pista de hielo de Kungsträdgården, en el centro de Estocolmo, bajo la estatua vigilante del rey Karl XIII (1748 – 1818).
Esta escena es del domingo, cuando la nieve ya se había fundido, aunque resistía aún en los montones blancos que los quitanieves han dejado al borde de la plaza
Sobre una de las fachadas soleadas del parque hay un largo friso con las escenas de los varios oficios y artes del trabajo manual.
***
Desde ahí seguimos nuestro paseo, buscando la orilla soleada de los canales, poblados de cisnes y patos.
y a pocos cientos de metros, encontramos la residencia del primer ministro,
para luego, en una calle tranquila, flanquear el edificio y la fachada dieciochescos del Tribunal del Trabajo.
Al adentrarnos en la Ciudad Vieja (Gamla stan) despierta nuestra curiosidad un estrecho callejón empedrado, por el que no se interesa la riada de turistas que inundan la vía principal; de su acera derecha salimos hacia una bella plaza circular con soportales de aire neoclásico.
En su centro destaca una hermosa escultura en bronce titulada La mañana, obra de Ivar Johnssons (1985 -1970). La escoltan otras escenas en piedra sobre la balaustrada de un estanque, ahora sin agua. Estamos en la Brantingtorget (Plaza Branting), solos en este rincón. Aquí el domingo discurre en absoluta calma.
Por el mismo callejón, donde un portalillo gótico testimonia edades pasadas, retornamos al barullo dominical.
De vuelta a los canales nos adentramos en la plaza de la Riddarsholmens kyrkan, iglesia medieval donde están enterrados los reyes y regentes de Suecia desde 1630, además de dos monarcas feudales: Magnus Ladulås (1240-1290) y Karl Knutsson Bonde (1408-1470).
Nuestro paseo se acercará a sus fin, otra vez frente a las aguas sobre las que se alza la Stadhuset, es decir la casa consistorial de la ciudad. A la izquierda de la foto puede apreciarse la escultura en bronce de Ebert Taube (1890-1976), el más famoso cantautor, trovador y músico de la Suecia moderna.
Pasamos el puente para llegar a la Stadshuset, desde cuyas arcadas percibimos la columna erigida en honor del héroe nacional Engelbrekt Engelbrektsson (circa 1390 – 1436), un hijo de agricultores que encabezó la rebelión de Bergslagen en 1434 contra los impuestos abusivos y la explotación de los campesinos suecos y de los mineros, suecos y alemanes, por Erik av Pommern (rey regente temporal de Suecia entre 1434 y 1436) y los señores feudales.
Engelbrekt es un líder medieval legendario muy celebrado en Suecia, a quien asesinaron en mayo de 1436 cuando, ya enfermo, caminaba hacia Estocolmo para negociar acuerdos de paz con el rey Karl Knuttson Bonde, al que ya hemos mencionado por estar enterrado en la iglesia de la colina de los caballeros.
Tras el asesinato de Engelbrekt a manos de Måns Bengtsson (Natt och Dag) hijo del terrateniente Bengt Stensson (Natt och Dag), el rey no dudó en cancelar sus propósitos de negociación con los rebeldes y reprimir duramente las revueltas.
Más allá, también percibimos la flecha de la misma Riddarsholmens kyrkan, junto a la que ya hemos pasado antes, una perspectiva que simbólicamente enfrenta al venerado rebelde, eternizado sobre la columna, con aquel rey de quien ya nadie se acuerda, enterrado en la cripta de esa iglesia.
Por hoy nos despedimos, seguramente volveremos de nuevo a la capital de Suecia, digna de otras exploraciones que se sumen a las que hasta ahora hemos contado en este blog.
De paseo por Estocolmo (1)

Actualmente, de visita a Estocolmo, dejo aquí algunas impresiones del primer paseo… Por la mañana visité el Museo Etnográfico, del cual las siguientes son breves impresiones, aunque merece muchas más.
Sus vitrinas están organizadas por temáticas y reúnen objetos de varias culturas, en tal modo que reflejan substanciales convergencias a pesar de las distancias en el tiempo y en el espacio. Si bien hay algunas excepciones para colecciones especialmente abundantes, que proceden de expediciones históricas de exploradores y antropólogos.
Hay además objetos conservados en cajoneras, que el visitante puede abrir, y muchas pantallas táctiles por las que se puede acceder a la información y ficha de cada pieza, e incluso a las conservadas por millares en los almacenes del mueso que no caben en las vitrinas.
Por la tarde ya oscura de la ciudad se pueden encontrar diversas imágenes en sus escaparates, por ejemplo, con objetos abigarrados que quizá algún día aparecerán recogidos en las vitrinas de los etnólogos de algún museo.
Y si entramos al mercado de Östermalm…
Donde hay fascinantes expositores de vituallas, también hay algunos comensales que aparecen como en un cuadro de Edward Hooper…
Y rostros propios de un museo de Ciencias Naturales
Este rape no está aún cocinado, pero hay tabernas en la que podemos comer una genuina pizza italiana.
En una de ellas nos espera Sandro…
Buona notte !
Patos intrépidos
Ripios en verso blanco
.
Temprana, de mañana
por la ventana de la cocina,
serena se veía
caer la nieve fina.
.
Primavera no es friolera,
en el parque de mi barrio
cuando en invierno nieva
ni tirita ni se hiela
.
un poco más allá en el canal…
Hay un patito valiente
que hacia el hielo navega
y bajo la gélida lámina
muy decidido bucea.
(…)
Transcurrían los segundos,
dos minutos ya pasaban,
cuando el submarinista
como un obús emergía.

Si alguno no lo creyera,
para ver las zambullidas
del patoso sub-glacial.
.
sobre la orilla cercana pata y pato juegan a papá y mamá…
Tras mirarse y remirarse
con gestos enamorados
la pareja de palmípedos
llega a una decisión
El tiempo -ay- pasa fugaz,
cuando cambié a película
ya habían finalizado
el débito generacional.
.
Mas si la quieren ver,
la pata con las alas felicita
al que pronto hará papá.
.
a modo de epílogo…
Apenado me dejó
esta gaviota mirona
que cotilla o envidiosa
espera novio en la orilla
Nota:
Cortejo y apareamiento de la pata y el pato. Fuente: el michivaqueromexicano
Día de la Memoria del Holocausto
El viernes pasado, como todos los años el 27 de enero, en muchos lugares del mundo se ha recordado a los millones de víctimas de la estigmatización (e incluso la transformación en cobayas), persecución, robo de sus propiedades, deportación, reclusión en campos de exterminio y otras instalaciones, tortura y ejecución brutal por el régimen del III Reich nazi-alemán entre 1933 y 1944 de millones de personas indefensas a manos de asesinos oficiales (incluidos médicos, soldados, policías, guardianes y otros) y sus colaboradores voluntarios o estatales (léase gobiernos del llamado Eje), escudándose en sus leyes racistas o eugenistas que oficializaban la persecución y eliminación de los judíos, gitanos, niños y adultos con discapacidad y homosexuales.
En Gotemburgo he seguido el encuentro del Día Internacional en Memoria de las Víctimas del Holocausto en el aula magna de la Universidad.
En Bruselas la Comisión Europea organizó con este motivo un conferencia (Holocaust Remembrance Conference: Remembering the past. Shaping the future), del cual se puede visualizar un resumen aquí
El mensaje de estas conmemoraciones es que la eliminación sistemática de seis millones de judíos (la Shoa), asesinados por el hecho de serlo y decenas de miles de otras personas por pertenecer a minorías que el régimen nazi se propuso suprimir en su violento proyecto de imposición de una supuesta raza aria, del que fueron víctimas niños, mujeres, hombres de todas las edades, no puede, no debe olvidarse, como demuestran genocidios posteriores (Camboya, Ruanda, Myanmar).
Estos encuentros no han sido sólo de recuerdo, sino también de como educar en el conocimiento del Holocausto para que se mantenga la conciencia de los extremos a los que pueden llegar los totalitarismos, el racismo, el antisemitismo, las fobias contra minorías étnicas y religiosas y el odio entre seres humanos, con objeto de que la protección de la democracia siempre frágil, que implica el respeto y defensa de los derechos humanos, siga siendo empresa activa de las futuras generaciones.

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Referencias:
Henry Egon Friedlander, Los orígenes del genocidio Nazi: De la eutanasia a la solución final (traducción de Borja Folch), Ediciones Cinca, Madrid, 2001
Léon Poliakov, Breviario del odio El Tercer Reich y los judíos (traducción: Marta Pino Moreno), Cómplices Editorial, Barcelona, 2011
La expresión del rostro en la obra naturalista de Albert Edelfeldt (Fisionomías XXXII)

El jueves pasado he visitado la exposición de obras del pintor finlandés Albert Edelfeldt (1854-1905) en el Museo de Arte de Gotemburgo (Göteborgs Konstmuseum, del 22 octubre al 12 marzo 2023). Fue un artista pionero en protagonizar exposiciones individuales en el siglo XIX en Gotemburgo, Estocolmo y Copenhague, cuando lo más habitual eran las muestras colectivas en los «salones» anuales, en especial el de París, donde se dio a conocer durante sus años de aprendizaje y consagración en la que era por entonces capital del arte moderno.

A mi modo de ver, lo mejor de su obra son las expresiones de las personas que plasma con un diestro trabajo fisonómico
así como su maestría en la representación del contexto en que viven y se desenvuelven,

donde destaca la actitud y el carácter de los retratados. Ejemplo de ello son los fieles que asisten a una celebración religiosa en una isla del archipiélago de Uusimaa y las escenas en el mar.


Tales destrezas pictóricas comienzan tradicionalmente en los procesos de aprendizaje del oficio en los que se pide pintar tu propio rostro. Edelfeldt realizó su autorretrato (catálogo de la exposición de Gotemburgo) a los veinte años, poco después de llegar a la Escuela de Bellas Artes de París, donde estudió de 1874 a 1877 bajo la dirección del pintor Jean-Léon Gérôme .
El joven pintor había estudiado antes en la escuela de la Sociedad de Arte Finlandesa (1871 – 1872) y con una beca de su gobierno en la Real Academia de Bellas Artes de Amberes (1873 – 74). A partir de 1875 compartió un atelier en París con dos pintores franceses, que mantuvo toda su vida, hasta su muerte en Finlandia en la casa de verano de la familia en Haikko (Porvoo), donde su estudio es hoy un museo que lleva su nombre.
Otros ejemplos de representación de las personas en su contexto son los que he fotografiado durante mi visita del jueves pasado a la exposición de su obra en Gotemburgo.
En primer lugar el de su amigo y compañero de estudios en la Escuela de Bellas Artes Pascal Dagnan-Bouveret (1852 – 1929)

Particularmente expresivo y afectuoso es el retrato de Virginie, cuya sonrisa y mirada lo dicen todo, pues convivió con ella durante sus años jóvenes de París (*)

Cinco años más tarde el pintor se casaría con Anna Elise de la Chapelle (1857 – 1921) amiga de la infancia, a quien vemos en un retrato ocho años posterior al de sus esponsales.
El matrimonio tuvo un hijo Erik en el año mismo de su boda (1888) que falleció en Francia a los 21 años.
Esa misma maestría del pintor para representar con intensidad los temperamentos se manifiesta en los retratos del escritor sueco Viktor Rydberg (1828 – 1895), del médico, filósofo e investigador finlandés Joham Wilhelm Runeberg (1843 – 1918) y de la poeta Larin Paraske (1833 – 1904), de la que se recuerda podía recitar de memoria 32.000 versos de la tradición oral de Carelia y que inspiró a Jean Sibelius para su épico poema sinfónico nacional Kalevala.



El escultor Alpo Sailo (1877–1955) se inspiró en el lienzo de Edelfeldt para su estatua de Larin Paraske.

NOTAS:
(*) Anna Kortelaine, «Virginie! Albert Edelfeltin rakastajattaren tarina!» (Virginie! La historia de la amante de Albert Edelfeldt), Helsinki: Tammi. 2002 (referencia que aparece en el catálogo de la exposición).
Kortelaine, profesora de Historia del Arte en la Universidad de Helsinki y prolífica autora de libros de divulgación histórica, afirma que las cartas de Virginie a Albert Edelfeldt fueron destruidas por la hermana del pintor a la muerte de este.
Referencia: Albert Edelfeldt. A modern Artist in Fin-de-Siècle Europe, Eva Nygårds and Patrik Steorn (Eds.) AA.VV., 199 pags. Gothenburg Museum of Art and Appell Förlag, printed in Riga, 2022
Breverías erasmianas (LV): “Conciliant homines mala” («Las desgracias unen a los hombres»)
John Cluysenaar, 1950 Composition
Conciliant homines mala
Los males unen a los hombres
Adagio II, I, 71
Hay adagios que enuncian de forma lapidaria conclusiones que, partiendo de algo negativo, llegan a aquello de «no hay mal que por bien no venga». Este es uno de ellos. En la cita de los orígenes del proverbio Erasmo se remonta a Aristóteles en su Retórica (6, 20) donde habla del sincretismo, «sistema filosófico que trata de conciliar doctrinas diferentes» (RAE), pero que se puede extrapolar a lo que ocurre con aquellos que, siendo oponentes e incluso enemigos, se unen para enfrentarse a una calamidad que afecta a ambos bandos. En las democracias, por ejemplo, se suele llamar consenso a olvidar las diferencias para afrontar una situación que amenaza con dar al traste con la nación entera.
Eυνάγει τοὺς ἀνθρώπους κακά, id est Conciliant homines mala. Sententia proverbialis, quae declarat id, quod vulgo fit, ex hostibus nonnunquam amicos fieri propter malum aliquod incidens utrisque commune. Aristoteles libro Rhetoricorum primo: Οὐδὲν γὰρ κωλύει ἐνίοτε ταὐτὸ συμφέρειν τοἶς ἐναντίοις. Ὅθεν λέγεται, ὡς τὰ κακὰ συνάγει τοὺς ἀνθρώπους, ὅτ’ ἅν ᾖ ταὐτὸ βλαβερὸν ἀμφοἶν, id est Nihil enim vetat quo minus idem conducat ambobus adversariis. Unde dicitur illud, conciliari homines malis, quoties idem utrisque noxium fuerit. De syncretismo diximus alibi.
Quin huc quoque potest deflecti proverbium, ut dicamus indoctum favere indocto, infantem infanti, nepotem nepoti. Neque enim bonarum modo rerum similitudo conglutinat necessitudinem, verumetiam ex malis communibus saepenumero mutua nascitur benevolentia. Amant fere inter se, qui simul fecere naufragium, qui militarunt una, qui simul capti fuerunt ab hoste, denique qui corporis aut animi morbis iisdem laborant
…
La mala suerte lleva a los hombres a unirse. Se trata de una sentencia proverbial de uso común que declara que los enemigos a veces se hacen amigos a causa de algún desastre que afecta a ambas partes. Aristóteles en el primer libro de la Retórica dice que nada impide que un mismo mismo beneficio reconcilie a ambos adversarios. De ello hemos hablado al tratar del sincretismo.
Por lo que este mismo proverbio puede extrapolarse al hecho de que un indocto favorezca a un inculto, un mudo a uno que no habla, un derrochador a un despilfarrador. Ni son sólo las comunes ventajas las que tejen un vínculo, sino que, a menudo, de los males comunes nace la mutua benevolencia. Surge el afecto entre quienes compartieron naufragio, combatieron juntos, fueron prisioneros de guerra, entre los que en definitiva sufrieron las mismas aflicciones del cuerpo o del espíritu.
Les Adages d’Érasme, présentés par les Belles Lettres et le GRAC (UMR 5037), 2010, pág. 901 (traducción propia)
Hay otro adagio comentado por Erasmo, a quien indignaban las guerras entre cristianos, en el que bajo el enunciado de un solo substantivo, al que se refiere en el anterior, encuentra materia parecida a la del anterior proverbio.
Este es ese otro adagio:
Syncretismus
Sincretismo
Adagio I, I, 11
Y este es el extracto que interesa aquí:
Pertinet huc, quod alias ex Aristotele referemus : Eυνάγει τοὺς ἀνθρώπους κακά, id est Conciliant homines mala. Adagium recte accommodabitur et in illos qui amicitiam ineunt, non quod sese ex animo diligant, sed quod alter alterius opis egeat aut quo veluti conjunctis copiis communem inimicum pessundent. Id quod his temporibus saepenumero factitari videmus, ut arma jungant alioqui inter se infensissimis animis. Tanta inest et Christianis hominibus ulciscendi rabies. Refertur et ab Apostolio quodam Byzantino, recentissimo apud Graecos proverbiorum coacervatore. .
..
Una frase de Aristóteles que hemos ya comentado en otro lugar es aquí pertinente: «los males unen a los hombres». El adagio bien se puede usar para describir a quienes la amistad une, no porque un amor sincero les guíe, sino porque necesiten la ayuda del otro, o porque han de unir fuerzas para destruir a un enemigo común. Es algo que constatamos a menudo en esta época cuando un pacto armado une entre sí a los más acérrimos enemigos. Esa furia de venganza se produce incluso entre hombres cristianos. Lo cita un tal Apostolio de Bizancio, un muy reciente compilador de proverbios entre los Griegos.
Les Adages d’Érasme, présentés par les Belles Lettres et le GRAC (UMR 5037), 2010, pp. 93 – 94 (la traducción es propia)
Habiendo hablado la sabiduría ancestral de la Grecia Clásica y las glosas de Erasmo de Rotterdam, no me queda mucho que añadir, salvo quizás que «cualquier parecido con la actualidad no es pura coincidencia».