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Breverías erasmianas (LIV): “Ex eodem ore calidum et frigidum efflare” («Soplar cálido y frígido por la misma boca»)

18 diciembre, 2022
Hans Holbein, dibujo en tinta al margen del «Elogio de la locura»: «discutidores contenciosos que de grandes disparates provocan tragedias»

Ex eodem ore calidum et frigidum efflare

Soplar cálido y frígido por la misma boca

Adagio I, VIII, 30

Ἐκ τοῦ αὐτοῦ στόματος τὸ θερμὸν καὶ τὸ ψυχρὸν ἐξάγειν, id est Eodem ex ore calidum ac frigidum proferre. Bilingues et qui eundem modo laudant modo vituperant, ex eodem ore calidum ac frigidum spirare dicuntur. Natum ex apologo quopiam Aviani fabulatoris. Satyrus quidam, cum vehementer algeret hyberno gelu supra modum saeviente, a rustico quodam inductus est in hospitium. Admiratus autem cur homo inflaret in manus ori admotas rogavit cur ita faceret. Is respondit ut frigidas manus halitus tepore calefaceret. Deinde ubi extructo foco, apposita mensa, in pultem fervidam rursum inflaret, magis etiam admiratus sciscitatus est, quid hoc sibi vellet. Ut pultem, inquit, nimium ferventem halitu refrigerem. Tum satyrus surgens a mensa : Quid ego audio?, inquit , Tun’ eodem ex ore pariter et calidum et frigidum efflas? Valebis, neque enim mihi ratio est cum ejusmodi homine commune habere hospitium.

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Ἐκ τοῦ αὐτοῦ στόματος τὸ θερμὸν καὶ τὸ ψυχρὸν ἐξάγειν quiere decir que «De una misma boca sale tanto lo caliente como lo frío». Se dice de los que hablan dos lenguas, así como de aquellos que igual que alaban algo, eso mismo vituperan, por la misma boca soplando frío y calor. El apólogo se debe a un fabulador de nombre Aviano, donde cuenta que a un sátiro que estaba sufriendo mucho por la helada del invierno cierto campesino se lo llevó a la posada. Sorprendiéndose (el sátiro) de ver a éste acercar las manos a la boca para soplárselas, le preguntó por qué lo hacía. Y él le respondió que era para calentar sus manos frías con el calor del aliento. Cuando, encendido el fuego y puesta la mesa, sopló también la salchicha caliente, más aún se asombraba (el sátiro) y le preguntaba qué pretendía con eso. «Para comer la salchicha, le dice (el campesino), la enfrío con mi aliento, pues está quemando». Entonces el sátiro levantándose de la mesa exclamó: «¿Qué es lo que oigo? ¡Por la misma boca tú soplas caliente y frio! ¡Será así para ti, sin embargo no encuentro razón para compartir hospedaje con alguien como tú!».

(Texto latino:Les Adages d’Érasme, présentés par les Belles Lettres et le GRAC (UMR 5037), 2010, pp-650-652) Trad. R.Puig
Hans Holbein, dibujo en tinta al margen del «Elogio de la locura»: «¡Que los puercoespines y erizos del espíritu de Scoto … vuelvan donde les plazca!»

En el comentario de este adagio y del apólogo que cita, Erasmo expone a continuación las explicaciones fisico-fisiológicas con las que Aristóteles trata de explicar la contradicción de que una misma boca pueda soplar frío o caliente (Problemas, 34,7). Con la venia del lector, se las ahorro.

A continuación prosigue con el comentario:

Est huic confine quiddam in epistola Jacobi apostoli ; nam hujus nomine legitur. Ἐκ τοῦ αὐτοῦ στόματος βρύει τὸ γλυκὺ καὶ τὸ πικρόν, id est Ex eodem ore emanat dulce et amarum. Huc adscribi poterit, quod refert secundo libro Plinius plus quam prodigiosum fontem esse quemdam in Dodona, qui, cum sit frigidissimus, et faces, si quis ardentes immergat, extinguat, si extinctae admoveantur, accendit. Quae omnia torquere licebit in rhetores, qui eadem norunt laudare et vituperare, elevare atque attollere. Item in jureconsultos, qui causam eamdem nunc tuentur, nunc impugnant. Ad eum sensum detorsit Plutarchus, quod Circe eadem virga mentem adimit ac reddit, pecudes facit et  homines. Extat apud Graecos hic senarius proverbialis :

Σὸν αὐτὸν αἰνεἶν καὶ ψέγειν ἀνδρὸς κακοῦ, id est

Laudare eumdem carpereque viri est mali.

Hay algo parecido en la la epístola que se atribuye a Santiago apóstol: ”Ἐκ τοῦ αὐτοῦ στόματος βρύει τὸ γλυκὺ καὶ τὸ πικρόν », es decir: “de la misma boca emana dulce y amargo”. En el segundo libro de Plinio se cuenta que hay en Dodona un manantial más que prodigioso, que siendo muy frío apaga las antorchas, si alguno las sumerge en el fuego; y si dentro se las remueve apagadas, las enciende. Estas cosas se pueden extrapolar a los retóricos, que lo mismo saben alabar como reprochar, enaltecer y exaltar. También a los jurisconsultos, que ahora defienden una causa, ahora la atacan. En este sentido la tomó Plutarco, que hace que Circe con la misma vara mágica quite la razón y la restaure, haciendo de los hombres ganados y de los ganados hombres. Entre los griegos existe frase proverbial:

“Alabar y culpar al mismo hombre muestra al bribón”.

(Santiago, 3.10-11; Plinio, «Historia natural», 2.228; Plutarco, «Moralia», 985D y ss.)
Hans Holbein, dibujo en tinta al margen del «Elogio de la locura»: «nuestros teólogos andan dedicados a las argucias dialécticas»

Por último, Erasmo cita a Ateneo (4.182d) y de nuevo los «Problemas» de Aristóteles (19.18 y 19.39) en donde hablan de un instrumento musical, el magadis o palaiomagadis, que produce al mismo tiempo notas altas y bajas.

***

A mí este adagio, así como el apólogo, que comenta Erasmo, me hacen también pensar en todas esas formas de justificar contradicciones del discurso humano (de ese soplo de la boca de una misma persona) por las que alguien que afirma solemnemente que no hará algo, o que no se asociará con alguien, e incluso (como oí hace tiempo a un prominente responsable actual de nuestros destinos patrios) que hacerlo sería una pesadilla difícil de sobrellevar y sería traicionar los propios principios de conducta, andando el tiempo hace lo que dijo que nunca haría o se asocia para conseguir sus propósitos con aquellos con los que dijo que nunca se asociaría.

Pero esta es otra historia que me encantaría comentar con el viejo Erasmo, si ello posible fuera… pues además de todo lo que expuso en «Stultitia laus», quizás hoy no tendría que ir muy lejos para reunir materia abundante de una obra titulada «Nequitia laus».

Hans Holbein, dibujo en tinta al margen del «Elogio de la locura»: «Stultitia loquitur»
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