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Tres estilitas de Jaume Plensa en Gotemburgo o “In nihil sapiendo iucundissima vita”.

14 abril, 2012


El multimillonario noruego Petter Stordalen ha inaugurado hace poco un nuevo establecimiento de su cadena de 170 hoteles de lujo, remodelando la antigua Central de Correos de Gotemburgo, junto a la Estación Central.

Frente a su fachada principal y para darle el toque artístico, el magnate se ha ofrecido tres esculturas de Jaume Plensa que ya exhibió el destacado escultor español en el Yorkshire Sculpture Park el año pasado

http://www.ysp.co.uk/exhibitions/jaume-plensa-2011

Tres figuras que recuerdan a homínidos se sientan, acurrucadas y hechas un ovillo, en unas plataformas rectangulares de acero, elevadas sobre columnas del mismo metal a unos nueve metros de altura.

Uno se tapa los ojos, otro la boca y otro las orejas como ya lo hacen en Japón desde hace casi cinco siglos los famosos tres monos del santuario de Toshogu.

Uno de los estilitas ha renunciado a oír…

El otro no quiere ver…

Y el tercero se ha propuesto no hablar.

Las estatuas son de material translucido, probablemente resina y fibra de vidrio.

Este tipo de anatomías se sitúan, a mi modo de ver, en la tradición de Mallol, de las pinturas del Picasso de inspiración clásica, de las obras de Henry Moore o, incluso, de los cuerpos redondeados de Botero, aunque aquellas obras responden a un naturalismo clásico  Por su lado estas figuras obedecen al espiritualismo de Jaume Plensa, sus materiales son sintéticos y su técnica parecida a la de fabricación de maniquíes.

Los contornos son pulidos y difuminados, como imponen la materia empleada y los moldes industriales de su factoría. Durante el día son blancuzcas y cuando el sol luce, acentúa sus perfiles y resalta sus volúmenes.

Si el tiempo es grisáceo, las figuras también lo son.

Es discutible que este sea el emplazamiento adecuado. El haberlas situado sobre unas frías columnas de brillante acero, con el propósito de establecer un paralelo con las columnas de piedra del hotel, les da sin embargo un aire de farolas, perdidas en la plaza frente a la Estación Central.

Puede sin embargo que este sea el efecto pretendido, el de expresar la desolación del homo filosoficus, perdido en el mundo de la ciudad, rodeado del tráfico y de la banalidad del mundo, rechazando los absurdos de nuestras sociedades y rompiendo, como los estilitas del desierto, con el contacto contaminante de las gentes.

Pero dudo que fuese esta la intención del magnate noruego al extender un suculento cheque para pagarse un escultor de campanillas y dar un tono chic a su hotel “dernier cri” en Gotemburgo.

Más cerca del espíritu de los tiempos, al atardecer, cuando cambian de un color a otro, las esculturas adoptan un aspecto de gigantescas piruletas de fresa, naranja o menta, aportando a la severa fachada del Clarion Hotel los brillos de una barraca de feria.

No sé si Jaume Plensa, que cuida mucho el contexto espacial y sonoro de sus obras, ha tenido vela en la la instalación de sus esculturas, que son más propias del mundo del zen y de la filosofía de Confucio que del estacionamiento de los minibuses de los turistas y huéspedes que llegarán a este hotel, en el ámbito de una plaza de cemento, dominada por las paradas de tranvía y autobús.

En el Yorkshire Sculpture Park esta obra, que se titulaba “La larga noche”, dominaba el valle e invitaba a la contemplación desde la entrada de ese fascinante parque inglés.

Pero no está claro lo que se busca en Gotemburgo. ¿El contraste? ¿Una llamada al «contemptu mundi»?

Por el momento, parece que para muchos vecinos de Gotemburgo la interpretación más plausible ha sido la irónica. Según estas malas lenguas, el Ayuntamiento habría autorizado la instalación para invitar a los gotembugueses a no ver los enjuagues de la administración municipal, a no oír las críticas de la oposición ante los tejemanejes de los últimos años, a callarse las opiniones que puedan tener contra la fuerza política que ha dominado la comuna desde hace décadas.

O sea, IN NIHIL SAPIENDO IUCUNDISSIMA VITA. Lo que equivale en traducción libre a decir: que VIVIRÁS FELIZ SI NO TE ENTERAS DE NADA.  Este dicho lo recoge Erasmo de Rotterdam en su obra Adagiourum Chiliades (II x 81), aunque lo considera más un aforismo que un adagio. Lo toma del Ayax de Sófocles, cuando el héroe, recuperado de un episodio de locura, añora la dulce insensibilidad de la demencia: «quien es insensible está libre de dolor».

Erasmo cita también una anécdota de Horacio, quien cuenta (Epístolas II, 2) que un vecino de Argos, rico, justo y bienhechor, lamentaba que sus familiares y amigos le hubiesen dado a ingerir heléboro puro para limpiar su bilis y curarle de un delirio con el que no hacía mal a nadie: el de sentarse de vez en cuando en las gradas del teatro vacío y aplaudir entusiasmado a los actores de una representación que sólo tenía lugar en su imaginación. De esta forma le habían privado de un inocente placer y de su evasión favorita.

Volviendo a las figuras de Jaume Plensa, puede que las elucubraciones continuen hasta que no las zanje el artista. Pero las zanjas de los obreros municipales siguen abiertas. Y ya  han pasado algunos meses desde que las esculturas se plantaron.

No creo que el magnate noruego que las ha comprado crea mucho en santos, pero puede que le convenga invocar a San Simeón el Estilita, aquel que se pasó treinta y siete años subido a una columna. Quizá así se concluyan las obras en torno a estas esculturas, que parecen más aptas para presidir el yermo a la manera de los primitivos eremitas.

Pues, a semejanza de otras obras del artista, estas figuras se sitúan también a medio camino entre la ascética oriental y la creencia de Jaume Plensa en los intercambios de energías místicas entre la tierra y el cielo.

Claro que, eso tiene el trabajo en serie, en la Place Massena en Niza, unas igualitas, aunque no se tapen nada, tituladas «Conversación en Niza», sirven para representar los continentes.

De todas formas, en Niza el emplazamiento parece más aireado, digamos que un poco más inteligente.

3 comentarios leave one →
  1. Eva permalink
    14 abril, 2012 10:43

    Creo que podrias escribir al señor Plensa y que nos saque de dudas. Me gusta la idea que cuentan las malas lenguas :-), creo que es la más acertada.

  2. 14 abril, 2012 14:06

    Pues ya sabes, Eva, si os dedicáis en la Facultad a proyectos escultóricos en ámbito urbano que representen a los tres «monos sabios», no os van a faltar asociaciones de vecinos que estén deseando ponerlas delante de sus ayuntamientos, en especial en la Comunidad Valenciana… Díselo a tu profesora 🙂

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  1. Sol declinante | en son de luz

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