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Transfiguración

10 enero, 2021
El hada helada. Foto R.Puig

Para Charlie, deseándole un completo restablecimiento

.

Metamorfosis

Una lluvia de cristales,

nanométricos, albos

como armiños,

revisten de cendales

lo que era real.

Minimal. Foto R.Puig

Lo visto ya es no visto,

lo que era no es,

la nieve lo ha vestido

como a Jesús

el Tabor.

La primavera (en verano) de Gunnar Nilsson, 1950. Foto R.Puig

Así estaba Primavera,

florida, acompañada,

cuando el verano

venía a cortejarla,

a postrarse a sus pies.

Si el mármol tiritase… Foto R.Puig

El invierno torpe

no puede no ser rudo,

mas a ella, a la que oscura

tiembla, de armiño

una alfombra ha ofrecido.

El pichón y el agujero negro. Foto R.Puig

Todo se transfigura

cuando la nieve llega,

la cosa es otra cosa,

lo prosaico es parábola

y lo bruto ironía.

Costillar de patines. Foto R.Puig

La dama de las nieblas

se está desperezando

y ha decidido hoy

lucirse bien

de blanco

«La niebla» (1910) de Gusten Lindberg

*

Tropo

Mas ni un minuto más

con nieves de poeta

he de vestir yo mis ripios,

¡que uno de verdad

cierre hoy la edición!

Paréntesis. Foto R.Puig

MUTABILITY

We are as clouds that veil the midnight moon;

How restlessly they speed, and gleam, and quiver,

Streaking the darkness radiantly!—yet soon

Night closes round, and they are lost forever:


Or like forgotten lyres, whose dissonant strings

Give various response to each varying blast,

To whose frail frame no second motion brings

One mood or modulation like the last.


We rest.—A dream has power to poison sleep;

We rise.—One wandering thought pollutes the day;

We feel, conceive or reason, laugh or weep;

Embrace fond woe, or cast our cares away:


It is the same!—For, be it joy or sorrow,

The path of its departure still is free:

Man’s yesterday may ne’er be like his morrow;

Nought may endure but Mutability


Percey B. Shelley, Alastor, or The Spirit of Solitude: And Other Poems, Baldwin, Cradock, and Joy in London, 1816.

MUTABILIDAD

Somos como las nubes que enmascaran la luna.
que huyen sin descanso, relampaguean, tiemblan,
rasgando con destellos lo oscuro, mas, de pronto,
la noche las rodea y se pierden para siempre;

o arrinconadas liras de cuerdas disonantes
que a cada son diverso responden diferente,
y en cuya hechura frágil ninguna melodía
resuena semejante al volver a tocarla.

Dormidos, pesadillas turban nuestro reposo;
despiertos, vagos sueños contaminan el día;
ya con risa o con llanto, fantasía o razón,
ya abracemos las penas o ya las desechemos

¡da lo mismo! Pues, sea alegre o sea triste,
la senda de su marcha final está ya abierta:
tal vez no sea el pasado del hombre su mañana;
tal vez sólo perdure la Mutabilidad.


Traducción de Juan Abeleira y Alejandro Valero, en Percey Bysshe Shelley, No despertéis a la serpiente. Antología poética bilingüe, Poesía Hiperion, Madrid, 1991
Verde esmeralda. Foto R.Puig

4 comentarios leave one →
  1. Bernardo Regal permalink
    16 enero, 2021 17:34

    Me asustó la dama helada y me removió la señorita en primavera…!!!!!
    Ojalá fuera yo un solterón libre para comentar tus blogs como Dios o J.L. Rouillon sin duda lo manda!!
    Durante la pandemia me leí línea tras línea el A.T. (en castellano…), luego el Quijote también hoja tras hoja y ahora estoy con las obras completas de Eguren (poemas y ensayos, éstos últimos lamentando que ya no esté Rouillon a la mano). Tengo una colección fotocopiada de todos los dibujos, pinturas y fotografías que hizo Eguren.
    Y sigo escribiendo diariamente un poema militarmente, una exigencia que me he impuesto para vivir con el ritmo y la tensión de los artistas profesionales, como Vallejo, Neruda, Mozart, Lope etc. que si no producían no comían. Fue también el comienzo de Vargas Llosa y los otros otros escritores del boom. No soy profesional y ahora vivo de sensatos alquileres pero me hago la ilusión de trabajar de veras…

    • 16 enero, 2021 21:34

      La lectura es lo que nos libera del confinamiento y alimenta nuestras ganas de escribir. Por cierto que tengo en mi biblioteca (¡en su gran parte en España!) el libro de Rouillon, «Las formas fugaces de José María Eguren». En mi entrada dedicada a nuestro añorado profesor incluí su bibliografía y fotografías de las portadas de algunos de los que tengo suyos: https://ensondeluz.com/2018/03/18/un-libro-no-es-una-cosa/

      Cuando vuelva a España tras la pandemia, podremos comentar. Mientras tanto, me gustaría lee algo de tu producción.

      En cuanto a la Biblia, estoy dando vueltas a la conclusión de mi «versión extraviada»… ya veremos cómo acabó la aventura del depositario del manuscrito…

  2. 30 enero, 2021 00:34

    Me transporta la palabra con su movimiento leve que inspira al lector entre los fríos, la nieve y la dama decorada por las flores y la nieve.

  3. 30 enero, 2021 09:36

    Gracias Guillermo, siempre he pensado que el crudo invierno también merece que se rompa alguna lanza por su valor poético, a pesar de que, desde Virgilio en adelante, la primavera y el otoño no han cesado de ganarse los laureles…

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