Breverías erasmianas (XXXIII): «Qui mori nolit ante tempus» (Sin ganas de morir antes de tiempo)

Vaso ático con escena de banquete. 420 a.C. Foto Marie-Lan Nguyen. Wikipedia Commons
Se acaba 2017 y no faltarán quienes dediquen la última noche del año a imitar a los sibaritas, habitantes de la ciudad de Sybaris en la Magna Grecia, de quienes se dice que llevaban una vida de placeres refinados. Si alguno de mis lectores vive en un lugar donde el sol sólo calienta un poco en las horas centrales del día, quizás sufra el mismo síndrome de aquellos griegos del sur de la península itálica y sucumba a la tentación de ocupar la fría noche en libaciones y orgías y el amanecer en roncar en la cama, postrado por la resaca.
Es eso lo que cuenta con ironía Ateneo, el mayor experto en banquetes y compilador de recetas culinarias de la antigüedad grecorromana. Pero no nos adelantemos al comentario de Erasmo en uno de los adagios de su colección, que, para equilibrar la cosa, se referirá también a dos estoicos romanos, quienes no eran tan conciliadores como el gastrónomo griego con aquellas costumbres libertinas, ni con la creencia de que el desenfreno de ocasos y amaneceres te mantiene más eficazmente en vida.
En todo caso, Erasmo tenía una fe ciega en las cualidades salutíferas del vino de Borgoña. Así que imagino que en tal noche como la de hoy brindaría, con una copa del barrilito que siempre le acompañaba en sus viajes, por que el año entrante fuese para todos mejor y menos violento. Así que no hay razón para no imitarle, aunque con la debida moderación.
Pero, les dejo con el texto y ¡que tengan un buen 2018!
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«Qui mori nolit ante tempus»
Sin ganas de morir antes de tiempo
Adagio I, II, 94.
Ateneo, en sus diálogos de sobremesa cita un proverbio relacionado con los habitantes de Sibaris:
“entre los sibaritas, quien no quiere morir antes del tiempo que el destino le reserva no debe ver ni la puesta ni la salida del sol”.
Comenta que el dicho era corriente en Sybaris, porque la ciudad estaba situada en una depresión, una especie de valle encajonado; de modo que, en verano, de mañana y de tarde hacía un frío inmenso y al mediodía un calor insoportable.
Edición de los Deipnosophistae (Banquete de los eruditos). Leiden 1657
Cicerón en “De finibus” explica que lo mismo se atribuía a los asotos (libertinos), nombre de una raza de gentes, famosa por su vida desenfrenada, que al ocaso estaban borrachos y por la mañana roncaban.
Columela, en el proemio de su «De re rustica» (De la agricultura), usa este dicho para referirse a los gandules que pasan sus noches en la lujuria y la embriaguez y sus días durmiendo y jugando:
Columela. De la agricultura. Madrid. 1871. Ejemplar de la BNE
“De manera que, para ir bien preparados a nuestras orgías glotonas, cocemos en las saunas nuestras cotidianas indigestiones y nos deshidratamos sudando para excitar la sed, pasamos las noches en desenfrenos y borracheras y los días en jugar y dormir, y nos consideramos afortunados por no ver ni la salida ni la puesta del sol»
Embriaguez en Pompeya
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He traducido del texto original latino publicado en Les Adages d’Érasme, présentés par les Belles Lettres et le GRAC (UMR 5037), Lyon, 2010, pp. 241-242, que reza así
«Athenaeus in Sermonibus convivialibus de Sybaritis hujusmodi refert proverbium : Qui non velit apud Sybaritas ante diem fatalem mori, eum haud oportet solem conspicere nec occidentem nec orientem. Hoc ideo vulgo jactatum scribit, quod Sybaritarum civitas in humili loco ac velut in convalle sita fuerit, ut aestatis tempore mane pariter ac vesperi frigus immensum sentirent, meridie intolerandum ardorem. Cicero libro De finibus bonorum secundo docet idem dictum in quosdam Asotos, cui genti nomen inditum est a luxu vitae. Nam sub solis occasum erant ebrii, mane stertebant. Columella in prooemio Rerum rusticarum usurpat in ganeones, qui noctes libidinibus et ebrietate, dies somno vel ludo consumunt. Mox deinde, inquit, ut apti veniamus ad ganeas, quotidianam cruditatem Laconicis excoquimus et exusto sudore sitim quaerimus noctesque libidinibus et ebrietatibus, dies ludo vel somno consumimus. Ac nos dicimus fortunatos, quod nec orientem solem videmus nec occidentem»
Referencias: