Fisionomías (XIII): rostros del Museo Arqueológico de Madrid
Estoy de viaje y han sido varios días de carretera en mi ruta de vuelta a Suecia, pero los domingos hay crónica, llueva o truene. Esta tarde he vuelto mojado hasta los huesos de una visita al Chateau de Seneffe en Bélgica. Una exposición de esculturas al aire libre de Mauro Staccioli ha sido el motivo. Una tormenta despiadada nos ha sorprendido deambulando por el parque a varios centenares de metros del aparcamiento.
Pero de esto hablaremos otro día.
……
Ya que en la crónica precedente he hablado del renovado Museo Arqueológico de Madrid, hoy, antes de irme a dormir, comparto aún algunos rostros que he admirado en sus salas. Todos dejan un poso de interrogación e intriga.
Por ejemplo ¿Cómo reventó la cabeza de este Apolo?
Parece como si una granada de mano le hubiera explotado dentro de la cabeza, desgarrando el bronce tan despiadadamente como aquellos rostros desfigurados y mutilados en la I Guerra Mundial, que se han vuelto a mostrar cien años después en los filmes y reportajes gráficos que recuerdan aquellas matanzas.
¿O fue un iconoclasta cristiano de los que destruían las esculturas paganas, tras la conversión de Constantino en el siglo IV, el que le rompió la cara al ídolo?
En todo caso Apolo parece aturdido ante la saña de los hombres o de los elementos, ya que su rostro pareciera también hendido por el rayo.
Todo lo contrario de este joven Baco, reposado y lúcido, en un momento de sobriedad, más apolíneo que el mismo Apolo. De hecho aún ignora la fama de bebedor que le asignará la tradición iconográfica.
Hay otro bronce que destaca en las salas de arte de la Hispania romana.Se trata de la cabeza de un magistrado. Aunque, al faltarle los globos oculares, no puede mirarnos, no carece de un aire de equilibrio y magnanimidad.
Pero el premio a la serenidad y la elegancia se lo lleva Livia Drusila, que fue emperatriz, como esposa (la tercera) del emperador Augusto

La emperatriz Livia Drusila. Detalle. Museo Arqueológico Nacional. Madrid. Época hispanoromana. Foto R.Puig
Visajes ibéricos
Por último, no hay que dejar el Museo sin dedicar un buen rato a tratar de descifrar los rostros de las esculturas ibéricas. Estos son sólo algunos.
Los de las figuras femeninas en actitud de ofrenda.

Figura ibérica de oferente femenina. Museo Arqueológico Nacional. Madrid. Protohistoria. Foto R.Puig
Con la cabeza cubierta de un tocado puntiagudo en varios casos.
En otros enjoyadas.
Como esta dama de rasgos admirablemente simplificados, tan sobrios como los de un dibujo de Picasso
O este otro cuyas líneas juegan con los volúmenes y las sombras

Figura ibérica de oferente femenina. Museo Arqueológico Nacional. Madrid. Protohistoria. Foto R.Puig
No son sólo las joyas y el tocado los que hacen fascinante la Dama de Baeza, que aún presenta restos de policromía.
Aunque quien domina una sala del museo con su sola presencia y su altivez es, no haría falta presentarla, la Dama de Elche.

La Dama de Elche. Cabeza femenina ibérica.Museo Arqueológico Nacional. Madrid. Protohistoria. Foto R.Puig
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Por ahora dejo el Arqueológico de Madrid, pues debo ahorrar energía para mi ruta hacia Suecia y se ha hecho tarde. Y puesto que de viaje estoy, concluyo con una imagen que los caminantes del Camino de Santiago han de conocer sin duda.
La pregunta es: ¿de qué ciudad de un ramal del Camino es esta concha de bronce sólidamente encastrada en una losa del trayecto?
La foto la tomé yo mismo el jueves pasado. Pero la respuesta es para el próximo domingo.
Burgos. A que sí!
Querido Jabo,
¡Pues no! La solución el próximo domingo, salvo que alguien adivine mis etapas de viaje y lo pesque. Seguro que en Burgos hay, pero esta no es de Burgos…
Un abrazo
Moncho