Playas de mayo en la costa oeste de Suecia
para Marie
Si en pleno verano será difícil encontrar un rincón entre la modesta pradera y las rocas de la Reserva Natural de Valda Sandö, ayer no fue difícil sentarnos para abrir el termo de café y tomar un refrigerio, tras hacer sendero frente a este horizonte de la Costa Oeste al sur de Gotemburgo, en la playa de Kinnevik.
Más o menos como hacía alguna familia en el mismo paraje de la costa oeste (västkust) de Suecia.
El día se prestaba a mojarse los pies, sobre todo para los pequeños a quienes la temperatura del mar en primavera no parece afectarles.
El paseo por el sendero se prolonga hacia un promontorio desde el que se avizora el siguiente vik, término que en español se suele traducir como bahía, aunque me parece que en este caso, por sus dimensiones, se podría traducir mejor como ensenada.
Conviene mirar bien dónde pones los pies, en mi caso ayudado por bastones nórdicos, aunque ella no los necesita.
Hay también quienes no abandonan la esperanza de conseguir algún pescado; no me pregunten de qué especie ictiológica, pues no faltarán profesores que lo expliquen. Aunque sea en sueco, aquí tienen algunas imágenes.
Entre las rocas se percibe la modesta flora del borde de este mar, que ya en primavera ofrece su encanto humilde a quien sepa apreciar estas flores silvestres.
De la de nominación de la amarilla tengo dudas, así que, si hubiera quien lo sepa entre mis lectores, agradeceré la corrección. En cambio, la que en sueco llaman strandlejlika sí que me parece es la que en español llaman clavelina del mar, en latín Armeria maritima.
Cuando llegamos al promontorio nos sorprende la vista de una pareja de cisnes deslizándose y buscando pitanza en la calma del Ottervik, la ensenada siguiente en nuestro paseo.
Todo invita a quedarse aquí volviendo la mirada a la redonda…