Nimiedades (XXI) de estos meses

Luigi Pirandello (1867-1936), dramaturgo y «novelista filósofo», en su novela «Uno, nessuno e centomila» (1925) (*) dice por boca de su personaje Vitangelo Moscarda -un antihéroe filósofo cuyo nombre es un oxímoron (ángel de la vida <> moscardón)- que la realidad en la que nos vemos no es la realidad en la que los demás nos ven. Por eso nunca podremos situar al otro en la realidad en la que el otro se ve a sí mismo, y viceversa.
En una entrevista para la revista L’Epoca (5 de julio de 1922), hablando de este libro que tenía entonces en preparación, dice :
Espero que en él aparecerá, más claro de lo aparecido hasta ahora, el lado positivo de mi pensamiento. Lo que de hecho predomina a los ojos de todos es sólo el lado negativo: aparezco como un diablo destructor que quita la tierra debajo de los pies de la gente. Sin embargo, cuando retiro la tierra de debajo de los pies ¿no aconsejo acaso dónde hay que ponerlos?
Pirandello reconocía ser un destructor, sí, pero un destructor de ilusiones, de esas que nacen de confundir el ser con el aparecer. Su relativismo psicológico y cognoscitivo se refleja tanto en sus novelas como en su obra teatral, en especial en Seis personajes en busca de un autor (1920), probablemente la más conocida y analizada de todas.
Ahora estoy inmerso en la lectura laboriosa de Uno, nessuno e centomila del genial siciliano. He aquí un momento en el que en diálogo con su autor, el protagonista de la novela nos da una idea de cuán paradójica es la percepción de la realidad para ese personaje, por boca del cual se expresa el escritor.
La realtà che ho io per voi è nella forma che voi mi date; ma è realtà per voi e non per me; la realtà che voi avete per me è nella forma che io vi do; ma è realtá per me e non per voi; e per me stesso io non ho altra realtà se non nella forma che riesco a darmi.
La realidad que tengo para usted es en la forma que usted me da; pero es realidad para usted y no para mí; la realidad que usted tiene para mí es en la forma que yo le doy; pero es realidad para mí y no para usted; y para mí mismo yo no tengo otra realidad que en la forma que consigo darme.
Uno, nessuno e centomila, Libro II, XII, I romanzi de Luigi Pirandello, Garzanti Editore, Col. Grandi Libri, Milano 1993
De modo más simple lo expresaba ya Ramón de Campoamor (1817-1901) :
Y es que en el mundo traidor
Ramón de Campoamor, poema LIX, Doloras, 1846,
nada hay verdad ni mentira:
todo es según el color
del cristal con que se mira.
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Sea como sea, traigo hoy a esta página algunas fotos de nimiedades, de esas que siendo generan ilusiones, pues, si hacemos caso al enfoque pirandelliano, el mundo en que vivimos es un lugar de prestidigitaciones donde vagamos entre millones de apariencias, tantas al menos como millones de seres humanos ponemos los pies sobre el planeta. Lo que ante ti se aparece no es nunca lo que ante mí aparece, por mucho que lo veamos al mismo tiempo y desde el mismo ángulo. Ese aparecer participa del ser de modo diferente según quien lo percibe.
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De aves
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Alimentaria
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Infancia
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Reino vegetal
El incendio quemó innumerables árboles el año pasado en la Val de Ebo (Alicante). Sean las flores invernales de la Eranthis hiemalis un augurio de renacimiento.
Notas:
(*) Estoy traduciendo de la edición italiana de I romanzi de Luigi Pirandello, con introducción de Nino Borsellino, Garzanti Editore, Col. Grandi Libri, Milano 1993, en la edición digital de junio 2017. El texto de Epoca que cito aparece en el prefacio de Pietro Milone a esta novela. El libro fue publicado originalmente en 1925.
Con el título Uno, ninguno y cien mil hay una edición en castellano de la editorial chilena LOM Ediciones (2014), en traducción de Jorge Aulicino. Hay versión digital para kindle en Amazon.