«Querela pacis undique gentium eiectae profligataeque»(«Queja de la paz de que por todas partes se expulse y destruya a los pueblos»). Breverías erasmianas (LVII).
dedicado a Antonio Serrano Cueto
El título de la obra que Erasmo publica en 1517 bajo el título de Querela pacis (Queja de la paz) en sus ediciones del siglo XVI continúa con lo siguiente: undique gentium eiectae profligataeque; que podemos traducir «de que por todas partes se expulse y destruya a los pueblos». Es un poderoso alegato que el gran humanista, de forma alegórica, pone en boca de la Paz en persona.
Bajo el título de queja o lamento redacta un formidable elenco de duras quejas contra los causantes de las guerras y contra sus excusas, describiendo exhaustivamente los males que aquellos enfrentamientos armados causaban a las gentes de la Europa de su tiempo. Como un fiscal ante el tribunal de la Historia desgrana su acusación para que los lectores juzguen a los causantes de las guerras de su tiempo.
Su requisitoria sigue hoy vigente.
Su obra fue muy censurada. En una edición procedente de las estanterías de la Universidad de Salamanca, con firma y fecha del censor, aparecen las tachaduras del doctor Pedro López de Montoya, ilustre teólogo y pedagogo, pero también partidario de la censura del Santo Oficio contra todos aquellos que denunciasen a papas, cardenales obispos y sacerdotes como cómplices de las guerras del siglo XVI que sembraban de muertos Europa, en especial por sus responsabilidades en las guerras de religión entre cristianos. El papel que los censores del Santo Oficio asumían entonces con ahínco lo representan hoy en las redes de Internet los apologetas de la brutal agresión del régimen ruso contra el pueblo de Ucrania.
La fecha de esta censura confirma que el fallecimiento de Pedro López de Montoya tuvo que ser no sólo (como aparece en la wikipedia) después de 1596, sino que tuvo que suceder más allá del 27 de octubre de 1599. En cuanto a su labor para el Santo Oficio en el artículo a él dedicado se dice que:
Al menos en 1576 consta que trabajaba en la confección de un Índice de libros prohibidos, mérito que alega para pedir en 1596 y obtener una plaza de censor general de libros del tribunal de la Inquisición, aprobando por ejemplo un par de obras del jesuita manchego Pedro de Ribadeneyra. Gregorio XIII lo nombró canónigo de la Colegiata de Jerez de la Frontera, pero no consta que tomara posesión de esa prebenda. Se ignora la fecha de su muerte.
Fuente: Wikipedia
Pero, no divaguemos más sobre ello, pues el propósito de la entrada de hoy es constatar que lo que Erasmo denuncia en su época se repite por desgracia en la Europa de ahora mismo en la guerra agresora de Rusia contra Ucrania.
Pax loquitur (habla la Paz):
Et quod est omnium sceleratissimum, sunt qui tyrannica arte, quod populi concordia potestatem suam labefactari sentiant, dissidio stabiliri, subornent qui data opera bellum excitent, quo simul et coniunctos dirimant, et infelicem populum licentius expilent: id procurant scelestissimi quidam, qui populi malis aluntur, et quibus pacis tempore non multum est quod agant in Republica. (Querela pacis, IX-X).
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Y lo que resulta más criminal de todo: hay quienes con ardides tiránicos, al advertir que la concordia del pueblo amenaza a su poderío y que con la disensión se fortalece, sobornan a terceros para que aguijoneen con ahínco hacia la guerra y, al mismo tiempo que separan a los hombre unidos, despojan con mayor licencia al pueblo infeliz. Son algunos muy criminales que se alimentan de los males del pueblo y, en tiempos de paz, poca tarea tienen en la república.
Versión castellana de la «Querela pacis» por Antonio Serrano Cueto en :»Erasmo», selección de textos de Erasmo, Editorial Gredos, Biblioteca de Grandes Pensadores, Madrid 2011, con estudio introductorio de Jordi Bayod y Joaquim Parrellada (y varios traductores). El texto latino procede de The Latin Library (*)
No es difícil ver como lo que denunciaba Erasmo entonces, en las guerras generadas por los príncipes de la Europa del siglo XVI, lo repite el fanático gobernante responsable de la agresión, destrucción y matanzas de la «operación especial» contra Ucrania, que en vez de atender a los problemas y males de Rusia, pretende fortalecer su tiranía interior derivando la atención de los ciudadanos rusos de sus graves problemas internos con una guerra de ocupación más allá de sus fronteras. Ese suele ser el método de los absolutismos, de las dictaduras, además de una censura férrea de la información sobre sus guerras, para justificarse y mantener el control de sus pueblos.
Como muestra, dos extractos más de la queja de la Paz remachan la acusación:
Quin ubi nihil subest causae, ipsi dissidiorum causas sibi fingunt, regionum vocabulis ad odiorum alimoniam abutentes: et hunc stultae plebis errorem alunt Magnates, et in suum abutuntur compendium, alunt Sacerdotes quidam. Anglus hostis est Gallo, nec ob aliud, nisi quod Gallus est. Scoto Britannus infensus est, nec aliam ob rem, nisi quod Scotus est. Germanus cum Franco dissidet, Hispanus cum utroque. (Querela pacis, XXII).
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Es más, cuando no hay ninguna razón, ellos mismos inventan las razones de la discordia, abusando de los nombres de los países como pábulo de los odios, y los poderosos alimentan este error de la plebe ignorante y abusan de él en beneficio propio; también lo alimentan algunos sacerdotes. El inglés es enemigo del francés, no por otro motivo que por ser francés. El británico es hostil al escocés, no por otra razón que por ser escocés. El germano disiente del franco; el español de uno y otro.
Ibidem.
¿Les suena lo de la invención de las razones para iniciar una guerra, de cómo los conceptos de territorios propios y denominaciones de las naciones, según etnias que se sacralizan, son usados para agredir, incluso secuestrar a niños, en función del delirio y los odios acumulados por el matón de turno?
Es además una inquietante coincidencia secular el que el supremo sacerdote de la Iglesia Ortodoxa Rusa, como entonces los papas, obispos y predicadores de la Cristiandad europea del siglo XVI, bendiga la guerra de invasión de Ucrania como un deber sagrado de los cristianos rusos, tratados como aquella «plebe ignorante» de la que guías perversos «abusan en beneficio propio».
Ucrania, marzo 2022
Concluyamos con el tercer extracto:
…si quando conspexisti ruinas urbium, dirutos vicos, exusta fana, desolatos agros, et id spectaculum miserandum, ut est, visum est, cogita hunc esse belli fructum. Si grave iudicas sceleratam conductitiorum militum colluviem in tuam regionem inducere, hos civium tuorum malo alere, his inservire, his blandiri, immo horum arbitrio te ipsum ac tuam incolumitatem committere: fac cogites hanc esse belli conditionem. (Querela pacis, XXIII – XXIV).
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…si alguna vez has visto ciudades ruinosas, barrios destruidos, templos quemados, y campos desolados y este espectáculo te pareció, como es, digno de lástima, piensa que este es el fruto de la guerra. Si estimas de gravedad llevar a tu región un criminal aluvión de soldados mercenarios, que se alimentan del mal de tus ciudadanos, servirles y adularlos; es más confiar a su albedrío tu persona y seguridad, piensa que ésta es la condición de la guerra.
Ibidem
Ayer como hoy, esta guerra de exterminio, emprendida contra un pueblo, de tradición multicultural y repetidamente mártir; esta vuelta a las deportaciones de la época soviética, a la violación de los derechos humanos, a todos los crímenes de guerra y de lesa humanidad, contra civiles indefensos en sus casas, en hospitales, en escuelas, en el robo y en la destrucción sistemática de sus recursos vitales; este odio y fomento de la amenaza de las armas nucleares; este recurso a delincuentes y mercenarios inmisericordes y al uso de soldados de todas las edades, en especial a los jóvenes que son el futuro de Rusia como carne de cañón para satisfacer el odio insensato del tirano; esto nos retrotrae a la más crueles guerras de la historia en las que no se respetan las más elementales reglas de la Convención de Ginebra.
Recientemente el profesor de Ciencias Políticas Fréderic Gros en un ensayo titulado Pourquoi la guerre? (Ed. Albin Michel 2023) en que presenta su análisis de la moral, la política y el lenguaje de la guerra, intentando responder a preguntas como ¿para qué sirve la guerra? ¿a quién sirve?, cita una reflexión de Enmanuel Kant que por desgracia ilustra lo que hoy se ha perdido en esta agresión contra todos los principios sobre la paz:
Hace falta que al menos quede en la guerra alguna suerte de confianza en los principios del enemigo, en caso contrario jamás se podrá concluir la paz
Por otro lado el filósofo Roberto R. Aramayo ha publicado hace poco, en el boletín The conversation del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) del que es profesor, un artículo titulado ¿Qué podría decirle Kant a Putin sobre la invasión de Ucrania? cuya lectura encarezco y que termina con la siguiente cita del filósofo:
Si para decidir si debe o no haber guerra, se precisa el consentimiento de la ciudadanía como no puede ser de otro modo en una constitución republicana, nada resulta más natural que se pondere mucho el inicio de un juego tan funesto, dado que son los ciudadanos quienes acaban asumiendo todas las penalidades de la guerra. Pero la guerra es lo más fácil del mundo si un jefe de Estado ejerce como su propietario y no le hace perder ni un ápice de sus cacerías, palacios de recreo u otras cosas por el estilo, pudiendo declararla por motivos insignificantes, como si fuera una especie de juego.
Enmanuel Kant, Hacia la paz perpetua.
NOTAS:
(*) The Latin Library es un sitio web que recopila textos de dominio público latino dirigida por el profesor de Latín y Derecho Romano William L. Carey de la Universidad George Mason en Fairfax, Virginia, USA.
Los textos han sido extraídos de diversas fuentes. Muchos fueron escaneados con formato original y de los textos en el dominio público. Otros han sido descargados de sitios diferentes en Internet (muchas de las cuales han desaparecido hace mucho tiempo). La mayoría de los textos recientes han sido presentados por los contribuyentes de todo el mundo. Los textos no están destinados para fines de investigación, ni como sustitutos de ediciones críticas. No hay traducciones en el sitio.