Detalles de Madrid
Para Manolo
Estoy de visita en Madrid, sólo por dos días más.
El lector me perdonará que esta semana no haya podido elaborar alguno de los temas que esperan en mi cartera de futuros.
Sin embargo, al hilo de mis paseos en familia, la cámara que siempre llevo en una cartuchera prendida del cinturón ha seguido moderadamente activa.
Gracias a ello abro hoy esta especie de crónica batiburrillo con la imagen de un alevín de pintor que gatea junto a la tumba de Goya en la capilla de San Antonio de la Florida, la que que alberga esos frescos deslumbrantes en los que condensó su genio.
Al otro lado del paseo se alza su estatua
El río de Madrid
El río Manzanares finge profundidades,
dispone balcones para los pescadores
o asiste al idilio de la columna y el árbol
Botánica
Algunas de mis capturas fotográficas proceden de los invernaderos magníficos y luminosos de la “Casa de Vacas, junto a la «Casa del Reloj», no lejos de los parques del Madrid Río en las riberas del Manzanares y parte del antiguo matadero, recuperados para la cultura y el esparcimiento.
Nunca dejan de sorprendernos esos cactus (oriundos de Méjico) que en su perfecta geometría son viva demostración de la teoría de fractales
En otro orden de cosas, las patas –perdón, quise decir las raíces- de algunas plantas del trópico, podrían inspirar relatos de metamorfosis
Apariencias
Puestos a buscar transformaciones, no faltan en Madrid los trampantojos que transforman los muros de la ciudad.
En lugar de un muro así
hay, a pocos pasos, otro así
En la Casa Museo de Joaquín Sorolla
Del mural urbano damos un salto a los jardines de la que fue casa de Joaquín Sorolla, adonde vienen a inspirarse artistas que pintan al aire libre.
Hay quien ha llegado desde Hawai, como es el caso de Kyoko Ishigami
Con su caballete encontramos también a un Sorolla en miniatura, en una vitrina de su estudio, junto a una reproducción de la Venus de Cherchell
A pocos pasos, ondean la túnica al viento de la Victoria de Samotracia y los ropajes luminosos de sus paseantes de playa
Una de las muchas esculturas de tradición clásica que coleccionaba, en este caso en el jardín del museo, parece representar a un muchacho con un odre
que orina discretamente
Otra de las esculturas de su colección, en la que fue su mansión y su lugar de trabajo, se recorta bajo un luminoso ventanal
Luz y perfiles
Registro siluetas del cielo de Madrid, sobrevolando la calle de Alcalá
y en la misma calle, ya cerca de la Puerta del Sol
o en su confluencia con la Gran Vía
Las barandillas del edificio de un antiguo banco, cuyas entrañas se están demoliendo aunque la fachada se va a conservar, se recortan en los vanos de sus balcones, como si innumerables cuencas vaciadas de sus ojos se abrasasen en luz y polvo
….
Termino por hoy con el callejón y la fachada de la casa, viva y bien conservada, en la que nací
Excelente. Comparto en FB y los píos. Gracias.
Muchas gracias Rita.
Saludos
Ramón
Poético y entrañable paseo, Ramón. Me ha gustado eso de que el Manzanares «finge profundidades» 🙂 a fuerza de creerlo, a veces las tiene.
Encantada de conocer «tu Madrid».
Abrazos
Lo cual le sería muy útil a nuestro río en caso de que hubiese un «Parlamento Europeo de los Ríos». Con esa destreza podría conseguir un escaño 🙂