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Convergencias de Arte y Literatura (VI): los grabados de Gustave Doré para la Divina Comedia (3)

6 junio, 2021

Hace ya rato que deberíamos haber mostrado en esta serie una foto del autor de los grabados con los que estamos ilustrando esta selección de textos de la Divina Commedia con motivo de la conmemoración de los 700 años de la muerte de Dante Alighieri. Y qué mejor que recordar a Gustave Doré con la foto que Nadar (seudónimo de Gaspard-Félix Tournachon) le hizo en 1855 (Wikimedia Commons), en la que el artista sólo tiene 23 años y una mirada un tanto sombría. Aunque la edición de los grabados dedicados al texto dantesco la llevó a cabo entre 1861 y 1867, ya debía de estar imaginando las escenas del Inferno. Dos años antes había ilustrado la edición francesa de El cuervo de Edgar Allan Poe, traducido por Charles Baudelaire.

El cuervo, como se lee al final del poema, «tenía los ojos de un demonio que sueña».

.

Volviendo a Dante

En la Divina Comedia, el Canto XXVIII del Infierno pasa revista a los condenados por haber destruido la concordia con guerras y cismas En este grabado de Doré se ilustra la escena: Dante descubre horrorizado el castigo de aquellos que a lo largo de la Historia han causado desastres, muertes y masacres ingentes incitando a guerras y divisiones sin fin, a comenzar por quienes causaron la guerra de Troya.

Chi porìa mai pur con parole sciolte
dicer del sangue e delle piaghe a pieno
ch’i’ ora vidi, per narrar più volte?

.

Ogne lingua per certo verrìa meno
per lo nostro sermone e per la mente
c’ hanno a tanto comprender poco seno.

+++

¿Quién podría aun con verso libre

expresar todas las heridas y la sangre

y repetir muchas veces lo que vi?

.

Toda lengua ciertamente sería poca

pues de nuestro discurso y nuestra mente

el ánimo a tanto comprender no alcanza.

.

Divina Commedia, Inferno, Canto XXVIII, 1-6

Es el círculo octavo del infierno dantesco donde purgan eternamente sus maldades los provocadores de guerras, de cismas y de las disensiones que generan enfrentamientos armados entre seres humanos. Un demonio, incansable, les da tajos con una espada. Desean morir pero ya lo hicieron para siempre. Lo más cruel de su castigo es que, cuando las heridas cicatrizan, su torturador les inflige otras nuevas. Y así para siempre jamás.

Un condenado del que sabremos la identidad a continuación explica su propio tormento :

Un diavolo è qua dietro che n’accisma
sì crudelmente, al taglio de la spada
rimettendo ciascun di questa risma,

.

quand’avem volta la dolente strada;
però che le ferite son richiuse
prima ch’altri dinanzi li rivada.

+++

Un diablo hay aquí detrás que nos maltrata

tan cruel que, tras cortarnos con la espada

a todos los de esta resma así nos deja,

.

tras esta vuelta de la doliente estrada;

pero ya las heridas han cerrado

antes que uno a este trance vuelva.

.

Divina Commedia, Inferno, Canto XXVIII, 37- 42

Entre los condenados a recibir los tajos de la espada del demonio se incluyen los que han causado cismas en el mundo cristiano que en sus primeros siglos y todavía en el Medioevo seguían conduciendo a masacres, que perduraron también durante el Renacimiento, y eso que faltaban más de dos siglos para las guerras entre católicos y protestantes.

¿Quién es el condenado que explicaba el tormento de este círculo? ¡Nada más ni nada menos que el fundador del Islam! Hoy en día nos sorprende que en la época de Dante, la obra de Mahoma (560 – 633) se considerase un cisma salido del Cristianismo.

Las guerras que a partir del siglo VII acompañarían su expansión eran consideradas por los contemporáneos de Dante una consecuencia de ese «cisma», por lo que el «extraviado» conversor de cristianos al Islam, así como Alí (597 – 660) su primo aparecen en la Divina Comedia en el círculo octavo del infierno sometidos a eternos golpes de espada.

En aquellos tiempos no se hablaba de las fobias de hoy y las relaciones entre cristianos y árabes islámicos en muchos territorios limítrofes no siempre eran amigables por ninguna de las dos partes (España por ejemplo estaba en plena «Reconquista»). Estas estrofas de Dante se han de leer en aquel contexto, cuando aún faltaba mucho para examinar con los criterios actuales los estereotipos entre culturas y civilizaciones enfrentadas..

Già veggia, per mezzul perdere o lulla,
com’io vidi un, così non si pertugia,
rotto dal mento infin dove si trulla.

Tra le gambe pendevan le minugia;
la corata pareva e ’l tristo sacco
che merda fa di quel che si trangugia.

Mentre che tutto in lui veder m’attacco,
guardommi e con le man s’aperse il petto,
dicendo: «Or vedi com’io mi dilacco!

vedi come storpiato è Mäometto!
Dinanzi a me sen va piangendo Alì,
fesso nel volto dal mento al ciuffetto.

E tutti li altri che tu vedi qui,
seminator di scandalo e di scisma
fuor vivi, e però son fessi così.

+++

Jamás barril sin duela o desfondado

vi perforado derramarse de tal manera

roto de la barbilla a donde se ventosea:

.

por la entrepierna le pendían las tripas;

el interior abierto como asqueroso saco

que de lo que engulle saca mierda

.

Mientras a observarle todo me aplicaba,

me miró, y con la mano se abrió el pecho,

diciendo: “¡Oh mira cómo me desgarro!

.

 ¡ve cuan disminuido está Mahoma!

Delante de mí está llorando Alí,

rajado el rostro del mentón al copete.

.

Y todos los otros que tú ves aquí

sembradores de escándalos y cismas

fueron cuando vivían, por ello están así”

.

Divina Commedia, Inferno, Canto XXVIII, 22 – 36

Hay muchos otros protagonistas, pero iremos despidiéndonos dl Infierno con otro grabado de Doré que ilustra elocuentemente la peripecia un famoso instigador de discordia y guerra, el poeta y soldado Bertran de Born, (c. 1140 -1215) cantor apasionado de la guerra y su estética, ochocientos años antes de que el futurismo italiano ensalzase la «belleza» de las sangrientas contiendas del siglo XX.

El vate occitano, que incitó a guerrear a un hijo contra su padre, el monarca Enrique II Plantagenet, protagoniza una de las descripciones más truculentas de Dante, pues aparece decapitado levantando su propia cabeza como si fuese un farol, lo que a Doré dio inspiración para su grabado.

Io vidi certo, e ancor par ch’io ’l veggia,
un busto sanza capo andar sì come
andavan li altri de la trista greggia;120

e ’l capo tronco tenea per le chiome,
pesol con mano a guisa di lanterna:
e quel mirava noi e dicea: “Oh me!”

Di sè facea a sè stesso lucerna,
ed eran due in uno e uno in due;
com’esser può, quei sa che sì governa.

Quando diritto al piè del ponte fue,
levò ’l braccio alto con tutta la testa
per appressarne le parole sue,

che fuoro: “Or vedi la pena molesta,
tu che, spirando, vai veggendo i morti:
vedi s’alcuna è grande come questa.

E perché tu di me novella porti,
sappi ch’i’ son Bertram dal Bornio, quelli
che diedi al re giovane i ma’ conforti.

Io feci il padre e ’l figlio in sè ribelli;
Achitofèl non fè più d’Absalone
e di Davìd coi malvagi punzelli.

Perch’io parti’ così giunte persone,
partito porto il mio cerebro, lasso!,
dal suo principio ch’è in questo

Così s’osserva in me lo contrapasso”.

+++

Vi ciertamente, y aún parece que lo vea

un busto sin cabeza que andaba como

andaban los otros de la triste comitiva;

.

la cabeza el tronco tenía por los cabellos,

péndulo en mano a guisa de linterna;

y aquél nos miraba, y decía: “¡Ay de mí!”

.

De sí hacía para sí mismo de linterna,

y eran dos en uno y uno en dos:

cómo puede ser, lo sabe el que gobierna.

.

Cuando erguido al pie del puente estuvo,

alto alzó el brazo con toda la cabeza,

para que sus palabras se escuchasen,

.

que fueron: “Mira ahora la oprimente pena

tú que, respirando, vas visitando muertos:

ve si hay alguna grande como esta.

.

Y para que de mí portes noticias,

sábete que soy Bertrán del Bornio, aquel

que al Rey joven malos consejos di.

.

Yo hice de padre contra hijo enemigos:

que ni Aquitofel hizo más de Absalón

contra David con su instigar malvado.

.

Por haber dividido a tan unidas personas

llevo así separado mi cerebro, ¡miserable!,

de su principio que en este tronco está.

.

Así se corresponden en mí pena con culpa.

.

Divina CommediaInferno, Canto XXVIII, 118 – 142

Con la trágica historia de un cantor de guerras nos despedimos de los círculos infernales y de Lucifer que en último barrio infernal, el Círculo XXXIV, vigila a los traidores y parece molesto al ver cómo Virgilio y Dante escapan de sus dominios.

La próxima vez nos veremos en el Purgatorio.

Notas:

  • Las ilustraciones de Gustave Doré para la Divina Comedia han sido materia de numerosas ediciones francesas e inglesas desde fines del s.XIX. Hoy son de dominio público. Por mi parte me he guiado por la edición de los 135 grabados editados recientemente por Gabriele Baldassari en La Divina Commedia di Dante AlighieriGustave Doré, Mondadori, 2021.
  • Texto usado para los extractos: Dante AlighieriCommedia, a cura di Giorgio Petrocchi, 3 vol. Milano, Mondadori,1966 – 1967
  • Texto italiano de referencia: Alighieri, DanteLa Divina Commedia, Testo critico de la Società Dantesca Italiana, riveduto e rifatto da Giuseppe Vandelli (Firenze, 1937). Ristampa facsimile a Milano, Ulrico Hoepli Editore-Libraio, 1960
  • La traducción de los versos es mía.

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