Madrid matinal

Hoy he sentido que la leyenda de la alfombra mágica no es sólo un cuento de la imaginación viajera ni sólo un sueño del subconsciente que se manifestaría, al modo de los arquetipos del inconsciente colectivo, en la literatura de diversas culturas. Puede que algunos de los lectores de este blog, cuando en pocos días viajaron de un lado a otro, hayan vivido algo así como una experiencia de pasajeros de una alfombra voladora.
Hace cuatro tardes estaba a la orilla del Mediterráneo

Ayer amanecí en campos manchegos

donde los olivos se disponen en ordenadas hileras sobre el escaparate de las colinas junto a las que cabalgó el Caballero de la triste figura

Esos olivos que Don Quijote en sus delirios imaginó como extrañas criaturas que robaban la fortuna de unos esforzados caballeros (en realidad eran vareadores de la aceituna) que con sus lanzas se enfrentaban a los supuestos monstruos para recuperarla.
En Madrid hay también otros actores que cada mañana se esfuerzan…
Adelaida
Por la magia de la alfombra he amanecido en Madrid y desayunado en la pastelería donde Adelaida dispone en filas armoniosas los pasteles y bombones con arte de joyería



…
Asunción
He comprado claveles en un kiosco de la calle Génova


Su dueña no ha querido que la fotografíe, aunque ella sea en verdad la flor principal de su floristería.
Moisés
También he tenido una alegre conversación con un joven que atiende otro kiosco, el de periódicos de la Plaza Santa Bárbara donde hoy empezaba

Es Moisés, boliviano nacido en Santa Cruz de la Sierra. A sus 22 años se ha mudado desde Cantabria a Madrid y hoy es su primer día como regente del kiosco de prensa en la Glorieta de Alonso Martínez, trabajo que alterna con la atención de otro kiosco de prensa en la Glorieta de Quevedo.
Además de comprarle los periódicos, esta mañana he conseguido un nuevo amigo en mi ciudad natal al que deseo el mejor futuro en este Madrid, la ciudad abierta por excelencia, donde nadie se siente forastero

Colofón
Para concluir, ya que estoy leyendo los periódicos del kiosco de Moisés, les ilustro lo que por desgracia trae hoy la primera página del diario Le Monde en su edición de fin de semana

A lo que se añade otra imagen de hoy de la vitrina de una librería internacional de la calle Génova

Disculpen que traigo aquí de nuevo aquello de lo que ya hablé el domingo pasado, pero es que en éstas, aunque no nos guste, estamos todos.
No obstante no quiero despedir hoy esta página, sin que, para compensar, les muestre lo bien que luce el sol esta mañana en los balcones del barrio de Chamberí

y no sólo en los balcones

La Adelaida como el San Antonio de los Tertulianos miraflorinos. Chamberí en primavera como Sevilla…o San Isidro o nuestro modesto rinconcito en el Olivar de San Isidro. El mundo florido a pesar de los limeños.
Es cierto, Bernardo, por un lado joyeros de repostería afortunadamente también tiene Lima la dulce; purtroppo también tienes razón en lo otro: en las grandes ciudades los parterres de flores, que necesitan jardineros amorosos, se van reduciendo a base de recortes presupuestarios.
¡Hey! Ramón. Si me has puesto a volar tras sueños con sabores y de cielo caen pétalos. Es mi sueño de niño de los tres años; lo recuerdo, quería volar montado en el tapete de mamá a coger la luna. La tía me entretuvo con un pastel que me encontré en las tartaletas de Adelaida,
¡Hola Guillermo! ¡Me alegro de haberte evitado un accidente aéreo gracias a las tartaletas de Adelaida!