El mar y el poeta, en memoria de Eugenio Montale (1896 – 1981)
Hace un poco más de cuarenta años fallecía en Milán el poeta Eugenio Montale. Comencé a leer su obra poética cuando era joven, en ella siempre descubro y admiro algo nuevo.
Montale agrupó nueve poemas bajo el título Mediterráneo en su libro Ossi di Seppia (Torino, 1925) en el que el mar se presenta ante él como metáfora del impulso que el poeta siente necesitar para que su obra que, embargado por la melancolía de quien se avecina a la treintena, juzga duramente como balbuceos y letras gastadas.
Ahora que yo mismo estoy frente al Mediterráneo quiero recordarle con uno de los nueve poemas que nacieron del mar en el ánimo del poeta:
Potessi almeno costringere
in questo mio ritmo stento
qualche poco del tuo vaneggiamento;
dato mi fosse accordare
alle tue voci il mio balbo parlare:
io che sognava rapirti
le salmastre parole
in cui natura ed arte si confondono,
per gridar meglio la mia malinconia
di fanciullo invecchiato che non doveva pensare.
Ed invece non ho che le lettere fruste
dei dizionari, e l’oscura
voce che amore detta s’affioca,
si fa lamentosa letteratura.
Non ho che queste parole
che come donne pubblicate
s’offrono a chi le richiede;
non ho che queste frasi stancate
che potranno rubarmi anche domani
gli studenti canaglie in versi veri.
Ed il tuo rombo cresce, e si dilata
azzurra l’ombra nuova.
M’abbandonano a prova i miei pensieri.
Sensi non ho; né senso. Non ho limite.
.
Pudiese yo al menos imponerle
a este mísero ritmo mío
un poco solo de tu vagabundeo;
dado que me fuese armonizado
con tus voces mi balbuciente hablar:
yo que soñaba robarte
las palabras salobres
donde naturaleza y arte se confunden,
para gritar mejor la melancolía mía
de aviejado rapaz que no debía pensar.
A cambio sólo tengo las letras gastadas
de los diccionarios, y la oscura
voz que el amor dicta se disipa,
se hace quejumbrosa literatura.
Sólo tengo estas palabras
que como mujeres publicadas
se ofrecen a quien las requiere;
sólo tengo estas frases cansadas
que hasta podrán robarme mañana
los pillos estudiantes en versos verdaderos.
Y crece tu rugido, y se ensancha
azul la sombra nueva.
Mis pensamientos prueban a abandonarme.
No tengo sentidos; ni sentido. No tengo límite.
.
Eugenio Montale (1896-1981), Ossi di seppia, Mediterraneo, VIII (Torino, 1925), la traducción es mía,

Notas:
Un documental de Marco y Giovanna De Poli, realizado en el1976, poco después de la entrega del Premio Nobel al poeta, sobre Monterosso, el pueblo donde vivió parte de su infancia a la orilla del mar de Liguria.
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IL mare di «Ossi di seppia» cantato da Montale
Grazie Giovanna, ma non son riuscito ad aprire il link…