Quisicosa

Calle Quevedo. El Verger. Foto R.Puig
Dedicado a mi amigo Pere Cardona, vecino de El Verger
¿Cuáles son los motivos para bautizar una calle con el nombre de alguna personalidad?
Pensaba yo hasta ahora que se trata de un homenaje a alguien que lo ha merecido especialmente, hasta que durante un paseo por Vergel (El Verger en valenciano), pasé por una calle que hace esquina con la Calle de les Hortes (o sea de las huertas).
Es sabido que Francisco de Quevedo (1580-1645), tras una azarosa vida que incluyó destierros y cárcel, impregnó los sonetos de su vejez de emociones y reflexiones ante la cercanía de la muerte.
Hasta el punto de expresar…
Arrepentimiento y lágrimas debidas al engaño de la vida
.
Huye sin percibirse, lento el día,
y la hora secreta y recatada
con silencio se acerca, y, despreciada,
lleva tras sí la edad lozana mía.
.
La vida nueva, que en niñez ardía,
la juventud robusta y engañada,
en el postrer invierno sepultada
yace entre negra sombra y nieve fría.
.
No sentí resbalar mudos los años;
hoy los lloro pasados, y los veo
riendo de mis lágrimas y daños.
.
Mi penitencia deba a mi deseo,
pues me deben la vida mis engaños,
y espero el mal que paso, y no le creo.
.
Don Francisco de Quevedo Villegas y Santibáñez
«Poemas metafísicos», nº 6, en Poesía lírica del Siglo de Oro (edición de Elías L.Rivers), Colección Letras Hispánicas, Cátedra, Madrid 1988, pp. 315-316)
Pero no pensé que tuviese que ser recluido en una triste y oscura calle sin salida para seguir purgando sus engaños.

Calle Quevedo, Vergel (Alicante). Foto R.Puig
Destaquemos que, muy cerca, Mariano Benlliure tiene con todo merecimiento una calle luminosa y abierta al campo y a la montaña tutelar del Segaria. Calle tiene también el Marqués de Estella (1877-1921), o sea Fernando Primo de Rivera y Sobremonte, primer posesor de ese título (otorgado por Alfonso XII) y tío abuelo del fundador de la Falange.
Hizo méritos como militar en la III Guerra Carlista, tomando la ciudad de Estella en 1877, lo que le valió el marquesado. Fue Gobernador de Filipinas y Ministro de la Guerra con Antonio Maura y Eduardo Dato. No conozco cuál fuese su relación con El Verger, salvo que durante las guerras carlistas anduviese por aquí combatiendo a las partidas carlistas que no faltaban en la provincia de Alicante.

Eduardo Sáenz Hermúa, Marqués de Estella, Blanco y Negro,1897, Wikimedia Commons
Pero volviendo a Don Francisco de Quevedo y a su modesta calle de Vergel, siento decir que este que supongo quiso ser un homenaje, más que serlo parece un destierro, como si nuestro poeta no hubiera tenido bastante con los dos que le tocaron en su ajetreada vida.
Así que me siento obligado a manifestar que:
Ni carrer, ni carrerá, ni carreró,
el que a Francisco de Quevedo
al Verger li han deixat
és tal només un cul-de-sac
.
Propongo en desagravio lo siguiente:
- Se organice un certamen de poesía en su honor.
- Se le ofrezca una mejor ubicación.
- O que, al menos, se arreglen y pinten los muros del callejón.

Carrer Quevedo. El Verger. Foto R.Puig
¡Pere Cardona! Me he quedado atónito al leer la dedicatoria. Pere es un gran amigo mío. Así lo sigo considerando a pesar de que hayamos perdido el contacto. Fuimos compañeros de piso cuando ambos estudiábamos en Valencia, y muchas más cosas (a cual mejor que otra).
Dale, por favor, muchos recuerdos y dile que a ver si retomamos el contacto. ¡Qué tiempos aquellos¡
Gracias Manuel. Eso está hecho, Pere sigue mi blog, pero se lo voy a decir para que se fije en tu comentario. No estaría mal ir a comer juntos en donde convenga.
¡Por cierto mi abuela Carmen Lacy era de Muro de Alcoy, tu pueblo!
¿Será verdad eso de que el mundo es pañuelo por muy a tópico que suene? No estaría nada mal lo de la comida. En absoluto.
Muchísimas gracias por hacer de contacto. Espero que nos conozcamos.
Val, m’apunte a lo que siga.
Después de tantos años sin ver a Manolo, parecerá un viaje en el tiempo (a un tiempo mejor, porque éramos un «poco» más jóvenes).
De paso servirá para que Ramón perfeccione su valenciano (en honor a su abuela de Muro) y visualice, con claridad, como era de dura la vida de dos “buenos” estudiantes en la Valencia de los 70 y… porqué tenían que pedir limosna para ir al cine y beber plis-play a toda hora… entre otras estrecheces.
También confío en que, entre los dos (entre vosotros dos), me pongáis al día en cuestiones de política general, economía y, sobre todo, de mujeres, ya que los dos habéis ligado mucho más que yo en esta vida.
Pero os adelanto que tendréis que tener un poco de paciencia conmigo: estoy desentrenado y vosotros, por lo que leo en vuestros blogs, en plena forma; además, pensad que sois los dos últimos amigos verdaderamente intelectuales que me quedan y necesito aprovecharme de vuestro encuentro. Será, para mí, un auténtico master…. jajaaaa
Ramón que coordine la comida…
En respuesta a Webmaster:
‘Ai, amic meu, som més vells, però no més savis, perquè en els nostres cors els somnis segueixen sent els mateixos. Quins temps aquells!’. Així, com en la cançó, recorde jo aquells temps, temps de bons records que segueixen vius dins de mi. Com si fos ahir. En parlarem d’ells aleshores amb Ramón, farem que perfeccione el valencià i se n’adonarà de que almenys teníem clar que existir és una cosa i viure altra ben diferent. I ens importava més la segona.
Efectivament, fa temps que no es veiem. Des de l’estiu de 2002, un dia que eren festes d’El Verger i hi havia sopar de carrer i ball a la plaça. Estigué a la teua casa sopant i fent unes fotografies per a una guia que aleshores m’havia encomanat el diari ‘Levante’.
Pel que fa la paciència veurem qui n’ha de tindré més. Intel·lectual, dius? Si tenim el cap rodó és per a que les idees puguen anar pegant voltes. Aquest aforisme és aplicable a la meua vida i no fa massa vaig donar-me compte que començava (mentalment) a passar de l’adolescència a la maduresa, i no estic segur d’haver-ho aconseguit encara. Dones? Coses del passat.
En fi, ‘Those Were the Days’, Pere, quins temps aquells!
Más que motivos habría que averiguar qué alcalde decidió calle y nombre…
Tienes razón, pensándolo bien, puede que el alcalde fuese poeta en horas libres, adorase a Quevedo y no le quedase más calle por nombrar que esa. Como se suele decir «guárdame de mis amigos, de mis enemigos ya me encargo yo».
Si tengo un rato iré a preguntar a la alcaldía 🙂
En respuesta a Webmaster:
‘Ai, amic meu, som més vells, però no més savis, perquè en els nostres cors els somnis segueixen sent els mateixos. Quins temps aquells!’. Així, com en la cançó, recorde jo aquells temps, temps de bons records que segueixen vius dins de mi. Com si fos ahir. En parlarem d’ells aleshores amb Ramón, farem que perfeccione el valencià i se n’adonarà de que almenys teníem clar que existir és una cosa i viure altra ben diferent. I ens importava més la segona.
Efectivament, fa temps que no es veiem. Des de l’estiu de 2002, un dia que eren festes d’El Verger i hi havia sopar de carrer i ball a la plaça. Estigué a la teua casa sopant i fent unes fotografies per a una guia que aleshores m’havia encomanat el diari ‘Levante’.
Pel que fa la paciència veurem qui n’ha de tindré més. Intel·lectual, dius? Si tenim el cap rodó és per a que les idees puguen anar pegant voltes. Aquest aforisme és aplicable a la meua vida i no fa massa vaig donar-me compte que començava (mentalment) a passar de l’adolescència a la maduresa, i no estic segur d’haver-ho aconseguit encara. Dones? Coses del passat.
En fi, ‘Those Were the Days’, Pere, quins temps aquells!