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Canteras, viñedos y esculturas en Pinoso

29 enero, 2017
Mármol y viñedos.   Pinoso.  Foto R.Puig

Mármol y viñedos. Pinoso. Foto R.Puig

Pasé unas horas en Pinoso hace dos semanas. En este pueblo de Alicante se ha cultivado el arte del vino desde hace por lo menos dos milenios y desde el siglo XIX la ciencia de la cantera. No hay familia de pinoseros que no cuente con antepasados que laboraron en los viñedos o sudaron con el duro trabajo de la extracción del mármol del Monte Coto.

No se me había ocurrido antes ir a Pinoso, hasta que supe que compañeras de mis estudios en la Facultad de Bellas Artes de Altea, así como profesores y estudiantes de ahora, participaban en el primer certamen de escultura en piedra de la Fundación Levantina y que sus trabajos se exponían en la Casa del Mármol y del Vino de la villa.

Certamen de Escultura en piedra. Fundación Levantina. Casa del mármol y del vino de Pinoso. Foto R.Puig

Certamen de Escultura. Fundación Levantina. Casa del mármol y del vino de Pinoso. Foto R.Puig

Este proyecto de colaboración entre los productores de mármol alicantinos y la Facultad de Bellas Artes de Altea se debe en buena medida al seminario “La escultura ambiental y los parques-museo de escultura contemporánea en Italia” que la Profesora Oriana Impei impartió en setiembre de 2015 en Altea, invitada por la profesora Raquel Puerta Varó. De aquella visita y de las interesantes propuestas que la docente italiana presentó, basadas en su larga experiencia en este tipo de colaboraciones entre los industriales de la piedra y la Academia de Bellas Artes de Roma hemos tratado en este blog.

Javier Martínez en la Casa del Mármol y del Vino. Foto R.Puig

Javier Martínez en la Casa del Mármol y del Vino de Pinoso. Foto R.Puig

Tras una llamada telefónica a la Oficina de Turismo de Pinoso en la Casa del Mármol y del Vino, su coordinador, Javier Martínez, me animó a detenerme en Pinoso el mayor tiempo posible. Durante mi visita sus competentes explicaciones han ampliado mucho mis escasos conocimientos sobre el trabajo de extracción del mármol y el arte de la viticultura.

Casa del mármol y del vino de Pinoso. Foto R.Puig

Casa del mármol y del vino de Pinoso. Foto R.Puig

El museo tiene un importante colección de los antiguos instrumentos de los canteros y viticultores que las familias pinoseras han donado.

Muelles de exportación de vino. Alicante s.XIX. Casa del mármol y del vino de Pinoso. Foto R.Puig

Muelles de exportación de vino. Alicante s.XIX. Casa del mármol y del vino de Pinoso. Foto R.Puig

Todo ello acompañados de pedagógicos paneles, presentaciones audiovisuales y folletos.

Mural. Casa del mármol y del vino de Pinoso. Foto R.Puig

Composición mural. Casa del mármol y del vino de Pinoso. Foto R.Puig

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En las canteras de mármol de Monte Coto

Para entender la piedra y para comprender tanto el mimo como la tecnología que requiere su talla es muy conveniente visitar las canteras de la que se extrae. Lo mejor sería poder volver uno de esos días en los que la Fundación Levantina organiza visitas guiadas con total seguridad.

Cantera en Pinoso. Foto R. Puig

Cantera de Levantina en Pinoso. Foto R. Puig

Aunque no tengamos ni de lejos el genio de Miguel Ángel, al menos podemos intentar sentir una chispa de lo que debió él de sentir en Carrara cuando fue personalmente a elegir in situ el bloque de mármol en el que ya presentía encerrada la forma de su Pietá. La selección directa y en persona de sus bloques de mármol fue un hábito que mantuvo durante su larga carrera como escultor.

En las canteras de Pinoso. Foto R.Puig

En las canteras de Pinoso. Foto R.Puig

No era día de visita, por lo que sólo pude apreciar las fachadas de mármol blanco cremoso (variedad del mármol «crema marfil») y los escalones de 12 metros de altura, de los que se cortan las enormes rebanadas que luego se trocearán para su transporte. Es un proceso fascinante de técnica e ingenio.

canteras-de-martcotsa-pinoso-foto-r-puig

Canteras de Martcotsa. Pinoso. Foto R.Puig

Pero son las visitas guiadas, que te llevan al interior, las que me permitirían apreciar la cantera en toda sus dimensión, incluida la hondonada gigante excavada durante décadas. La próxima vez será.

En la cantera de Levantina. Pinoso.  Foto  R. Puig

En la cantera de Levantina. Pinoso. Foto R. Puig

Las reservas son grandes, hasta el punto de que los bloques se mantienen apilados durante años a modo de imponentes murallas, en cuyos intersticios han crecido los arbustos.

Muro de mármol. Canteras de Pinoso. Foto R.Puig

Muro de mármol. Canteras de Pinoso. Foto R.Puig

Junto a los accesos están las áreas de almacenamiento de los bloques.

Mármol, olivos y viñedos. Pinoso. Foto R.Puig

Mármol, olivos y viñedos. Pinoso. Foto R.Puig

A todo esto se añade la luz de esta tierra, sus montes de suaves declives y la serena extensión de sus paisajes.

Pinoso. La vega del Vinalopó Medios y el mármol por el lado de la Algueña. Foto R.Puig

Pinoso. La vega del Vinalopó Medio y el mármol por el lado de Algueña. Foto R.Puig

La mirada se ensancha más allá de Algueña, a pocos kilómetros de la provincia de Murcia y de Jumilla. ¡He de retornar a esta comarca!

El mármol y los viñedos. Pinoso. Foto R.Puig

El mármol y los viñedos. Pinoso. Foto R.Puig

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Escultura

Como explicaba más arriba, pensé en esta visita al saber que las esculturas de dos compañeras de mis cursos de escultura en Altea entre 2008 y 2010, junto con las de estudiantes y profesores actuales, estaban en la exposición patrocinada por la Fundación Levantina en Pinoso.

Aquí están algunas de las obras.

Piedra mansa

Eva Martí. Cruces. Casa del mármol y del vino de Pinoso. Foto R.Puig

Eva Martí. «Cruces» 2016. Mármol «blanco Ibiza». 13,9 x 56,5 x 39 cm.  Foto R.Puig

La de Eva Martí, de acabado paciente, en humilde espera de unas manos que no se cansen de serenar más aún si cabe sus superficies y sus pliegues, encierra en su sobriedad las ambigüedades y dilemas de la conducta imprevisible del ser humano, de los extremos y los itinerarios de la vida y del lenguaje: encrucijada y cruz, camino y tumba,  apertura y cierre, claridad y sombra, decisión y renuncia, fugas y muros, lápida y cauce de purificación lustral, calma aparente y pasión retenida.

Piedra inquieta

Teresa Iborra. Ausencia. Casa del mármol y del vino de Pinoso. Foto R.Puig

Teresa Iborra. «Ausencia» 2016. Mármol «amarillo sierra» y acero. 32 x 66,5 x 16 cm.  Foto R.Puig

Esta escultura de Teresa Iborra, esculpida con gran refinamiento, me parece metáfora de una pérdida o de una fuga. Una sección de viga de acero embrida dos concavidades de precisa igualdad, los muñones de un ser bivalvo de cuya presa hay algo que se ha escapado y que nunca, frenados para siempre, podrán recuperar. ¿Quieren estas conchas sin nada expresar la angustia de un incierto algo que sabemos que estuvo y que ya no está?

Piedra traspasada

Imma Mengual. Línea maestra. Casa del mármol y del vino de Pinoso. Foto R.Puig

Imma Mengual. «Línea maestra» 2016. Mármol y madera de sucupira 140 x 150 x 15 cm. Foto R.Puig

En esta escultura, compuesta de madera y mármol, obra de Imma Mengual, hay también una tensión, una línea de escape y un peso que impide, que retiene y priva, un equilibrio casi insostenible, la tragicomedia congelada de dos materias. Sea cual sea la que prevalezca, el resultado será la caída. Retenemos la respiración y nos alejamos de puntillas, sintiendo que bastaría que esas sombras que hacen de ancla y contrapeso se diluyan con el ocaso para que algo imprevisto suceda.

Piedra expectante

Jose Garcia Chuecos 2016,

Jose Garcia Chuecos 2016, «sin título». Mármol «blanco ibiza». 22 x 43 x 17 cm.  Foto R.Puig

Nada mejor que acabar con esa cabeza, esculpida por José García Chuecos, a la espera de un lugar, a la espera de un nombre, a la espera de poder volar. Parece que desease retornar a las entrañas de la cantera: «piedra eres y en piedra te has de convertir». Ya no pertenece al artista, ahora habita otras regiones.

De momento yo vuelvo a las mías por la carretera que, pasando Monóvar, me llevará de regreso a la ciudad de mis abuelos maternos y de mi madre, Alicante.

Entre Pinoso y Monóvar. Foto R. Puig

Entre Pinoso y Monóvar. Foto R. Puig

3 comentarios leave one →
  1. 29 enero, 2017 16:35

    Un torrente de información sobre la cultura y las tradiciones del Levante español. Mármol y viñas. Efectivamente recordé el blog donde te presentas como alumno de una de las artistas que mencionas.

  2. 29 enero, 2017 21:21

    Gracias Bernardo, no sólo por tu comentario sino también por las provocadoras fotos de contenido gastronómico del sábado. Del Perú también recuerdo los vinos de Ica, aunque no sé si es correcto decir que sus viñedos están por las tierras cercanas a la Huacahina. ¡Para piedras talladas las de los Incas, en mineral más duró que el mármol!
    Un abrazo
    Moncho

  3. 31 enero, 2017 02:33

    Correcto. El oasis y laguna a las afueras de Ica es Huacachina.

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