Los paisajes del Lazio de Johann Christian Reinhart
El curator de la exposición dedicada a Johann Christian Reinhart en la Casa de Goethe usa la expresión deutchsrömer, o sea ‘tedescoromano’, para denominar a este artista, nacido en 1761 en la región alemana de Ansbach-Bayreuth. Llegó a Roma en 1789, se enamoró de la ciudad, se casó aquí y pasó el resto de su vida expresando en su obra sus percepciones de la urbe y de la región que la rodea hasta su muerte en 1847 a los 86 años.
En un itinerario característico de los ilustrados de la época, este hijo de pastor protestante, comenzó estudios de Teología en Leipzig, que pronto cambió por los de arte. Tuvo excelentes maestros de dibujo (el mismo Oeser que había dado clases a Goethe) y de pintura de paisaje (Klengel, alumno de Canaletto). Ya inmerso en el espíritu del Sturm und Drang, trabó amistad con Schiller, a quien escribía a menudo tratando de atraerlo a Roma.
José de Madrazo (1781-1859), que vivió un tiempo en Roma en el Palazzo Galoppi donde residía el alemán, lo retrató en 1812.
Del nacimiento de Reinhart se conmemoran ahora los 250 años. Las exposiciones temporales de la Casa de Goethe en Roma tienen una personalidad propia, son intimistas, mezcla de retazos documentales y de escritos de los artistas con sus obras y las de otros coetáneos que les conocieron, así como pruebas del ambiente en que vivieron.
No hay grandielocuencia en estas exposiciones, las explicaciones murales y las cartelas parecen hechas con una antigua máquina de escribir. Todo invita a la degustación parsimoniosa de los dibujos, grabados, libros y documentos expuestos. Está en plena vía del Corso, pero no escuchamos el estruendo de la calle.
La serie de grabados sobre diversos lugares del Lazio es magistral, de carácter clásico pero ya teñidos de un incipiente romanticismo. Los defectos de mis fotografías no hacen justicia a la calidad de los grabados, así que sólo una visita a la Casa de Goethe en Roma antes del 15 de mayo podría daros una mejor visión
Se podría peregrinar a la búsqueda de estas visiones pero mucho me temo que el desarrollo de Roma en los últimos siglos nos daría algunas tristes sorpresas.
No sé, por ejemplo, como estará ahora este rincón de Albano, en cuyas cercanías se sitúa el aeropuerto de Ciampino, dedicado en su casi totalidad a los vuelos de Ryanair.
En honor a la verdad, Reinhart no sólo se enamoró de Italia, sino también de sus vinos y de la vida bohemia en Roma. Es verdad que los cafés de artistas serían una invención parisina de finales del siglo XIX, pero la patente de las “grutas de artistas”, en su sentido más festivo y bacanal (nada que ver con los pintores del paleolítico ni con la caverna de Platón) le pertenece a Reinhart.
En una de sus amadas caminatas por la región, en busca de apuntes para sus paisajes, descubrió una gruta en Cervara. Poco a poco fue organizando alegres reuniones de arte y vino con otros artistas y escritores alemanes de Roma. Con el tiempo, no sólo asistían los alemanes y el aumento de los participantes hizo necesario el transporte del vino en barriles y de las vituallas a lomo de mulos.
Ferdinand Flor (1793-1881) realizó un grabado muy elocuente que describe aquellas fiestas.
Reinhart era también editor de revistas y poeta, así como un notorio hereje, libre e iluminista, para la Roma de los Estados Pontificios. De ello dan prueba algunas citas:
“En tu orgullo ¡oh Hombre! te atreves a decir:
Dios me ha creado a su imagen y semejanza.
Sincérate, Hombre, y responde a mi pregunta:
¿Acaso nos has sido tú quien a tu imagen has creado a Dios?
(1846, Biblioteca Estatal de Munich)
…
Gracias ¡oh Religión! que trasformaste a los salvajes en cristianos,
Tú, Filosofía, hazlos también seres humanos:
Porque quien odia, persigue y en su santo ardor quema
al hermano que piensa de modo diferente, ese es una bestia.
(1846, Colección privada)
Tras el recorrido de las salas dedicadas a Reinhart se acaba la visita en las salas de la colección permanente donde nos dice adiós un perfil informalista de Goethe, esculpido en mármol negro por Andreu Alfaro (Valencia 1929)