Transiciones peruanas de Lambayeque a Pachacamac. La Huaca de Cao Viejo y la Señora de Cao

Representación de La Dama de Cao (Museo de Cao)
Nuestras últimas visitas a lo largo de la llamada Ruta Moche estuvieron dedicadas a una de las ciudadelas de la enorme conurbación de Chan Chan («la mayor ciudad de barro del mundo»). Este complejo alcanzó en su tiempo los veinte kilómetros cuadrados (2000 hectáreas) y conserva hoy una extensión de catorce (1400 hectáreas).

Ubicación del Complejo de El Brujo, de Trujillo y de Chan Chan.
Nuestra visita a Chan Chan (15 de febrero) se produjo antes de la que hicimos a la Huaca de Cao Viejo y al Museo Cao, que son parte del Complejo Arqueológico El Brujo, que tuvimos que desplazar del 14 al 16 de febrero por razones de horario.
No obstante comenzaremos por esta última visita, ya que estas edificaciones mochicas preceden en más de seiscientos años al Reino Chimú (850 a 1470 d.C.) del cual fue capital Chan Chan, por no hablar de los 4.000 años de antigüedad de la Huaca Prieta, en la parte sur de El Brujo, para cuya visita no nos alcanzó la jornada prevista.
Y de Chan Chan trataremos en la siguiente y última crónica de la Ruta Moche.
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El complejo arqueológico de El Brujo

Las tres huacas de El Brujo. Imagen y texto del Museo Cao
Los «enlaces» incluidos en los dos párrafos anteriores aportan tanta información que con ellos habríamos terminado, si no fuese por mi empeño en contarles mis impresiones de esta ruta, que ha sido posible gracias a mis viejos amigos de muchos años Manolo y a Pablo, que nos brindaron la mejor y más amena compañía que desearse pueda.
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La poderosa señora de Cao
La Dama de Cao fue una mujer joven que tuvo un poder similar al Señor de Sipán y gobernó a sus súbditos del valle del río Chicama hacia el año 350 d.C., es decir durante el predominio de la Cultura Mochica (100 a 700 d.C.).
Se llega a la Huaca de Cao Viejo, pasando por el pueblo de Magdalena de Cao y atravesando grandes haciendas de caña de azúcar, que si pudiesen hablar nos contarían una historia más que centenaria de ambiciosas empresas de cultivo y producción, de intentos revolucionarios y sangrientos, de nacionalizaciones militares, de propiedad cooperativa, de aciertos y fracasos, hasta su retorno al capital privado; itinerarios de los que es emblema la legendaria historia de la Hacienda Casa Grande.

Cultivos de caña de azucar y la Huaca Prieta. Foto R.Puig
Viniendo desde Trujillo se pasa por Santiago de Cao y entre los campos de caña se atisba al oeste y al borde del mar la Huaca Prieta.
Más adelante, retirada de las playas, hacia el este divisamos el objetivo de nuestra visita : la Huaca de Cao Viejo, de treinta metros de altura, con su enorme carpa blanca que cubre las excavaciones en curso y los distintos niveles de sus cuatro edificaciones superpuestas, que corresponden al menos a cuatro períodos de dominio mochica.

La Huaca de Cao Viejo. Foto R.Puig
Hacia el norte, al borde del mar se divisa la Huaca Cortada o Partida, cuya enorme hendidura se debe a destructivas excavaciones seculares de los huaqueros, en busca de tesoros ocultos.

La Huaca Partida o El Brujo. Foto R.Puig
La Huaca de Cao Viejo es famosa por la abundante presencia en sus edificios y plazas ceremoniales de bajorrelieves policromados, testimonio del empeño de quienes gobernaron politica y religiosamente este territorio de dejar periodicamente las imágenes de sus prácticas bélicas y propiciatorias, modeladas sobre adobe.

Fachada principal de el Templo Moche. Cao Viejo. Museo Cao
Dada la naturaleza del material de construcción (el barro), un gobernante que quisiera dejar su impronta no podía operar de otro modo que cubriendo con nuevas construcciones lo que habían levantado sus predecesores.
No sólo eso, el paso de tantos siglos se refleja en la marca de los productores de los adobes, seguramente para poder asignarles la retribución correspondiente. Hasta el momento se han encontrado las siguientes marcas a lo largo de las cuatro etapas de construcción y enterramiento de las anteriores.

Marcas de los adobes del Complejo El Brujo. Museo Cao
Se renovaban las representaciones de sus deidades, de la fauna y flora, de los instrumentos y prácticas de subsistencia y sacrificio, de sus ceremoniales. Junto a todo ello se integraban las tumbas de sus personajes principales con su séquito en la muerte.

Ante el Templo Moche y sus niveles superpuestos. Cao Viejo. Foto R.Puig
En el nivel superior (550 a 650 d.C.) se conserva un interesante muro similar al que ya vimos en la Huaca de la Luna con la representación de mitos y cosmogonías. Se piensa que funcionaba como un calendario ritual que ordenaba los ceremoniales en la época de la Dama de Cao, ya que una mujer con dos mazas o cetros como las halladas en su tumba aparece en ese conjunto gráfico

Posible calendario ritual (llamado el «tema complejo»). Cao Viejo. Foto R.Puig

Reconstrucción del muro de «tema complejo» o ritual. Cao Viejo. Museo Cao
Y al nivel de este edificio, en el gran patio ceremonia, se desenterró un friso de prisioneros desnudos y encordados similar al de la Huaca de la Luna

Cuerda de prisioneros. Cao Viejo. Foto R.Puig

Prisionero para el sacrificio. Cao Viejo. Foto R.Puig
El bajorrelieve de la araña que empuña el tumi para la decapitación de los prisioneros

Bajorrelieve del arácnido decapitador. Cao Viejo. Foto R.Puig,
Y el «Dios de las Montañas»

Muro del Dios de las Montañas (restaurado). Patio Ceremonial. Cao Viejo. Foto R.Puig
En el edificio precedente (450 a 550 d.C.) destacan los danzarines y los peces,

Bajorrelieves de raya y de pez gato. Cao Viejo. Foto R.Puig

Bajorrelieve. Cao viejo. Foto R.Puig
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Que también son numerosos en los frescos más esquemáticos del nivel anterior (300 a 450 d.C.)

Motivos marinos. Cao Viejo. Foto R.Puig
Donde, además encontramos de nuevo la imagen de El Decapitador.

Reconstrucción del Decapitador. Museo Cao.
Es en este mismo nivel donde se descubrió la tumba de la Señora de Cao, gobernante de los mochicas en el territorio del valle del Chicama hacia el año 350 d.C.
Sus restos, en un fardo funerario de unos 120 kilos, además de estar acompañados de una gran cantidad de cerámicas, objetos de su ajuar y piezas metálicas de ornato, autoridad y ceremonia, estaban envueltos en 26 capas de tejidos. Una de las telas medía setenta metros y daba cuarenta y ocho vueltas a su cuerpo.

Dama de Cao. El fardo. Museo Cao (foto tomada en malas condiciones de iluminación)
Su edad al morir era de 25 a 30 años y se la enterró acompañada de una joven de unos 15, con una soga de juncos en torno a su cuello.

Dama de Cao El recinto. Museo Cao (foto tomada en malas condiciones de iluminación)
Algunas de las cerámicas decoradas encontradas en la tumba ilustran el proceso de captura y sacrificio de los prisioneros y de libación de su sangre por los sacerdotes. Considerando su indumentaria ceremonial que la cubría en su tumba, similar a la representada en las vasijas, la Dama de Cao fue una de esas supremas autoridades religiosas, una sacerdotisa, además de ser la autoridad máxima de la pirámide del poder.

El combate y captura. Ilustración cerámica. Museo Cao

Hacia el sacrificio. Ilustración cerámica. Museo Cao

El sacrificio. Ilustración cerámica. Museo Cao

Libación de la sangre. Ilustración cerámica. Museo Cao
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En el edificio más antiguo de la Huaca Cao Viejo (200 d.C.) también se han encontrado diseños de peces y de aves,

Frescos de aves. Cao Viejo. Foto R.Puig
así como un muro derrumbado por un terremoto que los arqueólogos han repuesto pacientemente adobe a adobe.

El muro repuesto. Foto R.Puig
En este muro se percibe la cabeza de El Dios de las Montañas

El muro repuesto. Foto R.Puig
En el mismo nivel hay otras imágenes de esa primitiva deidad, muy parecida al Ai-apaec del que ya hemos tratado anteriormente.

Dios de las Montañas. Cao Viejo. Foto R.Puig
Hay también varios enterramientos de notables

Cámara de la élite. Tumbas. Cao Viejo. Foto R.Puig
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Coda
Mientras recupero fuerzas, pienso en la próxima crónica que (antes de volver a Lima y de dirigirnos a Pachacamac) dedicaré a la visita a Chan Chan y a resumir (a modo de ramillete de cierre de la Ruta Moche) algunos interrogantes que flotan por ahí.
No obstante, se me ocurre que nada mejor que cerrar hoy con el Hombre Araña, con el que, ironías del destino, nos encontramos en una parada en el vecino pueblo de Magdalena de Cao, cuando dejábamos El Brujo para volver a Trujillo.

Complejo El Brujo. Localización.
¿No me creen?

El Hombre Araña en Magdalena de Cao. Foto R.Puig
Pero éste no es un decapitador, sino un defensor de la justicia, que ha de acompañar a los niños del pueblo en la celebración del cumpleaños de uno de ellos

Carpa para un cumpleaños. Detalle. Magdalena de Cao. Foto R.Puig
Eate arácnido humano custodia por partida doble la puerta del recinto festero

Carpa para un cumpleaños. Magdalena de Cao. Foto R.Puig
Los mitos son eternos, aunque esta vez no sean sangrientos.
Pero -¡ay!- para que no olvidemos al otro, al decapitador de los mochicas, al sediento de todas las sangres, al preincaico patrono de los vampiros…

Tienda de artesanía «Caup Alaec». Magdalena de Cao. Foto R.Puig
el cortador de cabezas nos esperaba y nos auguraba un buen viaje antes de volver a Trujillo…
acompañado, eso sí, por su predecesor el digamos que más benigno Dios de las Montañas.
Ramon,
ti allego link del video inviatomi dal Museo Raimondi basato sugli acquerelli realizzati dal «sabio» il milanese Antonio Raimondi alla scoperta del Perù.
“Aves del Perú»
Grazie Giovanna, è un bel progetto e bellissime le imagini degli uccelli.
Antonio Raimondi lasciò nel Perú, dove arrivò con 26 anni, una straordinaria impronta in campi diversi della scienza e l’educazione, e la sua grande contribuzione alla conoscenza della fauna, la flora, la geologia, ecc. peruviane.
Cari saluti.
Ramón
Questo è il link al documentario che abbiamo realizzato nel 1990. La mia ricerca sulla formazione di Raimondi a Milano invece non si è ancora conclusa.
Grande il sue stile, unisce scienza ed evocazione. Ma, è lui il rappresentato in questa imagine iniziale del video su YouTube?
Crónica extraordinaria como siempre. No recordaba lo de las marcas en los adobes. Bernardo.
Gracias Bernardo. Sobre las marcas : en las imágenes que tengo de la Pucllana y de su museo creo (si no recuerdo mal) que hay algo al respecto, aunque los Lima y los Ichma construían en otro «estilo librería». Pronto llegaré a tu barrio 🙂
Un fuerte abrazo.