Reminiscencias

Litoral al atardecer. Playa dela Almadraba. Els Poblets. Foto R.Puig
Esta entrada se la dedico a José María Tortosa
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Hoy me abandono al mar
como una piedra lisa
brillo breve
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Todo lo abraza el mar
como en sueños
me mece
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El mar todo lo embebe
como una ola huye
la luz fenece
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Osado el charco y fugaz
como quiere ser mar
al sol retiene
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El sol de un charco cautivo. Foto R.Puig
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Un recuerdo
A la vista de un charco que quiere apoderarse del sol, me ha venido a las mientes algo que, hace ya muchos años, nos contaban en las clases de catecismo del colegio.
Según una leyenda medieval, Agustín de Hipona, en su ambición de saberlo todo, se paseaba por la orilla del mar, planteándose problemas complicados. Seguramente fue también uno de esos atardeceres frente al Mediterráneo, tan propicios para la ensoñación y que tan fecundos habían sido para el nacimiento de la Filosofía griega. Si bien esto ocurría cuatro siglos después de que un mesías judío llamado Jesús hubiese venido a complicarlo todo un poco más. Eran ya tiempos de Teología y nada como la orilla del mar para pensar cuestiones enrevesadas.
¿Se acuerdan de la leyenda?
Era más o menos así: San Agustín paseaba por una playa, ruminando la doctrina de la Trinidad. Y hete aquí que ve a un niño, que está jugando a la orilla del mar. El pequeño va y viene para llenar un cubo de agua y vaciarlo repetidamente en un hoyo que ha hecho en la arena.
Agustín le pregunta por qué lo hace, a lo que el niño responde que está trasvasando el mar al agujero. Al escucharlo, el filosofo le dice que eso es imposible, y el chaval le responde que si es imposible, más imposible aún es tratar de descifrar el misterio de la Santísima Trinidad.
El Guercino lo pintó de esta manera

IL Guercino. Meter el mar en un hoyo, detalle. Museo del Prado
Esta fabula se nos contaba como preparación a los misterios de la Fe, por si algún día osábamos pretender entenderlos.
Claro, que esto no sólo ocurre con las fes religiosas, ya que en materia de leyendas y creencias las hay para todos los gustos.
Ustedes ya me entienden.