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Camino de Suecia (IV): Beauraing y sus historias

7 septiembre, 2014
Ingreso al chateau de Beauraing.Foto R.Puig

Ingreso al chateau de Beauraing.Foto R.Puig

Para Claudine y Jean-Marie

Había prometido a mis amigos de Beauraing que algún día me verían llegar desde el cielo en un montgolfier algo así como Samuel Fergusson en la novela de Julio Verne. Pero no he conseguido todavía el carnet de piloto de globos y a mis años no sé si me lo darán.

Así que, como íbamos contando, dejé Barbençon y, sin ir más lejos, en una hora (lo que no excluye atravesar de nuevo tierras francesas) estaba entrando en esta pequeña ciudad de la provincia de Namur. No podía haber mejor motivo para hacer etapa que la amistad y hospitalidad de una maravillosa pareja que dejó Bruselas para jubilarse en la ciudad que a él le vio crecer. Durante años conversábamos de tantas cosas mientras mi cabellera, gracias a sus tijeras y savoir faire, recuperaba un aspecto digno en su acogedor salon de coiffure.

Si ya Barbeçon no les sonaba a la mayoría de mis lectores, Beauraing habría seguido siéndoles igualmente desconocida. Pero, animado por lo que me han contado mis anfitriones, más lo que he podido investigar, me ha salido esta crónica.

 

Solomillo con frites 

Empecemos por las cosas importantes: tras llegar a las 12:00, como había anunciado, mis anfitriones me habían preparado la sorpresa de unas frites que superaban a las más famosas de Bélgica, me refiero a las de la Place Jourdan de Bruselas.

Nada como unas frites belgas. Foto R.Puig

Nada como unas frites belgas. Foto R.Puig

Puede que el secreto esté en que las patatas de esta parte de Bélgica no tengan parangón y que hayan sido cortadas a mano como es debido, pero a mí me parece que el secreto está en la friteuse que mi viejo amigo heredó de su madre y que no cambiaría por ninguna de esas freidoras cuasi digitales que se venden hoy.

Si a eso añaden ustedes un solomillo à point, un buen postre y un excelente café, pues ya estamos dispuestos a recorrer Beauraing y su comarca.

 Un rincón de rancio abolengo español

Así era antaño el chateau de la duquesa de Osuna en Beauraing.Foto R.Puig

Así era antaño el chateau de la duquesa de Osuna en Beauraing.Foto R.Puig

Esta era una ciudad ducal, con un palacio que fue de los duques de Osuna. El famoso duque derrochador, cuya vida publicó en 1930 Antonio Marichalar bajo el título de Riesgo y ventura del Duque de Osuna (Madrid, Visor 2012 ) estaba casado con una prima aristócrata alemana, María Leonor de Salm-Salm, a la que conocí hace no mucho -el mundo es un pañuelo- en el Museo Romántico de Madrid (http://wp.me/p1blZ0-1NR).  

Otra demostración más de cuán inagotable es el Gotha.

La duquesa de Osuna. María Leonor Salm-Salm. Carlos Luis de Ribera. 1866. Museo Romántico. Madrid. Foto R.Puig

La duquesa de Osuna. María Leonor Salm-Salm. «Chatelaine» de Beauraing. Carlos Luis de Ribera. 1866. Museo Romántico. Madrid. Foto R.Puig

El duque, arruinado y acosado en España por sus acreedores, muere en su palacio de Beauraing en 1882. La duquesa lo hereda de su dispendioso marido español.  Y, casualidad, cuando en el mismo lugar del deceso la rica chatelaine acaba apenas de casarse en segundas nupcias con otro primo, alemán y también duque, un incendio destruye el palacio con su contenido en 1885.

Subsisten tres torreones (uno de ellos demediado por los años y vestido por la hiedra), el cuerpo principal y una serie de edificios aledaños dentro del domain.

Las ruinas son románticas. Beauraing. Foto R.Puig

Las ruinas románticas de un ala del chateau de Beauraing. Foto R.Puig

Junto a sus muros se extiende el parque de la ciudad. Está situado en la parte alta, como corresponde a lo que fue una ciudad fortificada de las que quedan unas cuantas a los dos lados de esta frontera franco belga que tantas guerras y depredaciones ha sufrido. Las últimas culminaron en la masacre de la cercana Dinant, cuando las tropas alemanas ocupaban esa ciudad durante la II Guerra Mundial y ejercían una represión brutal sobre los civiles. Precisamente, en Dinant fue herido el entonces joven oficial De Gaulle durante la guerra del 14-18.

Panorámica de Beauraing.Foto R.Puig

Panorámica de Beauraing.Foto R.Puig

 

La devoción mariana de Leon Degrelle

Luego hablaremos de la primera sorpresa de esta visita, y es que Beauraing es algo así como la Lourdes belga gracias a las apariciones de la Virgen en 1932, que se consideraron con cierto escepticismo hasta que un obispo se apresuró a sacar al cura renuente y puso allí un joven presbítero de fe más entusiasta. Pero antes, ya que hemos aludido a la ocupación de Bélgica por el ejercito alemán, hablemos de algunas afinidades electivas.

Por la misma época de las visiones, guarda caso (como dicen en Italia), Leon Degrelle, un joven, militante fervoroso de la Acción Católica, utilizó esa organización para crear el movimiento REX (cuyo nombre se refiere a “Christus Rex”) y se le ocurrió aprovechar la devoción de las masas y las peregrinaciones a Beauraing como trampolín. Así que aquel joven agitador,  apoyando a bombo y platillo las visiones marianas alcanzó una popularidad que, añadida, a sus proclamas fascistas, a sus condenas a todos los partidos y políticos del momento, a quienes, él exceptuado, tachaba de corruptos, dio visibilidad a su campaña para «Balayer les ordures politiques !». Sí, fue él quien inventó la escoba como símbolo de lo que prometía: “barrer a esas basuras políticas”, leit-motiv que más recientemente ha empleado el Vlaams Block.

Degrelle invoca el “país real” (su periódico se llamaba así) contra todos los demás políticos belgas. Los 21 diputados obtenidos en las elecciones del 36 se le suben a la cabeza y se autoproclama cabeza de la oposición.

Leon Degrelle en sus años jóvenes. Portal AvAndalus

Leon Degrelle en sus años jóvenes. Fuente: Portal AvAndalus

 

Rex est un mouvement, c’est-à-dire une force active entraînant un courant d’idées, Rex est un mouvement révolutionnaire, Rex est un mouvement populaire.

Rex es un movimiento, es decir una fuerza activa animada por una corriente de ideas, Rex es un movimiento revolucionario, Rex es un movimiento popular

 

Se sabe a qué le condujo su lucha por ese “país real” y su admiración por Mussolini y el Nacional Socialismo alemán: a acoger con los brazos abiertos a Hitler y a su arrasadora invasión de la Bélgica neutral, a la colaboración abierta con el ocupante, a organizar una batallón de 2000 combatientes belgas con uniforme alemán, la legión Valonia, lanzados a la lucha en el frente del Este (al estilo de la División Azul española), de los cuales sobrevivieron sólo 200. Fue el único extranjero condecorado por Hitler con la Cruz de Hierro con hojas de roble.

(Ref: http://www.territoires-memoire.be/am23/523-leon-degrelle-et-le-rexisme)

Se sabe cómo acabó viviendo ricamente bajo el ala de Franco que le otorgó la nacionalidad española, se sabe que siguió pavoneándose de sus ideas y de su biografía, se sabe que siguió publicando en España, entre otras una obra titulada “Almas ardiendo”, final mistificación de un criminal de guerra nazi. La paradoja es que fue traducida y prologada por Gregorio Marañón, ya entrado en años, quien decía al final del prólogo:

Páginas de insuperable hermosura y patetismo humano, llenas de esperanza de un mundo común y mejor, para las cuales, dentro de nuestras fuerzas, hemos pulido, como el oro en que se va a engarzar una esmeralda, nuestro más alado y más noble castellano.

Almas Ardiendo. Leon Degrelle

Almas Ardiendo. Leon Degrelle. Editorial Fuerza Nueva

Se sabe que en España y en Europa todavía hay asociaciones nostálgicas que ensalzan su memoria

Pero volvamos a los años treinta y a nuestra modesta y anónima ciudad de Bélgica…

 

Beauraing se consolida como metrópolis mariana

Corría el año 1932 y las religiosas de un colegio de monjas junto a un gris puente del ferrocarril, que hoy todavía subsiste, se dedicaban a sus labores educativas y a formar concienzudamente la conciencia católica de sus pupilas. Puede que algunas de estas docentes se aburriesen un poco, puede que también encendiese su corazón un gran fervor mariano. Hasta ahí nada de extraordinario, nada que pareciese anunciar que la Virgen María hubiese elegido Beauraing para comunicar importantes mensajes a la humanidad y levantar la economía de la región que, tras el crash de 1929, no estaba muy boyante.

En Lourdes habían sido tres pastorcitos. Aquí iban a ser nada menos que cinco los escolares (tres adolescentes, una niña  y un niño) que verían a la Virgen y escucharían su mensaje treinta veces en el espacio de poco más de un mes. Aparecía bañada en resplandores, toda vestida de blanco, exhibiendo un corazón de oro. Les insta a que sean buenos, a que recen mucho. Les recuerda que ella es la Reina de los Cielos y que quiere que en ese lugar se construya una capilla para que vengan los peregrinos. Les garantiza que ella va a convertir a los pecadores. Ya al final, se acuerda de añadir que amen a su Hijo y que se sacrifiquen mucho.

En el lugar de las visiones. Beauraing. Foto R.Puig

En el lugar de las visiones delante del puente del ferrocarril. Beauraing. Foto R.Puig

Al principio la Virgen se paseaba sobre el  viaducto del tren. ¡Nada de grutas idílicas! ¡Un arco de piedra gris y triste como las almas del proletariado belga de entonces! Pero luego le resultó más fácil manifestarse sobre un espino del jardín del colegio.

En plena guerra, en enero de 1943, el obispo de Namur autoriza el culto. Y comienzan las obras de la capilla que la aparecida había solicitado. Grises fueron las piedras de la región que sirvieron para construir un santuario de rudo aspecto neorrománico para acoger a los peregrinos.

La 'pequeña' capilla en piedra de las canteras locales. Beauraing. Foto R.Puig

La ‘pequeña’ capilla en piedra de las canteras locales. Beauraing. Foto R.Puig

Cinco son las ventanas de la capilla para recordar a los cinco escolares visionarios.

Una ventana por cada niño visionario. Foto R.Puig

Una ventana por cada visionario. Foto R.Puig

En 1968 le sigue un enorme auditorio de cemento y cristal para acoger cinco mil peregrinos.

Las peregrinaciones van en aumento, aunque Leon Degrelle ya no podía venir de España, pues sobre él pesaba una condena a muerte como criminal de guerra y, además, vivía una apacible vejez en la Costa del Sol, no exenta de trances poéticos . Aquel devoto publicaba un libro sobre otra peregrinación: la del Camino de Santiago.

Mi camino de Santiago - Leon Degrelle

Mi camino de Santiago – Leon Degrelle

De todas formas, confirmando y universalizando la verdad de las apariciones, el 18 de mayo de 1985 el papa Wojtyla llega en helicóptero, atrayendo a miles de peregrinos.Todas estas cosas las iba yo sabiendo al hilo de nuestro paseo por esta ciudad. No sólo eso, hace dos semanas se ha hecho público que una reliquia de Juan Pablo II, un vial con su sangre, ha sido donada por el Vaticano al Santuario de Beauraing. La van a depositar en la cripta del santuario, que se dota así de una nueva atracción para los peregrinos

Juan Pablo II en Beauraing. Fuente. Passionistes de Polynesie.

Juan Pablo II en Beauraing en 1985. Fuente. Passionistes de Polynesie.

La organización Pro María gestiona los ingresos de este turismo mariano.

Ponga un cirio a la virgen. Beauraing. Foto R.Puig

Ponga un cirio a la virgen. Beauraing. Foto R.Puig

Hasta los cirios (bougies) se venden en unas máquinas expendedoras, algo así como esas que dispensan latas de refrescos pero más blindadas.

Tecnologia mariana. Foto R.Puig

Tecnologia mariana. Foto R.Puig

Ingresos, colectas y donaciones permitieron a Pro María la adquisición del dominio ducal. En uno de los torreones restaurados, una especie de turris mariana (aunque no se pueda decir que eburnea) tiene la sede de sus oficinas. Si atravesamos el pórtico, llegamos al cuerpo principal de lo que queda del antiguo chateau, hoy convertido en restaurante y hostal de peregrinos, como también lo son otras dependencias del dominio ducal.

Entrada de los dominios de Pro Maria. Chateau de Beauraing.Foto R.Puig

Entrada de los dominios de Pro Maria. Chateau de Beauraing.Foto R.Puig

 

Cerca de la entrada, encima del pedestal que ocupó la estatua de la duquesa de Osuna, se alza ahora la imagen de la milagrosa Virgen del Espino.

La imagen de la aparecida a la entrada del chateau de Beauraing. Foto R.Puig

La imagen de la aparecida a la entrada del chateau de Beauraing. Foto R.Puig

¿Qué decir como conclusión? Pues que basta darse una vuelta por cualquier apacible pueblo o villa de Europa y la historia religiosa y política de nuestro Viejo Continente, con sus luces y sus sombras, está ahí a la vuelta de la esquina.

Aunque, lo mejor de todo es descubrirlo en compañía de buenos amigos. En este caso, ni quien me lo narraba ni yo habíamos nacido aún cuando aquellos sucesos se producían. Somos hijos de la posguerra, escépticos en materia de apariciones y de visiones populistas. Los “movimientos” no son lo nuestro.

En el jardín de su casa, en su tranquilo barrio belga, no se oyen los altavoces del santuario, hay familias que pasean el fin de semana y, por la tarde, cuando hace bueno cocinan las frites al aire libre.  Por esa parte de Bélgica los demagogos populistas no cosechan votos y en las calles de sus pueblos no se alza la voz (salvo frente a una pantalla de TV cuando juegan los diables rouges). Pero, puedo asegurarlo, no falta el sentido común y saben comer bien sin necesidad de alquimias.

Pero no nos engañemos, en esta tierra, tan pisoteada por los ejércitos de todos los déspotas de nuestra historia, la memoria no se ha perdido.

10 comentarios leave one →
  1. marta permalink
    7 septiembre, 2014 10:31

    ¡¡ estupendo relato !! dan ganas de ir a recorrer esas tierras

  2. 7 septiembre, 2014 11:00

    Pues ahora no te va a faltar tiempo 🙂

  3. Mercedes permalink
    7 septiembre, 2014 11:33

    Me encanta, que buen viajero y que bien nos lo cuentas, abrazos

    • 7 septiembre, 2014 16:55

      También me ha gustado mucho tu artículo sobre los tres palacios dieciochescos madrileños y sobre esos fastos de los que se rodeaban los nobles y validos.

      Tú de visita por los madriles y yo de «inspección» por el sur de Bélgica 🙂

      Un abrazo

    • 8 septiembre, 2014 07:49

      Hola Mercedes,

      Muchas gracias por tu comentario. Espero que tus viajes también estén siendo agradables y provechosos.

      Pensé, a bote pronto, que quien escribía era Mercedes Gómez, que tiene un magnífico blog que se llama «Arte en Madrid»: http://artedemadrid.wordpress.com/

      Como madrileña, si no lo conoces ya, seguro que te va a interesar.

      Un abrazo y recuerdos en casa

      Moncho

  4. 7 septiembre, 2014 14:10

    Brillante como siempre

    • 7 septiembre, 2014 16:57

      Gracias, Pere!

      A ver si cuando venga por ahí, a principios de octubre, traigo ya cuajado nuestro proyecto ‘almadrabino’ 🙂

  5. 8 septiembre, 2014 17:08

    Hola Ramón: soy tu «otra» amiga Mercedes (Gómez) 🙂
    Ya sabes que sigo tus crónicas maravillosas de esos viajes tuyos tan singulares, y opino como mi tocaya, ¡qué bien nos los cuentas!, aprovecho para saludarla también, pues además es madrileña, como yo. ¡Abrazos para ambos! y a ti muchas gracias por tus siempre cariñosas palabras.

    • 9 septiembre, 2014 09:51

      Hola Mercedes,

      Pues es una gran merced el que ya sean dos Mercedes las que comentan en mi blog!
      Muchas gracias
      Un abrazo

      Ramón

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