Del éxito de las leyendas y de las intermitencias del sueño

Estrella flotante. Foto R.Puig
En Galilea nació hace más de dos mil años un poeta judío.
En tierras de Israel no faltaban entonces los visionarios y los reformadores de un sistema teocrático, rígido y orgulloso, dominado por familias sacerdotales y agitado por doctores de la Ley, pero humillado y sometido a Roma.
El poeta Jesús era de los más dotados, sabía inspirarse en lo mejor, en lo más lírico de la tradición rabínica más humana, más compasiva y solidaria de la larga historia judía. El poeta de Nazareth era honesto y hablaba a las personas simples, su verso era como un bálsamo para las clases populares de Galilea. Sus palabras suscitaban esperanzas y rescataban sueños.
El poeta seducía y era bien recibido en aquellas tierras en torno al Tiberiades, se rodeó de discípulos y anunció un Reino de Dios, el mundo de los olvidados, la cristalización de las promesas de los profetas. El poeta era dulce y misericordioso con los humildes y su comunidad de bienes era la organización más lógica en vísperas del arribo de un cambio radical.

La espera.Foto R.Puig.
El poeta de Galilea fue reconocido como Mesías y él lo aceptó, pues los líderes natos aceptan la misión que las gentes les reclaman. Y Jesús salió de su provincia, se creció, se atrevió con Jerusalén, con su Templo y con sus castas dominantes. Y la transparente inmediatez, la poesía misericorde y solidaria, se fue trasformando, a medida que chocaba con las realidades del poder y sus intereses, su mensaje se cargó de reproches y amenazas de un juicio inminente, del ajuste de cuentas que caracteriza a los mensajes proféticos.
El poeta lírico se trasformó en trágico, y las tragedias exigen una coreografía y un mártir que anuncia hecatombes y provoca su propia muerte.
Tras su desaparición, la narración de su vida ya no le pertenecía, no fue él quien lo construyó sino su círculo de iniciados, de los creyentes en un próximo retorno del poeta, transformado en un justiciero Hijo de Dios. La leyenda que tejieron durante décadas se fue trasformando, fue creciendo, se pobló de anécdotas portentosas, pues el Mesías, en el que habían creído tenía que tener una historia digna del sueño que había generado.
La leyenda oral se fue plasmando en escritos, unos tuvieron más fortuna que otros, a los textos triunfantes se les canonizaría y los otros serían ”apócrifos”. Caprichos del mito y de la literatura y avatares de la transmisión de lo que se escribe.
Pero el Reino de Dios no llegaba y los testigos directos de la vida del Mesías se iban muriendo sin que este volviera. El último en desaparecer, el más longevo, fue Juan. Es lógico que el postrer superviviente legase un Apocalipsis. Murió empecinado en pronosticar el fin de los tiempos.
Ya sabemos que no hubo ni portal de Belén, ni mula ni buey. ¡Si hasta lo ha dicho el Papa!

Anuncio a los pastores. Nicolaes Berchem (1630 . 1683)
En realidad no hubo ni pastores, ni ángeles, ni una virgen parturienta. Y ahora hay una pesadilla de obligaciones, jerarquías, ortodoxia, dogmas, comercio y frivolidades que el Occidente cristiano se ha ido imponiendo a sí mismo, en particular en estas fechas.
Pero el Arte ha custodiado el mito. La poesía y el arte, mal que le pese a la Historia, siguen prefigurando un tiempo de Justicia.

Navidad.Foto R.Puig.
Los sueños son intermitentes, como el hielo y el deshielo, como la esperanza y la desesperanza.

Hielo y deshielo.Foto R.Puig.
Hola Ramón, es un placer leer tus artículos, tu interpretación de la historia/historias, y cómo las transmites.
¡Feliz Navidad!
Hola Mercedes, muchas gracias.
El placer es mutuo. Aunque este «dilettante» no hace más que componer algunas de las ideas y sensaciones que va espigando. Pues la verdad es que, a poco que se lea tan sólo algo de tanto como de forma seria se ha escrito sobre la historia de nuestro mundo occidental, y la historia de Jesús es parte de ella, los hallazgos de casi dos siglos de revisión competente y docta nos aportan mucho sobre lo que realmente debió de ser aquel hombre.
La Iglesia oficial se fue oponiendo a los resultados de esa labor, ahora no tiene más remedio que ir admitiendo algo de todo eso, aunque a poquitos y de forma anecdótica. Está atrapada entre tanto dogma.
En cualquier caso, la poesía seguirá ahí para esperanza de muchos.
¡Un abrazo y Feliz Navidad !
Ramón
Me ha gustado un montón 😉
¡Un abrazo Ramón!
¡Gracias Eva!
¡Hoy me he levantado con el pie derecho! ¡primero el comentario de Mercedes y ahora el tuyo !
¡Ya me he ganado la paga del mes!
Por cierto que están llegando por aquí unas naranjas valencianas estupendas.
Para mí que vienen de Nules, con control de calidad y todo 😉
Un abrazo
Ramón