El paradigma de lo femenino en los tebeos de la época franquista de la colección de Eva Martí
Como Dios manda: la historieta femenina en la España de los años 60.
Si el obispo de Palencia o el de Solsona, destacados exponentes de la nueva pastoral católica, decidiesen escribir un tebeo destinado a las jóvenes católicas lo tendrían fácil. Les bastaría con inspirarse en la colección que Eva Martí expone actualmente en Elche. Las ilustraciones que se presentan proceden de cincuenta y nueve de los números de su colección.
Una selección, acompañada de los comentarios de su expositora, puede verse hasta el 31 de marzo en la Universidad Miguel Hernández.
El nacional catolicismo tuvo su ideología y, como Eva Martí bien muestra, invadía todas las esferas de la vida diaria de los españoles de la posguerra. Pero, si existía un campo donde la alianza entre Iglesia y Régimen había conseguido definir perfectamente un paradigma, este era el de la moral y los comportamientos que se esperaban de la mujer y, sobre todo, de la joven española.
No se podía publicar ni mostrar cualquier cosa. A los chicos se nos ofrecían paradigmas del estilo del Capitán Trueno o el Guerrero del Antifaz. Y a las chicas, los modelos de la mujer hacendosa, casta novia, prometida ejemplar y perfecta casada. consagrada a su amo y marido, a su hogar y a sus pimpollos.
Además para evitar desvíos se delimitaban, entre otras cosas, las “lecturas buenas y malas”. Eso es lo que propugna desde su título el libro o índice escrito por el Padre Garmendía de Otaola S.J (Editorial El Mensajero del Corazón de Jesús, 1953), por el que por cierto ahora piden 899 dólares en Internet.
La colección de tebeos femeninos de Eva Martí
Si nuestras hermanas o madres hubiesen sido coleccionistas previsoras, como es el caso de la madre de Eva Martí, probablemente tendríamos en casa unas cajas con los “Florita” y otras revistas similares de los años 50 y 60, que deleitaban a las hermanas de los que ya somos viejos, o los ejemplares de “Azucena”, “Claro de luna”, “Rosas blancas”, “Susana”, “Guendalina”, “Graciela”, “Serenata” y otros del mismo género (nunca mejor dicho) que componen la colección de Eva Martí.
Esta exposición se merece viajar y probablemente ubicarse en espacios no tan grandes y desangelados como el vestíbulo de la Universidad de Elche (UMH), es decir más apropiados a la reflexión. Así que, si alguien se anima a hospedarla y hacerla viajar, debería hablar con la creadora de la misma, Eva Martí, a quien se puede encontrar en la Facultad de Bellas Artes de la UMH en Altea, preguntando por ella en los talleres de escultura donde a menudo desarrolla sus obras.
Y, dicho sea de paso, no creo que ninguna facultad de Bellas Artes de España (ni probablemente de Europa) tenga unos talleres de escultura que puedan competir con el equipamiento, el espacio y, sobre todo, el asesoramiento de Rufete su jefe de taller.
Donde se confirma lo dicho con un ejemplo
Alguien puede pensar que tanto Eva Martí en sus comentarios, como yo en los míos, exageramos. Pues bien, volvamos al libro que citaba antes (“Lecturas buenas y malas”), que se vendía como churros entre padres y maestros del franquismo. Uno de sus muchos juicios sobre obras de la época prueba que las cosas estaban como estaban.
Se trata de las recomendaciones sobre cinco de las obras de un padre dominico, Antonio García de Figar O.P (¡sí, un jesuita recomendaba a un dominico!) y dice así:
Virtudes militares (Barcelona, 1941):
Hermosas conferencias tenidas a los alumnos de la Academia de Alféreces provisionales de Ávila. Versan principalmente sobre las virtudes cardinales aplicadas, con oportunidad y cordura meritorias, a la vida castrense. Están llenas de sólida doctrina moral, religiosa y patriótica.
Yo tengo novio (Madrid, 1946):Luminosas advertencias para las jóvenes en edad de novio. Trata de la finalidad del noviazgo, las condiciones del pretendiente, los peligros, la psicología del amor, los trucos, mentiras y experiencias; la moral necesaria en las relaciones, las caídas y sus consecuencias. El estilo es interesante y sugestivo, de modo que las chicas lo leerán con avidez. No tendrá para todas la misma aplicación, pues las más inocentes se sorprenderán o turbarán, las de clase sencilla no entenderán algunos capítulos más psicológicos; las más desenvueltas se habrán de sentir inclinadas a reflexionar.
Las etapas del amor (Madrid, 1947):
Para lectores piadosos y cultos.
Vida de la juventud femenina (Madrid, 1943):
Para quienes tengan que tratar estos asuntos en conferencias o círculos y quieran conocer las ideas básicas y tradicionales acerca de la materia.
¿Por qué te casas? ¿Para qué te casas? ¿Con quién te casas? (Madrid, 1945):
Abarca todos los temas candentes del matrimonio actual y es un experto guía que previene a la joven de hoy contra el peligro de equivocarse. No es apto para jovencitas, porque puede descubrirles cosas que todavía deben ignorar.
Tomado del Blog “La biblioteca fantasma” de Sergio Campos Cacho :http://bremaneur.wordpress.com/category/garmendia-de-otaola-a/
O tempora o mores!
¡Qué habría dicho aquel fraile si hubiese paseado por nuestras ciudades y hubiese visto en qué deportes masculinos se inmiscuyen las jovencitas de nuestra época!
Querido Ramón muchas gracias por esta entrada, un placer y un honor aparecer aquí junto a tus comentarios.
Muchas cosas podría decir acerca de esta exposición pero la que más resuena últimamente dentro de mi, es que en estos tebeos se mostraba cual era la vida de las jóvenes, qué tenían a su abasto, a qué podía acceder y aspirar… y qué quieres que diga, que esto no ha cambiado tanto. Muchas cosas han cambiado, pero ese afán o esa intención de solo mostrar lo que «realmente nos interesa» sigue ahí, en los anuncios mismo: los zapatos, el maquillaje, lo satisfechas que estamos de que los maridos «nos ayuden» en la cocina, la ropa tan ajustada que «nos gusta llevar» 😉 … una realidad irreal que nos muestran tal como nombro en la exposición.
Eva
Querida Eva ¡es la exposición la que tiene el mérito !
Bueno, pues creo que estás en lo cierto. Pero, a lo mejor, si te das un paseo (en monopatín) por Escandinavia, aunque falte mucho por andar, aquí las jóvenes me parece que tienen el propio destino más en sus manos, y no lo digo sólo por las de la foto…
Ramón
Hola Ramón:
qué interesante, ojalá pueda viajar a Madrid esta exposición, creo que tendría mucho éxito. Es tremendo, aún tenemos secuelas de esa época, bien porque la hayamos vivido nosotras, o nuestras madres, que nos han educado. Poco a poco las cosas van cambiando, aunque con trabajo.
Gracias,
Hola otra vez Ramón,
disculpa, le he debido dar sin querer a publicar…
Decía que algunos de esos párrafos no tienen desperdicio.
Y que gracias!
saludos
Gracias Mercedes,
Sabía que volverías a completar el mensaje (a mí también me traiciona a veces el teclado).
Los comentarios de Eva en los paneles de la exposición son en efecto muy calibrados y pertinentes.
En la Facultad de Bellas Artes de Altea hay gente estupenda.
Saludos
Ramón
Que de recuerdos, solo de ver los dibujos me transporto a mi niñez y juventud el intercambio de tebeos con mis amigas y vecinas, que vida aquella………..