Breverías erasmianas (XLVIII): “Commune naufragium” (Naufragio compartido) y «Statua taciturnior» (Más callado que una estatua)
Hoy traigo aquí de nuevo a Erasmo de Rotterdam en sus comentarios a los Adagios de la tradición clásica occidental. Lo hago agrupando dos, no sólo por su brevedad, sino porque últimamente he constatado una sucesión, casi como de causa-efecto, entre dos actitudes colectivas : 1º) muchos, ya sea por creencia o espejismo, se aplican, incluso con entusiasmo, a ensalzar a quien les promete inminentes progresos políticos y sociales; 2º) cuando el resultado se demuestra un desastre, quienes se pronunciaron por el fautor del mismo enmudecen.
Estos dos proverbios de lejano origen, para los que tampoco es difícil encontrar refranes castellanos equivalentes, los he seleccionado entre los más de cuatro mil que comentó aquel preclaro heraldo del Humanismo europeo en sus Adagiorum Chiliades («Millares de adagios»), porque el lector avisado comprenderá su actualidad sin que yo tenga que explicitarla mucho.
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Escapados del desastre
«Commune naufragium»
Naufragio compartido
Adagio IV iii 9
Κοινὸν ναυάγιον τοἶς πᾶσι παραμύθιον (*)
Commune naufragium omnibus solatium.
Multo facilius fertur malum quod nobis est cum omnibus aut cum multis commune. Quin et hodie jactatur inter scholasticos :
‘Miserum est solatium habere calamitatis socium’ .
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Un naufragio en común es el consuelo de todos.
Mucho más fácil es aguantar el mal cuando es común a muchos o compartido con muchos. Pues incluso hoy oímos a los escolásticos decir :
‘Mísero consuelo es tener un compañero en la desgracia
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(*) Fuente del proverbio según Collected Works of Erasmus, 36, University of Toronto Press : Apostolius, Paroemiae, Lugduni batavorum (Leyden), 1533.
En castellano equivale al conocido refrán: «mal de muchos consuelo de tontos». También se suele decir : «quien no se consuela es porque no quiere».
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Sin comentarios
«Statua taciturnior»
Más callado que una estatua
Adagio IV iii 99
… in hominem vehementer infantem ac tacitum. Usus est hac hyperbole Horatius in Epistola ad Julium Florum :
«Statua taciturnius exit plerumque et risu populum quatit»
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… se refiere a un hombre que es extremadamente callado y taciturno. Esta hipérbole la usa Horacio en su carta a Julio Floro :
«Se presenta casi siempre mudo como estatua y provoca las risotadas de la gente»
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Horacio, Epístolas, 2.2. 83-4.
Tras citar también a Juvenal a propósito de los ricos analfabetos («truncos como un Hermes») y a San Juan Crisóstomo sobre ciertos predicadores («tardos y estúpidos»), acaba refiriéndose por error al Banquete de Jenofonte con una cita que en realidad es de La república de los lacedemonios del mismo autor:
Ἐκείνων γοῦν μὲν ἅν ἧττονφωνὴν ἀκούσαις ἥ τὦν λιθίνων’
‘… Illorum igitur vocem minus audias quam saxearum statuarum’.
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‘… sus voces las oirás menos que las de las estatuas.’
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Jenofonte, La república de los lacedemonios, 3-5
El comentario de Erasmo es lapidario:
Statuae frequenter habent speciem sapientum et eloquentium virorum ; ipsae tamen nihil loquuntur.
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Las estatuas tienen a menudo la apariencia de hombres sabios y elocuentes; pero sin embargo por si mismas no dicen nada
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Notas:
Fuente del texto latino: Les Adages d’Érasme, présentés par les Belles Lettres et le GRAC, UMR 5037, Lyon 2010, pp. 2096-2097 (Commune naufragium) y p. 2129 (Statua taciturnior).
El GRAC es el Groupe Renaissance Âge Classique incluido en el IHRIM, es decir el Institut d’Histoire des Représentations et des Idées dans les Modernités, de las universidades Lyon II (U. Lumière) y Lyon III (Jean Moulin) y otras entidades, con financiación del CNRS (Centre National de la Recherche Scientifique) a través de la UMR (Unité Mixte de Recherche nº 5317)
La traducción es mía.
Magnífica lectura Ramón, gracias, también para encomendarse reforzado al mes de agosto.
Tal vez comprenda correctamente la alusión del primer adagio en cuanto que me remite (o sólo personalmente?) a mis miedos íntimos… con la urgencia climática reinando sobre todos.
Pero del segundo, no logro entrever a qué actualidad (tal vez más lúdica?) apuntas… En esta época en que proliferan los bustos parlantes, quién podrá ser el taciturno marmóreo que tienes en mente?
Me ha encantado también aprender el término “fautor” que desconocía.
Un saludo cordial a la comunidad lectora desde Viena recalentada y tormentosa, siempre bella.
G.
Muchas gracias, Germán.
Me pides que explicite, pero -ay- este blog tiene por hábito de su autor no adentrarse en «política aplicada», aunque de vez en cuando incursione modestamente en los terrenos de la Filosofía Política, de la que Erasmo es uno de los hitos occidentales. Ha habido autores que han tratado de ello con verdadera solvencia, yo sigo siendo un aficionado y, como tú bien detectas, algo lúdico.
Para complacerte, diré que los naufragios proverbiales a los que aludo son concretos, recientes y enteramente humanos. Los motores del naufragio climático están runruneando pero me parece que no tenemos todo el poder sobre el cambio de marchas. Me temo que le seguirá un enmudecimiento pero no será el de las estatuas.
Sigo con preocupación ciertos desastres actuales y ya consumados, fruto de la política aplicada de algunos iluminados. Y me pasmo ante el silencio a posteriori de quienes han sido sus corifeos. Pero este modesto blog multidisciplinar por lo que se refiere a los jardines de la política se mantiene elíptico.
Recuerdo de mis viajes de hace años que en Viena no faltan las estatuas, impasibles ante calores y tormentas. Seguro que siguen, como indicas, siendo bellas.
Os saludo desde otras tormentas, estas no calurosas,
Ramón
Gliptoteca, sólo para retratos o para guardar y cuidar cualquier obra artística de piedra? Alguna gliptoteca conocida, famosa? o todos los museos las tienen? Nunca escuché esa palabra.
No todos los museos las tienen, pues hay museos que incluso apenas tienen escultura en piedra.
Son los museos «totales» sobre todo los que tienen gliptotecas, es decir una sección consagrada a la escultura en piedra.
En mi blog he tratado en tres capítulos de la de de Copenhague y también de la del Vaticano (de las esculturas de animales) que son maravillosas y riquísimas :
Hay muchas en que aún no he estado, como la de Dresde o la de Munich, que me gustaría visitar; ni todos llaman a su sección de escultura en piedra «gliptoteca». Esta denominación es más frecuente en la tradición museística germánica. Pero la del Vaticano también se denomina Gliptoteca, probablemente la mayor del mundo, la del Metropolitan de NY también la visité hace ya años.
La RAE define así «gliptoteca»:
Del gr. γλυπτός glyptós ‘grabado’, ‘esculpido’ y -tec
1. f. Colección de piedras grabadas.
2. f. Museo de escultura.