Mare meum

Tú estarás. Foto R.Puig
Cuando mi tiempo sea pasado
tú estarás, no te habrás ido,
mientras que el paso de mis manos
por tus aguas será olvido.

Mare meum. Foto R.Puig
Irán y volverán esas tus ondas
como besos incesantes a la orilla
y la huella disuelta de mis pasos
otros pies desnudos reharán.

Tus ondas incesantes. Foto R.Puig
Mar de todas las horas, querido
mar que a mi niñez le diste brisas
y distraído me mecías con las olas
en vacaciones de estiva placidez.

A mi niñez le diste brisas. Foto R.Puig
Mar mío, he de decirte adiós de nuevo,
mas vosotras, riberas que familiares
a mis abuelos fueron, esperadme,
pues ola vuestra soy que voy y vuelvo.

Decirte adios de nuevo. Foto R.Puig
Un bello poema.
Y maravillosos fotos
Me falta comentar la secuencia de tus comentarios de tu viaje por el norte de Peru!
Me dejaron una bella impresión y ganas de ir, que no conozco
Gracias Moncho
Gracias Pancho.
En cuanto al recorrido por el norte que habitaron los peruanos precolombinos, he constatado que hay ahí mucho más que un legado arqueológico. Es una historia humana impresionante, llena de interrogantes y señales sobre la sufrida vida de aquellas gentes, sus logros y fracasos.
Además está el contraste de los entornos de esos ancestros con, por ejemplo, el Chiclayo de hoy con el barullo, la mugre y el urbanismo descontrolado de sus barrios periféricos.
¡Pensar que todo aquel enorme esfuerzo para ordenar el destino se basó en los pies de miles de súbditos, que mezclaban el barro pisándolo y lo moldeaban con sus manos, para fabricar millones de adobes con los que levantaban descomunales construcciones, únicamente para exorcizar las fuerzas ocultas que lo determinaban todo!
La historia ha cambiado tanto, hemos pasado del mito a la metafísica y de esta a la ciencia y a las más sofisticadas tecnologías, no obstante de un modo u otro la humanidad sigue igualmente empeñada, de forma cada vez más acelerada, en avanzar a remolque de la fatalidad.
Un fuerte abrazo
Ola vuestra soy que voy y vuelvo… Linda frase. Versos y fotos tuyas, Moncho. Contagias amor a la vida con el poético resorte y trampolín motivador del mar. Besos a Mari. Bernardo.
Gracias Bernardo.
Además, como tu has escrito, «puedes elegir una ola grande o una pequeña para despedirte cada verano del calor de la arena…»
Un fuerte abrazo y cariños de Marie y míos para Rosi.
Moncho