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Del viaje de un socialista sueco por la Rusia de Stalin y por la España republicana en guerra (I)

12 junio, 2016
Allan Vougt. Moskva Madrid. Stockholm 1938

Allan Vougt. Moskva Madrid. Stockholm 1938

«las ideas que quieren adquirir poder se pegan a las ideas que ya tienen el poder»

Robert Musil, El hombre sin atributos (1930 – 1942), capítulo 101

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Corría el año 1937 y un periodista y militante socialista sueco, Allan Vougt (1895 – 1953) viaja durante siete semanas por la Unión Soviética, poco después de que un Stalin paranoico haya iniciado en mayo la terribles purgas que caracterizaron su campaña de liquidación de reales e imaginarios revisionistas y «trotskistas» durante aquel 1937 sanguinario. Forma parte de una delegación de periodistas suecos, que viaja durante el verano bajo la guía oficial del gobierno soviético. Envía sus artículos al periódico Arbetet (El Trabajo), órgano del partido, del cual es redactor. En Moscú estaban también de visita el Ministro de Asuntos Exteriores sueco, Rickard Sandler y el secretario del Gabinete del primer ministro, Christian Günther, con los cuales Vougt mantenía estrechas relaciones. A la sazón, el primer ministro era Per Albin Hansson (1885-1946).

El lector se preguntará por qué traigo esta historia a mi blog. La causa es mi reciente visita a Alfa Antikvariatla que a mi juicio es la librería de viejo mejor nutrida de Estocolmo, donde todavía he podido saludar a su propietario, que ya tiene más de 90 años pero sigue moviéndose con sus muletas entre los anaqueles de esta gruta de las maravillas. Hay casi dos millones novecientos mil libros que se pueden adquirir desde su página web y muchos miles físicamente disponibles en este local atiborrado. Además de los libros en sueco, nos podemos pasar horas rebuscando en un fondo muy abundante en inglés y francés y una apreciable cantidad de libros en español, alemán e italiano.

Allí me topé con la crónica de Allan Vougt sobre sus semanas del verano de 1937, en la Rusia Soviética, completadas por otras tres en otoño en la España de la Guerra Civil. El libro, cuya portada abre hoy el blog se titula Moskva-Madrid (Estocolmo, 1938, 173 páginas en octavo) con abundantes fotografías del autor.

Un periodista socialista políticamente hiperactivo

Mi interés principal al adquirir el libro eran sus añejas fotos y las impresiones de aquel viajero que estuvo en Cataluña en otoño de 1937, y pasó por Aragón, Valencia y Madrid.

Un testigo presencial de excepción, Georges Orwell (1903-1950), periodista y escritor, había estado allí un poco antes, desde el 26 de diciembre de 1936 al 23 de junio de 1937 como combatiente voluntario, movido por su anarquismo idealista y el sueño de una sociedad igualitaria. Se salvó de la muerte de milagro, una vez por bala y en el frente y otra a punto de ser liquidado por los comunistas por haberse sumado a las milicias del POUM. Por más que a las partidas de la CNT-FAI, como a la gran mayoría de las facciones de aquella guerra fratricida, no les moderaba la consideración de los derechos humanos (*), Orwell no pudo percibirlo, metido en el frenesí y el desbarajuste, que describe con pelos y señales, en Barcelona, en el frente de Aragón y en los hospitales de Monflorite y Barbastro.

La versión, idéntica a la oficial del comunismo ibérico y de la propaganda estalinista, que, a toro pasado, presenta Vougt en su libro sobre las purgas de anarquistas en Barcelona, y la de Orwell, que las vivió en directo y casi deja el pellejo, ambas publicadas en 1938, son completamente diferentes.

De hecho la experiencia en la Guerra Civil española fue la que le hizo a Orwell abrir los ojos sobre la realidad de la Unión Soviética de Stalin y de su brutal deriva totalitaria.

George Orwell. Homenaje a Cataluña, Penguin Books 1989 (MartinSecker & Warburg 1938 revisada en 1986)

George Orwell. Homenaje a Cataluña, Penguin Books 1989 (Martin Secker & Warburg 1938 revisada en 1986)

La crónica del sueco sobre las feroces purgas de Stalin en la Rusia de los Soviets es ingenua y seguidista, justificando de forma alambicada la purga staliniana que condujo desde inicios de 1937 al procesamiento y ejecución de miles de «viejos bolcheviques» «revisionistas» y «trotskistas» que, de acuerdo con la versión oficial, conspiraban contra la revolución en Rusia y se entendían con los nazis.

Logicamente, la lectura del libro de Allan Vougt me despertó la curiosidad por el resto de su trayectoria vital, pues atraviesa los años clave de la consolidación de la Socialdemocracia en Suecia y la convulsa primera mitad del siglo XX en Europa. Mi bulimia de ratón de biblioteca me ha llevado por los laberintos de una interesante biografía y de otros escritos suyos. El biógrafo no sólo habla de Vougt sino también de «su tiempo», es decir de la política y los compromisos del socialismo sueco y de sus protagonistas, desde el final de la I Guerra Mundial a la guerra fría, en concreto a 1953, fecha del fallecimiento de nuestro hombre.

Pero, antes vayamos al libro que ha suscitado mi interés…

Moskva – Madrid

Como jefe de la sección Internacional del órgano oficial de los socialistas suecos viaja primero por la Rusia de Stalin y luego por la zona republicana de la Guerra Civil española, y lo hace encauzado por las autoridades soviéticas en el primer caso y conducido después durante tres semanas por los cuadros del ejército regular de la República cercanos al general Miaja y a Largo Caballero.

La oficialidad en el ejército republicano español

El General Miaja pasando revista a un batallón.  Allan Vougt. Moskva Madrid. Stockholm 1938

El General Miaja pasando revista a un batallón. Allan Vougt. Moskva-Madrid. Stockholm 1938

l General Miaja y un grupo de prisioneros italianos escuchan al Ministro de Educación Jesús Hernández. Allan Vougt. Moskva Madrid. Stockholm 1938

El General Miaja y un grupo de prisioneros italianos escuchan al Ministro de Educación Jesús Hernández. Allan Vougt. Moskva Madrid. Stockholm 1938 (**)

Estado Mayor de una División. Casa de Campo. Madrid. Allan Vougt. Moskva Madrid. Stockholm 1938.

Estado Mayor de una División. Casa de Campo. Madrid. Allan Vougt. Moskva Madrid. Stockholm 1938.

efe de Brigada en el frente de Zaragoza. Allan Vougt. Moskva Madrid. Stockholm 1938

Jefe de Brigada en el frente de Zaragoza. Allan Vougt. Moskva Madrid. Stockholm 1938. (***)

Los soldados soviéticos…

Demostración gimnástica de reclutas en la Plaza Roja. Allan Vougt. Moskva Madrid. Stockholm 1938

Demostración gimnástica de reclutas en la Plaza Roja. Allan Vougt. Moskva Madrid. Stockholm 1938

y los combatientes republicanos en España

Brigadistas alemanes y checos en Valencia. Allan Vougt. Moskva Madrid. Stockholm 1938

Brigadistas alemanes y checos en Valencia. Allan Vougt. Moskva Madrid. Stockholm 1938

Dos soldados en la calle de Segovia. Madrid. Allan Vougt. Moskva Madrid. Stockholm 1938

Dos soldados en la calle de Segovia. Madrid. Allan Vougt. Moskva Madrid. Stockholm 1938

En las trincheras de Madrid.   Madrid. Allan Vougt. Moskva Madrid. Stockholm 1938.

En las trincheras de Madrid.  Allan Vougt. Moskva Madrid. Stockholm 1938.

Soldado vasco junto a un compañero en Madrid. Allan Vougt. Moskva Madrid. Stockholm 1938

Soldado vasco junto a un compañero en Madrid. Allan Vougt. Moskva Madrid. Stockholm 1938

Soldados en el frente de Aragón. Allan Vougt. Moskva Madrid. Stockholm 1938

Soldados en el frente de Aragón. Allan Vougt. Moskva Madrid. Stockholm 1938

Domingo en la Casa de Campo de Madrid. Allan Vougt. Moskva Madrid. Stockholm 1938.

Domingo en la Casa de Campo de Madrid. Allan Vougt. Moskva Madrid. Stockholm 1938.

No me atrevo a hacer comentario alguno a las fotos de aquellos hombres, a sus rostros,  su  presencia y sus indumentarias variopintas, la gran mayoría gente llana, trabajadores, hombres del pueblo, pero también algún oficial del ejército regular y uno que otro jovencito, quizás estudiante, pues imagino lo que la suerte de la guerra o, si sobrevivieron a los combates, de la posguerra, debió de depararles a la mayoría de ellos.

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Las contradicciones de una época resumidas en un hombre

En su biografía de Allan Vougt (En utskälld man. Allan Vougt och hans tid, Stockholm, 2007 : Un hombre discutido. Allan Vougt y su tiempo), el político y periodista, Kaj Björk, que ha vivido, pero en tiempos menos convulsos, un recorrido parecido a su biografiado (redactor jefe de un periódico socialista, Ny Tid, diputado, Secretario de Relaciones Internacionales de los Socialdemócratas suecos y diplomático) resume las contradicciones que han afectado al desarrollo del socialismo sueco en la primera mitad del siglo XX, de las cuales la figura del autor de Moskva-Madrid es un concentrado.

Allan Vougt y su tiempo por Kaj Björk. Estocolmo 2007

Allan Vougt y su tiempo por Kaj Björk. Estocolmo 2007

Diciéndolo brevemente, Allan Vougt metió los pies en todos los charcos de las ideologías y los conflictos de su tiempo, equivocándose en los de mayor trascendencia, a mi modo de ver por cierta falta de rigor intelectual y, en alguna medida, por las prisas con que desembarcó en el mundo del periodismo oficial sin formación universitaria, con un gran entusiasmo y fidelidad a los cuadros superiores de su partido político (que al final le tratarían con ingratidud) y con una pluma acelerada e incisiva. Puede decirse que, siendo una buena persona, su dependencia partidista contaminó su independencia moral e hizo de él un hiperactivo periodista orgánico a la par que miembro de cruciales comisiones parlamentarias y gubernativas, parlamentario, diplomático internacionalista y ministro (defenestrado finalmente por su propio partido).

Como ya hemos subrayado, en la visión de las purgas del anarquismo en Rusia y en Cataluña durante la guerra civil, se alineó con la posición del estalinismo, la misma que expresaba Georgi Dimitrov en L’Humanité en 1937 y que matuvieron en España los comunistas en el gobierno y el ejército de la República española, bajo Largo Caballero y el General Miaja :

Ce sont les mêmes criminels qui envoient les assassins en Espagne et en Union soviétique. Les bandes trotskistes-zinoviévistes s’avèrent les alliées les plus intimes de la racaille criminelle fasciste de Hitler et de Mussolini. Tant au procès des terroristes de Moscou qu’à celui des terroristes de Novossibirsk, il a été prouvé, devant le monde entier, que les bandes terroristes trotskistes-zinoviévistes travaillaient de concert avec les agents de la Gestapo. Elles se sont révélées comme des agents de celle-ci. En Espagne, les trotskistes essayent de désagréger et de briser le Front populaire antifasciste, afin d’aider les généraux fascistes Franco et Mola à remporter la victoire. C’est ainsi que le trotskisme s’avère l’allié, l’auxiliaire et le pionnier de la pire réaction et de la pire contre-révolution, le complice des plus mortels ennemis de la classe ouvrière, du fascisme assassin.

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Estos son los mismos criminales que envían asesinos a España y a la Unión Soviética. Bandas trotskistas – zinovievistas se manifiestan como los aliados más íntimos de la escoria criminal fascista de Hitler y Mussolini. Tanto en el juicio a los terroristas de Moscú como en el de los terroristas de Novosibirsk, se demostró ante el mundo entero que los trotskistas-zinovievistas son bandas terroristas que trabajan en concierto con los agentes de la Gestapo. Se han destapado como agentes de los mismos. En España, los trotskistas tratan de desintegrar y romper el Frente Popular antifascista  para ayudar a los generales fascistas Franco y Mola a obtener la victoria. Así es como el trotskismo se revela como el aliado, el auxiliar y el pionero de la peor reacción y de la peor contrarrevolución, el cómplice de los más mortales enemigos   de la clase obrera, del fascismo asesino.

Georgi Dimitrov, L’Humanité, 1937

Vougt, aunque subrayando que la formulación de la cuestión por Dimitrov es desafortunada, se mostró comprensivo con la postura de Stalin y con su política de control de la Internacional Comunista hacia lo que paradójicamente define como

una colaboración tranquila para la salvaguarda de la paz con los estados de Europa, cuyo interés pacífico es similar al que predomina en el estado Soviético

Allan Vougt, Moksva-Madrid, pág 66

Así termina textualmente su crónica de la visita a la Rusia de Stalin, primera parte del libro Moskva-Madrid. La segunda parte, hasta la página 172 está dedicado a su rápida visita por la España republicana en plena guerra civil, donde destaca un capítulo dedicado a Largo Caballero, otro a la Nueva España y uno a la crítica de la No intervención, en el que hace juegos malabares para justificar a los partidos de la Internacional Socialista que se mantuvieron al margen.

La tercera parte es un repaso de la situación internacional titulado Dictaduras y peligro de guerra, en la que en la categoría de dictaduras no entra el estado de la Rusia Soviética, a la que distingue de las dictaduras de Mussolini y Hitler por «interés predominante por la paz» que según él, caracteriza al régimen de Stalin.

El hecho es que la Unión Soviética pertenece a esos estados en que (ese interés por la paz) pesa más que todo lo otro que les diferencia de ellos (el fascismo y el nacionalsocialismo).

Así termina el libro.

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Allan Vougt escribía en un artículo en Arbetet en diciembre de 1937, titulado «Bajo las bayonetas de los Soviets», que Suecia podía estar tranquila ante las amenazas de guerra, bajo el amparo del poder de la Unión Soviética, «ineludible soporte protector de la libertad de los pueblos pequeños».

No tardarían los socialdemócratas suecos, tan ciegos como los partidos y los intelectuales de otros países europeos, en descubrir sorprendidos que Stalin y Hitler se entendían en secreto en un pacto de no agresión que duró de agosto de 1939 a junio de 1941, ambos motivados por estrategias que no eran precisamente pacifistas y para repartirse a los «pueblos pequeños».

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Los pies en otros charcos

No puedo extenderme mucho, pero en este terreno de la guerra y el pacifismo, los gobiernos socialdemócratas suecos, y Allan Vougt como exponente destacado, siguieron metiéndose en todos los charcos  para mantenerse neutrales.

El Gobierno de Coalición presidido por Per Albin Hansson y la Comisión de Defensa del Parlamento, a la que pertenecía Vougt, aceptaron el tránsito entre Suecia y la Noruega ocupada por los nazis de los trenes cargados con soldados alemanes y armamento (así como la venta de acero sueco a Hitler) que, como Vougt argumentaba con candidez, circulaban por la noche para no alarmar a la población, eso sí escoltados por soldados suecos. Era notorio que la mayoría de la oficialidad del ejército y de la policía en Suecia simpatizaba entonces con el proyecto del paneuropeismo ario.

Para evitar que los periódicos que en Suecia protagonizaban la crítica contra el nazismo suscitasen conflictos con la Alemania de Hitler, un comité constituido por Allan Vougt y los juristas Ragnar Bergendal y Olof Thulin concluyó en febrero de 1940 una Propuesta de medidas para el cambio de los ordenamientos de la libertad de prensa titulada Contra el abuso de la libertad de Prensa. Objetivo: la censura preventiva de la prensa en situaciones en que «nuestro país pudiera entrar en guerra o hubiera una amenaza de guerra…»

Propuesta para el recorte de la libertad de prensa

Propuesta para el recorte de la libertad de prensa

En abril de 1940 el ejército alemán invadió Noruega  y entre julio del mismo año y agosto de 1943 circularon, por la noche y a través Suecia, los trenes con fuerzas y armamento alemanes en dirección al país vecino. Hubo periódicos a los que, basándose en la ley de prensa modificada, se mutiló la edición o se les bloquéo en su totalidad, destacando las cinco ediciones secuestradas al Göteborgs Handels och Sjöfartstidning del valiente Torgny Segerstedt (1876-31 de marzo 1945), quien por unas semanas escasas no pudo tener la satisfacción de ver la capitulación de la Alemania nazi.

Torgny Segerstedt

Torgny Segerstedt. Wikipedia

Otros se rebelaron contra esta «colaboración neutral», como por ejemplo el escritor Vilhelm Moberg (1898-1973)  o las Juventudes Socialistas de Trelleborg (en Escania).

Cuando la intervención de los EE.UU en la guerra empieza a revertir la balanza de la contienda, hay que ir borrando de las memorias la comprensión que Vougt había manifestado por el gobierno de Petain, así como su crítica al «totalitario» De Gaulle con ocasión sus emisiones de radio desde Londres, así como la animadversión que había manifestado hacia Churchill.

En 1945 Allan Vougt se convierte en el primer Ministro de Defensa de la posguerra en Suecia, ejerciendo hasta 1951. El último «charco» en el que él y sus partido metieron los pies fue, contraviniendo a la Convención de Ginebra sobre prisioneros de guerra, ceder ante la presión del Partido Comunista de Suecia y entregar a la Unión Soviética a los 3000 soldados de los países bálticos que habían vestido uniforme alemán y que habían desertado en Suecia, esperando obtener refugio.

De todos modos, sus contradicciones no se le pueden achacar en solitario. Pero esa es otra historia.

Allan Vougt

Allan Vougt

Continuará…

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Obras consultadas:

Kaj Björk, En utskälld man. Allan Vougt och hans tid (Un hombre discutido. Allan Vougt y su tiempo) Stockholm, 2007.

Bergendal, Ragnar, Thulin, Olof, Vougt, Allan Promemoria med förslags till vissa åtgärder mot misssbruk av tryckfriheten, (Memorandum con propuestas de ciertas medidas contra el abuso de la libertad de Prensa), Justitiedepartementet, Stockholm, 21 februari 1940.

Vougt, Allan, Moskva-Madrid, Stockhom, 1938


(*)  CNT: Confederación Nacional del Trabajo.  FAI: Federación Anarquista Ibérica.

(**). A la izquierda en la foto detrás del General Miaja está el General Cardenal Dominicis, que ha sido identificado por su nieto Fernando Cardenal en un comentario a esta entrada que dice así: el personaje embutido en su gran capa militar de color azul-negro con cuello de astracán y con expresión de interesarle bien poco lo que se está diciendo, es mi abuelo el general de brigada del arma de artillería Manuel Cardenal Dominicis. Su brigada pertenecía a la Primera División, que era la mandada por Miaja. Por eso mi abuelo sirvió todo el tiempo a las órdenes de Miaja. Mi abuelo me dijo que al ascender a general el año 35 juró lealtad a la República y que después no vio por qué iba a faltar a su juramento. Lo que mi abuelo no previó fue que aquella República democrática que él defendió dejaría prácticamente de existir carcomida por la extrema izquierda. ¿Es ésta la razón de esa mirada perdida?

(***) El de la izquierda en la foto, con corbata de pajarita, sería el periodista Manuel Chaves Nogales si atendemos a la identificación que de él hace Andrés Sánchez en uno de sus comentarios a esta entrada. Lo que sin embargo ha sido contestado por Francisco Álvarez Alonso en otro comentario, donde efectivamente subraya más bien el parecido del hombre de la pipa y el sombrero con Allan Vougt cuyo reportaje ha motivado esta entrada.

Sobre la estrategia de la violencia de la CNT-FAI y sus secuelas puede leerse el reciente artículo de Antonio Elorza, Relectura del anarcosindicalismo, en CLAVES de Razón Práctica, nº 246, Mayo/Junio 2016, pp.100-111

 

16 comentarios leave one →
  1. Luis Bernardo José Regal Alberti permalink
    14 junio, 2016 19:56

    Los que vivimos la II Guerra cuando éramos estudiantes de primaria (yo ingresé a 1er grado en abril de 1942) estábamos bajo la propaganda USA. Suecia fue presentada siempre como amiga de Alemania pero se subrayó siempre su neutralidad bélica. Que hubiese una reacción socialista se omitió absolutamente en los noticiarios en los cines (donde seguíamos, por ejemplo, los combates de Joe Luis…!), las películas de guerra con los malos alemanes y japoneses, y en otros medios como la estupenda revista LIFE que se regalaba millonariamente. Como en otros aspectos de nuestra cultura latinoamericana standard el aporte de «son de luz» es destacable. Un espacio ameno, variado, serio y accesible pese al alto, sofisticado y erudito nivel de comunicación. Digamos que es un placer leerlo.

    • 16 junio, 2016 10:23

      En realidad, en Suecia, los periódicos que destacaron en su reacción contra la ascensión del nazismo no fueron los de la la línea oficial del partido y del gobierno socialdemócrata. Segerstedt era un demócrata de corte liberal (en el mejor sentido de la palabra liberal), que desde muy temprano entendió qué clase de monstruosa amenaza era Hitler y su régimen. El estamento oficial socialdemócrata contemporizó mayoritariamente con Alemania y no se decantó por los aliados hasta que los alemanes empezaron a perder la guerra.

      Gracias de nuevo por tu aprecio por mis crónicas.

  2. fernandocardenal permalink
    22 junio, 2016 01:11

    Muchas gracias, Ramón, por esta magnífica entrada de tu blog, con reflexiones tuyas muy interesantes y muy oportunas. Como sé que te gustará que alguien identifique los personajes que aparecen en las fotos te diré que en la segunda foto, que es del AGA (Archivo General de la Administración), tomada en el Cuartel General del general Miaja, en la que el ministro comunista Jesús Hernández está echando una perorata ante los prisioneros italianos de la batalla de Guadalajara, el personaje que aparece en el extremo izquierdo de la foto, asomando por encima de la cabeza de Miaja (que está leyendo), personaje embutido en su gran capa militar de color azul-negro con cuello de astracán y con expresión de interesarle bien poco lo que se está diciendo, es mi abuelo el general de brigada del arma de artillería Manuel Cardenal Dominicis. Su brigada pertenecía a la Primera División, que era la mandada por Miaja. Por eso mi abuelo sirvió todo el tiempo a las órdenes de Miaja. Mi abuelo me dijo que al ascender a general el año 35 juró lealtad a la República y que después no vio por qué iba a faltar a su juramento. Lo que mi abuelo no previó fue que aquella República democrática que él defendió dejaría prácticamente de existir carcomida por la extrema izquierda. ¿Es ésta la razón de esa mirada perdida?

  3. 22 junio, 2016 07:30

    Gracias a ti, Fernando. Me emociona mucho encontrar a tu abuelo en esta foto que ha llegado a mí por esas casualidades de librería. En mi blog no he podido entrar en todos los detalles, pero, efectivamente, esa foto no es de las que tomó Vougt personalmente. Según comenta, la foto procede de un libro sobre «Guadalajara». Supongo que el tal libro se refería a la batalla de Guadalajara. Vougt alaba los métodos del ejército de la República que califica de «morales», más allá de armados (pág. 121). Luego reproduce un largo párrafo de la arenga de Hernández a los prisioneros fascistas italianos, a los que trata de «hermanos» y exhorta a reconocer el error de su lucha. Luego interviene Miaja: «ahora podéis ver de que parte está la verdad», les dice. «Nosotros venceremos porque luchamos por una causa justa y vamos a fundar una nueva era de paz y de progreso» (fin de citación, pág.122 del libro de Vougt).

    Te llamo cuando esté en España en julio. Abrazos.

  4. Andrés Sánchez permalink
    24 septiembre, 2016 00:44

    Sorpresa! En la quinta foto (Jefe de Brigada en el frente de Zaragoza) aparece el intrépido periodista Manuel Chaves Nogales.
    Se trata de la conquista de los republicanos de Belchite, 4 de septiembre de 1936.
    He leído su obra recientemente, es fantástica.

    • 24 septiembre, 2016 14:34

      Muchas gracias, Andrés, por la aportación. Le ruego me mande la referencia de esa obra.
      Saludos
      Ramón

      • Andrés Sánchez permalink
        26 septiembre, 2016 12:14

        Me refería a la obra literaria y periodística de Manuel Chaves Nogales, que es sobradamente conocida estos días: A sangre y fuego, Vida de Juan Belmonte, El maestro Juan Martinez que estaba allí, etc.
        Era el Director de AHORA, diario. de mayor circulación en el Madrid de 1936.
        La fecha puede deducirse de la propia foto, es la toma de Belchite, todos tiene barba de varios días…
        Manuel Chaves que viajo por Rusia, Italia, que entrevistó al Dr. Goebbels, no fue muy entusiasta de lo que salía de los laboratorios de Moscú y Berlín, y no se le vé muy contento con la delegación soviética de que formaba parte Allan Vougt, que fue ministro de defensa de Suecia de 1945 a 1951.

        Un Saludo,

  5. 29 septiembre, 2016 21:11

    Gracias por su aportación.

    No sé si ha leído toda la entrada, donde precisamente refiero datos de la más completa biografía de Vougt disponible hasta el momento, incluido su periodo como ministro de defensa en la posguerra.

    Vougt tenía desde hace años sus propios contactos en España y viajó como periodista redactor jefe del periódico Arbetet, órgano de los socialdemócratas suecos. No aparece en ninguna parte que fuese miembro de ninguna «delegación soviética», aunque, como digo en mi entrada, para la visita al frente fue guiado durante tres semanas por los cuadros del ejército regular de la República cercanos al general Miaja y a Largo Caballero.

    En cuanto a Chaves Nogales supongo que es el del sombrero y la corbata de pajarita que en la foto está fumando en pipa. Curiosamente, Orwell, que sí fue un periodista que arriesgó su vida, alude a las dificultades que tenían los verdaderamente intrépidos y mal equipados combatientes del frente de Aragón para procurarse tabaco, y a los que nadie agradeció su sacrificio, sino todo lo contrario.

    Por cierto, como explico en mi artículo, Vougt visitó el frente español en el otoño del 37, así que o la foto no es de la fecha de 1936 que usted menciona y por tanto mal puede el mencionado Chaves Morales estar mirando no muy contento «a la delegación soviética de que formaba parte Allan Vougt», como usted dice, o bien no se trata del «sobradamente conocido» periodista, o bien… En realidad la toma de Belchite creo que fue más bien el 6 de setiembre del 1937. Por otro lado la foto pudo tomarla Allan Vougt o recibirla de los servicios de propaganda del ejército republicano. Que es de Belchite sí parece deducirse de las letras del muro del fondo. Finalmente, por mucho que la analizo, en el señor del sombrero y la pipa veo una pose y una mirada inquisitivas, pero no encuentro elementos para decir si estaba o no contento con quien o quienes pudiese tener en frente.

    Un saludo

    • Andrés Sanchez permalink
      30 septiembre, 2016 07:09

      Gracias por las puntualizaciones.
      He comparado detenidamente los rasgos (nariz, oreja izquiera sobre todo) y no hay dudas es Manuel Chaves Nogales, su forma de vestir también creo que confirma la identificación.
      Abandonó Madrid el 6 de Noviembre de 1936, y España en Diciembre, lo que indicaría que la foto debe estar hecha cerca del 4 de septiembre del 36, fecha de la primera toma de Belchite por los republicanos.
      Todos aparecen con Barba de 3 0 4 días y al fondo uno de ellos con un ojo vendado, es fàcil deducir la causa.
      Informé del hallazgo a Maria Isabel Cintas, quien está realizando su Biografía estos días, y es la responsable de que el periodista y su obra haya salido del olvido.
      Saludos y enhorabuena por la página.

      • 30 septiembre, 2016 10:07

        Gracias por haberme puesto al corriente sobre la persona de Manuel Chaves Nogales y su visión crítica de nuestra guerra civil.

        Con ese motivo he leído con interés lo poco que he encontrado sobre él en una breve búsqueda. Me gustaría seguir al corriente y poder leer esa biografía que usted anuncia. En una semblanza breve que hallé en internet he visto que en Francia colaboró con la agencia Havas y me interesa saber durante qué período fue eso. He estudiado algo sobre el rol que esa agencia tuvo en la difusión de las versiones de la propaganda de Franco sobre nuestra guerra, en particular sobre la atribución de la destrucción de Guernica (bombardeo del 27 de abril de 1937) a las fuerzas republicanas. Infundio basado en una nota de su corresponsal, un periodista español llamado Fontecha. Para más inri, la agencia Havas, durante la ocupación de Francia por el ejército de Hitler colaboró con el ocupante. Sobre todo, saber lo que pudo opinar Chaves Nogales de aquella campaña de tergiversación, protagonizada entre otros medios, por Le Figaro. La agencia Havas en la primera mitad del siglo XX tuvo una alta participación de capital turco.

        Y por lo que usted me confirma, Chaves Nogales no está mirando a Allan Vougt en esa foto, si, como parece, corresponde a una primera toma de Belchite en 1936. Es difícil saber qué fotos de su libro son del mismo Vougt y cuáles de las agencias oficiales. Un ejemplo es la que debió obtener de la oficina de prensa republicana, en que aparece el General Manuel Cardenal Dominicis, lo que me descubrió en su comentario del 22 de junio su nieto y amigo mío, Fernando Cardenal, que sigue mi blog y también se sorprendió de encontrarla de nuevo en el libro de Vougt. «La mirada perdida» del General Cardenal indica que no era sólo Chaves Nogales quien se sintió progresivamente desencantado por lo que ocurría en el lado republicano.

        Todo esto, le confieso, me emociona, pues la memoria de aquella guerra fratricida es parte de la historia de nuestras familias, incluida la mía.

        Le agradeceré que me avise cuando salga la biografía de Chaves Nogales por María Isabel Cintas.

        Un cordial saludo desde Gotemburgo

        Ramón

  6. Andrés Sánchez permalink
    30 septiembre, 2016 12:42

    Ramón, yo también me emociono investigando sobre aquellos años decisivos.
    Sobre todo con las fuentes directas de lo sucedido.
    Primero fue la obra de Orwell «Homage to Catalonia» famosísima, pero que nadie parece haber leído y entendido, quienes aluden a su obra lo hacen de forma sistemática como anticomunista, pero su tragedia al regresar herido a Barcelona, fue ver que su primera visión fue falsa, que el miedo había ocultado la verdad, que ahora la mentira estaba instalada en la prensa, y que la República con un acuerdo increíble (nacionalistas catalanes, socialistas, sindicalistas, estalinistas..) estaba dispuesta a hacer desaparecer a quienes habían estado en las trincheras jugándose la vida.
    Andrés Nin desapareció para siempre, los anarquistas fueron aniquilados…Orwell sirviéndose de las alcantarillas llegaría luego a Francia.
    Manuel Chaves Nogales en el prólogo de su obra «A sangre y fuego» nos dice que abandonó Madrid el 6 de Noviembre de 1936, junto con el Gobierno camino de Valencia: los dos bandos parecían tener razones para fusilarlo en un futuro no muy lejano.
    Ciertos escritores hablan hoy de la «tercera España» la de quienes no querían sucumbir a las «medicinas» que se fabricaban en los laboratorios de Berlín y Moscú.
    Estos días me acompaño de la lectura de dos grandes Obras: «La gallina ciega» de Max Aub, (visión de la España de 1968 de un republicano que «paso de los platós, rodando L’Espoir» a los campos de concentración en Francia, y norte de África) y los Hechos y vicisitudes de los españoles» de Julian Zugazagoitia (fusilado en 1940, tras su deportación a España, por la Gestapo, director de El Socialista, y ministro de Gobernación con Negrín)

    Te recomiendo la lectura de las obras de Manuel Chaves, su prosa es fácil, y directa, hombre muy viajado, que comprendía la tragedia que iba a suceder.
    Su análisis de los ocurrido en Francia, («La agonía de Francia») magistral.

    Saludos desde Madrid, en este otoño que hoy parece primavera.

    • 30 septiembre, 2016 13:24

      Gracias Andrés,

      A Orwell lo he leído en esa obra que mencionas y también en sus ensayos, entre otros su «Looking back to the Spanish War» (1942), sus «Notes on Nationalism» (1945), «Antisemitism in Britain» (1945),etc., su correspondencia y, por supuesto en su «Animal Farm» (¡escrita a finales de 1943, cuando la intelectualidad europea estaba ciega en relación al estalinismo!).

      Me apunto las que me sugieres.

      Gracias de nuevo y un saludo

      Ramón

  7. Samuel permalink
    7 May, 2020 07:01

    Hola Ramón, tendrás cómo localizar a Fernando Cardenal? Soy un descendiente Dominicis de los que queda en Cuba y estoy completando la genealogía. Gracias

  8. 7 May, 2020 18:32

    Hola Samuel, acabo de hablar con Fernando Cardenal (que de mis mejores amigos es el decano por edad y experiencia de la vida) y le he facilitado tu dirección de correo electrónico.
    Me ha dicho que va a tener mucho gusto en escribirte, intercambiar datos familiares y trabar conocimiento contigo.
    Por mi parte, me alegro mucho de que este blog mío pueda servir de puente entre los dos.
    Gracias por tu comentario y hasta cuando quieras.
    Un saludo cordial.
    Ramón

  9. francisco alvarez alonso permalink
    13 diciembre, 2021 01:49

    SOBRE LA FOTO «Jefe de Brigada en el frente de Zaragoza» CREO QUE EL DE LA PIPA ES ALLAN VOUGT. COMPARSE CON LS DOS RETRATOS DE VOUGT EN TU WEB.

    LA FECHA DE LA FOTO ES POSTERIOR AL 6 DE SEPTIEMBRE DE 1937. EN ESA EPOCA MANUEL CHAVES YA NO RESIDIA EN ESPAÑA. TAMPOCO SE PARECE FISICAMENTE. MANUEL ERA BAJITO, MORENO Y CON LABIOS GRUESOS.

    https://librosdelasteroide.com/autor/chaves-nogales-manuel

    EN ESTE ENLACE UNA FOTO DE CHAVES EN 1931

    • 13 diciembre, 2021 12:07

      Buenos días, Francisco, gracias por su puntualización a mi nota sobre la foto de Belchite. Sus razones me parecen muy atendibles, así que, como podrá comprobar, he cambiado la nota que queda así:

      (***) El de la izquierda en la foto, con corbata de pajarita, sería el periodista Manuel Chaves Nogales si atendemos a la identificación que de él hace Andrés Sánchez en uno de sus comentarios a esta entrada. Lo que sin embargo ha sido contestado por Francisco Álvarez Alonso en otro comentario, donde efectivamente subraya más bien el parecido del hombre de la pipa y el sombrero con Allan Vougt cuyo reportaje ha motivado esta entrada.

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