Elogio de la nimiedad (I)
Esta ciudad que me acoge está preparando con antelación la celebración de sus 400 años de historia en el 2021. Las visiones y sueños de arquitectos, urbanistas, políticos o simples ciudadanos son noticia diaria en el periódico local, el Göteborgs Posten (el Correo de Gotemburgo). El futuro puente sobre la ría alumbra ya innumerables diseños y enciende debates. Quieren construir la torre más alta de Suecia, que se reflejaría en las aguas de Lindholmen. Alguien ha proclamado que esto es necesario para que la ciudad tenga su símbolo a semejanza de París con la Torre Eiffel.
Otro intenso debate trata de la necesidad de construir más pisos, porque parece que faltan muchos. Los sueños a este nivel no dejan de reflejarse en los periódicos y los prohombres y las promujeres (tenemos alcaldesa como en Madrid o Valencia), los diferentes partidos en liza, los expertos y los urbanistas ventilan sus diferencias ante la perspectiva de las elecciones municipales.
Los estudiantes de arte y jóvenes sin empleo, organizados por empresas especializadas en la decoración de los espacios exteriores y por algunos artistas profesionales, han empezado a pintar una pista de bicicletas de 21 kilómetros para unir con colores y creatividad las orillas este y oeste de la ría. El proyecto se llama “Ponle color a Gotemburgo”. Se trata también de formar a los estudiantes en las técnicas de pintura creativa en espacio público y a la vez dejar un largo trazo artístico que abrace las dos riberas. Es un trabajo de varios años que legará a la ciudad un laberíntico graffiti. Lo que desentona en este proyecto es su aspiración a convertirse en el världens största konstverk, es decir la mayor obra de arte del mundo. Pero, pelillos a la mar, creo que voy a seguir en este blog el progreso de este trabajo.
Aunque no sé por qué me extiendo tanto en ello pues hoy no quiero hablar ni de grandes cosas ni de records, sino de menudencias.
LO NIMIO ES BELLO
Del mismo modo que se discute desde siempre, sin resolverlo nunca, si la función principal del Arte es emocionar o significar ¿qué habremos de decir cuando escenas y objetos banales nos cautivan cada día ? ¿Será que bajo su nimiedad se esconde una emoción? ¿O es que nos brindan algún modesto significado?
No lo sé. ¿Pero qué sería de nuestra vida cotidiana sin las insignificancias y los detalle fútiles? Dejemos de lado las grandes visiones, y hagamos hoy el elogio visual de algunas nimiedades.
Bichos
De paseo
Gente menuda
Mozas
Cosas
Por los aires
…………………
Nimio, -a: insignificante, sin importancia. Nimiedad: cualidad de nimio, pequeñez, cosa nimia (del Diccionario de María Moliner) o insignificancia (Diccionario RAE)
Siempre lo he dicho.. en los detalles está todo :-).
Exacto, por ejemplo: ¿quién me habrá enseñado a mí a ver en los detalles exteriores de una naranja si es de verdad dulce? 🙂
Aquellas pequeñas cosas… como dijo Serrat en su preciosa canción… son lo que verdaderamente importa.
Bonito post, Ramón, enternecedora visión de lo que debe celebrarse.
Un abrazo desde un Madrid primaveral.
Gracias, Mercedes,
Si me la encuentras en «youtube» te lo agradeceré, pues no me acuerdo de cómo era la letra…
Madrid sí que tiene detalles, no hay más que pasear con los ojos abiertos…
Un abrazo
Ramón
Aquí la tienes Ramón: https://www.youtube.com/watch?v=hoCZ8H0RAsA&feature=kp
No se si tiene que ver con lo que tú pensabas, pero a mí tu post me la recordó.
Gracias, Mercedes,
No recordaba la canción, seguramente porque estaba por ahí escondida, como una menudencia que espera ser reencontrada, como algunas emociones que vuelven, como dice nuestro Serrat, al abrir un cajón, quizás sobre un papel, una postal, un dibujo y -por qué no- una flor dentro de un libro que no se abre desde hace años.
Has puesto la mejor música posible a mis ocurrencias de este domingo
Ramón
Ramón: querría contribuir a la colección de las pequeñas cosas con otra aportación que sin duda conoces, pero que tal vez tengas arrinconada. ¿Puedo? Diría que sí, que me dejas:-)
Un abrazo, y la luz y el olor a flor del Mediterráneo para ti.
¡Desde luego, Luisa, desde luego!
Gracias por traer al recuerdo este poema y esta canción de unos años que para muchos de nosotros fueron cruciales. Viene de lejos, sí, y es hermosísima
Estoy en estos días precisamente frente al mar, en mi playa de guijarros, de piedras pequeñas, de esas que bailan con el agua, que se redondean durante siglos rozándose mutuamente, y todavía, todavía, están ahí todos los días, nimias menudencias que juntas tratan de tú a tú a los temporales…
Gracias y un abrazo
Ramón