De la mar el mero…
“De la mar el mero y de la tierra el cordero” es lo mismo que decir “al pan, pan, y al vino, vino”. Del borrego del museo Pío Clementino pasamos hoy al pescado en Gotemburgo.
Así que he pensado que este refrán viene al pelo para encabezar la edición de hoy. ¡Del arte romano al arte piscatorio y culinario!
Como en España, en Suecia el pescado se consume en abundancia. Todas las ciudades y pueblos que se asoman al mar de su costa oeste han practicado la pesca desde siempre. Al otro lado de la ría y frente al barrio donde tengo mi estudio, nada más dar unos pasos, diviso la enorme lonja de pescado de Gotemburgo, donde de madrugada se trajinan las descargas de las flotillas nórdicas y se celebran las vertiginosas subastas de las que se abastecen las pescaderías de la región.
Homenaje a los que viven del pescado
En Gotemburgo hay un monumento a los pescadores y a los pescaderos que reciben las capturas de aquellos para ponerlas a la venta. En total cinco figuras de bronce del escultor Svenrobert Lundquist que brillan en la plaza del pescado (Fisktorget), frente a la “iglesia del pescado” (Feskekôrka en sueco dialectal), el mercado de pescado más antiguo de la ciudad.
En el siglo XIX los pesqueros amarraban delante de la Feskekôrka para descargar su pescado directamente del mar al consumidor, como atestiguan las viejas fotos publicadas en la página web del ayuntamiento de la ciudad
Este templo del pescado siempre se ha dedicado al culto ictiológico. Aquí se vende el pescado más fresco de la ciudad, y en sus dos pequeños restaurantes con aire de tabernas, dentro del mismo recinto, se sirven platos sabrosos a precios asequibles, cocinados con lo que los mostradores de los puestos de este mercado deparan.
Bajo la bóveda de esta “iglesia” se presentan, con pulcritud y orden, los coloridos productos de los mares escandinavos. Hay quien viene sólo para mirar, hacer unas fotos y tomarse una reconfortante sopa de pescado
De la mar el rape
Muchos estudiantes en Suecia, terminada la enseñanza secundaria, se toman uno o dos años para vivir una experiencia de trabajo real, para hacerse unos ahorros y reflexionar antes de decidir sobre su futura línea de estudios. El menor de mis hijos, que trabaja en una pescadería, se está convirtiendo en un experto en la materia y en un avezado madrugador que incluso ha pujado ya en la lonja del pescado.
Así se ve en una fría tarde de invierno la pescadería donde él y sus compañeros de trabajo, bien abrigados, despachan pescado muy fresco.
Así se prepara un pedido de “marulk” (rape) destinado a nuestra mesa.
Y así se presenta el rape una vez procesado por el voluble bloguero que les cuenta estas cosas.
De vez en cuando, además de dibujar, pintar o escribir, mi cerebro y mis manos encuentran placer en cocinar y, claro está, en compartir en casa los resultados de mis creaciones.
Mira que eres artista Ramón.. ese rape, parece que llega el olorcito hasta aqui 🙂
Pues no tiene ningún secreto, basta con seguir la norma ISO 9001…
tú lo sabes bien 🙂
¡Hola Ramón, qué rico! tiene un aspecto muy apetitoso ese guiso. Todo el post es apetitoso…
Hace pocos días he visto una pequeña lonja al borde del mar Egeo, tan azul, vendiendo pescado, era tan bonita la escena que le hice varias fotos.
No todo debe ser escribir, leer o pensar, hay que tener actividad con las manos, y cocinar es una de las más recomendables.
Un abrazo
¡Gracias Mercedes!
Lo de la lonja del mar Egeo me da mucha envidia. Ese mar es una de mis asignaturas pendientes. A ver si encuentras un pretexto para sacar las fotos en el blog de Madrid.
La verdad es que cuando me pongo a cocinar lo hago como un proyecto, paso a paso y con un orden meticuloso. Me abstraigo y me sirve casi como una sesión de meditación zen, vaya ¡que descansa mucho la mente!
Luego, si ha resultado bueno, al degustarlo levitamos todos 🙂 🙂
Un abrazo
ramón
Hola,
cuando vengas por Madrid vas a tener que preparar ese rape. Aunque no sea el de Gotemburgo.A Magnus se le ve muy profesional.
Hola Patri,
pues si hay que cocinarlo para todos, ya puedes ir preparando la paella gigante…