La madrastra y su santa víctima

Las leyendas de madrastras malvadas no son fruto exclusivo de la imaginación creadora de los hermanos Grimm (Jacobo 1785-1863 y Wilhelm 1786 – 1859); los dos alemanes que idearon el personaje cruel de la reina Grimhilde, aquella que hizo todo lo posible por acabar con su hijastra Blancanieves; o de otros que dieron forma a ese otro cuento en el que otra terrible madrastra acosaba feroz a la Cenicienta, por ejemplo Charles Perrault (1628 – 1703), Giambattista Basile (1566 – 1632) y muchos cuentistas antiguos y medievales, de Europa y Asia.
Pues bien, en mi reciente visita a Torekov en Escania descubrí (en los paneles locales)que hubo un rey danés de la Baja Edad Media cuyo reino incluía la Bjärekusten («la costa del oso»), que hoy es parte de Suecia (región de Skåne), que según la leyenda tenía dos hijos y una hija. A la muerte de la reina se casó en segundas nupcias con una mujer de mala entraña, cuyo nombre no ha llegado hasta nosotros, pero sí los de los dos príncipes Arild y Gille y la princesa Thora, cuya muerte urdió la madrastra de acuerdo con un patrón de barco corrompido. Siguiendo sus órdenes, aquel desaprensivo hizo naufragar el barco en el que iban los tres infelices (otras versiones dicen que la joven era noruega y fue asesinada a bordo y arrojada al mar).
Fuese como fuese, el mar arrastró el cadáver de la princesa a una playa, donde al pie de una roca lo encontró un pescador ciego, Frenne, quien recobró la vista al contacto con el cuerpo de la ahogada. El hombre, agradecido, hizo erigir una capilla en el lugar, es decir cerca de la orilla, junto al puerto de Torekov, donde la princesa fue enterrada.

Cientos de años después, esa pequeña iglesia quedó reducida a sus cimientos en un incendio provocado por radicales iconoclastas en 1858, y el relicario de cobre con sus restos consumido por las llamas.

A los pies de la roca donde el pescador encontró el cuerpo de la princesa había brotado una fuente, de agua dulce y clara, que, según antiguos testimonios, producía curaciones milagrosas al beber de la misma.

Los muchos milagros que ese agua y las oraciones a la mártir producían hicieron famosa a la princesa, que finalmente fue considerada santa. Ni siquiera la Reforma protestante pudo acabar con aquella tradición, que continuó incluso después de los luctuosos sucesos de mediados del siglo XIX que acabaron con su capilla.
Persistió empero la tradición y la estatua de Santa Thora es parte hoy del patrimonio de Torekov.
Se dice que es la protectora de aquellas mujeres embarazadas que le imploran para que les garantice una preñez y un parto felices. Esta fama junto con otros milagros que le atribuyen las crónicas han hecho olvidar las pasiones iconoclastas hoy ya superadas. La iglesia de Torekov, construida tras el incendio de la antigua capilla, guarda su memoria.

Uno de los estudiosos de aquellos tiempos milagrosos (*) fue el obispo católico Bernt David Assarsson (1892-1955) quien intervino en un famoso debate en la universidad de Uppsala con un político socialdemócrata Fabian Månsson (1872-1938), que promovió en 1917 el Sverges socialdemokratiska vänsterparti, miembro de la Tercera Internacional (Komitern), del cual surgió el Partido Comunista sueco, hoy llamado Partido de la Izquierda (Vänsterpartiet).
Por entonces ciertos obispos protestantes suecos llevaban años denunciando la propaganda papista, aunque la minoría católica sólo alcanzase por entonces los 5000 fieles.
Para entender mejor el contexto hay que decir que en la Iglesia Sueca (luterana) siempre han funcionado los partidos con sus grupos, y en aquella época ya eran sólidos sus vínculos con la socialdemocracia. Desde 1970 hay elecciones periódicas, actualmente cada cuatro años, para elegir sus órganos directivos a nivel nacional, regional y local tras una campaña electoral. El Partido Socialdemócrata obtiene siempre casi un tercio de los representantes. El movimiento por una «Iglesia Abierta», que quiere eliminar la politización de la Iglesia Sueca ha obtenido recientemente algunos magros resultados. En las elecciones del 2021 participó un 18,4 % del electorado.
Pero volvamos a aquel debate…
En aquella disputa ante un numeroso publico, el político habló largamente sobre la incompatibilidad del socialismo y el catolicismo, que consideraba opuesto a la modernidad. Por entonces era papa Pío XI, adversario declarado de los totalitarismos de la época y de las persecuciones religiosas. Y conviene recordar que en el régimen social-democrático de la Suecia de entonces ninguna persona de confesión católica podía ser maestro o profesor de una escuela pública, ni acceder a la profesión de enfermero o enfermera; entre otras limitaciones a la libertad religiosa que no se suprimieron hasta 1951, mientras que en Dinamarca se cancelaron esas restricciones a la libertad de religión un siglo antes, en 1849.
El obispo católico Assarsson, jesuita e historiador, quien ya había mantenido un debate similar el año antes, le dio la réplica al político Månsson del Arbetarepartiet–Socialdemokraterna («partido del trabajo- socialdemócratas»). Algo de todo esto se relata en el ensayo de la investigadora de la Universidad de Lund Yvonne Maria Werner, publicado en el año 2000, del cual cito el final:
Den ecklesiologiska nyorienteringen i samband med andra vatikankonciliet har lett till att de tidigare så spända förhållandet till Svenska kyrkan och övriga protestantiska samfund ersatts med ekumenisk samverkan. Men trots att den katolska kyrkan sålunda blivit en accepterad och integrerad religiös faktor i det svenska samhället kvarstår ännu många av de fördomar, som Assarsson försökte åtgärda redan på 1920-talet. (…) Detta är en stor utmaning för alla katolska humanister och teologer!
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La reorientación eclesiológica a raíz del Concilio Vaticano cambió la relación previamente tensa con la Iglesia de Suecia y otras denominaciones protestantes y fue reemplazada por la cooperación ecuménica. Pero a pesar de que la Iglesia católica se ha convertido así en un factor religioso aceptado e integrado en la sociedad sueca, muchos de aquellos prejuicios que Assarsson intentó remediar ya en la década de 1920 aún permanecen. (…) ¡Este es un gran desafío para todos los humanistas y teólogos católicos!
Werner, Y. M. Monsignore David Assarsson: den skånsk-katolske skandinavisten, en ”Med hjärtats öga: Studier och essayer tillägnade Lars Cavallin”, I K. Blückert, & A.Blückert (Red.), Catholica, Lund University 2000, 17 pp.

Pero volvamos al pueblo de Santa Thora, destino de peregrinaciones anuales :
Como no quiero que se queden con una sensación trágica sobre Torekov, les traigo algunas imágenes de su puerto, otrora principalmente pesquero, y de sus alrededores. El pueblo se sitúa inmediatamente al sur de la reserva natural de la Bjärekusten.





Notas:
(*) Berndt David Assarsson, Sanct Arild,1922
No he encontrado esta hagiografía que se atribuye al obispo Assarsson, pero efectivamente hay una leyenda de San Arild que tiene analogías con la de Santa Thora por ciertas peculiaridades comunes: pues también le devuelve la vista a un ciego llamado Frenne, que asimismo encuentra su cuerpo junto a una piedra de la playa. Pero ahí acaban las coincidencias, pues hay cosas que no coinciden: en este caso no tiene una hermana sino un hermano, que es San Tore o Tora. Además no son príncipes, ni hijos de un rey, ni hay una madrastra, y esto ocurre en la comarca vecina a Torekov, la del pueblo de Västra Karup, donde también hay una iglesia a la que acuden los peregrinos, ya que San Tora es un santo muy milagroso, en este caso para problemas de la vista.
Por si fuera poco, la cosa la complica un tercer pueblo de nombre Arild, donde en esta versión de la leyenda sólo hay Arild y Tore. No hay ninguna chica y son hijos de una viuda. El malo no es una madrastra sino un padrastro, el perverso David, que se ha casado con la viuda y que incendia el barco en el que van los dos hermanos para quedarse con la herencia de la viuda. El cuerpo de Arild acaba en la bahía de Skälderviken y es el de Tore el que llega a Torekov. Así que el cuerpo flotante que llega a Torekov no sería el de Santa Tora sino el de San Tore.
Conclusión:
Confieso que todo esto me está pareciendo una batalla hagiográfica entre poblaciones vecinas: Torekov, Västra Karup y Arild; es decir, algo así como en España Vitigudino de arriba y Vitigudino de abajo, pero en este caso cada pueblo tratando de arrimar el santo o la santa a su sardina. ¡Y eso que la Reforma protestante eliminó el culto a los santos!
Puede que la próxima vez que venga a Torekov me acercque también a Västra Karup y a Arild a ver lo que allí encuentro. O mejor dejarlo estar y elegir leyenda. Y en tal tesitura, yo, para seguir a los clásicos de mi infancia, me quedo con la de la princesa y su madrastra (**). Además la santa chiquilla de la estatua me cae bien.
Linda rosa de Torekov. A propósito de la foto de la rosa le dije a Rosi que Santa Thora es patrona de las embarazadas y que en Torekov (hasta donde he leído tu blog) se fundó un partido socialista. Rosi comentó «Suecia siempre ha sido un poco comunistoide»…
No le comenté que varios Tertulianos han trabajado en Arequipa (que mañana 15 de agosto está de fiesta) si no me equivoco tu y Pablo Secada)
Gracias Bernardo y cariños a Rosi de mi parte. No fue exactamente en Torekov donde se fundó ese partido, pero sí el lugar donde se inició la leyenda de Santa Thora. Sobre su hermano Arild canonizado en otra versión de la leyenda escribió el obispo católico de Escania que cito en el post y que polemizó con el fundador de aquel nuevo partido al que también me refiero.