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Breverías erasmianas (LI): «Ne magna loquaris» («No seas grandilocuente»)

7 agosto, 2022
«Bocas». García Hidalgo, s.XVII, Biblioteca Nacional de España

«Ne magna loquaris«

No seas grandilocuente

Adagio II, II, 52

Así comienza Erasmo la glosa de este adagio:

Μὴ μεγάλα λέγε, id est Νe grandia loquaris. Refertur a Diogeniano. Αdmonet temperandum esse a magniloquentia jactantiaque, qua nihil omnium intolerabilius. Dictum est autem propter Nemesim deam, quae grandiloquentiam hujusmodi non sinit impunitam.

.

No hables a lo grande. Lo cita Diogeniano. Advierte que hay que abstenerse de la perorata grandilocuente y jactanciosa pues no hay nada más intolerable. También alude a que la diosa Némesis no dejaba sin castigo esta forma ampulosa de hablar.

.

Diogenianus, 6.70b (*)

Este es pues un proverbio siempre oportuno, especialmente aplicable a la cantidad de discursos de gente con responsabilidades de gobierno o que representan al electorado, que no dejan de colgarse medallas para disimular sus fracasos y evitar responder con objetividad a quienes les critican.

En el comentario al adagio, Erasmo refiere y cita por este orden la glosa de este adagio nada menos que por Cicerón, Aristófanes, el dios Baco, Sófocles, Teócrito, Teognis, Platón, Píndaro, Virgilio, Sófocles de nuevo, Eurípides, Terencio y Horacio. Lo que demuestra que, cuando no había internet para encontrarlo todo, había sabios eruditos como Erasmo que tenían una auténtica biblioteca en la cabeza, además de disponer de compilaciones excepcionales. Una de ellas fue la del gramático Diogeniano (siglo II, d.C.), de quien muchos usaron su repertorio de proverbios (de ahí la referencia erasmiana), que más tarde reeditaría, en 1612 en Amberes, con el título de Adagia sive proverbia Graecorum el jesuita flamenco Andreas Scottus (*).

***

Por mi parte, para compensar el riesgo de grandilocuencia, ilustraré mi brevería erasmiana de este domingo con imágenes de cosas simples. Empezando por un detalle de un cuadro de mi profesor de pintura y amigo Giuseppe Modica.

Giuseppe Modica, detalle de unos limones al óleo sobre lienzo

M. Tullius Epistolarum ad Atticum libro quarto, epistola octava :     

Ne quando jactes, ni prius perfeceris.

.

M. Tulio [Cicerón] le escribe a Ático en sus epístolas :

Nunca presumas, antes de haberlo logrado.

Ad Atticum, 4.8.1

Del político y orador romano, nuestro humanista pasa a citar a un dramaturgo griego:

Aristophanes in Ranis :

           Ὦ δαιμόνι’ ἀνδρὦν, μὴ μεγάλα λίαν λέγε,

           id est, Mirande vir, ne magna nimium dixeris.

His verbis Bacchus reprimit Euripidem per arrogantiam semet anteponentem Aeschylo.

.

Aristófanes en Las ranas:

Honorable caballero, te ruego no hables con jactancia.

Con estas palabras reprende Baco a Eurípides, por la arrogancia con que se antepone a Esquilo.

.

Erasmo usa una edición latina de 1526 de «Las ranas», 835,
Sebastian Vrancx. Alegoría del verano

Entre las abundantes citas de Erasmo, esta es la del filósofo:

Plato in Phaedone :

Μὴ μέγα λέγε, μήτις ἡμὦν βασκανία περιτρέψᾙ τὸν λόγον τὸν μέλλοντα λέγεσθαι,

id est:

Ne loquere grandia, ne qua nobis invidia futuram orationem interturbet. Antiquitas enim finxit deam Νemesim, jactantiae ultricem.

.

Platón en el Fedón:

No hables grandiosamente, no sea que la malevolencia perturbe la continuación del discurso – ya que los Antiguos idearon una diosa llamada Némesis vengadora de la jactancia.

.

Fedón, 95b.
Tomates, foto R. Puig

No podían faltar los poetas, que se refieren a la hostilidad, divina o humana, que generan los jactanciosos.

Empezando por Píndaro:

Ita Pindarus in «Isthmiis» hymno quarto : 

Ἀλλ’ ὅμως καύχημα κατάβρεχε σιγᾶ·

Ζεὺς τάδε καὶ τὰ νέμει,

id est:

Attamen gloriationem obnubila silentio: Juppiter haec, et illa partitur.  Est enim unica placandae invidiae ratio : si, quod accidit boni, ad auctorem deum referatur.

.

Sin embargo disimula algo tu jactancia con el silencio: es Júpiter quien reparte estas y otras cosas. Porque sólo hay una forma de aplacar la causa de su hostilidad: si todo lo bueno que ocurre, se le atribuye a Dios su autor.

__

Idem in «Nemeis», hymno decimo :

Ἔστι δὲ καὶ κόρος ἀνθρώπων βαρὺς ἀντιάσαι,

id est:

Est autem grave in hominum invidiam incidere. Est enim invidum mortalium ingenium, nec ulla re citius saturatur quam audiendis laudibus.

.

Es además cosa grave ser objeto de la envidia humana. Los celos son atributo de los mortales, y con nada se calman tan rápido como oyendo que les alaban.

Idem ejusdem operis hymno quinto :

Αἰδέομαι μέγα εἰπεἶν.

.

Y lo mismo en el himno quinto de sus obras:

Me modero al exaltar una hazaña

.

Ístmicas, 5. 51-2; Nemeas, 10.20 y 5.14

Acto seguido, Erasmo trae a colación a Virgilio, que escribió algo parecido:

Huc allusisse videtur Vergilius libro decimo :

«Dixerat ille aliquid magnum».

Invenitur saepius et μέγα φρονεἶν pro eo, quod est insolentem atque elatum esse.

.

Virgilio parece aludir a lo mismo cuando comenta en su libro décimo :

«Él había cantado algo grandioso».

A menudo se interpreta ‘μέγα φρονεἶν’ como ser insolente y exaltado.

.

Eneida, 10, verso 547

Como final de su glosa Erasmo recuerda que otros clásicos aludieron al «lenguaje trágico» o tragikós légein (Terencio), al habla jactanciosa del soldado fanfarrón (Plauto) y a la forma bombástica de expresarse con ampulosas palabras, sesquipedalia verba o «palabras de un pie y medio» (Horacio).

***

Son ya altas las horas de la madrugada del domingo 7 de julio y pienso que mi intención de acabar con una moraleja resultaría en un fárrago grandilocuente y jactancioso, fruto de la somnolencia que me invade, que a cualquiera de los lectores les iba a parecer una infección de ese lenguaje trágico del que se ocuparon los autores citados por Erasmo y que de eso ya tienen bastante con las realidades que encontramos a suficiencia cuando nos asomamos a la actualidad que nos circunda.

Así que prefiero acabar con la imagen de una humilde flor de la sierra de Guadarrama, que un excelente pintor que a la vera de sus montes vive ha colocado en un humilde bote, supongo que de leche condensada.

«Jara», Juan Carlos Savater, oleo sobre lienzo, 2015

Notas

(*) Diogenianus, 6.70b, Cfr. Corpus Paroemiographorum Graecorum: Volume 1, Paroemiographi Graeci: Zenobius, Diogenianus, Plutarchus, Gregorius Cyprius cum Appendice Proverbiorum, Coordinators: Leutsch E. L. von, Schneidewin F. G.,Cambridge Library Collection – Classics Series September 2010.

(**) Colección «Peces de los mares de España»

Fuente latina: Les Adages d’Érasme, Les Belles Lettres et le GRAC (UMR 5037), Lyon 2010 (traducción mía)

***

«Por la boca muere el pez» detalle (**)
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