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Charles-Pierre Baudelaire (I)

18 abril, 2021
Les fleurs. Foto R.Puig

Los estudios del Bachillerato me habían dejado un recuerdo confuso («confusas palabras» leería años más tarde en «Las flores del mal») del padre de «la poesía simbolista». El término Simbolismo se acuñaría veinte años después de su muerte.

Ese recuerdo brumoso estaba ligado a la censura de las malas influencias literarias en la mente de los alumnos adolescentes de un colegio católico en la España de los años 50 del siglo pasado, entre las cuales Charles Baudelaire (1821 – 1867) ocupaba el liderazgo.

Pero serían precisamente las clases de un profesor jesuita (*), en mis estudios universitarios de Letras, las que me convirtieron en un devoto lector del poeta que, más allá de la anécdota de su condena como maldito por pudorosos jueces franceses en agosto de 1857, se me revelaba como un ensayista y un renovador de la crítica del arte, un artífice de la prosa poética y, por supuesto, como el iniciador de una forma de escribir poesía de la que todavía hoy somos deudores.

Fue a través de las lecturas que aquel maestro nos presentaba di mis primeros pasos en la lengua francesa y descubrí la crítica literaria a través de un libro excelente («La conscience critique» de Georges Poulet, Librairie José Corti, Paris 1971).

En sus páginas se subrayaba esta definición del poeta:

El poeta, situado sobre uno de los puntos de la circunferencia de la humanidad, devuelve sobre la misma línea en vibraciones más melodiosas el pensamiento que se le ha transmitido

Poulet,op.cit. p.47

Un poeta cuando en sus Flores del mal traza el retrato de conductas y dependencias irrefrenables, derrama compasión en sus retratos de nuestras fragilidades

Je vois s’épanouir vos passions novices;

Sombres ou lumineux, je vis vos jours perdus;

Mon coeur multiplié jouit de tous vos vices!

Mon âme resplendit de toutes vos vertus!

Yo veo cómo florecen vuestras pasiones novicias;

sombríos o luminosos, vivo vuestros días perdidos;

¡mi corazón henchido goza de todos vuestros vicios!

¡mi alma resplandece con todas vuestras virtudes!

.

Extracto de «Les petites vieilles», Oeuvres complètes, Éditions du Seuil, Paris 1968, p.98 (traducción propia)

Comenzó mi peregrinaje por la obra de Baudelaire, cuna de la modernidad poética occidental, por dos poemas que son como impulsos complementarios, vertical y horizontal, de la mente en comunicación con la naturaleza, o la naturaleza que vibra en la mente del poeta, en un viaje de ida y vuelta cuyos movimientos finales son los que el lector mime en su propio espíritu.

Baudelaire por Courbet, hacia 1848 -1849

Élévation

Au-dessus des étangs, au-dessus des vallées,
Des montagnes, des bois, des nuages, des mers,
Par delà le soleil, par de là les éthers,
Par delà les confins des sphères étoilées,

.

Más alto que los estanques, más arriba de los valles,

de las montañas, los bosques, las nubes, los mares,

más allá del sol, más allá de los éteres,

más allá de los confines de las esferas esteladas,

.

Mon esprit, tu te meus avec agilité,
Et, comme un bon nageur qui se pâme dans l’onde,
Tu sillonnes gaiement l’immensité profonde
Avec une indicible et mâle volupté.

.

Mi espíritu, ágilmente te mueves

y, como buen nadador que se abandona a la ola,

alegremente atraviesas la inmensidad profunda

con una indecible voluptuosidad viril.

.

Envole-toi bien loin de ces miasmes morbides;
Va te purifier dans l’air supérieur,
Et bois, comme une pure et divine liqueur,
Le feu clair qui remplit les espaces limpides.

.

Aléjate en tu vuelo de estos miasmas mórbidos;

ve a purificarte en el aire superior,

y bebe, como un puro y divino licor,

el fuego claro que inunda los espacios límpidos.

.

Derrière les ennuis et les vastes chagrins
Qui chargent de leur poids l’existence brumeuse,
Heureux celui qui peut d’une aile vigoureuse
S’élancer vers les champs lumineux et sereins;

.

Dejando atrás las tristezas y los vastos tormentos

que agobian con su peso la existencia brumosa,

feliz es quien puede con ala vigorosa

volar hacia los campos luminosos y serenos.

.

Celui dont les pensers, comme des alouettes,
Vers les cieux le matin prennent un libre essor,
— Qui plane sur la vie, et comprend sans effort
Le langage des fleurs et des choses muettes!

.

Aquél cuyos pensamientos, a manera de alondras,

de mañana se alzan libres hacia el cénit del cielo,

– ¡quien sobrevuela la vida, y comprende sin esfuerzo

el habla de las flores y el silencio de las cosas!

.

Les Fleurs du Mal, Oeuvres complètes, Éditions du Seuil, Paris 1968, p.46 (traducción propia)
Fuente: Oeuvres complètes, Éditions du Seuil, Paris 1968

Correspondances

La Nature est un temple où de vivants piliers
Laissent parfois sortir de confuses paroles;
L’homme y passe à travers des forêts de symboles
Qui l’observent avec des regards familiers.

.

La Naturaleza es un templo cuyos pilares vivos

dejan salir a veces sus mensajes confusos;

el hombre lo atraviesa entre bosques de símbolos

que con miradas familiares le observan.

.

Comme de longs échos qui de loin se confondent
Dans une ténébreuse et profonde unité,
Vaste comme la nuit et comme la clarté,
Les parfums, les couleurs et les sons se répondent.

.

Como largos ecos que lejos se confunden

en una tenebrosa y profunda unidad,

vasta como la noche y como la claridad,

perfumes, colores y sonidos se responden.

.

II est des parfums frais comme des chairs d’enfants,
Doux comme les hautbois, verts comme les prairies,
— Et d’autres, corrompus, riches et triomphants,

.

Hay perfumes frescos como la piel de los niños,

dulces como oboes, verdes como praderas,

-Y hay otros corrompidos, ricos y triunfantes,

.

Ayant l’expansion des choses infinies,
Comme l’ambre, le musc, le benjoin et l’encens,
Qui chantent les transports de l’esprit et des sens.

.

que poseen la expansión de cosas infinitas,

como el ámbar, el almizcle, el benjuí y el incienso,

que cantan los embelesos de la mente y los sentidos.

.

Les Fleurs du Mal, Oeuvres complètes, Éditions du Seuil, Paris 1968, p.46 (traducción propia)
Baudelaire fotografiado por Étienne Carjat (1863)

(*) José Luis Rouillon Arróspide S.J. (1928 – 2001), en esta entrada del blog, al final se citan las obras de mi recordado maestro.

4 comentarios leave one →
  1. 18 abril, 2021 22:38

    Respecto a la cuestión de las malas influencias y otras gaitas y moralinas nacionalcatolicistas, quizá haya tenido más suerte que tú, Ramón, en mi bachillerato 🙂

    Año arriba, año abajo, creo que por ahí andamos, pero quizá, gracias al Instituto público y mixto que me educó, más un padre que nada me negaba en lo que a lecturas concernía, Baudelaire cayó en mis manos siendo muy, muy jovencita. Más tarde, como profe de algún cursos de francés, de «Las flores del mal», jamás dejó de aparecer en clase, mínimamente, «El albatros», el primer poema que le leí y que definitivamente me enamoró de su autor. Su último verso aún lo silabeo con frecuencia para describir a ciertas adorables y ‘raras’ personas; no solo poetas, por cierto: «Ses ailes de géant l’empêchent de marcher»

    Dispensa la confianza, pero es superior a mis fuerzas el no incluir el poema completo en el comentario. Seguramente te lo sabrás de memoria, pero tu blog ha de tener ‘milicientos’ lectores y alguno de ellos quizá aún lo desconozca.

    L’Albatros

    Souvent, pour s’amuser, les hommes d’équipage
    Prennent des albatros, vastes oiseaux des mers,
    Qui suivent, indolents compagnons de voyage,
    Le navire glissant sur les gouffres amers.

    À peine les ont-ils déposés sur les planches,
    Que ces rois de l’azur, maladroits et honteux,
    Laissent piteusement leurs grandes ailes blanches
    Comme des avirons traîner à côté d’eux.

    Ce voyageur ailé, comme il est gauche et veule!
    Lui, naguère si beau, qu’il est comique et laid!
    L’un agace son bec avec un brûle-gueule,
    L’autre mime, en boitant, l’infirme qui volait!

    Le Poète est semblable au prince des nuées
    Qui hante la tempête et se rit de l’archer;
    Exilé sur le sol au milieu des huées,
    Ses ailes de géant l’empêchent de marcher.

  2. 19 abril, 2021 13:29

    Muchas gracias, Luisa.

    Sí, tuve censuras en materias de lecturas oficiales, pero no faltaron profesores excepcionales de Historia, Literatura y Gramática castellanas, Biología (salvo ciertos detalles que puedes imaginar) y Filosofía, por ejemplo; y en los laboratorios de Física y Química pasé algunas de las horas mejores de mis años de bachillerato, además teníamos audiciones de música clásica en el salón de actos, de las que disfruté y me crearon una benéfica adición que perdura.

    En cuanto a Baudelaire (en el bicentenario de su nacimiento estamos), me estás tentando a traducir El albatros, ya te veo venir. Efectivamente es una hermosa alegoría del poeta y sus exilios.

  3. BERNARDO permalink
    20 abril, 2021 22:10

    A propósito de Baudelaire descubrí ‘el libro’ de Charles Poulet y sobre todo la figura y las obras de Rouillon. Yo siempre hablaba de José Luis como el maestrillo de 5to de Secundaria que me enseñó a escribir (junto con Manuel Benavides), pero leyendo tu blog empiezo a admirar su fabulosa personalidad y sus obras en literatura y cine. No soy nadie pero te agradezco que me hayas ayudado a repensar mi dedicación a la poesía y a mi propia vocación de ‘artista’

  4. 21 abril, 2021 07:57

    Tus comentarios me ayudan mucho a seguir pensando que soy útil.
    Un día nos hablamos, también me abrió caminos Benavides.
    Un fuerte abrazo.

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