En medio del verano

En medio del verano. Foto R.Puig
Este no es un verano como los otros, los días llegan y se van como otros años, pero no del mismo modo. De alguna forma el sol lo sabe. A cada amanecer su rostro siendo diverso siempre es el mismo; como si nos dijese: «¿Acaso pensáis que todo esto es nuevo?»
Encore frissonnant
Sous la peau des ténèbres,
Tous les matins je dois
Recomposer un homme
Avec tout ce mélange
De mes jours précédents
Et le peu qui me reste
De mes jours à venir.
Me voici tout entier,
Je vais vers la fenêtre.
Lumière de ce jour,
Je viens du fond des temps,
Respecte avec douceur
Mes minutes obscures,
Épargne encore un peu
Ce que j’ai de nocturne,
D’étoilé en dedans
Et de prêt à mourir
Sous le soleil montant
Qui ne sait que grandir.
Ayer al amanecer. Foto R.Puig
Temblando todavía
Bajo la piel de sombra,
Cada amanecer debo
Recomponer un hombre
Con la mezcla confusa
De mis días pasados
Y lo poco que queda
De mis días futuros.
Heme aquí todo entero,
Voy hacia la ventana.
Rayo del día, surjo
Del fondo de los tiempos,
Respeta dulcemente
Mis minutos oscuros,
Aleja una hora más
Lo que hay en mí de noche,
De estrellado por dentro,
De dispuesto a morir
Bajo este sol naciente
Que crece sin cesar.
Jules Supervielle. La Fable du Monde, Nocturne en plein jour (La Fábula del mundo, Nocturno en pleno día) 1938. (Traducción propia en «Jules Supervielle, Vivir y Quehacer del Poeta, Valencia, Pretextos 2009)
Variación
Ha habido también algún que otro día en el que las nubes fueron de lluvia y algo nos dejaron
Llegaron nubes… Foto R.Puig
.
Nota de diario
Hoy ha llovido. En medio del verano
sintióse como un auge, una zozobra,
un vago malestar.
.
Llegaron nubes
a través del calor tan luminoso
derramando su sombra refrescante
sobre techos, terrazas y balcones
cual si un respiro aciago, una advertencia
nos hiciera salir del indolente
mecanismo vital.
.
Miramos lejos
el pausado avanzar que se avecina
mientras que se agitaban como alas
blancos sudarios, todo repentino
como un cambio de humor, como esperanza.
Dejamos los aperos…
.
Para nada.
Poco después reinaba esa concordia
de nuestro habitual ese extenderse
de un trasparente cielo vespertino.
Cual todo lo que pasa ya la lluvia
iba a ser incrustada en la memoria
como un fresco joyel.
.
El hombre anota
los breves alicientes de la vida
como el amor, los frutos tornadizos
las fechas memorables, pero sólo
confía en la constante indiferencia
de lo que es y fue, y será, lo mismo.
…en la constante indiferencia. Foto R.Puig
Juan Gil-Albert, Obra poética completa, vol. 3, Institución Alfonso el Magnánimo, Valencia, 1981, pp. 138-139.