Al hilo de unos versos de Théophile de Viau
Estaba hace unos días hojeando un viejo carnet de notas y di con un texto que traduje hace ya casi doce años. Son versos de un poeta barroco francés, Théophile de Viau (1590 –1626), puede que el más leído en Francia durante el primer tercio del siglo XVII, coetáneo de nuestros Góngora y Quevedo, aunque por desgracia menos longevo.
Ya que en las anteriores crónicas he tratado mucho del mar, del viento, del cielo, de los pescadores y de la luna, pensé en reproducirlo aquí.
Los versos que me motivaron y que hoy comparto rezan así:
Les zéphirs se donnent aux flots,
Les flots se donnent à la lune,
Les navires aux matelots,
Les matelots à la fortune
…
El viento se da a las olas,
Las olas se dan a la luna,
Los barcos al marinero,
El marinero a la fortuna
Son un fragmento de la Oda al marqués de Buckingham, en la que subyace la filosofía de la naturaleza, una especie de determinismo deísta, de Théophile de Viau.
Continua del siguiente modo:
Tout ce que l’univers conçoit
Nous apporte ce qu’il reçoit
…
Cuanto el universo concibe
Nos aporta lo que recibe
Théophile de Viau tenía el don de traducir sus sentimientos con imágenes del mundo natural y del paisaje. Tanto es así que, no obstante ser un poeta barroco, fue considerado por algunos románticos como su antecesor. En realidad anticipó la modernidad con su poesía y su vida libre. De esta oda fluye un corolario que el poeta deja que su lector deduzca: si en los varios reinos de la naturaleza, los entes y los seres reciben para, a su vez, dar a otros; si las abejas, las rocas, los campos, los árboles y hasta los desiertos más estériles reciben para dar ¿cuál será el objeto de la vida humana y cuál la finalidad del amor?
Víctima de la homofobia
El poeta murió joven tras años de persecución y de reclusión. No supo cuidarse del odio contra los libertinos de los clérigos y de los moralistas de su tiempo. No contó con el arma de los milenarios libros sagrados y con un jesuita, el abate Gossaret (1585-1631), que fue su más empedernido lector, no por amor de la poesía, sino por su ímpetu de inquisidor.
Aquel censor concienzudo dedicó interminables horas a escudriñar morbosamente los poemas de Teófilo (nombre que significa “el amante de Dios”), obsesionado por demostrar que el poeta ensalzaba no sólo la libertad de las costumbres amorosas, sino, mucho peor, la nefanda sodomía.
Finalmente aquel abate, que gozó de sonora y efímera fama en su tiempo (1622 a 1625) como incansable querellante y perseguidor de ateos y libertinos, cayó en desgracia ante el cardenal Richelieu y Luis XIII y perdió en consecuencia el apoyo de sus superiores que, en verdad, ya estaban preocupados por sus desvaríos, pues había publicado sin permiso una Suma Teológica en la que, sintiéndose otro Tomás de Aquino, explicaba los dogmas con metáforas. Por ejemplo, el misterio de la Encarnación se elucidaba con una analogía ecuestre. El provincial de los jesuitas lo desterró a Poitiers, a cuidar apestados, y allí murió en 1631. Hoy nadie lo recuerda, salvo los eruditos, mientras el poeta sigue editándose.
Lo malo es que el padre Gossaret había antes conseguido que Téophile de Viau, poeta, dramaturgo y tratadista, fuese procesado como supuesto apologista de la homosexualidad (de la sodomía en términos de entonces) por el Parlamento de París, condenado a caminar descalzo frente a la catedral de Notre Dame y a morir allí mismo en la hoguera. Como no se dejó atrapar, lo quemaron en efigie el día 18 de agosto de 1623.
En setiembre del mismo año lo capturaron cerca de la frontera con Flandes y lo mantuvieron en un calabozo durante dos años. Su cautividad fue fatal para su salud. Murió joven, en 1626, probablemente de tuberculosis Precisamente él, que había dado a los jóvenes el siguiente consejo:
Jóvenes, mientras la edad os lo permita, gozad como yo de la vida y que todos los días de vuestra primavera, gobernados por la mano de seda del amor, os preparen un agradable otoño, de modo que un delicioso recordar os devuelva los placeres pasados y os ayude a soportar el peso de la fastidiosa vejez.
(extracto de «Larissa»)
Al tipo de censores intolerantes e hipócritas que le perseguían aluden seguramente otros versos del poeta, escritos en prisión:
Certains critiques curieux
En trouvent les mœurs offensées,
Mais leurs soupçons injurieux
Sont les crimes de leurs pensées.
Le dessein de la chasteté
Prend une honnête liberté
Et franchit les sottes limites
Que prescrivent les imposteurs
Qui, sous des robes de docteurs,
Ont des âmes de sodomites.
Le Ciel nous donne la beauté
Pour une marque de sa grâce :
C’est par où sa divinité
Marque toujours un peu sa trace.
Tous les objets les mieux formés
Doivent être les mieux aimés,
Si ce n’est qu’une âme maligne,
Esclave d’un corps vicieux,
Combatte les faveurs des cieux
Et démente son origine.
…
Ciertos críticos curiosos
Dicen las costumbres ofendidas,
Pero sus sospechas injuriosas
Son sus pensares malévolos.
Desea la castidad
Darse honesta libertad
Y desborda estultos límites
Prescritos por impostores
Que, bajo capa de doctores,
Ocultan almas sodomitas.
El Cielo nos da la belleza
Como marca de su gracia:
Siempre la divinidad en ella
Imprime un poco su huella.
Todos los objetos bien formados
Están para ser más amados,
Salvo que un alma maligna,
Esclava de un cuerpo corrompido,
Combata el favor de los cielos
Y reniegue de su origen.
Oda IV de “La maison de Sylvie”
La homofobia de hoy
Hoy en día, el odio a las personas homosexuales sigue tan vivo o más que en el siglo XVII. Las leyes y las prácticas homofóbicas son de triste actualidad en la Rusia de Putin o en la Uganda de Museveni (en este caso importadas por misioneros evangelistas norteamericanos).
Variante de lo mismo, aunque no digan su nombre, son en Francia las campañas contra el matrimonio de parejas del mismo sexo. Los fundamentalistas de raíz bíblica o islámica que incitan a la persecución de los homosexuales y lesbianas en África, en Asia, Oriente Medio o América, la marginación y penalización de la homosexualidad en Rusia o los absurdos intentos de discriminar a las parejas homosexuales por motivos de “libertad religiosa” de los comerciantes de Arizona, forman parte de la ideología y los prejuicios atávicos de quienes propugnan una moral basada en preceptos vetustos, supuestamente revelados por la divinidad, que pretenden monopolizar «la ley natural» y quieren someter a los demás a sus propias leyendas y creencias.
Sólo hemos citado los más recientes ejemplos de aquellos estados donde ser gay o lesbiana es un delito que puede llevar aparejada incluso la pena de muerte como es el caso de Irán, Mauritania, Arabia Saudita, Sudán y Yemen, pues son muchos los países donde ser gay es un delito
Anclada en temores y prejuicios ancestrales, la plaga de la homofobia, cuando parece batirse en retirada en algunos países, renace sin cesar en otros, como las cabezas de la mítica hidra de Lerna.
Sobre esa ola de terror y odios surfean no pocos clérigos y políticos, mientras muchos se valen de ella para sus ajustes de cuentas y linchamientos.
Contra el invierno
Acabaré con otros versos de Théophile de Viau, que traducen lo que muchos de mis amigos y lectores de España y de Europa, así como de Norteamérica y otros países del hemisferio norte han probablemente sentido durante los meses de este invierno inclemente que ya toca a su fin (*)
Se trata de la primera estrofa de una de sus odas:
Contre l’hiver
Plein de colère et de raison
Contre toi, barbare saison,
Je prepare une rude guerre,
Malgré les lois de l’univers,
Qui de la glace des hivers
Chassent les flammes du tonnerre,
Aujourd’hui l’ire de mes vers
Des foudres contre toi desserre.
….
Rebosante de cólera y razón
Contra ti, bárbara estación,
Preparo una ruda guerra
Pese a las leyes del universo,
Que de los hielos invernales
Expulsan los fulgores del trueno,
Hoy la ira de mis versos
Contra ti desata rayos.
…..
Ojalá que el calor de la poesía y la palabra acaben por desterrar de nuestro mundo la helada crueldad de esas ideologías, fanatismos y fundamentalismo, que condenan a un bárbaro invierno irracional a millones de personas.
———-
(*) Además, les deseo a mis amigos de Bolivia que hayan parado las lluvias que han causado este año tantos desastres, en particular en el Beni y en Rurrenabaque, donde han estado sin agua potable y sin electricidad durante largas semanas. Ojalá recuperen pronto la vida normal.
++++++
NB: las traducciones del francés al castellano son del autor del blog
Gracias, Jordi.
Te deseo muchas satisfacciones con tu aventura literaria.
Saludos
Ramón
Qué entrada tan maravillosa. Gracias!
Me alegro de que le haya gustado. Un cordial saludo.
Ramón