Saltar al contenido

Cuando al Arte le crece la nariz…

8 diciembre, 2010
Calamita cosmica. Gino de Dominicis. MaXXI Roma.Foto R.Puig.

Calamita cosmica. Gino de Dominicis. MaXXI Roma.Foto R.Puig.

En el patio de entrada del “Museo Nacional de las Artes del siglo XXI”, MaXXI, yace el enorme esqueleto narigudo, la Calamita cósmica, obra en material plástico de Gino De Dominicis (1947-1998). Su gran naso podría también parecer la espina de un aguijón, pero, tras visitar el museo, me inclino a pensar que se trata de la nariz de Pinocho o de la protuberancia espinosa de una máscara de carnaval veneciano.

Calamita cosmica. Gino de Dominicis.  MaXXI Roma.Foto R.Puig.

Calamita cosmica. Gino de Dominicis. MaXXI Roma.Foto R.Puig.

El edificio, proyecto del equipo de la arquitecta iraquí, Zaha Hadid, tiene un interior fascinante, pleno de innovaciones y de formas atrevidas, y ha sido muy premiado. En realidad, al entrar en él, al ser llevados por el movimiento placentero de sus espaciosos entresijos, tenemos la impresión de estar deambulando dentro de una escultura más que a través de un edificio.

Es tal el efecto de líneas y superficies, luces y sombras, colores y espacios, tanto nos captura la lúdica dinámica de sus formas, que hay que hacer un esfuerzo de atención para fijarse en la obra expuesta y guardar memoria de ella. No me refiero a las exposiciones temporales, sino a las obras de la colección permanente, entre las que predominan varias corrientes de la segunda mitad del siglo XX, como el arte conceptual, el minimalismo, el arte povera, etc.

MaXXi. Roma. Foto R.Puig.

MaXXi. Roma. Foto R.Puig.

Del MaXXI salimos con la impresión de haber caminado por el interior de un organismo distribuido como un espacio urbano,  dentro del cual somos pequeños transeúntes en una ciudad que nos encanta pero que nunca podremos poblar.

MaXXi. Roma. Foto R.Puig.

MaXXi. Roma. Foto R.Puig.

En este sentido he tenido la misma sensación que en otros “edificios-escultura” que la bonanza económica (y el optimismo en el uso de los dineros públicos de la cultura propio de los modernos pontífices del arte) han hecho proliferar para acoger obras de arte. En España no nos faltan ejemplos.

MaXXi. Roma. Foto R.Puig.

MaXXi. Roma. Foto R.Puig.

Dentro del MaXXI aletea un interrogante: ¿Cómo este bello edificio, con esos espacios en que nadan las obras que la crítica del siglo XX ha endiosado, podría servir de aliciente para la creación de obras de calidad durable en el siglo XXI? ¿Puede una matriz así estimular a los artistas para independizarse del mercado de lo conceptual, de las cadenas confortables de las prácticas, viejas ya de más de medio siglo, del ready made,  de las performances y las  instalaciones efímeras?

MaXXi. Roma. Foto R.Puig.

MaXXi. Roma. Foto R.Puig.

¿Ahora que el dinero se ha ido en estas grandes construcciones, ahora que la crisis deja a la creación artística cada día más desasistida de ayudas modestas y menores, pero a la larga más fecundas, de qué se llenarán estos grandes, maravillosos cascarones, que aspiran a marcar el siglo XXI, dominados como están por los restos del final del siglo XX?

MaXXi. Roma. Foto R.Puig.

MaXXi. Roma. Foto R.Puig.

Por el momento, puesto que no hay respuesta, deambulemos relajados por el MaXXI,  juguemos a los juegos de sus lúdicas obras, dejémonos hipnotizar por los guiños que su colección por el momento encierra.

Calamita cosmica. Gino de Dominicis. MaXXI Roma.Foto R.Puig.

Calamita cosmica. Gino de Dominicis. MaXXI Roma.Foto R.Puig.

Quizás llegue el día en que el esqueleto de Pinocho se cubra de carnes, de venas y de piel rozagante y su larga nariz mentirosa se trasforme en un aguijón estimulante.

One Comment leave one →
  1. Eva permalink
    12 diciembre, 2010 16:57

    Hola Ramón,
    que ganas me haces de ir a Roma. Me encanta lo que cuentas de la Escuela de Bellas Artes, de sus profesores y todo lo que parece que proponen. Hoy me he leído de tirón todo tu blog y me gusta mucho.
    Adelante, sigue escribiendo 😉
    Pásalo muy bien, un abrazo desde Altea.
    Eva

Replica a Eva Cancelar la respuesta