Breverías erasmianas (LXIII) «Boni viri lachrymabiles» (‘Los hombres buenos son propensos a las lágrimas’)

Resumiendo el año que se ha ido, el mundo como de costumbre ha visto a unos seres humanos, con poder, que sin alterar el ademán se han dedicado a usar la fuerza para hacer daño a sus semejantes, como si no bastasen las incompetencias y las negligencias, de varia culpabilidad, para hacer sufrir a decenas de miles, y las catástrofes naturales (a menudo por causa humana) para llevar a la muerte o hundir en el dolor y la miseria a ingentes colectivos de hombres, mujeres y niños de todas las edades.
Me ha parecido que un adagio clásico comentado por Erasmo en 1528 dice también algo sobre quienes aunque no lo hayan causado, vuelven la vista hacia otro lado ante tanto sufrimiento, ya sea por natural insensibilidad o por acostumbramiento ante la recurrencia de los males, y han perdido el reflejo de la emoción, la piedad y la compasión, incluso la posibilidad de llorar. ¿Acaso no es un riesgo que a todos nos acecha de que, por aburrimiento o hábito, paulatinamente nos volvamos insensibles ante el sufrimiento de nuestros semejantes?

«Boni viri lachrymabiles»
Los hombres buenos son propensos a las lágrimas
Adagio, II, vii, 64
Ἀγαθοὶ δ’ ἀριδάκρυες ἄνδρες id est : «At quisquis probus, is multum lachrymabilis est vir».
De iis, qui facile commoverentur ad misericordiam ac precibus flecterentur ; nam illachrymare dicuntur qui miserescunt. Ovidius : quibus possint illachrymasse ferae. Proinde Horatius Plutonem, quod nullis flectatur precibus, illachrymabilem appellat
«Non si trecenis, quotquot aunt dies, quotquot aunt dies,
Amice, places illachrymabilem,
Plutona tauris«Et Dido Vergiliana Aeneae duriciem incusans :
«Num fletu ingemuit nostro ? Num lumina flexit ?
Num lachrymas victus dedit aut miseratus amantem est «
Potest et ad Heraclitum referri res humanas perpetuo fletu prosequi solitum. Contra duros et inexorabiles adamantinos, ferreos et corneis fibris dicimus.Licebit et huc detorquere, quod boni fere cum paupertate rem habent multaque coguntur perpeti. Adagium recensetur a Zenodoto.
(Les Adages d’Érasme, présentés par les Belles Lettres et le GRAC (UMR 5037), 2010, pp. 1300-1301.)

Lo que podemos traducir así:
Ἀγαθοὶ δ’ ἀριδάκρυες ἄνδρες quiere decir que los hombres buenos tienen predisposición al lloro.
Lo que se solía decir de aquellos que fácilmente se conmovían por misericordia y por las plegarias; porque se dice que aquellos que se compadecen derraman lágrimas. Como dice Ovidio (1): “Hasta las fieras pueden llorar.” Por eso Horacio (2) califica a Plutón como incapaz de llorar, pues no hay plegaria que le conmueva:
«Aunque le implores durante trescientos días,
amigo, no conmoverás al incapaz de llorar
Plutón de Tauro»Y la Dido virgiliana cuando acusa a Enéas de dureza (3):
«¿Gimió con nuestro llorar o desvió su mirada?
¿Lloró por los vencidos o se compadeció de su amante?»También se podría acudir a Heráclito, quien tenía la costumbre de llorar por las costumbres de los hombres. A diferencia de aquellos que decimos duros e inexorables como el diamante, hechos de fibra de hierro y cuerno. También sería posible atribuirle otro sentido: que de ordinario los hombres buenos se tienen que ver con la pobreza y obligados a soportar muchas cosas. El adagio también lo trae a colación Zenódoto (4).

Referencias:
(1) Tristia, 5.8.6.
(2) Odas, 2.14.5-7. Según la Carta Astral, el planeta Plutón de la constelación de Tauro tiene bajo su influencia a quienes son inconmovibles.
(3) Eneida, 4.369-70.
(4) 1.14. Cfr. También Suidas A 126.
(5) Raoul Wallenberg en la wikipedia
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