Saltar al contenido

En busca de amenidades: seis siglos de parques y jardines.

11 junio, 2023
«Birthday coffee», 1940. Bror Hjorth (1894-1968), colección privada.

En el Museo Nacional en Estocolmo está abierta hasta el 7 de enero del 2024 una nutrida y muy bien documentada exposición sobre El Jardín – Seis siglos de Arte y Naturaleza, que he tenido ocasión de visitar.

Los jardines, desde los más ambiciosos y aristocráticos hasta el más modesto balcón, son y han sido en Suecia materia no sólo de interés y cuidados sino también de culto, y por parte de reyes y grandes propietarios de grandes proyectos y dispendios. Pero también de las fiestas populares, no en vano la principal fiesta veraniega en Suecia es aquella en que se celebra el Midsommar bailando en torno a un árbol florido.

La exposición pasa revista a la historia de los jardines y parques, con particular presencia de planos de los proyectos, realizados o no, de famosos arquitectos de jardines, sobre todo franceses y otros a sueldo de la Corona Sueca a lo largo de la historia, así como diseños y pinturas relacionados. El catálogo es magnífico.

A los seres humanos siempre nos han fascinado los jardines. Han servido como lugares de desfile en los castillos reales y las mansiones de los que están en el poder. Ser capaz de presentar plantas exóticas en el jardín era casi tan importante como construir una extensa colección de naturalia, artificialia y scientifica. Se construyeron pabellones y cobertizos para barcas, se diseñaron laberintos y ruinas, y se colocaron esculturas, fuentes, urnas y muebles para crear una experiencia holística donde el visitante pudiera encontrarse con la naturaleza de manera estructurada. La teoría del arte del jardín y la literatura del jardín también vieron la luz.

de la presentación de la exposición

La temática de la exposición es variada y ambiciosa, como aquel jardín del pecado original que se ilustra con obras de artistas modernos. Lógicamente, dedicándose a los últimos seis siglos no incluye los jardines que se regalaron los miembros de la familia imperial romana, ni los jardines severos de los monasterios medievales, ofreciendo en cambio una rica muestra dedicada a los jardines, barrocos y rococós, en los que se exhibía la grandeur de los monarcas franceses y de sus émulos suecos, así como imágenes de jardines del siglo XIX.

No han faltado los nenúfares de Monet, en este caso en un lienzo suyo prestado por el Museo de Arte de Gotemburgo para esta muestra.

Claude Monet, Nenúfares, Göteborgs Konstmuseum,1907. Photo: Hossein Sehatlou

Y será casualidad, pero el caso es que unos días después estuve paseando por el parque de la mansión de sombrío estilo neo-Tudor de Tjolöholm en la comuna de Kungsbacka, aquella que acabó de construir la viuda de James Fredrik Dickson (1844-1898), un sueco de origen inglés que murió envenenado por el agua con verdín de un grifo no muy cuidado. Y ¡hete aquí que durante mi paseo, en un lateral apacible del parque encontré un estanque que me recordó los nenúfares de Monet!

Nenufares en Tjolöholm. Foto R. Puig

Fue la viuda Blanche quien terminó la construcción de la mansión, pero algún maleficio debía cernirse sobre esa obra, pues cuando está emprendedora mujer retornaba de un viaje a Ceilán para visitar las plantaciones de té propiedad de la familia, murió de disentería en el barco y su cadáver encontró sepultura en el Océano Índico.

Menos mal que en ese mismo parque trota un feliz equino,

Per Josephson. Caballito al galope. Escultura en acero corten. Parque de Tjolöholm. Foto R. Puig

detalle alegre que contrasta con la sombría vista de la mansión.

La mansión en estilo neo-Tudor de Tjolöholm. Foto R. Puig
El severo parque de Tjolöholm frente al mar. Foto R. Puig

Y como el tiempo apremia, animo a quien pueda a darse un garbeo por esta fabulosa exposición de Estocolmo y les dejo con una imagen de los proyectos que a Gustav III se le antojaban para sus parques reales.

Proyecto de pagoda china para Gustav III de Louis Jean Desprez. 1788. Foto R. Puig

Son cosas bastante curiosas, que se pueden descubrir en esta exposición, que nos muestra unas historias de Suecia probablemente menos conocidas por los lectores de este blog. Por ejemplo, una escenografía de la pieza teatral representada ante Gustav III en 1784-1785 titulada Reina Cristina, obra también de Louis Jean Desprez.

Escenografía para la representación de «Reina Cristina». Foto R. Puig

El fondo representa una fiesta llena de luminarias en los jardines reales del palacio de Makalös, que ya no existe porque fue destruido por un incendio el 25 de noviembre de 1825 durante… ¡una representación teatral!

No pocos desastres ígneos se han producido en Suecia a causa del amor que los suecos profesan por las velas, lógica tradición debida seguramente a los largos oscuros inviernos de Escandinavia.

No comments yet

Deja un comentario