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Olaus Magnus: el primer historiador, geógrafo y etnólogo sueco.

4 junio, 2023
La ciudad de Skänninge. Grabado de Erik Dahlberg en Svecia Antiqua et Hodierna (1661)

Olaus Magnus (Skänninge 1490-Roma 1557), el autor de la Historia de gentibvs septentrionalibvs, nació en Skänninge, donde por primera vez estuve la semana pasada de vuelta de Estocolmo a Gotemburgo. Olaus y su hermano mayor Johannes fueron obispos católicos que acabaron exiliados en Roma tras la reforma protestante adoptada por el rey Gustav Vasa.

Localización de Skänninge cerca y al este del lago Vattern y de la autopista E4

Skänninge es una de las ciudades más antiguas de Suecia. Curiosamente, durante nuestro recorrido de más de dos horas, ninguna persona de aquellas a quienes pregunté sabía quién era Olaus Magnus ni había oído hablar de aquel famoso historiador, cartógrafo, diplomático dibujante, viajero, obispo y etnólogo, nacido en su ciudad en 1490. Puede que en el ayuntamiento me hubieran dado razón de este ilustre hijo de la villa, pero cuando llegamos a la plaza mayor sus oficinas y el pequeño museo habían cerrado, no así la excepcional iglesia de Nuestra Señora que pudimos visitar con todo detenimiento.

Por ello fue una sorpresa la enorme estatua, al parecer relacionado con un legendario guerrero alemán de nombre Roland, que en Schänningen se llamó Tureland. La más bien basta escultura ha sustituido a la versión medieval que conoció Olaus Magnus y que desapareció hace siglos.

Según el capítulo 15 del libro XIV de su Historia, sobre la que abundaremos más abajo, en Alemania había estatuas similares de Roland en varias ciudades, entre ellas en Bremen; el autor encabezó el texto con un grabado en que aparece este héroe de las leyes y de la justicia. Esa imagen ha servido de modelo a Stefan Asp para su gigante Ture Lång de la plaza mayor de Skänninge. Yo añadiría, si observamos la jarra que esgrime en su mano izquierda, que el héroe predica asimismo las virtudes de la cerveza.

No es difícil intuir que la ciudad del siglo XVI que aparece en el grabado a las espaldas del justiciero héroe es una representación que el mismo Olaus dibuja de su ciudad natal.

Tras cursar sus primeros estudios en Suecia y continuarlos en Rostock y Colonia, Olaus consiguió su título de magister en 1514 e inició su carrera eclesiástica; viajó hasta los límites septentrionales de Escandinavia como vendedor de bulas papales durante 1518 y 1519. Durante su viaje acumuló información geográfica, histórica y costumbrista y anotó sus observaciones sobre la vida y trabajos de las gentes. Como sus estudios humanísticos habían incluido la cartografía y el dibujo también es de suponer que llevaba un cuaderno en el que proyectaba lo que serían los grabados de su Historia.

Tras los episodios violentos que precedieron el inicio del reinado de Gustav Vasa en 1523, este monarca fundador de una larga dinastía nombró como arzobispo católico de Upsala a Johannes Magnus, hermano de Olaus Magnus. Pero, los errores del papa Clemente VII en su relación con el rey de Suecia, apoyando a los daneses pues creyó que el sueco había perdido la guerra contra el danés, empujaron al rey a reaccionar contra el Vaticano y, aunque no creía ni en Dios ni en el diablo, adoptó la Reforma de Lutero que ya se propagaba en Suecia. La fidelidad a Roma del arzobispo Johannes, hizo que el rey le destituyera del arzobispado y lo sustituyera por un protestante. De resultas de ello, los dos hermanos Magnus, fieles al Papa, tuvieron que partir hacia el exilio en dirección de Roma.

Hay que decir que, gracias a este vuelco de la Fortuna, Olaus Magnus, conoció en Danzig al diplomático Damiâo de Góis, que había publicado una requisitoria contra la esclavización de los lapones que además envió a Erasmo de Rotterdam, protesta que éste apoyó en uno de sus últimos escritos antes de morir. Olaus seguramente, no sólo conoció esa requisitoria, pues fue escrita a partir de las informaciones que su hermano Johannes facilitó a Damiâo, sino que debió de conocer el pequeño tratado y mapa sobre los reinos nórdicos de De Góis, así como los del alemán Ziegler en los que se había en parte basado el humanista y diplomático portugués. Dicen que Olaus Magnus también conoció a Copérnico en Danzig.

Siguiendo su camino a Italia, trabajó también en Venecia, capital de los mejores impresores y grabadores, bajo el mecenazgo del patriarca de la próspera república, completando su Historia sobre los países nórdicos gracias los recursos que le brindaron en la ciudad de los dogos para escribir, ilustrar él mismo y tener la colaboración de algún grabador experto en xilografía (si es que no fue más tarde en Roma) para su obra maestra, publicada en la ciudad eterna bajo el largo título de :

Historia de gentibvs septentrionalibvs, earvmqve diversis statibvs, conditionibvs, moribvs, ritibvs, svperstitionibus, disciplinis, exercitiis, regimine, victu, bellis, structuris, instrumentis, ac mineris metallicis, & rebus mirabilibus, necnon vniuersis penè animalibus in septentrione degentibus, eorumq́; natura. Opvs vt varivm, plvrimarvmqve rervm cognitione refertvm, atqve cvm exemplis externis, tum expressis rerum internarum picturis illustratum, ita delectatione iucunditatéque plenum, maxima lectoris animum voluptate facilè perfundens.

Avtore Olao Magno Gotho archiepiscopo Vpsalensi Suetiæ & Gothiæ primate.

Cvm indice locvpletissimo.

Cavtvm est privilegio Ivlii III. pont. max. ne quis ad decennium imprimat.

Romae M. D. LV.

Historia de las naciones del norte, sus diversos estados, condiciones, muertes, rituales, supersticiones, disciplinas, ejercicios, gobierno, alimentos, guerras, construcciones, instrumentos, minerales y metales, y cosas maravillosas, así como de casi todo animal que vive en el norte, cuya naturaleza se ilustra de varias maneras, ya sea que se base en el conocimiento del tema o ilustrándolo desde referencias externas, así como con las imágenes de las cosas mismas, tan llenas de deleite y gusto que fácilmente producen en la mente del lector el mayor placer.

Del autor Olaus Magnus Godo, arzobispo de Upsala, primado de Suecia y Gothia.

Con un completísimo índice.

Ha recibido el privilegio de Julio III. Pontífice Máximo para que nadie lo imprima durante un decenio.

Roma, M.D. LV. (1555).

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(Historia de gentibus septentrionalibus, Roma 1555)

El libro mereció traducciones a diversas lenguas europeas, italiano, alemán inglés y francés, pero como hería las susceptibilidades de la Iglesia sueca, de confesión luterana, no se publicó en sueco en cuatro volúmenes hasta 1916-1925. Aunque, todo hay que decirlo, esta edición es de una calidad extraordinaria, lo que puedo atestiguar personalmente porque la estoy admirando desde hace poco, ya que un anticuario de Gotemburgo me la vendió a un precio muy favorable.

Como puede apreciarse en el cotejo con la de abajo, la página anterior de la edición sueca del siglo XX es fiel a la composición y a los grabados de la primera edición latina de mediados del siglo XVI, incluso en los escolios al margen.

El libro XIII de la obra trata sobre la forma de producir y consumir alimentos de los pueblos nórdicos a finales de la Edad Media y es muestra de la vasta curiosidad etnológica y técnica de aquel obispo, pues por su texto e ilustración conocemos como esparcían el estiércol sobre sus tierras los campesinos suecos de mediados del siglo XVI.

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Construcciones y deconstrucciones

Sobre las iglesias que Gustav Vasa demolió para usar sus piedras en construir castillos también hemos sabido algo en este viaje…

Lo que queda de la iglesia de Todos los Santos en Skänninge. Foto R.Puig

Los bloques de piedra que formaban la Iglesia de Todos los Santos de Skänninge forman parte hace tiempo de los muros de una fortaleza real en Vadstena, a quince kilómetros hacia el noroeste (como se aprecia en el mapa de la comarca que aparece al principio de esta entrada).

Castillo de Gustav Vasa en Vadstena. Foto R. Puig

Primero quiso derribar la Iglesia de Nuestra Señora, el principal templo de Skänninge, que se había construido en piedra, sucesora de una de madera del siglo XIII, pero le convencieron para que la dejase en paz a cambio de derribar la de Todos los Santos. Supongo que, si era algo supersticioso, pensó que una represalia sagrada sería más probable que le llegase de la madre de Jesucristo que no que todos los santos se pusieran de acuerdo sobre cómo castigarle.

Por eso subsiste la dedicada a la Virgen, cuya versión actual incluye añadidos y modificaciones de los siglos XVII, XVIII y XIX.

Templo de Nuestra Señora en Skänninge. Foto R. Puig

El interior tiene un pavimento sembrado de las piedras tumbales de gentes que fallecieron desde el siglo XVII hasta el XIX, muchas labradas con figuras en su mayoría alusivas a la resurrección de Cristo de entre los muertos.

Interior de la Iglesia de Nuestra Señora en Skänninge. Foto R. Puig
Piedra tumbal en Nuestra Señora en Skänninge. Foto R. Puig

En los muros se repite el mismo motiva en tablas o relieves ofrecidos con intención votiva por los parientes del difunto.

Tabla votiva en Nuestra Señora en Skänninge. Foto R. Puig

En algún caso son bajorrelieves ingenuos.

Tabla votiva en la iglesia de Nuestra Señora en Skänninge. Foto R. Puig

Sin que falte el fúnebre memento mori.

Calavera laureada de algún difunto ilustre en el templo de Nuestra Señora en Skänninge. Foto R. Puig

(Al tomar la foto me tembló un poco el pulso)

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Nos despedimos por hoy de este histórica villa con una estela conmemorativa, en la que se esculpió un mensaje en caracteres rúnicos alrededor del año 1000 d.C., que recuerda que la «erigió Torkel en memoria de Toste y de su hijo Torun».

La habían reciclado siglos más tarde para construir el umbral de la iglesia y apareció durante una reforma en 1874. Al menos no acabó en los muros del castillo del belicoso Gustav Vasa.

Estela rúnica. Skänningen. Foto R. Puig

Y ya que hablamos de memoriales y tumbas, hay que añadir que Olaus Magnus murió el 1 de agosto de 1557 y fue enterrado en Santa Maria dell’Anima, la iglesia nacional alemana en Roma. Su monumento sepulcral desapareció en los dos siglos posteriores, probablemente durante la restauración de la iglesia en 1774. No obstante aun se le recuerda en esa iglesia con un texto en latín tallado en mármol. No se conserva ningún retrato suyo.

De su hermano Johannes, fallecido en 1544, que también dejó escritos históricos, sí se conserva un retrato suyo y está enterrado en la Iglesia de San Pedro en Roma.

Ambos fueron los últimos arzobispos católicos suecos tras la Reforma luterana de Suecia.

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