¡Basta Ya! recibió hace hoy veinte años el Premio Sájarov a la Libertad de Conciencia, otorgado por el Parlamento Europeo.
Las sociedades democráticas tienen épocas en que gentes de diferentes ideologías, credos y procedencias reaccionan contra las imposiciones de las utopías violentas, salen a las calles y se arriesgan contra quienes no vacilan en asesinar sin distinciones de edades ni de responsabilidades para imponer sus proyectos excluyentes por la vía del fanatismo, la extorsión y la violencia. Es en esos momentos cuando más allá de las preferencias políticas particulares las conciencias de los ciudadanos optan por los valores de la Política con mayúsculas y por la defensa de la convivencia democrática y las leyes que libremente se han dado.
Hoy se cumplen veinte años del reconocimiento por parte del Parlamento Europeo del valor cívico y la libertad de conciencia de la plataforma ¡Basta Ya! que en 1999 nació de la sociedad civil del País Vasco en defensa de la democracia y contra la violencia de ETA.
En aquella ocasión, tal día como hoy y como portavoz de ¡Basta Ya!, el filósofo Fernando Savater pronunció el discurso de agradecimiento a los parlamentarios de Europa reunidos en sesión plenaria en Estrasburgo, del cual extraigo algunos pasajes. El texto completo de la Alocución de Estrasburgo se puede leer en su libro Perdonen las molestias. Crónica de una batalla sin armas contra las armas (Editorial Aguilar, Madrid 2001).
Así definía el filósofo español y vasco a ¡Basta Ya!:
…[somos] sencillamente un grupo de ciudadanos de distintas procedencias, sin jerarquías burocráticas ni apenas aparato organizativo, que empezamos a marchar juntos hace poco menos de un año. Entre nosotros hay profesores y obreros, cargos públicos y simples particulares, religiosos y laicos, sindicalistas, empresarios, militantes pacifistas, artistas, trabajadores de los medios de comunicación, gente cuyo nombre es muy conocido y muchas personas nada célebres: les confieso que formamos un conjunto un poco anárquico. No tenemos ningún afán de protagonismo histórico, ni siquiera de perduración a toda costa: ¡ojalá que nuestra iniciativa dejase mañana mismo de ser necesaria y pudiera volver cada uno de nosotros en paz a su vida cotidiana!
…es importante lo que nos une y moviliza: el rechazo del terrorismo criminal de ETA y el apoyo explícito al Estado de derecho español hoy amenazado por un proyecto totalitario de secesión violenta.
…No queremos sustituir a las instituciones legítimamente establecidas sino urgirlas a que protejan nuestros derechos y nuestras libertades sin concesiones al terror. Nos hemos movilizado, señoras y señores parlamentarios, por solidaridad con las víctimas del fanatismo ideológico asesino y también en defensa propia contra él
Y ante los parlamentarios de Europa resumía el terror que se estaba sufriendo en el País Vasco, desde hacía más de veinte años de vida en democracia, cuando una minoría violenta rechazó la amnistía y el consenso mayoritario y democrático en torno a la Constitución de 1978, y se empecinó en el ejercicio del asesinato, la extorsión y la destrucción:
…Hoy en el País Vasco no hay seguridad ni libertad de expresión o asociación política para una gran parte de los ciudadanos. Los cargos electos no nacionalistas son asesinados, así como empresarios, periodistas, miembros de las fuerzas de orden público o simples particulares que se hayan manifestado de cualquier modo contra el proyecto de imposición independentista. Y no sólo se trata de asesinatos: se han quemado numerosos establecimientos, viviendas y vehículos, se extorsiona cotidianamente a los comerciantes y profesionales, se hostiga y amenaza de mil maneras a quienes son considerados “españolistas”, es decir, a quienes se atreven a manifestarse públicamente a favor del Estado de derecho constitucionalmente vigente. Mucha gente se ve obligada a marcharse para evitar mayores males o porque no soporta la presión del ambiente de intimidación. Otros muchos deben resignarse a vivir acompañados de escoltas policiales y no pueden pasear libremente con sus hijos por la calle o asistir sin todo tipo de precauciones a los locales públicos.
…
Hoy se habla de «memoria democrática» y de «memoria histórica», pero el verdadero relato de esa violencia de reciente pasado que describía Fernando Savater en aquella sesión plenaria del Parlamento Europeo se les escamotea con maniobras diversas a los jóvenes que crecieron después.
Por eso es encomiable que como acto de debida memoria, y con motivo del aniversario de aquel acto de entrega del Premio Sájarov a ¡Basta Ya!, la oficina de Maite Pagazaurtundua haya editado en un vídeo una parte de aquel discurso de reconocimiento que el portavoz de aquella valiente plataforma ciudadana pronunció ante el Parlamento Europeo hace hoy mismo veinte años.
Extraigo dos pasajes de la conclusión del mismo:
…Señoras y señores parlamentarios, como demócratas somos desde luego partidarios del diálogo entre los diversos partidos democráticos porque en tal diálogo permanente consiste la democracia misma. Pero precisamente por vocación de diálogo democrático rechazamos que éste pueda venir forzado por el terrorismo violento, que la agenda política de los ciudadanos la establezcan quienes trastornan los usos de la convivencia pacífica y que las leyes consensuadas parlamentariamente deban cambiarse a gusto de los asesinos para que dejen de matar. Queremos vivir en paz, pero también queremos vivir en libertad; nos negamos a sustituir el Estado de los ciudadanos por el Estado de las etnias. Por eso hemos salido a la calle para defender los principios constitucionales y gritar a los terroristas: ¡basta ya!
…invitamos a los miembros del Parlamento Europeo a visitar el País Vasco, no los despachos oficiales sino las calles, los bares, los comercios, las empresas, las pequeñas localidades, las aulas, para que conozcan de primera mano y sin injerencias propagandísticas cómo se vive amenazado, extorsionado, sin derecho a la libre expresión de las ideas. Que comprueben por sí mismos la verdad de lo que denunciamos y después no lo olviden y que nos ayuden a luchar contra esta lacra que toda la Europa democrática debe sentir como propia.
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Erasmo de Rotterdam y la conciencia europea
He dejado para el final un extracto del discurso que tiene un matiz particular, al recordar que la violencia, tan frecuente en la historia secular de Europa, ha nacido muy a menudo de unas formas de insania nacionalista que arrasan con los derechos de las personas en nombre de pasiones y mitos colectivos, de etnias, credos o derechos dinásticos, en definitiva de la supeditación de los derechos humanos a la invención de la historia. La ETA fue una banda de asesinos al servicio de una mitología de raíces xenófobas y de un delirio supuestamente histórico.
Este es el pasaje del discurso de Savater en el que cita a Erasmo :
… Tampoco parece prudente la permanente búsqueda en el pasado histórico y aún prehistórico de agravios que justifiquen la ruptura de las comunidades democráticas actuales o pretendan demostrar la incompatibilidad de quienes de hecho ya viven juntos desde hace siglos. Como demuestra tristemente la experiencia de otros lugares de Europa, por tal camino siempre se encuentran finalmente justificaciones para el enfrentamiento bélico. Es algo contra lo que ya prevenía uno de los primeros pensadores de la Europa unida, Erasmo de Rotterdam, cuando comentaba en sus Adagios:
“…si un título cualquiera se considera causa idónea para emprender la guerra, a nadie –en medio de tantas vicisitudes de los asuntos humanos, de tantos cambios– le podrá faltar un título. ¿Qué pueblo no ha sido alguna vez expulsado o no ha expulsado a alguien de su territorio? ¿Cuántas veces se ha emigrado de un sitio a otro? ¿Cuántas veces se han desplazado de aquí para allá los imperios por el azar o los tratados? ¡Que los paduanos reclamen hoy el suelo troyano ya que Antenor en otro tiempo fue troyano! ¡Que los romanos reclamen África y España, pues alguna vez fueron romanas! Llamamos dominio a lo que es administración. No se tiene igual derecho sobre los hombres –libres por naturaleza– que sobre los ganados”
Cfr.: Erasmo de Rotterdam, Comentario al adagio «Dulce bellum inexpertis» (La guerra atrae a quienes no la han vivido) en Adagios del poder y de la guerra y Teoría del adagio, edición y traducción de Ramón Puig de la Bellacasa, Serie Filosofía (H 4485), El libro de bolsillo, Alianza Editorial, Madrid 2008, pp.237-238,
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POST SCRIPTUM
Basta Ya, 20 años
Artículo de Gorka Maneiro del 22 de diciembre de 2020 en elDiario.es
Basta Ya surgió a finales de los 90 para enfrentarse al terrorismo de ETA y al nacionalismo obligatorio. Lo novedoso y revolucionario de este movimiento cívico fue que, además de oponerse a los asesinatos de la banda, reivindicó en positivo y sin complejos la Constitución Española, es decir, la legalidad vigente y nuestro Estado de Derecho
Nos vamos haciendo viejos. La semana pasada se cumplieron veinte años de la entrega del Premio Sájarov a Basta Ya por parte del Parlamento Europeo. Fue una forma de reconocer a la iniciativa ciudadana su defensa de la democracia y, por tanto, también de denunciar que en una parte de España no había democracia plena ni la libertad estaba plenamente garantizada por la acción de una banda terrorista.
Permitidme que diga con orgullo que tuve el enorme privilegio de estar allí. Fui una de las personas que viajó a Estrasburgo a recoger el premio (o a acompañar a quienes lo recogían, más bien), y uno de los privilegiados que pudo escuchar en directo la inolvidable intervención de Fernando Savater ante el Parlamento Europeo. Tuve la suerte de compartir aquellas jornadas con personas a las que ya entonces admiraba, como el propio Fernando o José María Calleja, entre otros muchos. Y pude conocer y saludar a José María Mendiluce, de quien había leído su libro Pura Vida, que tanto me había marcado, además de haber seguido con admiración sus reflexiones sobre las guerras de los Balcanes. Además, tuve la ocasión de conocer y cenar junto a Joseba Pagazaurtundúa, asesinado poco después por ETA. Conservo una foto de ese momento, yo sentado a su lado.
Yo era un simple joven comprometido con la defensa de la libertad y de la democracia. Por decirlo de manera menos elevada, me indignaba que ETA asesinara a conciudadanos inocentes por el simple hecho de pensar diferente, así que, en lugar de mirar para otro lado, participaba en las concentraciones que se convocaban después de cada asesinato. Tampoco fue gran cosa, pues era lo mínimo que uno podía hacer (aunque casi nadie lo hiciera). Sí tuve ocasión de participar de manera más comprometida en Denon Artean Paz y Reconciliación, junto con Cristina Cuesta o Iñaki Arrizabalaga, entre otros, desde donde pudimos organizar la primera (y última) manifestación de “La juventud vasca contra ETA”. Fue a mediados de los años 90. Ocasionalmente escribía “Cartas al Director” contra el terrorismo de ETA en El Diario Vasco. Y participaba en las manifestaciones convocadas por Basta Ya.
Fue por todo esto y por la participación de mis padres en esas mismas manifestaciones que un fin de semana, de madrugada, nos lanzaron tres cócteles molotov al balcón de casa, sin otro resultado que nuestro firme propósito de seguir adelante. Al parecer, a los líderes de Basta Ya les gustó mi contestación a los autores del atentado, quienes me acusaron de militar en el PP para justificar lo injustificable. Esta fue mi respuesta: “Podemos entender de dos maneras diferentes el atentado sufrido: como una equivocación, un error más en la larga lista de errores cometidos por la kale borroka, o como un acierto, en el sentido de que han atacado la vivienda que pretendían. Si estamos ante el primer caso, queremos solidarizarnos con la persona a la que pretendían atemorizar y reiterar que nadie debe ser acosado por defender unas ideas tan legítimas como cualquier otra. Si nos encontramos ante el segundo caso, cosa que sospechamos, exigimos a los saboteadores que expliquen las verdaderas razones del acto, y que no mientan”. Sea como fuera, no lograron nada, y seguimos participando en todas las manifestaciones que se convocaron contra ETA, del mismo modo que antes. No nos movilizamos contra ETA porque nos atacaba sino que nos atacó porque nos movilizábamos contra ella. Y justo después de eso, recibí una llamada de Basta Ya invitándonos a mí y a mis padres a viajar a Estrasburgo a recoger el premio. Me apunté sin dudar medio segundo.
Basta Ya no era como tal un movimiento pacifista, puesto que no era paz lo que nos faltaba sino libertad
Basta Ya surgió a finales de los 90 para enfrentarse al terrorismo de ETA y al nacionalismo obligatorio. Lo novedoso y revolucionario de este movimiento cívico fue que, además de oponerse a los asesinatos de la banda, reivindicó en positivo y sin complejos la Constitución Española, es decir, la legalidad vigente y nuestro Estado de Derecho. O sea, la democracia. Y denunció la ideología nacionalista que estaba detrás de las acciones de los terroristas. Todo esto fue lo que diferenció a este movimiento cívico de otros que hubo antes y en los que tuve también la ocasión de participar, como Denon Artean Paz y Reconciliación o Gesto por la Paz. Y todo ello lo hizo usando la voz y la palabra, de manera que se les entendía, con mensajes reivindicativos y en positivo, provocando con todo ello la reacción del PNV, de parte del periodismo y de parte del establishment, que hizo todo lo posible para debilitar a esta iniciativa ciudadana.
Basta Ya no era como tal un movimiento pacifista, puesto que no era paz lo que nos faltaba sino libertad. Es decir, no había una guerra o dos bandos enfrentados sino una banda terrorista, apoyada por un grupo político (Herri Batasuna y sus diferentes versiones), que pretendía doblegar la democracia para alcanzar sus objetivos e imponer su proyecto político totalitario. Basta Ya hablaba con claridad meridiana, razón por la cual sus miembros más destacados fueron perseguidos por ETA y algunos de ellos, como el propio Joseba Pagazaurtundúa o José Luis López de la Calle, asesinados. Basta Ya logró en 2000 reunir en San Sebastián a más de cien mil personas, hecho nunca logrado antes por ningún movimiento de este tipo. Se pasó de concentraciones de apenas dos decenas de personas a manifestaciones multitudinarias en las que participaba gente diversa y de procedencias distintas unidas por su defensa de la democracia efectivamente vigente. A eso ayudó que los mensajes fueran, no solo claros, sino también valientes y desacomplejados. Recuerdo que Otegi, tras una de las grandes manifestaciones de Basta Ya, dijo aquello de: “Solo faltaba la cabra de la Legión”. Basta Ya, en lugar de disimular, mantenerse en silencio o pedir perdón, le respondió como merecía, por boca de Fernando Savater: “Prefiero manifestarme con la cabra de la Legión que con la cantidad de cabrones con los que habitualmente suele manifestarse el señor Otegi”.
Los miembros más destacados de la iniciativa tuvieron que sufrir permanentes amenazas e insultos, no solo desde las filas del nacionalismo más radical sino del supuestamente democrático y de otros sectores del establishment. Ser de o defender a Basta Ya no estaba bien visto en algunos sectores: lo habitual es que te acusaran de tensar a la sociedad o de ser un extremista. Un destacado dirigente del PNV dijo aquello de: “Igual que logramos desactivar a Jarrai, desactivaremos a Basta Ya”. Y otra vez Fernando Savater, representándonos a todos, le contestó como correspondía: “Que venga acompañado porque solo no va a poder”. Poco tiempo después, Joseba Pagaza fue… “desactivado”.
20 años han pasado desde que el Parlamento Europeo entregó el Premio Sájarov a Basta Ya. Nunca tan pocos hicieron tanto por tantos. Y nunca se lo agradeceremos lo suficiente.
El mestizaje o las mezcolanzas étnicas es tan caótico en el Perú y en Iberoamérica en general que todo nacionalismo racista carece de impulso real y responde sólo a ideologías políticas subversivas. ..al menos esto es una afirmación para un debate serio.
El mundo no deja de sufrir las consecuencias de utopías asesinas, es un instinto animal anclado en las raíces del cerebelo para cuya oscura fuerza sólo hay un antídoto: la educación desde la cuna misma…
Pero cuando no surte efecto, la voluntad colectiva de los ciudadanos unidos que les hagan frente y el apoyo con todos sus recursos del Estado democrático de Derecho.
En España estas bandas fanáticas asesinaron a más de ochocientas personas de la forma más cobarde, sin dar la cara. Todavía hay trescientos de esos crímenes sin aclarar, pues el silencio culpable de una parte enferma de la sociedad vasca les cubre (lo que en Italia llaman «omertá» frente a las mafias).