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Montuïri de Mallorca

29 julio, 2018
Vista de Montuiri desde la calle de los Molinos. Foto R.Puig

Vista de Montuiri desde la calle de los Molinos. Foto R.Puig

El nombre en mallorquín de esta población de origen medieval es Montuïri, una de las 14 que constituyen la mancomunidad del Pla de Mallorca. Se extiende encaramada a lo largo de la cresta de un cerro que por ambos lados domina la planicie del centro de Mallorca. Es la existencia de cinco antiguos pozos artesianos en las faldas de esta elevación del terreno la que ha hecho posible el surgimiento de este pueblo. Las llanuras en las que se cultivaba desde siempre el cereal junto con el viento que movía los numerosos molinos fueron base de la economía de sus pobladores. Hoy la actividad agrícola ya no es la dominante, a pesar de los campos cultivados que se divisan desde su altura.

Montuiri. Después de la cosecha. Foto R.Puig

Montuiri. Después de la cosecha. Foto R.Puig

Si quieren ustedes saborear la vida de la Mallorca tradicional, lejos de su cinturón litoral, este pueblo, además de la antigua casona de piedra restaurada y transformada en un alojamiento «de interior» (es decir al abrigo del tráfago turístico de la costa «exterior») en la que nos alojamos, es una opción para gentes apacibles.

Vista desde del "pla" desde  Montuiri. Foto R.Puig

Vista del «Pla» desde Montuiri. Foto R.Puig

No se tarda mucho en recorrer Montuiri, pero no me quedó mucho tiempo para recorrer toda la extensión de sus calles, tenía otras prioridades. Habíamos venido a la boda de mi hijo, quien, de común acuerdo con la novia y con acierto, había elegido para casarse una antigua alquería sobre otra colina de la comarca que ni los taxistas encontraban. De todos modos, aunque no llegué a visitar el museo arqueológico, que queda en uno de los extremos del pueblo, sí pude descubrir, en compañía de mi hija y bajo un sol de justicia, la calle de los molinos (Carrer del Molinar) y las amplias perspectivas que desde su gran explanada se divisan.

Montuiri. Viejo molino. Foto R.Puig

Montuiri. Viejo molino. Foto R.Puig

Montuiri. Antiguo molino. Foto R.Puig

Montuiri. Antiguo molino. Foto R.Puig

Si, como hicimos nosotros, entras en los negocios y hablas con el habitante, un breve paseo puede deparar sabrosos detalles…

Montuiri. Ensaimada del Forn i Pastisseria Can Salat.Foto R.Puig

Montuiri. Ensaimada de 40 cm. de diámetro del Forn i Pastisseria Can Salat. Foto R.Puig

y permite visitar los obradores donde se hornean tantas buenas cosas

Montuiri. En e obrador de Ca'n Joan des Forns. Foto R.Puig

Montuiri. En el obrador de Ca’n Joan des Forns. Foto R.Puig

No era hora de visita de la iglesia de San Bartolomé, que data del siglo XIV, pues estaba cerrada

Montuiri. La iglesia mayor.Foto R.Puig

Montuiri. La iglesia mayor.Foto R.Puig

Pero descubres ingeniosos rincones, como este, decorado con azulejos

Montuiri. Ornamento de una fachada. Foto R.Puig

Montuiri. Ornamento de una fachada. Foto R.Puig

y completado con un banco que invita al reposo

Montuiri. Rincón con banco.Foto R.Puig

Montuiri. Rincón con banco.Foto R.Puig

Junto al dintel de varias viviendas encontramos mayólicas con alusiones a las rondallas de los demonios (rondaies des demonis) que no pueden faltar en las fiestas patronales.

Montuiri. La tradición de la diablada. Foto R.Puig

Montuiri. La tradición de la danza de los demonios. Foto R.Puig

Estas danzas de los diablos de la tradición medieval europea tienen un paralelismo con las diabladas andinas, aunque los acentos sean diferentes en función de las mitologías en las que cada una se enraíza. La Historia de las Religiones muestra como hay costumbres simbólicas parecidas que surgen sin vínculo alguno en latitudes diferentes, lo que en parte condujo a Carl Gustav Jung a teorizar sobre un inconsciente colectivo. 

Sea como sea, me cuentan que los bolivianos o peruanos que viven en Mallorca participan encantados  en este tipo de manifestaciones que les recuerdan a las diabladas del altiplano andino, de una de las cuales fui testigo y fotógrafo a principios de los años 70 en Arequipa (algún día puede que recupere aquellas diapositivas para el blog).

Montuiri. Por la calle. Foto R.Puig

Montuiri. Por la calle. Foto R.Puig

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«La casa del italiano»

La Casa del Italiano en Montuiri, hoy Can Moio. Foto R.Puig

La «casa del italiano» en Montuiri, hoy Can Moio. Foto R.Puig

Pues resulta que tras mencionar tradiciones del Perú me encuentro con que el «hotel de interior» donde nos alojamos en Montuiri, era conocido en el pueblo como la casa del italiano, como  también se denomina un hotel de la localidad peruana de Tarapoto.

Se trata de un edificio regionalista construido por un italiano en la segunda década del siglo xx, conocido como Can Moio o Ca S’Italià.

Montuiri. En el jardín de Can Moio.Foto R.Puig

Montuiri. En el jardín de Can Moio. Foto R.Puig

Que conste que en este blog no incluyo nunca publicidad. En este caso la calidad de la rehabilitación de esta mansión, fruto arriesgado de la tenacidad de una madre y una hija, ambas llamadas Catalina, y de Rafa, el marido de la segunda, y su amabilidad y su acogida familiar motivan este homenaje y mis modestos fotos del Can Moio de Montuiri.

Montuiri. Rincón del jardín en Can Moio. Foto R.Puig

Montuiri. Rincón del jardín en Can Moio. Foto R.Puig

Todo lo que puedo añadir yo es que lo que se muestra y se explica en la página del Can Moio  responde a la verdad y a la autenticidad de la familia propietaria que es la que os acoge y os mima, Cata, Rafa y la indispensable Yoli.

Inolvidables.

Can Moio. Rincón del desayuno. Foto R.Puig

Can Moio. Rincón del desayuno. Foto R.Puig

 

 

 

 

 

 

 

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