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En obras

4 febrero, 2018
En obras. Foto R.Puig

En obras. Foto R.Puig

Han sido días de cine y de lentitud, la entrada que he estado preparando se resiste. No en vano es inevitable dejarse llevar  de una pantalla a otra de las que pueblan Gotemburgo en estos días, con cientos de películas venidas de los cuatro puntos cardinales. Y aunque este año sean menos las proyecciones a las que asisto, de hecho lo que intentaba acabar para hoy se retrasa.

Que empiece ya. Festival de Cine de Gotemburgo 2018. Foto R.Puig

¡Que empiece ya! Festival de Cine de Gotemburgo 2018. Foto R.Puig

De este Festival de Cine de Gotemburgo que acaba mañana, de la muestra de once films que he visto pienso que pocos llegarán a las pantallas comerciales. En cualquier caso, si tienen ocasión, vayan a ver «Mary Shelley» de la directora saudí Haifaa Al-Mansour.

Mary Shelley junto a la tumba de su madre.

Mary Shelley junto a la tumba de su madre. Fuente: imdb.com

Ilustra la dura lucha de una mujer joven, Mary Shelley (1797 – 1851) por ver reconocida su obra literaria «Frankenstein, o el moderno Prometeo» y emerger de la sombra de Percy Bysshe Shelley (1792 – 1822), el fulgurante poeta, tan aclamado como denostado en la Inglaterra de principios del siglo XIX.

Aunque este film de aire goticista no ha tenido mucho éxito entre los críticos de Cine, el invierno en Gotemburgo parece que pide este género de historias. El Festival está cuajado de películas, y sobre todo de documentales, que nos enfrentan muy directamente a candentes realidades del mundo en que vivimos, pero las de aquella Inglaterra de la revolución industrial naciente no eran menos despiadadas.

El poeta en la colina. Foto R.Puig

El poeta en la colina. Foto R.Puig

Entre paseos y películas, mi entrada prevista para hoy sigue en obras, así que he recuperado el inicio de un modesto poema que escribí cuando yo tenía aproximadamente la misma edad de Percy Bysshe Shelley, por los años en que el poeta conoció a Mary Godwin, que fue luego su esposa, hija de la escritora inglesa Mary Wollstonecraft, pionera del feminismo moderno (*)  y del político y filósofo británico William Godwin

Morir en la montaña

un día de setiembre.

Vestir por sepultura

una grieta en el hielo,

orientada su puerta

de par en par al cielo.

Sentir cada mañana

sobre el rostro dormido

el derretir del tiempo.

Y en el silencio virgen

de los atardeceres

que me vele incansable

un rojo firmamento.

Y los días y meses

cubiertos por la niebla

serán el seno y leche

que bebe el niño muerto.

Y el glaciar que camina

será madre incansable

que mecerá mi cuna

en una larga ruta

privada de regreso.

(….)

Gallarate (Varese) 23 de octubre de 1968

Este poema alpestre continúa durante cuatro página más. Era la edad de los ánimos románticos, por entonces acababa de pasar el verano subiendo cumbres en los Alpes italianos y estudiaba yo a trescientos kilómetros de aquellas playas toscanas frente a las cuales el autor de Adonais murió ahogado. Así se truncaron sus planes de instalarse en Italia. Sus cenizas reposan en el cementerio acatólico de RomaMary Shelley sobrevivió a su esposo durante casi treinta años.


(*) Mary Wollstonecraft (1759 – 1797) escribió la histórica Vindicación de los derechos de la mujer (1792). (Texto original pinchando aquí: A Vindication of the Rights of Woman: with Strictures on Political and Moral Subjects ). Murió poco después de dar a luz a su hija Mary. Su viudo escribió en memoria de su mujer la obra Memoirs of the Author of A Vindication of the Rights of Woman : En memoria de la autora de Una vindicación de los derechos de la mujer. El texto original inglés puede obtenerse aquí.

El carácter y la obra de Mary Shelley se entienden mejor teniendo en cuenta que, educada por su padre en la veneración de la vida y obra de su madre y con toda la biblioteca paterna a su disposición, pudo desarrollar una imaginación, una cultura crítica y una voluntad libres, algo que a las niñas y adolescentes de su época les era regularmente negado.

 

 

 

 

2 comentarios leave one →
  1. 8 febrero, 2018 00:19

    Regreso a tiempos bellos y dias duros. Y ese poema Alpestre me lleva por caminos de mi abuelo.

  2. 9 febrero, 2018 10:06

    Coincidimos. Hay infinidad de asociaciones, a veces minúsculas, que nos regresan a la compañía de quienes nos vieron nacer. Y, como dices, lo bello y lo duro, a menudo han viajado juntos en nuestras vidas.

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