En estos días raros
Las semanas que preceden a los días de Navidad están sujetas a los protocolos que marca la tradición, sobre todo en Suecia, donde la sociedad en sus prácticas y convicciones, aunque laica, es amante de las formas que las celebraciones cristianas han ido modelando con el paso de los siglos.
Desde que los reyes de Suecia decidieron el siglo XVI expropiar a los eclesiásticos y conventuales, poner a obispos y pastores a sueldo del Estado y nacionalizar el cristianismo, refundándolo manu militari sobre las bases que fijó Lutero, los santos dejaron de venerarse, aunque sigan presentes en los frescos de algunas de sus iglesias medievales.
Con una excepción: Santa Lucía
Desde hace casi un siglo, una tradición de algunas comarcas campesinas por la que las niñas con ropajes blancos y velas en la cabeza alegraban el comienzo de las noches largas del cercano invierno, ofreciendo luces, cantos y panecillos de casa en casa (probablemente como resto de ancestrales tradiciones paganas), esa especie de exorcismo de la creciente oscuridad se fue vinculando a la santa y mártir de Siracusa que allá por el siglo IV repartió su fortuna a los pobres.
Santa Lucía desató las iras de su prometido que, al ver que la rica heredera se había quedado sin blanca, la denunció como cristiana. Esta emotiva leyenda, algo sadomasoquista por los tormentos que describe, la narra Jacobo de Vorágine en la “Leyenda Áurea” y no la voy a repetir aquí.
Por los años veinte del siglo pasado la tradicional procesión de dulces adolescentes, vestidas de blanco y coronadas de luz, acabó convirtiéndose en el “tren de Santa Lucía” (luciatåg). La elegida que avanza por delante de las demás empezó a llamarse Lucía (la que nace con la luz del alba) y el cortejo adoptó una canción napolitana de marineros que data de 1849:
Sul mare luccica
l’astro d’argento;
placida è l’onda,
prospero il vento.
Venite all’agile
barchetta mia!
Santa Lucia,
Santa Lucia!
.
Con questo zeffiro
così soave
oh com’è bello
star sulla nave!
Su passaggeri,
venite via!
Santa Lucia,
Santa Lucia!
.
In fra le tende
bandir la cena
in una sera
così serena
chi non dimanda,
chi non desia?
Santa Lucia,
Santa Lucia!
https://www.youtube.com/watch?v=bKXUOLC9e1o
La versión sueca más extendida dice así:
Sankta Lucia, ljusklara hägring,
sprid i vår vinternatt glans av din fägring.
||: Drömmar med vingesus under oss sia,
tänd dina vita ljus, Sankta Lucia, Sankta Lucia
.
Kom i din vita skrud, huld med din maning.
Skänk oss, du julens brud, julfröjders aning.
||: Drömmar med vingesus, under oss sia,
tänd dina vita ljus, Sankta Lucia, Sankta Lucia
.
Trollsejd och mörkermakt ljust du betvingar,
signade lågors vakt skydd åt oss bringar.
||: Drömmar med vingesus, under oss sia,
tänd dina vita ljus, Sankta Lucia, Sankta Lucia
.
Stjärnor som leda oss, vägen att finna,
bli dina klara bloss, fagra prästinna.
||: Drömmar med vingesus, under oss sia,
tänd dina vita ljus, Sankta Lucia, Sankta Lucia
El caso es que en todas los templos y ciudades de Suecia se celebró ayer 13 de diciembre la fiesta de la única santa que todavía venera la Iglesia luterana sueca. Basta con entonar el texto con la misma melodía napolitana ¡y ya está!
https://www.youtube.com/watch?v=LvvUFn7VPTI
Así que la exaltación de la santa de la luz, para conjurar la llegada de las largas noches invernales, prevalece sobre las disputas teológicas.
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Días de Adviento
No obstante siento que los días siguen siendo raros y las calles llenas de apariencias extrañas. Puede que sea inmodesto al establecer un paralelo con las sensaciones de un escritor nobelizado, pero si en estas noches dirijo una mirada atenta sobre las cosas, creo que me pasa algo de lo que ha dicho Patrick Modiano en su discurso de recepción del premio Nobel. Me ocurre algo parecido a lo que describe el novelista, cuando ante sus ojos
la vida corriente acaba envolviéndose en misterio y desprendiendo una especie de fosforescencia que no tenía a primera vista sino que estaba profundamente escondida
(la vie courante finit par s’envelopper de mystère et par prendre une sorte de phosphorescence qu’elle n’avait pas à première vue mais qui était cachée en profondeur)
Otras veces, el misterio deja pistas por las aceras, surgiendo
de entre esa masa de transeúntes que andan en apretadas filas o que se empujan o se pierden por las calles
(de cette masse de passants qui marchent en rangs serrés ou bien se bousculent et se perdent dans les rues)
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Aunque en nuestra época,
a causa de esta capa, de esta masa de olvido que lo recubre todo, sólo alcanzamos a captar fragmentos del pasado, trazas interrumpidas, destinos humanos fugitivos y casi inaferrables
(à cause de cette couche, de cette masse d’oubli qui recouvre tout, on ne parvient à capter que des fragments du passé, des traces interrompues, des destinées humaines fuyantes et presque insaisissables)
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Claro que todo es relativo, hay una rama del arte que desde antiguo se empeñó en condenar a sus personajes a un destino estable, fijado para siempre en perfiles sólidos. A pesar de ello no las tengo todas conmigo, al menos no en estas tardes y noches del invierno, cuando hasta las estatuas, que parecen estar ahí impávidas y unívocas, nos escamotean sus mudos discursos inconclusos, para guardarlos en el fondo de insospechados laberintos.
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Así que más me vale pasar rápido y de puntillas, pues no hace mucho tiempo a los que se detenían a interrogar a las estatuas los internaban.
Me ha encantado, no solo cómo ajustas y distribuyes el texto de Patrick Modiano, a quien escuché el discurso completo en una grabación, a tus propias sensaciones, sino esa brizna, diría, de suave burlita que es el humor auténtico, y que me pareció que impregnaba tu texto esta vez.
Y qué envidia el haber expropiado los reyes de Suecia desde hace tanto tiempo a los eclesiásticos, poniendo a obispos y pastores a sueldo del Estado, porque quien paga manda, ¿no?, en lugar del ser expropiados nuestro a base de inmatriculaciones -encima legales, Ramón, no todas, parece, pero legales, gracias a Aznar-, y no solo… ay.
Un beso de luz mediterránea.
Gracias, Luisa.
Es verdad que le pongo humor a la «vivencia» de nuestras tradiciones y leyendas (no en vano me siento bastante identificado con un perdedor del siglo XVI: Erasmo), aunque la gente con la que asistí a la entrada del «tren de Lucía» (eran los alumnos del instituto vecino) en nuestra escuela de sueco (donde estoy perfeccionando mi sueco de inmigrante) se emocionaron. Mis compañeros/as de aula son de Irak, Siria, Bosnia, Somalia, Eritrea, Palestina, Kurdistán, Irán, Nigeria, etc, en su mayoría refugiados de guerras y desastres.
La verdad es que los chicos y chicas cantaban extraordinariamente bien y era la primera vez que lo hacían ante un auditorio tan global e intercultural. También se les veía emocionados y creo que este encuentro tuvo un valor pedagógico y moral para ellos, en estos tiempos en que un 13% de los suecos votan a un partido enemigo de la admisión de refugiados e inmigrantes.
En cuanto a la Religión de Estado, que ahora afortunadamente es más una filosofía benévola y humanista que un dogma, hasta más o menos los años sesenta del siglo XX era una estructura rígida que controlaba la moral y los programas de la enseñanza pública con mano dura. De hecho uno de los motivos por los que muchas comunidades y pueblines de la Suecia pobre y campesina del siglo XIX para emigrar a Norteamérica, en condiciones espantosas, era la total falta de libertad confesional mantenida, incluso con apoyo del brazo secular, por la Iglesia oficial. Se fueron casi dos millones de suecos en lo que yo llamaría «pateras con arboladura».
No sé si has visto la película «Los emigrantes» de Jan Tröell, pero esa opresión está muy bien retratada en las secuencias iniciales: http://es.wikipedia.org/wiki/Los_emigrantes.
Otro film ilustrativo de aquel luteranismo nórdico es Ordet de Carl Dreyer. La puedes ver en Youtube: https://www.youtube.com/watch?v=aXM5EJYLUh4
Bueno, pues, espero que por tu entorno no anden los exorcistas de los obispos haciendo de las suyas. En realidad el acoso y el sometimiento a prácticas sectarias o el maltrato de enfermos, sobre todo de caracter mental, está tipificado en el código penal, pero es claro que toparse con el episcopado no es lo mismo que hacerlo con una secta de Pontevedra.
Que tengas un buen día del Señor !
Ramón