El poeta en su ocaso

Poetry is the supreme Fiction (Wallace Stevens)
Son muchos los filósofos, literatos y poetas que han escrito sobre el declinar de la edad y expresado deseos, más o menos elegíacos, que surgen cuando se peinan canas. Para muestra bien valdrán dos botones…
De un poeta en sus horas libres…
Sobre las incomodidades que Erasmo (poeta en horas libres) describió hacia 1502 en su vejez (¡a los treinta y cinco años!) y cuyo poema de 245 versos hemos extractado en este blog (De senectutis incommodis I y De senectutis incommodis final), en el que todo semeja un mal sueño deprimente, hasta que hacia el final se despierta exclamando:
Velis dehinc equisque
Et pedibus manibusque et totis denique nervis
Nitendum, ut anteacti
Temporis et studio iactura volubilis aevi
Vigilante sarciatur.
–
¡A partir de ahora mismo, la vela y la montura
y los pies y las manos con todo el ímpetu
impulsemos, que con empeño el pasado
tiempo y la edad volatil derrochados
vigilantes reparemos!
(vv. 190-194)
¡Precozmente exagerado, pues todavía le quedaban otros treinta y cuatro años por vivir!
***

De otro poeta en sus horas libres…
En estos días estoy en cambio releyendo con vista más cansada los poemas, mucho más breves, de Wallace Stevens (1879-1955), quien vivió seis años más que el humanista de Rotterdam y es un poeta al que admiro. Aunque a él no le parecía un dato biográfico a mencionar, no vivió de la poesía, sino de su trabajo como abogado de una compañía de seguros, lo cual no me parece irrelevante cuando se leen los versos que escribió en su vejez.
El que sigue lo escribió en sus últimos años (1950 – 1955). A título póstumo se publicó «A letter from» («carta de») a la que añadía «A letter to» («una carta a») como parte de Opus Posthumous (1957).
Opino que ambas son las dos partes del diálogo que establece con su amada esposa Elsie, con la que tenía desde hace algún tiempo dificultades de comunicación, por el deterioro mental que comenzó a afectarle a ella.
Mi opinión (que puede que no sea original) es que esta carta el poeta la imagina como una misiva que ella le envía desde su mundo «libre del pensamiento», en un momento de clarividente nostalgia por un pasado ido.
Espero que mi traducción refleje algo la belleza de estos cinco tercetos en los que quienes ya superamos hace tiempo la cota de los setenta, cuando apoyemos los codos en la mesa al final del día, puede que nos sintamos reflejados .
Even if there had been a crescent moon
On every cloud-tip over the heavens,
Drenching the evening with crystals’ light,
.
One would have wanted more-more-more-
Some true interior to which to return
A home against one’s self, a darkness
.
An ease in which to live a moment’s life,
The moment of life’s love and fortune,
Free from everything else, free above all from thought.
.
It would have been like lighting a candle,
Like leaning on the table, shading one’s eyes,
And hearing a tale one wanted intensely to hear,
.
As if we were all seated together again
And one of us spoke and all of us believed
What we heard and the light, though little, was enough
***
Aunque hubiera estado la creciente luna
sobre la cima de cada nube de los cielos,
inundando la tarde de una luz cristalina,
.
se habría deseado más-más-más-
un verdadero interior al que volver,
un hogar contra si mismo, una oscuridad,
.
una calma donde vivir la vida en un momento,
el instante del amor y la fortuna de la vida,
libre de lo demás, sobre todo libre del pensamiento.
.
Eso habría sido como encender una candela,
como apoyarse en la mesa, cubriéndose los ojos,
y oír una historia que ansiásemos oír,
.
como si otra vez estuviéramos sentados todos juntos,
y uno de nosotros nos hablase y todos creyéramos
lo que oímos y la luz, aunque leve, nos bastara.
.
Wallace Stevens, Late poems (1950-1955), Two letters, Letter from

Por falta de tiempo, no he incluido la respuesta del poeta («A letter to») completa, he aquí los tres versos finales:
(…)
The circle would no longer be broken but closed.
.
The miles of distance away
From everything wpuld end. It would all meet.
…
(…)
El círculo no se romperá más, sino que se cerrará.
.
Las millas de la distancia lejos
de todo acabarán. Todo se reunirá.
.
Wallace Stevens, Late poems (1950-1955), Two letters, Letter to
***
Colofón
Algo más erasmiano se no aparecía Wallace Stevens unos años antes en el poema «Setenta años más tarde» del poemario The Rock, cuando lo comenzaba así:
It is an illusion that we were ever alive,
Lived in the houses of mothers, arranged ourselves
By our own motions in a freedom of air.
(…)
***
Es una ilusión creer que alguna vez estuvimos vivos,
que vivimos en las casas de las madres, que nos otorgamos
con nuestros propios movimientos una libertad de aire.
(…)
Wallace Stevens, The Rock, I Seventy Years Later («Setenta años más tarde»)
Cuatrocientos años antes, Erasmo, aquel holandés errante, versificaba, entonces más joven que el conciso poeta estadounidense, e imitando a los clásicos latinos:
Tenerae o viror iuventae,
O dulces anni, o Felicia tempora vitae,
Ut clanculum excidistis,
Ut sensum fallente fuga lapsuque volucri
Furtim avolastis, ohe!
***
¡Oh verdor de tierna juventud!
¡Oh dulces años, oh tiempos felices de la vida!
¡De que modo furtivo os habéis ido!
¡Sin sentirlo y como aves en engañosa fuga
a escondidas volando habéis partido!
.
De senectutis incommodis, vv. 74 a 78)
.