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Convergencias de Arte y Literatura (VII): escultura de Eva Martí y poesía de Paloma Palao

4 julio, 2021
Eva Martí. Una tarde de agosto, 2019. Hierro, detalle. Foto R. Puig

En

la larga desolación, de que la luna

se tienda sobre mi corazón, aunque yo no lo quiera,

de que el pez

se agarre a mi voz, sin que yo pueda

mover una sola de mis intenciones, atada

para siempre

a una mesa, a la mesa

de un cuarto vacío; en esta larga desolación

me permito

alguna locura, de cuando en vez,

luna quieta,

que se agarra a mi ventana, que quiere

abrir mi corazón, mi puerta, la llaga

la llaga de luz que se ambiciona; la agobiante

asfixia

de entreabrir

esa puerta y ver a alguien, alguien

que no soy yo -pero que finge serlo-

atada a una mesa, en un cuarto vacío,

mientras me ponen una inyección para sobrevivir,

mientras la luna se pasea

por el fondo verde de mi corazón

y

mientras alguien, alguien que no soy yo, entreabre

esa puerta que da

a

una habitación,

a

un cuarto oscuro, oscuridad

que se niega a comprender, mientras

la luna

corre

por entre la oscuridad de aquel cuarto

vacío,

de aquel cuarto, entreabierto, con estantes

llenos de luz -llagas abiertas- que se consuman

en un sacrificio -que no ha sido pedido-,

en ese cuarto, donde alguien,

-que no es aquella que no soy yo-,

finge dolerse, de una llaga

que no da luz, ni se ambiciona.

Paloma Palao (1944 – 1986), de «Resurrección de la memoria», 1978.
Eva Martí. Queloide, 2018. Hilo. Foto R. Puig

.

Esa puerta de mármol, esa losa

que cae sobre mi alma

si ando, donde me voy dejando

nudillos, nudos, manos…

He de tirarla abajo.

Esa madera joven, en la que me he

clavado, con ranuras

estrechas, con bisagras gigantes,

que envuelta de recuerdos

me sale siempre al paso…

He de tirarla abajo.

Esa puerta que llama cuando sigo

adelante, esa puerta que avanza

cuando yo me he parado. Esa puerta

que escucha cuando yo estoy

llamando…

Esa puerta -que es mía-

he de tirarla abajo.

Paloma Palao (1944.1986), de «El gato junto al agua», accésit Premio ADONAIS, Colección Adonáis, 282, 1971, pp. 31-32
Eva Martí. Una noche, 2019. Hierro y piedra. Foto de la artista

.

Yo no quiero deciros que lo siento,

que he perdido la llave de mi sombra,

que se ha quedado mi voz como una selva

hundida en el vacío del silencio.

.

Yo no quiero deciros pormenores,

poner estrechos candados a la pena,

coserme el sufrimiento a la solapa

y doblar los castillos que me quedan

.

Yo no quiero ir de aquí a lo de siempre,

de la rosa de arena a los cimientos,

a los mantos de besos que me ahogaban,

porque tengo los dedos apretados

hacia la tibia brújula del miedo

y quiero estar derecha y no caerme

sobre la lápida helada del recuerdo.

.

Yo no quiero decir nada, nada, nada.

Las palabras me sobran cuando os veo

sonrientes dormidos en mis sueños,

Vacaciones pagadas al deseo.

Paloma Palao, Ibidem, pp. 39-40
Eva Martí. La alegría de la fiesta, 2018. Castañuelas y puntas de acero. Foto R.Puig

.

Las húmedas paredes, la alta

cama, el reloj que no suena.

La jofaina sobre el blanco lavabo.

Alargadas cortinas recortadas,

la ventana cerrada. Dedos que trenzan

sombras sobre el agua.

.

Tus dedos que apresuran mi mirada,

que me trenzan palabras. Tus dedos

-madre mía- que me halagan, que son

dulces -tus dedos- sobre el agua

recogiéndome el pelo esta mañana.

Mi figura, hecha mirada y tiempo

-que delata- el tiempo que se ha ido.

Cae el agua sobre el blanco lavabo.

.

La alta cama, el espejo callado,

que hace aguas. Tu voz:

espiga loca sobre el alma.

Tu voz hecha palabra en mi garganta.

Tu dulce voz callada. La jofaina

en silencio, la alta cama. El callado

recuerdo, que te pide -perdón- esta mañana.

.

Las baldosas que saltan, el gato

junto al agua que no maúlla,

esta mañana clara.

Paloma Palao (1944.1986), de «El gato junto al agua», accésit Premio ADONAIS, Colección Adonáis, 282, 1971, pp. 61-62
Eva Martí. Murillo II, 2018. Madera y hierro, detalle. Foto R.Puig

.

…no te muevas

del sueño, que se puede,

despertar el olvido, que te cuida.

Paloma Palao, Ibidem p.57
Eva Martí. Una tarde de agosto, 2019. Hierro, Foto de la artista

Paloma Palao (1944-1986) se reveló como poeta en 1970 cuando ganó el accésit del Premio ADONAIS en 1970 (número 282 de la colección del mismo nombre) por su poemario «El gato junto al agua». Era profesora de lengua española y había publicado otras seis colecciones de sus poemas cuando murió en accidente de trafico en 1986 (*)

Eva Martí Domingo (1975), Ingeniera Técnica Agrícola (Politécnica de Valencia (1999), cursó Estudios Superiores de Enseñanzas Artísticas Superiores en Diseño Gráfico, EASD Castellón (2003-2005), Licenciada en Bellas Artes por la Universidad Miguel Hernández en la facultad de Altea (2016) y Escultora.

Notas


(*) Poemarios de Paloma Palao:

El gato junto al agua, 1971 (accésit al Premio Adonáis)

Resurrección de la memoria, 1978. 

Contemplación del destierro, 1982. 

Retablo profano, 1985.

Hortus conclusus, 1986. 

Música o nieve, 1986.

(**) Ficha técnica de las obras de Eva Martí arriba presentadas:

Nudo en la garganta (2018), intervención en libro, 19,5 x 13,5 x 6 cm. 

Murillo II, 2018, hierro y madera, 19 x 49 x 25 cm.

La alegría de la fiesta (2018). Castañuelas y puntas de acero

Agosto (2019), hierro, 18,8 x 35 x 10,5 cm.

Queloide (2018), hilo, 48 x 63 x 7 cm.

Una noche II, 2019, hierro y piedra Bateig, 23,7 x 7,5 x 4,9 cms.

4 comentarios leave one →
  1. 7 julio, 2021 14:44

    Muy convincente la convergencia, pero quiero resaltar y agradecerte muy en especial el descubrimiento que te debo de la poeta Paloma Palao. Ni su nombre conocía, ¿cómo puede ser? Aunque, la verdad, y a ello ha de contribuir mi natural desconfianza gallega, siempre he pensado que los que están casi nunca son y viceversa, muy en especial en el campo de la poesía.

    Mil gracias, Ramón.

  2. 8 julio, 2021 14:11

    Gracias a ti, Luisa,
    Estuve descubriendo obras que dormían en mi biblioteca y «El gato junto al agua» de Paloma Palao entre otras, eso es todo. Ese placer de reencontrarte con joyas olvidadas.
    En la historia de los premios Adonais de Poesía (desde 1943) hay quince mujeres que lo ganaron (recientemente tres lo obtuvieron en 2017, 2018 y 2019) y bastantes más que obtuvieron accésit. Los poemarios de todas estas poetas (o poetisas) se han ido publicando en la Colección Adonais.
    En el caso de Paloma Palao (accésit de 1970) mi punto de de vista es que sus poemas son mejores, más originales en su estilo y más verdaderos, a fuer de concisos, que los de la otra poeta que ganó el premio ese año, sin que ello signifique que no sean también buenos los de Pureza Canelo con «Lugar común».
    Esta colección es probablemente la que más obras de poetas mujeres españolas tiene publicadas, entre ellas también las que no lo fueron en razón del Premio, y ello desde fechas tan lejanas ya como los años cuarenta. A ello se añade que sus antologías de poesía de otros países han estado casi siempre a cargo de mujeres editoras. No sé si acierto, pero puede que sea debido a que en España la filología ha sido y es cultivada por excelentes representantes de esta rama universitaria.
    Un abrazo
    Ramón.

  3. 10 julio, 2021 14:24

    No te nuevas del sueño,se puede despertar el olvido que te cuida. Exacto. Modelo de poesía. Recuerda a Blanca Valera y a tantos otros con los que sueño cuando me ahogan los recuerdos olvidados. Rosi me recuerda que allí está a mi lado

    • 11 julio, 2021 09:04

      Jules Supervielle lo llamaba «l’oublieuse memoire», la memoria olvidadiza. En sus olvidos nuestra memoria nos cuida:

      J’aurais rêvé ma vie à l’instar des rivières

      Vivant en même temps la source et l’océan

      Sans pouvoir me fixer même un mince moment

      Entre le mont, la plaine et les plages dernières.

      .

      Suis-je ici, suis-je là ? Mes rives coutumières

      Changent de part et d’autre et me laissent errant.

      Suis-je l’eau qui s’en va, le nageur descendant

      Plein de trouble pour tout ce qu’il laissa derrière ?

      .

      Ou serais-je plûtot sans même le savoir

      Celui qui dans la nuit n’a plus que la ressource

      De chercher l’océan du côté de la source

      Puisqu’il est derrière lui le meilleur de l’espoir ?

      En Jules Supervielle, «Vivir y quehacer del poeta». Selección, traducción y edición de Ramón Puig de la Bellacasa, Colección Poéticas, Valencia, Editorial Pre-Textos, 2009, pág.217)

      Lo cité en https://ensondeluz.com/2014/08/17/por-el-camino-de-suecia-ii-del-col-du-pourtalet-a-oloron-sainte-marie/

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