Convergencias de Arte y Literatura (VII): escultura de Eva Martí y poesía de Paloma Palao

En
la larga desolación, de que la luna
se tienda sobre mi corazón, aunque yo no lo quiera,
de que el pez
se agarre a mi voz, sin que yo pueda
mover una sola de mis intenciones, atada
para siempre
a una mesa, a la mesa
de un cuarto vacío; en esta larga desolación
me permito
alguna locura, de cuando en vez,
luna quieta,
que se agarra a mi ventana, que quiere
abrir mi corazón, mi puerta, la llaga
la llaga de luz que se ambiciona; la agobiante
asfixia
de entreabrir
esa puerta y ver a alguien, alguien
que no soy yo -pero que finge serlo-
atada a una mesa, en un cuarto vacío,
mientras me ponen una inyección para sobrevivir,
mientras la luna se pasea
por el fondo verde de mi corazón
y
mientras alguien, alguien que no soy yo, entreabre
esa puerta que da
a
una habitación,
a
un cuarto oscuro, oscuridad
que se niega a comprender, mientras
la luna
corre
por entre la oscuridad de aquel cuarto
vacío,
de aquel cuarto, entreabierto, con estantes
llenos de luz -llagas abiertas- que se consuman
en un sacrificio -que no ha sido pedido-,
en ese cuarto, donde alguien,
-que no es aquella que no soy yo-,
finge dolerse, de una llaga
que no da luz, ni se ambiciona.
Paloma Palao (1944 – 1986), de «Resurrección de la memoria», 1978.
.
Esa puerta de mármol, esa losa
que cae sobre mi alma
si ando, donde me voy dejando
nudillos, nudos, manos…
He de tirarla abajo.
Esa madera joven, en la que me he
clavado, con ranuras
estrechas, con bisagras gigantes,
que envuelta de recuerdos
me sale siempre al paso…
He de tirarla abajo.
Esa puerta que llama cuando sigo
adelante, esa puerta que avanza
cuando yo me he parado. Esa puerta
que escucha cuando yo estoy
llamando…
Esa puerta -que es mía-
he de tirarla abajo.
Paloma Palao (1944.1986), de «El gato junto al agua», accésit Premio ADONAIS, Colección Adonáis, 282, 1971, pp. 31-32
.
Yo no quiero deciros que lo siento,
que he perdido la llave de mi sombra,
que se ha quedado mi voz como una selva
hundida en el vacío del silencio.
.
Yo no quiero deciros pormenores,
poner estrechos candados a la pena,
coserme el sufrimiento a la solapa
y doblar los castillos que me quedan
.
Yo no quiero ir de aquí a lo de siempre,
de la rosa de arena a los cimientos,
a los mantos de besos que me ahogaban,
porque tengo los dedos apretados
hacia la tibia brújula del miedo
y quiero estar derecha y no caerme
sobre la lápida helada del recuerdo.
.
Yo no quiero decir nada, nada, nada.
Las palabras me sobran cuando os veo
sonrientes dormidos en mis sueños,
Vacaciones pagadas al deseo.
Paloma Palao, Ibidem, pp. 39-40
.
Las húmedas paredes, la alta
cama, el reloj que no suena.
La jofaina sobre el blanco lavabo.
Alargadas cortinas recortadas,
la ventana cerrada. Dedos que trenzan
sombras sobre el agua.
.
Tus dedos que apresuran mi mirada,
que me trenzan palabras. Tus dedos
-madre mía- que me halagan, que son
dulces -tus dedos- sobre el agua
recogiéndome el pelo esta mañana.
Mi figura, hecha mirada y tiempo
-que delata- el tiempo que se ha ido.
Cae el agua sobre el blanco lavabo.
.
La alta cama, el espejo callado,
que hace aguas. Tu voz:
espiga loca sobre el alma.
Tu voz hecha palabra en mi garganta.
Tu dulce voz callada. La jofaina
en silencio, la alta cama. El callado
recuerdo, que te pide -perdón- esta mañana.
.
Las baldosas que saltan, el gato
junto al agua que no maúlla,
esta mañana clara.
Paloma Palao (1944.1986), de «El gato junto al agua», accésit Premio ADONAIS, Colección Adonáis, 282, 1971, pp. 61-62
.
…no te muevas
del sueño, que se puede,
despertar el olvido, que te cuida.
Paloma Palao, Ibidem p.57
Paloma Palao (1944-1986) se reveló como poeta en 1970 cuando ganó el accésit del Premio ADONAIS en 1970 (número 282 de la colección del mismo nombre) por su poemario «El gato junto al agua». Era profesora de lengua española y había publicado otras seis colecciones de sus poemas cuando murió en accidente de trafico en 1986 (*)
Eva Martí Domingo (1975), Ingeniera Técnica Agrícola (Politécnica de Valencia (1999), cursó Estudios Superiores de Enseñanzas Artísticas Superiores en Diseño Gráfico, EASD Castellón (2003-2005), Licenciada en Bellas Artes por la Universidad Miguel Hernández en la facultad de Altea (2016) y Escultora.
Notas
(*) Poemarios de Paloma Palao:
El gato junto al agua, 1971 (accésit al Premio Adonáis)
Resurrección de la memoria, 1978.
Contemplación del destierro, 1982.
Retablo profano, 1985.
Hortus conclusus, 1986.
Música o nieve, 1986.
—
(**) Ficha técnica de las obras de Eva Martí arriba presentadas:
Nudo en la garganta (2018), intervención en libro, 19,5 x 13,5 x 6 cm.
Murillo II, 2018, hierro y madera, 19 x 49 x 25 cm.
La alegría de la fiesta (2018). Castañuelas y puntas de acero
Agosto (2019), hierro, 18,8 x 35 x 10,5 cm.
Queloide (2018), hilo, 48 x 63 x 7 cm.
Una noche II, 2019, hierro y piedra Bateig, 23,7 x 7,5 x 4,9 cms.
Muy convincente la convergencia, pero quiero resaltar y agradecerte muy en especial el descubrimiento que te debo de la poeta Paloma Palao. Ni su nombre conocía, ¿cómo puede ser? Aunque, la verdad, y a ello ha de contribuir mi natural desconfianza gallega, siempre he pensado que los que están casi nunca son y viceversa, muy en especial en el campo de la poesía.
Mil gracias, Ramón.
Gracias a ti, Luisa,
Estuve descubriendo obras que dormían en mi biblioteca y «El gato junto al agua» de Paloma Palao entre otras, eso es todo. Ese placer de reencontrarte con joyas olvidadas.
En la historia de los premios Adonais de Poesía (desde 1943) hay quince mujeres que lo ganaron (recientemente tres lo obtuvieron en 2017, 2018 y 2019) y bastantes más que obtuvieron accésit. Los poemarios de todas estas poetas (o poetisas) se han ido publicando en la Colección Adonais.
En el caso de Paloma Palao (accésit de 1970) mi punto de de vista es que sus poemas son mejores, más originales en su estilo y más verdaderos, a fuer de concisos, que los de la otra poeta que ganó el premio ese año, sin que ello signifique que no sean también buenos los de Pureza Canelo con «Lugar común».
Esta colección es probablemente la que más obras de poetas mujeres españolas tiene publicadas, entre ellas también las que no lo fueron en razón del Premio, y ello desde fechas tan lejanas ya como los años cuarenta. A ello se añade que sus antologías de poesía de otros países han estado casi siempre a cargo de mujeres editoras. No sé si acierto, pero puede que sea debido a que en España la filología ha sido y es cultivada por excelentes representantes de esta rama universitaria.
Un abrazo
Ramón.
No te nuevas del sueño,se puede despertar el olvido que te cuida. Exacto. Modelo de poesía. Recuerda a Blanca Valera y a tantos otros con los que sueño cuando me ahogan los recuerdos olvidados. Rosi me recuerda que allí está a mi lado
Jules Supervielle lo llamaba «l’oublieuse memoire», la memoria olvidadiza. En sus olvidos nuestra memoria nos cuida:
…
J’aurais rêvé ma vie à l’instar des rivières
Vivant en même temps la source et l’océan
Sans pouvoir me fixer même un mince moment
Entre le mont, la plaine et les plages dernières.
.
Suis-je ici, suis-je là ? Mes rives coutumières
Changent de part et d’autre et me laissent errant.
Suis-je l’eau qui s’en va, le nageur descendant
Plein de trouble pour tout ce qu’il laissa derrière ?
.
Ou serais-je plûtot sans même le savoir
Celui qui dans la nuit n’a plus que la ressource
De chercher l’océan du côté de la source
Puisqu’il est derrière lui le meilleur de l’espoir ?
…
En Jules Supervielle, «Vivir y quehacer del poeta». Selección, traducción y edición de Ramón Puig de la Bellacasa, Colección Poéticas, Valencia, Editorial Pre-Textos, 2009, pág.217)
Lo cité en https://ensondeluz.com/2014/08/17/por-el-camino-de-suecia-ii-del-col-du-pourtalet-a-oloron-sainte-marie/