El pollino y los polluelos

Para Sebastián
En la granja de un amigo ha nacido un asno hace unos días.
Lo ha llamado Romeret.
Tiene un corral para él solo.

Romeret se alza sobre sus largas patas.
Nada más nacer los pollinos se ponen en pie, primero titubeantes y poco a poco más seguros, desde el primer día de vida.
Los seres humanos no sabemos erguirnos y caminar tan pronto.

Todo es nuevo, Romeret olfatea las cosas.

Nuestro burrito se las arregla bien, ha salido de su corral y reflexiona sobre la dirección a tomar.
Examina el entorno, hay una puerta abierta.

Fuera le esperan sus vecinos de la granja de Sebastián.

Mira para atrás…

Finalmente decide regresar, pues intuye que la hora de tomar su leche se acerca…

Por hoy no establecerá contacto con la vecindad aviar.

Los gansos y los patos tendrán que aguantar su curiosidad.
Mamá sigue conduciendo su tropilla.

¡Ale! ¡Ale!


Estamos ante un caso interesante para el estudio de las leyes de Mendel
Pero lo dejaremos para otro día…
