Crónicas del amanecer (y 7)

Domingo 29 de marzo del 2020, 8:15 a.m. Foto R.Puig
Calma
Después de una semana de nubes y ventarrones, hoy ha amanecido el mar en calma. La luz dorada del sol naciente se ha ido extendiendo desde oriente como si quisiera celebrar el «horario de verano».
Aunque sigamos encerrados con un sólo juguete (la expresión se la robo a Juan Marsé) este luminoso amanecer se agradece como un regalo deseado. Esta calma, este parón del viento, me hace pensar en un poema en prosa de un original poeta, dibujante y pintor, que aunque se nacionalizó francés, a mi juicio siempre fue tipicamente belga.
Me refiero a Henri Michaux (Namur, 24 de mayo de 1899 – París, 19 de octubre de 1984).
El viento
El viento prueba a separar las olas del mar.
Mas no es cosa hecha, pues las olas se aferran al mar, y el viento continúa a soplar… no, no es que le guste soplar, hasta cuando se convierte en tormenta o borrasca el viento no persevera. Se orienta ciegamente, enloquecido y maníaco, hacia un lugar de calma perfecta, de bonanza, donde estar al fin tranquilo, tranquilo.
¡De qué manera las olas del mar le dejan indiferente! Sea que estén sobre el mar o sobre un campanario, o bajo una rueda dentada o sobre el filo de un cuchillo, a él poco le importa. Él marcha hacia un lugar de quietud y de paz donde por fin deje de ser viento.
Mas su pesadilla dura ya desde hace mucho tiempo.
Domingo 29 de marzo del 2020, 8 35 a.m. Foto R.Puig
Le vent
Le vent essaie d’écarter les vagues de la mer.
Mais les vagues tiennent à la mer, n’est-ce pas évident, et le vent tient à souffler… non, il ne tient pas à souffler, même devenu tempête ou bourrasque il n’y tient pas. Il tend aveuglément, en fou et en maniaque, vers un endroit de parfait calme, de bonace, où il sera enfin tranquille, tranquille.
Comme les vagues de la mer lui sont indifférentes! Qu’elles soient sur la mer ou sur un clocher, ou dans une roue dentée ou sur la lame d’un couteau, peu lui chaut. Il va vers un endroit de quiétude et de paix où il cesse enfin d’être vent.
Mais son cauchemar dure déjà depuis longtemps.
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Henry Michaux, “La nuit remue”, Paris, Poésie/Gallimard, 1967, pág. 38 (la traducción es mía)

Domingo 29 de marzo del 2020, 8:25 a.m. Foto R.Puig
Ser belga es diferente de ser francés, como poeta o músico?
Tendría que contarte muchas cosas de mis dieciocho años en Bélgica (país para el que guardo un gran afecto) en contacto con la actividad cultural, literaria y creativa belga. Durante años anteriores, en mis lecturas y admiraciones por lo francés, dominaba Francia.
El suave humor belga y sus inclinaciones a la ironía e incluso a una sofisticada auto-derrisión, junto con un surrealismo muy propio, son diferentes de las maneras creativas del espíritu francés. Es difícil explicarlo sin recurrir a una lista de nombres y ejemplos… daría para un libro.
Yo te recomendaría para empezar la obra de Hugo Claus «Le chagrin des belges», que puedes telecargar aquí:
https://ampproject.frb.io/ll/2757842722/Chagrin-Belges-Hugo-Claus/