Un paseo en el corazón volcánico de Inglaterra

«The old man» of the Beacon Hill. Foto R.Puig
Hace seiscientos millones de años, durante el período Ediacárico, a finales del «supereón» Precámbrico, en lo que hoy son las alturas del Beacon Hill en el condado de Leicester, las cenizas de varios volcanes se fueron depositando en el fondo de lo que por entonces era mar. Esos sedimentos son hoy ariscos roquedales que se alzan en el corazón de Inglaterra, a poco distancia de las ciudades de Leicester y de Loughborough, situadas en las llanuras de los Midlands. Los beacon son antiguas torres de señales en lo alto de una colina, sobre las cuales se encendían fuegos para transmitirse mensajes desde una a otra.
Nada más abandonar el aparcamiento, entrando en este parque, que es parte de la comarca de Charnwood Forest, nos reciben «el pastor y su carnero».

«The shepard and the ram» by Peter Leadbeater. Beacon Hill. Foto R.Puig
El parque es una amable espacio para los paseos familiares de fin de semana. Descendemos por un camino flanqueado por estas rocas metamórficas, de las más antiguas de Inglaterra y Gales y que fueron cenizas de volcanes. Son duras y resistentes a la erosión.

Roquedal en Beacon Hill. Charnwood Forest. Foto R. Puig
Quienes más disfrutan son los niños que lógicamente no resisten el deseo de encaramarse en ellas. Un buen lugar de entrenamiento para futuros alpinistas.

Un futuro escalador en Beacon Hill. Foto R.Puig
O de instrucción micológica, sobre todo en materia de setas que no se deben comer…

Un hongo de fábula. Foto R.Puig
Aunque algunas sean muy útiles para los gnomos cuando quieren guarecerse de las lluvias.

Paraguas para los enanitos del bosque. Foto R.Puig
En este parque, además de los gnomos, que por desgracia el otro día se escondieron de nosotros, también hay gigantes que con un poco de suerte aparecen desde sus cobijos subterráneos para observarnos.

Un gigante narigudo en Beacon Hill. Foto R.Puig
Nuestro escalador se lo ha pensado dos veces y ha preferido no treparle por las barbas, no fuese que el gigante tuviera ganas de desayunar niño crudos.
Así que seguimos el paseo entre árboles y piedras

Robles y rocas en Beacon Hill. Foto R.Puig
Mientras ascendemos la colina un viejo roble nos regala una ocasión para extasiarnos

Un hermoso roble en Beacon Hill. Foto R.Puig
Llegando a las alturas del toposcopio

El toposcopio de Beacon Hill y vista de Loughborough. Foto Wikimedia
el tiempo no es el que aparece en la Wikipedia y la lluvia nos sorprende

El día se ha nublado en Beacon Hill. Foto R.Puig
Tras una excelente comida en la taberna de un pueblo cercano, nos despedimos del Leicestershire en un vuelo low cost.
El atardecer nos sorprende en otras latitudes

Cambio de latitud. Foto R.Puig
Hermosas fotos de árboles.
Buen domingo
Aquí estamos en elecciones de alcaldes y gobernadores. La mayor parte de los que salen están presos por corrupción
Gracias Pancho.
Sobre las diferencias de forma de las copas del haya y el roble añosos: la primera la veo más redondeada y «ordenada», la del roble me parece más triangular y «desordenada». Para un lego como yo lo mejor es acercarse y fijarse en las hojas, lobulada la del roble y ovalada la del haya.
Los peruanos no se merecen lo que me cuentas. ¿Se les permitirá ocupar sus cargos?
Excelentes fotos como siempre y, tambien como siempre una información de veras ‘aplastante’…
Gracias Bernardo. Todo lugar suscita la curiosidad de modo diferente.