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De dos días en Estocolmo (I): andar, observar, celebrar

14 mayo, 2017
Atardecer desde la terraza del hotel Estocolmo. Foto R.Puig

Atardecer desde la terraza del hotel. Estocolmo. Foto R.Puig

Era la víspera del 9 de mayo, Día de Europa, y vinimos a Estocolmo a una reunión de jubilados, suecos o residentes en Suecia, que tenemos en común el haber trabajado durante años para las instituciones europeas, un encuentro con el que se conmemoraban los diez años de la asociación.

Nos alojamos en un hotel frente a la estación central poco concurrido entre domingo y lunes. Frente a la ventana, por un lado la torre de la Iglesia de Santa Clara.

Por si nos dormimos. Foto R.Puig

Por si nos dormimos. Foto R.Puig

Por el otro lado las vistas al mayor sindicato socialista sueco, algo tan nacional e histórico como la Iglesia Nacional Sueca, la LO (Landsorganisationen), el sindicato socialista fundado en 1898.

Habitación con vistas al sindicato socialista. Estocolmo. Foto R.Puig

Habitación con vistas al sindicato socialista. Estocolmo. Foto R.Puig

No muy lejos de ahí, un mes antes, un terrorista fanático había asesinado y herido a tranquilos viandantes con un camión, antes de estrellarlo contra una esquina de esos almacenes Åhléns que se ven a la izquierda de la foto.

Estocolmo a vista de hotel. Foto R.Puig

Estocolmo a vista desde el hotel. Foto R.Puig

En la Klara Kyrka…

Y ello a pesar de que el ojo de Dios sigue mirando a los fieles desde el púlpito de la Iglesia de Santa Clara

El ojo de Dios nos vigila. Púlpito de Santa Clara. Estocolmo. Foto R.Puig

El ojo de Dios nos vigila entre las nubes. Púlpito de Santa Clara. Estocolmo. Foto R.Puig

y de que la discípula del pacífico Francisco de Asís sigue rezando desde las vidrieras de la iglesia que lleva su nombre

Santa Clara Ora pro Nobis. Foto R.Puig

Santa Clara Ora pro Nobis. Foto R.Puig

Por los mausoleos de su iglesia, nada nuevo bajo el sol, revolotea una jugadora del equipo de los nóvísimos.

Se presente calva

La muerte revolotea. Estocolmo. Foto R.Puig

La muerte alada. Estocolmo. Foto R.Puig

o se calce un peluquín,  sigue siendo la Parca.

La muerte con peluca. Foto R.Puig

La muerte con peluca. Foto R.Puig

En estos tiempos en que el amo del maletín nuclear exhibe una melena del color de la paja seca, quizás habría que actualizar la imaginería de los templos.

…y en lo que fue su cementerio

Quienes tienen otras preocupaciones son estos migrantes europeos en busca de cobijo. Ella está al teléfono, probablemente exponiendo sus cuitas, mientras quien la acompaña, cuyos zapatos asoman bajo la manta, duerme a pierna suelta, recostando la cabeza sobre las bolsas de plástico con sus haberes

Tras una noche al raso a la sombra de Santa Clara. Foto R.Puig

Tras una noche inquieta a la sombra de Santa Clara. Foto R.Puig

Estamos en el jardín de Santa Clara, que fue en otros tiempos cementerio. La verja de un mausoleo descuidado sirve de tendedero.

Mausoleo tendedero en el jardín de Santa Clara. Foto R.Puig

Mausoleo tendedero en el jardín de Santa Clara. Foto R.Puig

Más franciscana la vida no puede ser.

La Iglesia de Santa Clara. Foto R.Puig

La Iglesia de Santa Clara. Foto R.Puig

A pocos pasos mismamente, el poeta nacional, Michael Bellman, no parece inmutarse ante esta estampa de la Estocolmo contemporánea.

Lo enterraron en este kyrkogården (cementerio), pero, como murió arruinado y alcoholizado, sin dinero para una lápida que señalase la fosa, sus huesos no se han podido localizar.

Estela de Michael Bellman en el jardín de Santa Clara. Foto R.Puig

Estela de Michael Bellman en el jardín de Santa Clara. Foto R.Puig

De modo que a nuestros nómadas de hoy no les diremos que están tumbados sobre el mismo césped que el fantasma de un poeta, libertino y bebedor, embruja.

La Casa de los Médicos

Frente a ese mismo jardín hay un edificio solemne, la Casa de la Sociedad Sueca de Médicos (Läkarsällskapet). En el muro, flanqueando su portal, unos bajorrelieves de Christian Eriksson nos hablan de la visión patriarcal de la medicina en 1906, que es cuando se inauguró el edificio.

El galeno que toma notas reposa su pie sobre la mesa en la que yace el pedagógico cadáver, mientras el catedrático, en pleno despiezo, está extrayendo un órgano que no es fácil identificar.

A sus espaldas un discente se ajusta las gafas mientras respira algo sofocado y un asistente sostiene una bacinica, suponemos que para que el catedrático pueda lavarse las manos.

Bajorrelieve quirúrgico. Casa de los Médicos. Estocolmo. Foto R.Puig

En la sala de disecciones. Casa de los Médicos. Estocolmo. Foto R.Puig

Era una época en la que el flagelo de la tuberculosis castigaba a la población y esas mujeres a las que aquí auscultan no parece que tuvieran los medios para irse a un sanatorio de los Alpes. Todavía faltaban muchos años para el descubrimiento de la penicilina.

Susana y compañeras auscultadas por los viejos doctores. Foto R.Puig

Susana y compañeras auscultadas por los viejos doctores. Foto R.Puig

Luego volveremos, pero antes salgamos a airearnos…

Un paseo

Desde el puente de Djurdsgarden. Estocolmo.Foto R.Puig

Desde el puente de Djurgården. Estocolmo.Foto R.Puig

Fue un paseo que les recomiendo si es que un día van a Estocolmo. Comienza en el puente que cruza desde el distrito de Östermalm a Djurgården frente al Nordiska Museet.

Vale la pena comenzar por la visita del enorme y muy interesante Museo Nórdico, que dejaremos para otro día. Si nos dejamos arrastrar por la curiosidad, puede llevarnos dos o más horas.

El Museo Nórdico y el embarcadero. Estocolmo.Foto R.Puig

El Museo Nórdico y el embarcadero. Estocolmo. Foto R.Puig

A partir de ahí, caminando con sosiego por Rosendalsvägen y disfrutando de la orilla del golfo de Djurgårdsbrunnen (la fuente de la granja de los animales), se van descubriendo las vistas sobre el agua a la izquierda y los edificios históricos de la zona de la colina del Rosendalslott a la derecha, territorio de descanso tradicional de la monarquía sueca.

De paseo en tarde nublada por Rosendalsvägen. Estocolmo. Foto R.Puig

De paseo en tarde nublada por Rosendalsvägen. Estocolmo. Foto R.Puig

Encontramos esculturas románticas, como esta de una famosa soprano sueca

Jenny Lind por Erik Rafael Radberg. 1924. Estocolmo. Foto R.Puig

Jenny Lind por Erik Rafael Radberg. 1924. Estocolmo. Foto R.Puig

o la de la invitación a la Paz

PAX. Rosendalsvägen. Estocolmo. Foto R.Puig

PAX. Rosendalsvägen. Estocolmo. Foto R.Puig

.

Entre los edificios del siglo XVIII, destaca, aunque en pésimo estado de conservación, la Mansión de Siri. Así la apodaba Sten Abrahm Piper, el Chambelán de Gustavo III, a quien el rey se la cedió en usufructo.  Siri era el perro favorito del este alto cortesano real.

O tempora, o mores.

La Mansión de Siri. Estocolmo. Foto R.Puig

La Mansión de Siri. Estocolmo. Foto R.Puig

Andando, andando llegaremos al puente sobre el canal, que no sé si desemboca o comienza  en el extremo del golfo de Djurgårdsbrunnen

Canal del golfo de Djurdsgarden. Estocolmo. Foto R.Puig

Canal del golfo de Djurgårdsbrunnen. Estocolmo. Foto R.Puig

Puente de acceso a Ladugardsgardet desde Djurdgarden. Estocolmo. Foto R.Puig

Puente de acceso a Ladugårdsgårdet desde Djurgården. Estocolmo. Foto R.Puig

Cruzando el puente entramos en el Ladugårdsgårdet (otra antigua propiedad agraria) y podremos seguir una buena hora bordeando la otra orilla por la Avenida de Folke Bernadotte, el «barrio diplomático», el Parque Nobel y la Strandvägen, hasta Nybronplan, o tomar un autobús que es lo que hicimos nosotros.

Pero no olvidemos el evento al que habíamos venido…

.

Nuestra reunión de jubilados

Los organizadores habían contratado el amplio salón de la Casa de la Sociedad Médica Sueca. Lugar elegante y comida sobria con buffet al estilo escandinavo.

La noticia del día era que Francia había votado por un candidato europeista y moderado, cerrando el paso a los viejos demonios del neofascismo lepenista. El futuro no va a ser fácil, pero una gran parte de los jóvenes franceses apoyan la difícil apuesta por gente nueva, descartando opciones rancias. No soy quien para erigirme en analista de la nueva etapa que se abre para Francia. Sólo pienso que si los franceses logran hacer los cambios que necesitan, Europa también saldrá beneficiada. Así que prefiero referirme a alguien que sí merece que se le escuche,  Jean-Marie Colombani.   Hace dos días se expresaba así.

En cuanto a nosotros, durante la comida tuvimos la sorpresa de que la cantante finlandesa Arja Saijonmaa nos obsequió con su canción «Yo quiero vivir en Europa»

Comida con Arja Saijonmaa. Casa de los Médicos. Estocolmo. Foto R.Puig

Comida con Arja Saijonmaa. Casa de los Médicos. Estocolmo. Foto R.Puig

Acto seguido, ella, que ya ha cumplido 72 años, rejuveneció este salón vetusto con su versión en sueco de «Gracias a la vida» de Violeta Parra.  Así  que al son de «Jag vill tacka livet» me despido por hoy, dejándome para otro día en el tintero algunas otras cosas de Estocolmo.

Jag vill tacka livet 
Jag vill tacka livet
som gett mig så mycket.
Det gav min två ögon
och när jag dem öppnar
kan jag klart urskilja
det svarta från det vita
och högt där uppe
himlens mantel strödd med stjärnor.
.
Jag vill tacka livet
som gett mig så mycket.
Det har gett mig hörseln
som i all sin vidhet
fångar natten och dagen,
syrsor och små fåglar,
tubiner, hammare, ett hundskall
och ett ösregn
och röstens ömhet hos den jag älskar.
.
Jag vill tacka livet
som gett mig så mycket.
Det har gett mig ljudet
och hela alfabetet
så att jag fick orden
för tankarna jag tänker,
moder, vän och broder, ljuset som upplyser
den karga väg min älsklings själ ska vandra.
.
Jag vill tacka livet
som gett mig så mycket.
Det gav mig lång vandring
för så trötta fötter
genom djupa vatten,
jag gick genom städer,
över stränder, berg, öknar och på stäppland
hem till ditt hus och dina gröna ängar.
.
Jag vill tacka livet
som gett mig så mycket.
Det gav mig ett hjärta
som i grunden darrar
när jag ser på fruken
av det hjärnan skapar,
och det goda långt borta från det onda
när jag ser in i dina klara ögon.
.

Jag vill tacka livet
som gett mig så mycket.
Det har gett mig skrattet,
det har gett mig smärtan
så att jag kan skilja lycka ifrån sorgen,
de två ting som skapar alla mina sånger
och mina sånger som är era sånger
och alla sånger som är samma sånger.

Gracias a la vida

Violeta Parra 

Gracias a la vida que me ha dado tanto

Me dio dos luceros, que cuando los abro

Perfecto distingo lo negro del blanco
Y en el alto cielo su fondo estrellado
Y en las multitudes el hombre que yo amo

.

Gracias a la vida que me ha dado tanto
Me ha dado el oido que en todo su ancho
Graba noche y dia, grillos y canarios
Martillos, turbinas, ladridos, chubascos
Y la voz tan tierna de mi bien amado

Gracias a la vida que me ha dado tanto
Me ha dado el sonido y el abecedario
Con el las palabras que pienso y declaro
Madre, amigo, hermano, y luz alumbrando
La ruta del alma del que estoy amando

Gracias a la vida que me ha dado tanto
Me ha dado la marcha de mis pies cansados
Con ellos anduve ciudades y charcos
Playas y desiertos, montanas y llanos
Y la casa tuya, tu calle y tu patio

Gracias a la vida que me ha dado tanto
Me dio el corazon que agita su marco
Cuando miro el fruto del cerebro humano
Cuando miro al bueno tan lejos del malo
Cuando miro al fondo de tus ojos claros

Gracias a la vida que me ha dado tanto
Me ha dado la risa y me ha dado el llanto
Asi yo distingo dicha de quebranto
Los dos materiales que forman mi canto
Y el canto de ustedes que es mi mismo canto
Y el canto de todos que es mi propio canto
Gracias a la vida que me ha dado tanto

 

 

 

 

 

2 comentarios leave one →
  1. 14 mayo, 2017 11:33

    Excelentes vistas de Estocolmo. Personalidad fuerte de la iglesia de santa Clara, pero lo mejor el texto bilingüe del sentido gracias a la vida. Con un poco de inglés y otro de alemán he empezado mi bautismo en sueco. Aparte de lo anglosajón y lo germano, qué otras raíces encontramos? francés?

  2. 14 mayo, 2017 20:53

    ¡Muy buena idea! Ahora ¡a venirse de parranda a Suecia y comenzar las prácticas! En cuanto a la versión sueca de la canción de Violeta es a veces bastante libre. En el sueco moderno, sí, hay préstamos del francés. Y el préstamo mayor es la actual dinastía real, la que desciende del general napoleónico Bernadotte.

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