Recompensa

Recompensa. Foto R.Puig
Suelo volver del taller en lo que podríamos llamar un autobús acuático, el Älvsnabben 285 («el rápido de la ría»), algo así como los vaporetti de Venecia, aunque aquí no circula por los canales sino por el estuario del Río Göta, tan ancho como las rías gallegas en España. Este trayecto, escoltado por gaviotas y cormoranes, siempre es grato.
Hace pocos días la jornada había sido rutinaria: gimnasio, boceto al pastel, renovación con tintas de colores de viejos dibujos al carboncillo, lectura, breve almuerzo, siesta y música…
No me sentía merecedor de ningún premio especial, pero la lluvia, que me empapó de camino al embarcadero, y el sol, que jugaba con las nubes en su descenso hacia el oeste, habían decidido recompensarme.

Puentes. Foto R.Puig
Para recoger el galardón me bastó salir a la plataforma de proa y dejar que el niño que llevamos dentro trepara por esos arcos que abrazaban la ciudad.
Olvidé a Descartes y a Newton y lo que me enseñaron en el colegio para imaginar este mismo lugar poblado por las gentes de la Edad del Hierro y sentir que estaba ante un misterioso arco de colores que abrazaba la tierra y abría pasajes entre ella y el cielo.
Y ya que no tengo a mano una representación del arcoíris en tiempos de los primeros pobladores de Escandinavia, recurriré a su aparición ante la bahía de San Francisco cuando quizás todavía quedase algún aborigen californiano para verlo

Albert Bierstadt. 1900. The Golden Gate. U.S. Public domain
O algún cheyenne en Wyoming

Albert Bierstadt. Rainbow over Jenny Lake. Wyoming.U.S.Public domain
Curiosamente, este cuadro del artista germano-americano Albert Bierstadt (1830-1902), el pintor que yo sepa que más arcoíris representó en sus lienzos, encierra un error óptico, a ustedes de descubrirlo.
En las culturas primigenias la aparición del arcoíris (el Arco de la diosa Iris en la mitología griega) podía significar augurios y profecías y en la Biblia significa la Alianza tras el castigo. Pero, más allá de mitos y trascendencias, digo yo que también habría niños y poetas que lo verían como nosotros podemos también verlo: como la recompensa de un día sin historia.

A las seis menos diez de la tarde. Foto R.Puig
Entretanto estoy llegando al desembarcadero de Stenpiren, desde el que se pueden tomar los barcos hacia el archipiélago de Gotemburgo.

Fin de trayecto. Foto R.Puig
Aún, durante un rato, este arc-en-ciel me acompaña en mi paseo a casa. Desde la torre de la Iglesia alemana parece emanar bendiciones. El reloj marca las seis de la tarde.

Halo de santidad. Foto R.Puig
A diez minutos de ahí paso junto a otro arcoíris, que le sirve de ostensorio y custodia a la chica de la flor

Otro arcoíris. Foto R.Puig
Y ya que nuestro paseo empezó en el agua, acabaré esta crónica acercándome a saludar al dios de las aguas, emblema si los hay de Gotemburgo, nuestro jocoso Poseidón, a quien Carl Milles dejó ahí enarbolando su salmón y sopesando una ostra gigante. Al fin y al cabo somos casi vecinos.

El amo del agua. Foto R.Puig
Durante estos meses estivales lo han rodeado de un frondoso y pedagógico jardín de verano, en el que hay de todo, desde flores a coliflores.

Poseidón en su jardín de verano. Foto R.Puig
Quienes más parecen disfrutarlo son las sirenas que le acompañan

El séquito de Poseidón. Foto R.Puig
Un buen paseo con Arcoiris , Regenbogen augusto deutsch. Siempre es grato acompañarte en tus paseos
Pues en sueco es casi igual: regnbåge (arco de lluvia).
Gracias, Pancho.
Gracias, Ramón, por tan bonito paseo. Ha sido un placer, como siempre. Aqui en Madrid, pasando estos calores de la canícula y sin pizca de lluvia. Adjunto cita de Corominas sobre la canícula:
» Canícula [1438], tomado del lat. canīcŭla ‘la estrella Sirio’, propriamente ‘la perrita’; se llamó así la canícula porque en la Antigüedad la salida de Sirio sobre el horizonte coincidía con la del Sol durante los primeros días de agosto»
Gracias, Jesús,
Interesante etimología. De modo que unos días de canícula se pueden ver como unos días de perro, o, haciendo un chiste malo, como unos «diúnculos de perrúncula» 🙂
Aquí en cambio la semana ya desde esta tarde de domingo se anuncia con lluvias para regalar.
Saludos
Ramón
Lo mejor tus fotos de la iglesia alemana y del puerto y la información sobre tus rutinas de bellas artes. Rosi te agradece el concierto de piano aunque vimos sòlo unos fragmentos.
(No sè si te lleguè a enviar la foto de mi nieto y el arcoiris con la que ganè un concurso )
Sí, Bernardo, vi esa foto y no la recordaba. De otro modo habría estado tentado de servirme de ella (citando al autor, claro). Si puedes, mándamela de nuevo.
La cadena Arte (en su apartado de «Arte +7») ofrece muchas cosas interesantes, y, en materia de música clásica, se puede acceder a los conciertos de los domingos, ya emitidos precedenteme.
Cuanta belleza !! Amo los arcoiris. El día que celebramos nuestra boda , vimos tres veces iluminarse el cielo con el arcoiris.
Parece que tu alianza tuvo resonancias bíblicas y hasta ecológicas. Ya lo decía el viejo texto: «He puesto mi arco iris sobre las nubes. Esa es la señal de mi alianza con vosotros y con toda la tierra. Cuando mande nubes sobre la tierra, el arco iris aparecerá sobre ellas y yo me acordaré de mi alianza con vosotros y con todas las criaturas vivientes. » (Génesis 9:13-15)
También tengo un Poseidón entre mis cuentos.Es en uno que llamé.»La Sirenita», que integra un pequeño libro de cuentos ( 14 en total) que he editado bajo el título de «DELEITES» . El Poseidón de «la Sirenita» es muy guapo, vive en los fondos marinos y su primera aparición en los escenarios terrestres sucede antes de que fueran erigidas las Pirámides de Egipto. Entonces Poseidón nadaba en Damietta. Cordiales saludos.
Gracias de nuevo, Beatriz. La verdad es que cuando en el colegio nos contaban, censurados, algunos de los mitos clásicos, entre las más fascinantes estaban las historias de Neptuno. Incluso recuerdo que había cuentos en los que las sirenas eran fundamentales, mucho más que los tritones.
El profesor de historia nos adobaba también el pesadísimo tema de las dinastías egipcias con alguna historia de momias y arqueología… Pero lo de Poseidón nadando frente a las costas de Damietta hubiera dado para mucho, Como se enteren los de Fenosa lo nombran patrón del gas natural. Te felicito por, no sólo hilvanar cuentos para niños en tu imaginación sino por haber sido capaz de publicarlos.
En la mitología egipcia el agua, el Nilo, tenía más bien una diosa, Anubis y da la impresión de que estaban tan ocupados con el Nilo, que los antiguos egipcios, si me equivoco me lo rectificas, se limitaron exclusivamente a la navegación de cabotaje.
Sobre cuentos infantiles, a mis hijos les compré yo todos los de Altea Benjamín, colección a la que rendí homenaje en este blog: «Érase que se era…»