Veranos
Para Manolo
El verano, como las cigüeñas de nuestras torres, vuelve siempre como un eterno compañero, como el hijo de la primavera y el padre del otoño, pero nuestros veranos fueron y son siempre distintos. De las largas vacaciones escolares de nuestra infancia a este verano de ahora ¡cuántas reminiscencias, cuántos lugares evocados, cuántas imágenes desvaídas o nítidas!
Las últimas dos semanas han ido trayendo el verano casi a rastras, entre fríos y calores, a esta sufrida península. Nosotros lo hemos sentido llegar entre mis tierras madrileñas y mi pueblo de adopción, por el borde de la meseta sur y las laderas de la sierra de Guadarrama y el mar de Alicante.
La subida a las montañas de Madrid tiene en Torrelodones un microclima intermedio y particularmente sano, donde no sólo vivimos hace años sino que es un destino donde nos reciben nuestros nietos.
La sierra entera lleva el nombre de su río principal y de una villa hecha de granito y siglos. Me refiero a Guadarrama, adonde no habíamos vuelto desde hacía más de veinte años y por donde Manolo, mi amigo desde hace cuarenta, nos ha guiado con sus conocimientos de habitante de varias décadas de este pueblo, presidido por un panorama que abarca desde el extremo suroeste del sistema hasta los picos de la Pedriza, con Siete Picos como principal protagonista.
Paseamos por su vieja plaza, camino de un bar en el que Manolo nos invita a unas gambas a la plancha que, aunque traídas desde Huelva, atraen desde hace años a los veraneantes de todos los pueblos de esta sierra.
Pero hay un castellano viejo que, sentado en su banco, no parece tener prisa, mudo testigo de la vida del pueblo.
En la misma plaza resiste desde hace algunos siglos uno de los pocos olmos vetustos que aún quedan por estas latitudes, pues las plagas de grafiosis han ido devorando (se trata de unos insaciables escarabajos) estos árboles que, dice la tradición, empezaron a plantarse por estos pueblos en la época de los Reyes Católicos.
Aunque las cigüeñas seguirán desplegando sus alas año tras año sobre las torres de piedra de las iglesias.
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Nosotros nos vamos por carretera hacia la Marina Alta donde sus atardeceres nos reciben como siempre.
El mar no se fatiga y nosotros tampoco nos cansamos de mirarlo.
Aquí no son las cigüeñas sino las golondrinas las que han vuelto a anidar (y a poner perdida la pared del vecino); las crías piando y aguardando a la madre.
La madre volando y retornando sin cesar al nido con la pitanza para sus polluelos insaciables.
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Cuando el verano parece que se ha instalado puntualmente, un frente frío se estrella contra el bochorno ambiente y nos regala una hermosa tormenta sobre el mar.
Al día siguiente, los obreros del ayuntamiento han venido a preparar los focos para la noche de San Juan.
Las mesas se van alineando en la playa y toda clase de muebles viejos se amontonan para la tradicional pira que va a iluminar la noche en la playa de La Almadraba.
Los trastos desechados arderán, pero el esqueleto de una obra inconclusa sigue no muy lejos, con sus ventanas sin ojos, como testigo mudo de los excesos de la burbuja inmobiliaria que ha parado en seco muchos sueños ilusos.
No sé si esta crisis será como un fuego purificador. Por el momento parece que abrasa a los más inermes y aumenta los ocultos patrimonios de los que siempre flotan. La noche de San Juan, que conmemora en la liturgia católica el nacimiento del Bautista, ha venido y ha pasado. En realidad, la cosa viene de más lejos, de las fiestas paganas por la llegada del verano, cuando los días son los más largos de año.
Sea como sea, entre la música de la orquesta popular, el baile, los bocatas, el vino como líquido litúrgico de otro tipo de bautismo y el humo de las fogueres, los vecinos han olvidado penas y compartido mesa con amigos y familiares.
Aserrín,
Aserrán,
las hogueras de San Juan,
¡el de adelante corre mucho,
el de atrás se quedará!!!
Ahora sí, el verano ha sido bautizado.
Brillante, como siempre
Muchas gracias Pere,
Me gustaría saludarte.
En estos días estoy ocupado preparando esta charla en la Biblioteca de Els Poblets:
Divendres 28 Juny.- 20 H. Biblioteca “Enric Valor”
CONFERÈNCIA/PROJECCIÓ.
«Ideas sociales de Juan Luis Vives, exiliado valenciano y humanista universal»
Impartirà la xarrada Ramón Puig de la Bellacasa, estudiós de les obres de la vida de Joan Lluís Vives, autor, entre altres, de La discapacidad y la rehabilitación en Juan Luis Vives: Homo homini par i també, en referència a esta temàtica, és l’autor i guionista del documental Juan Luis Vives: La pobreza y la discapacidad en la Europa Renacentista, que seguidament projectarem. En esta ocasió es referirà al pensament i episodis de la vida de Vives i, en particular, al seu Tratado del socorro de los pobres de Joan Lluís Vives traduïda del llatí per Bernardo Pérez de Chinchón, canonge de Gandia, en el segle XVI, i editat pel Professor Joaquim Parrellada, editorial Pre-Textos, València.
Ramón Puig de la Bellacasa és, a més, traductor i editor de varies obres de l’humanista holandés Erasme de Rotterdam.
Presentarà l’acte Jaume Ivars Mut, Alcalde-President i Salvador Sendra i Gasquet, Regidor Delegat de Cultura de l’Ajuntament dels Poblets.
Como filósofo que eres a lo mejor te apetece venir a esta charla-reunión.
Un abrazo
Ramón
Claro que sí. Nos vemos el viernes