Conversación invernal
Jardín
Se acabó la fiesta ¿recuerdas?
Se fueron los amigos y la orquesta.
Los anfitriones bajaron las persianas.
Fue al morir del otoño.
Los ecos del festejo se extinguieron.
La tarde ya caída, apagaron las luces.
Alguien guardó las mesas
y barrió el cenador y la terraza.
En las cadenas de las verjas vetustas
echaron los candados y cerraron la casa.
Quedó la hierba sembrada de hojas muertas,
y en los arriates mortecinas las flores.
Del rincón de confidencias, junto al seto
bordeado de castaños, cogidos de la mano
él y ella se marcharon y de nosotras,
abandonadas al rocío de la noche, se olvidaron.
Ramón Puig de la Bellacasa
Invierno 2012/2013
Bonica foto
Bonita foto y, aunque melancólico, precioso poema.
¡Hola Eva, hola Mercedes!
Gracias por vuestro aprecio.
Sí, la foto y el poema son melancólicos. A la nieve en los jardines, cuando el cielo se ha cubierto y parece que los sonidos nos llegan filtrados, le va la melancolía. Son melancólicos, de una melancolía un poco antigua, como la foto, que es de un jardín de Bruselas. Pero aquí, con este sol y este aire templado del Mediterráneo, con permiso de Francisco Brines, la melancolía tiene otros tonos.
Un abrazo
Ramón